RONDA 9.30 DEL CORAZONADO CONCURSO DE MICRORRELATOS DE FOROAZKENA

salakov escribió:10.- Femme Fatale

Su corazón era un portero automático,
una noria, un colibrí,
un aeropuerto,
un líquido amniótico en  vaso de tubo
que querrías beber sin mezclarlo con nada.

Su corazón era un remolino,
tragaba tu orgullo, tus expectativas, tu aliento.
Era un demonio echándose la siesta.
Era aquella lagartija que mudó diez veces su cola.

Su corazón era la fiebre de todos los días,
el algoritmo milagroso que te quitaba el cielo de las manos.
Su corazón era la serpiente del encantador de serpientes
que hacía la ouija con tu cuello.

Su corazón se cayó de un cuarto piso
después de tantos tumbos barbitúricos
y nos puso a a todos a llorar.
Fue tan tremenda la despedida como lo fue su soledad.


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Ding dong.
Sí,  femme fatal para los que la rodearon, pero también para ella misma. ¿Quién sufrió más?

Aurora escribió:La Thermomix es mucho más lista que la IA. La IA  comprende los relatos desde un punto de vista anodino y aséptico. 
La Thermomix hace lo que tú le mandas y, cuando ya tienes experiencia, la programas a capricho y haces tus propias recetas. La Thermomix se adapta a su usuario, la IA, aunque ayuda, en muchas ocasiones,bporque se sabe la teoría, no tiene sentimientos,  no sufre, no ha vivido, no piensa. Es fría.

Discrepo totalmente, como no podía ser de otra forma

Zzzz escribió:Anda, que olvidarme una de mis favoritas del Boss y una de las canciones que de mejor humor me ponen…

Otro temazo, que los tiene a patadas, pero con similares características y además del mismo disco

salakov escribió:9.- Ass de corazones

En el Departamento de Observación, habían detectado el primer planeta habitable con forma no esférica. No había consenso en la Agencia: ¿Culo o Corazón? Dependía de cómo se viera o del momento de rotación. Según nos aproximamos, yo veía un corazón, el color rojizo de su superficie me daba esa impresión.  Además, la nave captaba unas señales térmicas extrañas que eran emitidas rítmicamente.

Aterrizamos para explorar mejor, y lo que vimos es inenarrable. Aquello era una batalla entre distintas especies, o la misma, según como se viera. Un animal que parecía un corazón con patas, emitía un pulso que embobaba a sus contrincantes, antes de eliminarlos. El otro, de misma forma, pero al revés, un culo con patas, emitía unas flatulencias aturdiendo antes de atacar. Huimos antes de vernos involucrados. Sin ver que un volcán acababa de hacer erupción en el centro superior del planeta.
Descartamos la colonización del mismo.


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Chulísimo.

Toro escribió:

Aurora escribió:La Thermomix es mucho más lista que la IA. La IA  comprende los relatos desde un punto de vista anodino y aséptico. 
La Thermomix hace lo que tú le mandas y, cuando ya tienes experiencia, la programas a capricho y haces tus propias recetas. La Thermomix se adapta a su usuario, la IA, aunque ayuda, en muchas ocasiones,bporque se sabe la teoría, no tiene sentimientos,  no sufre, no ha vivido, no piensa. Es fría.

Discrepo totalmente, como no podía ser de otra forma

Lo digo por lo que lo digo. Lo diré el jueves. La IA no comprende la neurodivergencia.

salakov escribió:Ahora mismo hay 66 canciones.

Yo lo dejaría ahí. El número le pega.

Pero... ¿has puesto la de Eric Clapton?

Y el undécimo onceavo...

11.- All Iron

Una maldición medieval asolaba el pueblo de Yermouth-by-the-sea. Desde hacía siglos, un dragón demandaba el sacrificio anual del corazón de una virgen. La mujer no podía tener menos de veintiún años, las directrices del dragón eran claras, y en Inglaterra costaba encontrar vírgenes a esa edad. ¡Ay, se extinguieron todas las santurronas en la pérfida Albión! Ahora las chiquillas inglesas obraban disolutas y licenciosas, bebiendo a morro de las fuentes del deseo, apurando Tinder como quien rebaña del plato. Fue entonces cuando a Yermouth-by-the-sea arribó Aitziber, una chica de intercambio de Urretxu. Aitziber les habló de un lugar mágico: Euskal Herria. Territorio casto y pacato, acullá los jóvenes ni siquiera miraban a las muchachas. Incapaces de dar el paso, ensimismados en sus vasos de kalimotxo, dentro de sus fronteras no se conocían coitos. Los ciudadanos de Yermouth-by-the-sea miraron sedientos el pecho de Aitziber. Su corazón latía con fuerza. ¡Alirón!


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salakov escribió:11.- All Iron

Una maldición medieval asolaba el pueblo de Yermouth-by-the-sea. Desde hacía siglos, un dragón demandaba el sacrificio anual del corazón de una virgen. La mujer no podía tener menos de veintiún años, las directrices del dragón eran claras, y en Inglaterra costaba encontrar vírgenes a esa edad. ¡Ay, se extinguieron todas las santurronas en la pérfida Albión! Ahora las chiquillas inglesas obraban disolutas y licenciosas, bebiendo a morro de las fuentes del deseo, apurando Tinder como quien rebaña del plato. Fue entonces cuando a Yermouth-by-the-sea arribó Aitziber, una chica de intercambio de Urretxu. Aitziber les habló de un lugar mágico: Euskal Herria. Territorio casto y pacato, acullá los jóvenes ni siquiera miraban a las muchachas. Incapaces de dar el paso, ensimismados en sus vasos de kalimotxo, dentro de sus fronteras no se conocían coitos. Los ciudadanos de Yermouth-by-the-sea miraron sedientos el pecho de Aitziber. Su corazón latía con fuerza. ¡Alirón!


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Jijijijiji

salakov escribió:Y el undécimo onceavo...

Yo diría que onceavo es un numeral fraccionario, el ordinal a emplear es undécimo.

Dyango es terrible. Tengo un trauma desde que mis aitas me llevaron a un concierto en Aste Nagusi. Eso si tiene efecto similar al lorazepam, si sufres de insomnio lo recomiendo.

Aurora escribió:

Toro escribió:

Aurora escribió:La Thermomix es mucho más lista que la IA. La IA  comprende los relatos desde un punto de vista anodino y aséptico. 
La Thermomix hace lo que tú le mandas y, cuando ya tienes experiencia, la programas a capricho y haces tus propias recetas. La Thermomix se adapta a su usuario, la IA, aunque ayuda, en muchas ocasiones,bporque se sabe la teoría, no tiene sentimientos,  no sufre, no ha vivido, no piensa. Es fría.

Discrepo totalmente, como no podía ser de otra forma

Lo digo por lo que lo digo. Lo diré el jueves. La IA no comprende la neurodivergencia.

Discrepo en la comparación con la Thermomix. Tampoco comprende ni a los neurodivergentes ni a los neuroconvergentes. Como la Thermomix

Toro escribió:

Aurora escribió:

Toro escribió:

Aurora escribió:La Thermomix es mucho más lista que la IA. La IA  comprende los relatos desde un punto de vista anodino y aséptico. 
La Thermomix hace lo que tú le mandas y, cuando ya tienes experiencia, la programas a capricho y haces tus propias recetas. La Thermomix se adapta a su usuario, la IA, aunque ayuda, en muchas ocasiones,bporque se sabe la teoría, no tiene sentimientos,  no sufre, no ha vivido, no piensa. Es fría.

Discrepo totalmente, como no podía ser de otra forma

Lo digo por lo que lo digo. Lo diré el jueves. La IA no comprende la neurodivergencia.

Discrepo en la comparación con la Thermomix. Tampoco comprende ni a los neurodivergentes ni a los neuroconvergentes. Como la Thermomix

Puntos aquí.

Dejemos la Thermomix a los hombres sin imaginación.

salakov escribió:Dejemos la Thermomix a los hombres sin imaginación.

Eso no se lo dices a mi coche

Esmeralda escribió:

salakov escribió:Dejemos la Thermomix a los hombres sin imaginación.

Eso no se lo dices a mi coche

m

Bandeja vacía.

¡Miercoleros, reuníos!

Alcanzamos la docena.

12.- Roturas

Lo del corazón roto no es para mí, porque mi corazón siempre ha funcionado perfecto, ningún percance le afecta, y que dure. Lo que se me rompe con cada desengaño es el cerebro: pensamientos intrusivos, obsesión, autocompasión a unos extremos que serían nauseabundos hasta para Morrissey… Tras la rotura del cerebro, llega la del hígado, porque entonces bebo más que una despedida de solteras de Liverpool. Y tras la rotura del hígado, llega la de la dignidad, porque no sólo estoy siempre borracha, sino que encima soy una borracha patética, llorona, que ni a sus amigos divierte, que envía cientos de wasaps de audio entre sollozos, repletos de insultos y súplicas o que acecha en los portales en caso de que me hayan bloqueado. Así que, cariño: no me dejes. Porque no me vas a romper el corazón: voy a romper tu paciencia.


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Los miercoleros siguen llegando con cuentagotas.

13.- La decisión

“Corazón, con cada latido, queda uno menos, lo sé. Sé que el corazón es una bomba con temporizador con la cuenta atrás oculta y que memento mori y que omnia vulnerant, ultima necat y todas esas gilipolleces... Aunque hoy vives, estás aquí, tu corazón late... y sigue latiendo: un saco de latidos sin sentido. Pero tu vida importa y no es sólo tuya… porque vas a ser mamá, otra de esas locas que traen vidas a este mundo de mierda y te juro que el corazón de esta criatura va a disfrutar de cada puto amanecer, a sonreírle a la luna, a recibir caricias y abrazos y a reír a carcajadas. ¡Reacciona! Si no puedes sola, busca ayuda, pero levanta la cabeza, respira hondo y sal de tu pozo…”. Mirando al espejo, mi cerebro dijo “Lo intentaré”; recordando a Yoda, mi corazón dijo “Lo haré”.


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14.- Sonny_Jim

Se le puede distinguir porque siempre lleva una caja de cartón bajo el brazo izquierdo, con la naturalidad con la que llevaría un sombrero sobre su cabeza. No es un bulto, sino un complemento.
Nació con el corazón extracorpóreo, resultado de, según su madre, las prisas con las que su padre los llevó al hospital. «¿Ves? Tanto correr y el niño ha llegado con el corazón fuera. Del esfuerzo»
Los días de partido se deja ver en San Mamés, donde muestra orgulloso el contenido: su corazón con franjas rojas y blancas de aurícula a ventrículo rematado en la melena de un león macho.
Cada vez que le hablan de una posible cirugía, él dice que no, con la cabeza y con el corazón.


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15.- El corazón de Midlothian

A la altura de la catedral de Saint Giles, de camino al cementerio Greyfriars, Dani nos detuvo y dijo que si queríamos volver a Edimburgo teníamos que escupir sobre un corazón dibujado con trozos de granito sobre la calzada. Así lo hicimos, cada uno de forma más asquerosa que el anterior.

Cuando llegamos al cementerio era de noche y estaba vacío, pero desde la entrada se veía luz en un mausoleo. Al acercarnos vimos que tras una verja había una vela. Quise hacerme el valiente y, entre risas, traspasé aquella cerca. La vela se apagó de repente y desde entonces no recuerdo nada.

Al día siguiente, me desperté en un hospital. Una enfermera me preguntaba cómo estaba con un marcado acento escocés. Mientras palpaba mi cuerpo, estaba lleno de moratones, le contesté que lo último que recordaba era haber escupido sobre un corazón pintado enfrente de una catedral.


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16.- Soltando lastre

Su corazón de oro era tan pesado que había caído hasta uno de sus pies, ahora lo arrastraba por toda la ciudad. Eran incontables las cosas que había hecho por los demás, mas solo recibía excusas cuando él necesitaba un favor. Cansado del desequilibrio decidió subir a una montaña a pensar, pero su corazón era tan pesado que se detuvo a medio camino. Estaba sentado al sol, sintiéndose tranquilo por primera vez en mucho tiempo cuando escuchó en la lejanía a una multitud gritar su nombre. Entonces con una navaja extirpó su corazón de oro, coronó la montaña y se alejó de allí para siempre.


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17.- La caja de Cacoquimia

Ayyy, el corazón cuando se rompe... no se recupera. Ahí quedan las cicatrices haciendo mella para siempre. Y uno finge recuperarse y que "aquello" que tanto daño hizo ya se olvidó, pero... no es cierto.

Pues las rupturas del corazón, señores, no tienen cura, aunque sea enorme su capacidad para acumular varias capas de dolor a lo largo de la vida. Es a esa costra de desengaños, de decepciones, de desamor a lo que, eufemísticamente, se le llama "experiencia"...

Por eso, tomaté hoy una Heineken (o unas cuantas) que mañana será otro día. 

Heineken, acompañándonos en este mundo miserable desde hace 150 años. Bebe responsablemente, solo para olvidar. No te empepines a lo tonto. 


¡Eres Heineken, eres vida!


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18.- Cachitos de corazón

La primera vez tenía apenas ocho años. Ella me rompió el corazón cuando se fue del colegio con su mochila azul y sus ojos dormilones. Con gran inquietud, saqué mi corazón roto, sustituyéndolo por uno que construí con las piezas de un radiocasete. Ella, mi chica, me lo destrozó cuando se fue con aquel mamón en su Ford Fiesta blanco. Lo reemplacé por uno que forjé con cachitos de hierro y cromo, pero me duró poco: Ella, mi nena, no volvió a llamar y el amanecer me sorprendió dormido y borracho, triste y solitario. No me rayé y fabriqué el repuesto con trozos de vinilo, pero de nuevo Ella, mi princesa, lo destruyó en apenas dos años, con esa especie de mueca y esa forma de hacerme daño. Tejí uno con las cuerdas de una guitarra. Y Ella, mi sirena, volvió a ser la más guapa, pero la menos buena.


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Hoy me han hecho un TAC con contraste. «Notarás calor», me han dicho, y lo he notado. En el ojete.

Moderadamente agradable, para qué negarlo.

salakov escribió:Hoy me han hecho un TAC con contraste. «Notarás calor», me han dicho, y lo he notado. En el ojete.

Moderadamente agradable, para qué negarlo.

¿Qué tal estás?

Aurora escribió:

salakov escribió:Hoy me han hecho un TAC con contraste. «Notarás calor», me han dicho, y lo he notado. En el ojete.

Moderadamente agradable, para qué negarlo.

¿Qué tal estás?

Estoy fenomenal.

Que mañana Depeche Mode lo han retrasado a las 21:30 h. La gala igual ya tal.

salakov escribió:

Aurora escribió:

salakov escribió:Hoy me han hecho un TAC con contraste. «Notarás calor», me han dicho, y lo he notado. En el ojete.

Moderadamente agradable, para qué negarlo.

¿Qué tal estás?

Estoy fenomenal.

Que mañana Depeche Mode lo han retrasado a las 21:30 h. La gala igual ya tal.

Vale, vaaaleee. Oye, que lo disfrutes,  a los Depeche. Lo que es vivir en Bilbao,  oiga.

Aquí falta peña, ¿eh?

Me gustaría ir a ver a Depeche, en su momento me parecían unos de tantos, pero el paso del tiempo los ha puesto en su sitio, son fabulosos (o lo eran, al menos).

La gala ya la leeremos el viernes. No enfades a tu mujer, eso sí que es malo para el corazón.

A Depeche Mode les he visto dos veces: una meh y otra fantástica.

De esta gira están hablando maravillas. En Ticketswap hay entradas baratas. ¡Venirse!

Me pilla un poco a trasmano, aunque ya me gustaría.

Esta tarde he pillado entradas para The War On Drugs… ¡en Belfast!

Eso sí que pilla a trasmano.

salakov escribió:Esta tarde he pillado entradas para The War On Drugs… ¡en Belfast!

Eso sí que pilla a trasmano.

Pero usted es un bon vivant y yo soy un currela.

Zzzz escribió:

salakov escribió:Esta tarde he pillado entradas para The War On Drugs… ¡en Belfast!

Eso sí que pilla a trasmano.

Pero usted es un bon vivant y yo soy un currela.

Eso es verdad.

salakov escribió:Esta tarde he pillado entradas para The War On Drugs… ¡en Belfast!

Eso sí que pilla a trasmano.

A tiro piedra. Jo, estuve yo en Belfast hace 32 años, cuando los pubs estaban blindados, no había papeleras en las calles y te inspeccionaban el bolso al pasar al barrio católico (había soldados y una valla, tipo paso a nivel). Las calles estaban llenas de pintadas del IRA. Vi a John Mayal and the Bluesbreakers. Yo vivía en Dublín. Allí empezó mi amor por Van Morrison.
Recuerdo que Belfast me pareció una ciudad muy fea. 
Qué bien haces. Imagino que, ya que vas,  te des un paseillo por la isla. Ya nos contarás. Menuda envidia.

salakov escribió:A Depeche Mode les he visto dos veces: una meh y otra fantástica.

De esta gira están hablando maravillas. En Ticketswap hay entradas baratas. ¡Venirse!

Vinieron a Pucela hace años... ¡y no fui!

19.- La dolorosa

Tan altos, tan pálidos, de riguroso negro. Solíamos llamar la atención, pero aquel verano éramos casi una aparición. Los vecinos se persignaban cuando entrábamos en las iglesias.
―¿Van a entrar, con esa pinta?
―Como pongan un pie dentro echan a arder.
Lo hacíamos por Nacho. Era un coleccionista furibundo, y ya le quedaban pocas estampillas por conseguir. Y aún menos tiempo.
―Pero miradla, ¿no veis qué expresión de dolor? ¿No veis la cacoquimia en su mirada?
―No sé, Nacho, es como todas las demás.
Me fijé en la figura. Tenía el rostro anegado en lágrimas y las manos en el pecho, sujetando un corazón atravesado por siete espadas.
―¡Han puesto espadas! ¡Qué kitsch!―repetía Nacho embelesado, cogiendo una estampita de las pocas que le faltaban ya.
Pensé en su madre, que heredaría la colección en unos meses.
―Venga, que si nos damos prisa aún llegamos a ver una más.


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Así que la gala será tardía. Pues seguimos la fiesta entonces.

salakov escribió:Hoy me han hecho un TAC con contraste. «Notarás calor», me han dicho, y lo he notado. En el ojete.

Moderadamente agradable, para qué negarlo.

Te dedico un temazo

Moderno escribió:Así que la gala será tardía. Pues seguimos la fiesta entonces.

Venga, que no pare la fiesta.

¿"Ojete calor" deberá su nombre a un TAC con contraste? No lo descartemos.

Tengo relatitos...

20.- Fuera del cuerpo muerto

Empezó siendo un trabajo duro: ella siempre tenía miedo. Gritos y terror cuando estaba despierta, pesadillas cuando dormía, y él tan pequeño y frágil, casi no podía con todo, se sentía estallar en aquel pecho sufriente. Pero fueron creciendo, juntos, y se hicieron fuertes. Ahora era su cuerpo el que gritaba, echaba al miedo fuera y no lo acongojaba, aunque le seguía exigiendo: en las peleas, en los ataques de ira, poniendo el coche a 200, llegaba al límite. Hasta aquel último día. De pronto dejó de recibir órdenes y se hizo el silencio, sólo notaba el impulso preciso para seguir latiendo, y lo sacaron al frío, y quedó como muerto, antes de coserlo a otras arterias y encajarlo dentro de otro pecho. Latió. Allí se estaba bien, no notaba congoja, ni ira, y latió como cantando, paladeando la serenidad y la alegría, sorprendido por la suerte de la segunda oportunidad.


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21.- La danza del silencio

En la penumbra de mi apartamento, la oscuridad se apoderó de los rincones, devorando incluso el eco de mis propios pasos. Un apagón, un silencio inusual. En medio de esta soledad forzada, un golpeteo insistente interrumpió mi vacío retiro. Irritado, busqué su origen, atribuyéndolo a los vecinos o al inexistente reloj en mi pared. El ritmo, perturbador, perforaba mi mente. Recostado en la cama, el latido insistente de mi pecho me envolvió. Una realización tardía: el golpeteo no era más que el eco de mi propio corazón, un órgano olvidado que reclamaba su presencia. En ese reconocimiento, una calidez me abrazó. Una sonrisa, ajena durante años, se esbozó en mi rostro. La luz retornó, pero cerré las persianas y apagué todo, me sobraba. Preferí la oscuridad, entregándome a un sueño reparador, con las manos cruzadas sobre el pecho, como un renacimiento tardío, un regreso a la serenidad de la infancia.


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No hay más? Qué madrugada más poc productiva

21 está muy bien.