RONDA 9.45 DEL PALEOZOICO Y NANOTAURÍNICO CONCURSO DE MICRORRELATOS. GANADORES SALAKOV Y ZZZZ.

La frase inicial del relato de esta semana es:

"El experto en el Ordovícico entró en el túnel..."

Licencias:

-La frase no cuenta para las 150 palabras.

-Si sois muy de subordinar, se admite iniciar el relato con un "Cuando", "Desde que", "Hasta que", "Mientras"... y seguir con la frase propuesta. Ejemplo: "Cuando el experto en el Ordovícico entró en el túnel..."





EXTRA BONUS:

Ya que estamos entrando en semana de San Fermín y como homenaje a nuestro compañero Toro, que tanto curra por mantener esto operativo, tenemos también de forma paralela un CONCURSO DE NANOS. SE VOTARÁ TAMBIÉN EL JUEVES Y LOS CUATRO PRIMEROS CLASIFICADOS EN LOS NANOS SUMARÁN EN LA RONDA ORDOVÍCICA 3, 2, 1 Y 1 PUNTOS RESPECTIVAMENTE SEGÚN SU CLASIFICACIÓN.

El nano tendrá un máximo de 20 palabras en total y comenzará tal que así:

"El toro se llamaba _ porque..."

Vamos, que hay que bautizar a un toro y explicarlo.






Aquí el currazo de Toro:

Reglas:

Accesorios varios:

CLASIFICACIÓN IX EDICIÓN:

Nanos a concurso:

1.- Ese toro enamorado de la luna.

El toro se llamaba Cucú porque le gustaba el tras.


2.- Ganado de Noble Cuna

El toro se llamaba Felipe Juan  Froilán de Todos los Santos porque nació en Lugo un 17 de julio.


3.- Calcetines

El toro se llamaba así porque tenía pelotillas muy pequeñas.


4.- Trofeo de tauromaquia

El toro se llamaba Triorquidio porque tenía dos testículos suspendidos y una bolsa escrotal extra balanceándose en el cuerno.


5.- Palíndromo

El toro se llamaba prepucio porque hasta el rabo todo es toro.


6.- Haciendo ruidos

El toro se llamaba Juan Martínez porque odiaba a los toreros.


7.- Alta mira

El toro se llamaba Acróstico porque tenia
Apuestos
Cuernos,
Robustos
Órganos
Sexuales,
Testa
Imponente,
Corazón
Ordovícico.


8.- Dolor cervical

El toro se llamaba Cabizbajo porque tenia una lesión en el cuello. Una mala estocada.


9.- Ordovícicos a mí

El toro se llamaba Ordovícico porque así lo decidió el experto. Aunque no era cívico, no mató a Manolete.


10.- Sevillano hasta la médula

El toro se llamaba Triana porque vivía en El Patio.


11.- Bertín

El toro se llamaba Osborne porque entró en el túnel Ordovícico y se hizo una paja. Allí no había mujeres.


12.- Este no es mi cuerpo

El toro se llamaba Zainón pero se hacía llamar Michi.


13.- El toro y la luna

El toro se llamaba porque quería encontrarse a sí mismo, y acabó enamorado de su única compañera durante la búsqueda.


14.- Astifino

El toro se llamaba Felipe porque era el sexto.


15.- Dimetú

El toro se llamaba así porque se parecía al abuelito de Heidi.


16.- Lo siento

El toro se llamaba Ntoentero porque se veía desde la torre más alta.


17.- De buena casta

El toro se llamaba Durruti porque era colorado, astifino y bravo.


18.- Ese toro enamorao de Galdós

El toro se llamaba Luisito, porque, aunque sus bestias se llamaban como sus libros, Miau no era nombre pa toro…


19.- Patatas

El toro se llamaba Ablanedo porque patatas. Nos ha jodido.


20.- Muy profesional

El toro se llamaba _ porque así lo exigía el guion.


21.- Toro de Creta

El toro se llamaba Semental, porque Minos decidió ofrecerle a su mujer como amante, y quedarse a mirar mientras follaban.

Votaciones cerradas.

Aquí los relatos Ordovícicos:

1.- Bagre inmutable

El experto en el Ordovícico entró en el túnel de no retorno. Le observaba apoltronado en el salón y tan solo veía a un hombre perteneciente a otra era. Mi marido no fue siempre así, el matrimonio lo convirtió en un siluro, un ser inanimado. De novios paseábamos agarrados de la mano y me acariciaba tiernamente la palma con su dedo corazón. Robábamos horas al sueño charlando de nuestros sueños que en aquellos años contaba con las dos manos. Añoro el aroma a tabaco en mi ropa cuando llegábamos de fiesta y el olor a sudor de sexo desenfrenado impregnado en las sábanas. Ahora me coloniza un olor a filete empanado y a lejía. Él mientras, perpetuado en el sofá, un trilobite que desconoce el uso del pelapatatas. Odio esa forma insidiosa de dirigirse hacia mí y su falsa amabilidad que deja como migajas a lo largo del camino.


2.- De qué te vale estudiar

El experto en el Ordovícico entró en el túnel, como cada martes, para hacer las comprobaciones rutinarias.
Que fuera experto en un período concreto de la prehistoria no es que le hubiera sido de mucha ayuda para conseguir aquel trabajo.
Revisar que todas las bombillas del túnel funcionasen correctamente podría hacerlo cualquiera.
Si su padre levantara la cabeza le diría -¡Te lo dije!

El caso es que ese día sintió una sensación extraña al entrar. Iba caminando y parecía como si el otro extremo le atrajera.
Siguió con su tediosa tarea, pero no dejaba de percibir algo diferente, que se hacía más fuerte a medida que se acercaba al final.
Le pareció percibir ciertos olores, como de whiskey y café, o de cerveza, quizá. Era una sensación de déjà vu, pero algo muy reciente.

Siguió andando hasta el final y cuando sus ojos se acostumbraron a la claridad, ya lo supo.
¡Joder! -chilló, ¡si estoy otra vez en IRLANDA!



3.- Amos no me jodas

El experto en el Ordovícico entró en el túnel habilitado entre el plató y la zona de espera. Carlos Sobera lo recibió con una sonrisa y tras un corto preámbulo dio paso al concurso.
Las primeras preguntas se sucedieron con rapidez. Las respuestas, tan firmes como acertadas.
Acertó la décima pregunta. Los 20.000 euros los tenía seguros. Euforia.
—Ya no me planto. O fallo o me llevo el millón.
Siguió acertando.
—La quince, o el millón o veinte mil —gritó Sobera—.
—¿A qué período precedió el Ordovícico?
—Al Cámbrico. Marcamos la B.
—Marcamos. ¿Seguro?
—Sí —que era experto, coño.
—La respuesta es…¡Incorrecta! Silúrico
—¡No!, —gritó rojo de ira. Cámbrico, Ordovícico, Silúrico.. Ese es el orden correcto. Los ojos se le salían de las Cuencas (Hola, Perales)
—Exacto —dijo Sobera—. Por eso el Ordovícico precede al Silúrico y no al Cámbrico. Sabe demasiado de geología y demasiado poco de lengua y gramática española. Se jodió el millón, amigo.


4.- Oscuridad

El experto en el Ordovícico entró en el túnel. Había sido reclamado como mayor experto a nivel mundial en dicho período geológico tras el asombroso yacimiento. La prensa y algunos científicos se agolpaban en la entrada. Juan entró, con la mano temblorosa, sujetando la linterna. Tenía que hacerlo solo, dada la delicadeza de las muestras.
En el interior se vio rodeado por la oscuridad. Tras cientos de metros dio con las rocas. Fascinado, hizo algunas fotos y las observó minuciosamente, aquel descubrimiento era revolucionario. Vio un resplandor al final del túnel y se giró. Había una salida al otro lado.
Llegó al fondo y se encontró en otro mundo, en otra época. Tras atravesar el túnel se encontró en el período Ordovícico. Lo observó todo con fascinación. Vio algunas piedras interesantes, pero tras varios minutos la emoción desapareció. Allí no había ningún animal, nada interesante. No había ni un bar, así que dio media vuelta y volvió al túnel.


5.- Las Esfinges

El experto en el ordovícico entró en el túnel circular del tedio a la vez que su homólogo del silúrico llevaba la conversación hacia los mares epicontinentales del aburrimiento. A un lado, dibujando tirabuzones, la esposa de uno añoraba a un novio de juventud que sólo hablaba de fútbol en tanto que la otra, bostezando, ponderaba abrirse las venas con el cuchillo de la mantequilla. Quién sabe si impelidas por la desgana, quién sabe si estimuladas por una fuerza superior, las miradas de ambas se encontraron. Existía complicidad en aquellos ojos y bajo la mesa un pie viajó hasta una entrepierna. Unas rodillas se abrieron —«¡peces cartilaginosos!»— y debajo del mantel —«¡trilobites! ¡ammonites!»— una vulva se abrió como un molusco. Ajenos a la magia, aquellos hombres ensamblaban diálogos llenos de nada, mientras un pacto de camaradería, un vínculo, una promesa, se alzaba entre dos esfinges desdeñosas hacia unos compañeros vetustos, trasnochados, fósiles como los que les llenaban la boca.


6.- Aventuras en el Exopaleozoico

El experto en el Ordovícico entró en el túnel de salto con el resto de integrantes del equipo. Le parecía raro que, en un momento con Colonias diezmadas, planetas arrasados por alienígenas, o por la propia Agencia Interespacial, le reclutaran para una misión exploratoria. Además, que no aterrizaban en un exoplaneta como tal, las condiciones no eran idóneas para la colonización. Por eso contaban con él, por las similitudes con la Tierra en esa época paleozoica. Al no haber sufrido las mismas extinciones masivas, pudo recolectar muestras de rocas y algún trilobites vivo, que tenía en una lista que le habían proporcionado. Una vez hubo terminado, un gigantesco escorpión marino apareció de la nada, dando a entender que la evolución de algunas especies había sido distinta allí.  Las armas de fuego no hicieron nada, y el animal fue cazando uno a uno. Él pudo llegar al túnel de extracción, ahora solo tenía que entregarlo todo en la cárcel interplanetaria.


7.- Un hombre de los del antes

Cuando el experto en el Ordovícico entró en el túnel, se sintió como en casa. Solo en aquel lugar, arropado por rocas sedimentarias trufadas de trilobites y bivalvos fosilizados, lograba experimentar algo parecido a la paz interior.
Hubiera dado cualquier cosa por vivir en el Paleozoico, recorrer Gondwana de punta a punta, saberse el único hombre sobre la faz de una Tierra que era casi toda océano, disfrutar el silencio como se disfruta una música liviana o el dulzor de la tajada de un melón que ha madurado hasta su punto justo.
Un minuto más tarde, ya del otro lado del túnel, se topó de nuevo con la realidad de su tiempo; los postes del tendido eléctrico, la gente, las casas, las fábricas, el insoportable ruido del ahora...
Angustiado, buscó con la mirada la salida de la autovía que le permitía cambiar de sentido para volver a cruzar el túnel en la dirección opuesta. Llevaba más de seis horas así.


8.- Que les den

El experto en el Ordovícico entró en el túnel. En ese preciso momento debía abrirse el agujero de gusano que le permitiría habitar unos instantes en su época preferida: sin seres humanos, sin mamíferos, sin apenas oxígeno y a punto de vivir la primera glaciación…
Estaba preparado, llevaba meses respirando una mezcla cada vez más pobre a través de una mascarilla y un equipo en el que se había gastado todos sus ahorros (no es que fueran muchos, dada su profesión). Llevaba sus calzoncillos preferidos, los bóxers con el mapa de Gondwana personalizados. También llevaba ropa de abrigo, porque aunque uno la vaya a palmar en minutos, debería aprovecharlos al máximo, sin que le castañetearan los dientes.
Ahí estaba, justo delante, su sueño. No pudo evitar echarse a reír al pensar en cómo iban a explicar sus colegas su presencia allí al encontrarle…



9.- Ordoveni, ordovidi, ordovici

Cuando el experto en el Ordovícico entró en el túnel, se preguntó por qué le citó allí de urgencia el doctor Menéndez, no siendo zona pródiga en yacimientos. A medida que lo atravesaba, notó que el habitual goteo de modernos todoterrenos con los que se cruzaba daba paso a coches cada vez más viejos. Primero carracas dignas de Albania en los ochenta, después automóviles centenarios que supuso participantes en una convención de clásicos y finalmente carromatos tirados por mulos. Así hasta desaparecer cualquier atisbo de civilización. Observó aliviado el haz de luz justo antes de sorprenderse embarrancando abruptamente en lo que parecía una playa desierta. Allí acababa el túnel y allí apareció Menéndez con los pantalones remangados y cargando una bolsa del Carrefour. Mire aquí —la abrió—. Estaba llena de trilobites vivos. ¡Pero esto es un hallazgo extraordinario! —se emocionó el investigador—. Ni se imagina —respondió el doctor—, no sabe cómo están a la plancha con ajo y perejil.


10.- Amor en el Paleozoico

Cuando el experto en el Ordovícico entró en el túnel del tiempo, el operador del tempotrasportador le saludó, "Buenos días, Rodolfo", y activó la palanca de trasmisión físicotemporal.  
Segundos después, Rodolfo nadaba, muy integrado, en un banco de trilobites. Si tenía hambre, deglutía, de un bocado, calamares ordovícicos que le sabían a gloria.
Moviendo las antenas, lanzaba señales de cortejo a las trilobites. Una de ellas reaccionó positivamente y se paró sobre una roca, sugerente. Rodolfo se encaramó a su caparazón, la abrazó con las patas gancho y comenzó el desove, teniendo la sensación de estar protagonizando una película erótica y sintiendo, sorprendentemente, cierto placer. Pero todo lo bueno se acaba y fue traído de vuelta en ese momento.
Aunque Rodolfo recibió el Príncipe de Asturias por su trabajo sobre la reproducción de los trilobites, de vez en cuando se pregunta si dejó descendencia en el Ordovícico.
Además, añora diariamente el momento en que amó a una trilobite.


11.- Un segundo entre millones

El experto en el Ordovícico entró en el túnel por la embocadura norte, en el preciso instante en que un colega –ducho en Devónico, en su caso– hacía otro tanto por la entrada sur. Ambos conducían a la misma velocidad, respetando el máximo de noventa. La distancia de tres kilómetros y quinientos setenta y cuatro metros que los separaba en el momento de su respectiva introducción bajo la montaña, empezó a disminuir de modo constante; los dos habían subido el cristal tintado de sus gafas muy graduadas a los seis segundos de entrar, y se aflojaron sendas corbatas al minuto y medio exacto.
Los dos vehículos circulaban ajenos a la casualidad en ciernes. Hasta que tras recorrer un kilómetro y setecientos ochenta y nueve metros, metro más metro menos, y durante una fracción de segundo, ambos expertos coincidieron en paralelo. E inmediatamente, continuaron trayecto sin que hubiera ocurrido absolutamente nada.


12.- El portar de las Eras

El experto en el Ordovícico entró en el túnel, sintiendo se acercaba a un sueño arcaico. Este túnel parecía un portal temporal transportándole al ombligo cósmico. Las paredes brillaban con símbolos ancestrales, danzando como pensamientos perdidos en el éter.
Al atravesarlo, un paisaje de mares primordiales bajo un cielo de colores imposibles le mostraba criaturas jamás imaginadas desfilando ante sus ojos. En el horizonte, una montaña flotaba, suspendida por fuerzas que desafiaban toda lógica conocida.
Avanzaba escuchando sus pisadas resonando en la arena y encontró un espejo de obsidiana líquida. Al mirarse, vio su reflejo fragmentarse en innumerables versiones de sí mismo, cada una habitando una era diferente.
De repente, la montaña flotante se transformó en un colosal rostro;
—Eres tanto el observador como el observado. Tu viaje no es solo a través del tiempo, sino a través de tu propia existencia múltiple —proclamó.
Volvió al túnel de regreso sabiendo que el universo entero habitaba en su propio ser.


13.- Astur y ira

El experto en el Ordovícico entró en el túnel, había que confirmar las sospechas de que el trasgu se había mudado de montaña antes de la inauguración del túnel.
La respuesta fue negativa, estaba en el mismo sitio donde se encontró su guarida, sentado en un tocón con las bolsas de billetes que el consejero de ferrovial le había dado.
¡Qué cabrón el trasgu!


14.- Paleontología creativa

El experto en el Ordovícico entró en el túnel, dentro le aguardaba un frío que congelaba hasta los huesos y otra interminable jornada recolectando y clasificando fósiles de trilobites de mierda. El experto en el Ordovícico odiaba su trabajo.

No siempre fue así, cada día desempolvaba los ya brumosos recuerdos de juventud, la universidad, tantos viajes y romances. Todo lo bueno fue quedando atrás, y ahora le quedaba su maldito trabajo, dos hipotecas, tres divorcios, y una jauría de inútiles esperando su jubilación para poder empezar a acuchillarse como hienas por los despojos.

El experto en el Ordovícico llegó al punto de excavación, ninguna de las hienas inútiles estaba aún en su puesto. Entonces se dió cuenta que era domingo. Suspiró, se bajó los pantalones y plantó una mierda escandalosa en medio del yacimiento.

Mañana al menos sería un día interesante.


15.- Narrador omniscente (pero discreto)

El experto en el Ordovícico entró en el túnel del que salía Ablanedo. Ensimismado en sus pensamientos, una idea cruzaba la mente del exportero del Sporting. Por recato, este narrador no la contará.


16.- Hombre de paja

El experto en el Ordovícico entró en el túnel a toda velocidad. Iba casi en cabeza, perseguido de cerca por la profesora de filología clásica, el concejal de Vox y el cantautor vegano. Conocedor de la importancia de su misión y preocupado por no defraudar a su mentor, aumentó la velocidad, adelantando al coleccionista de pines de Piolín y a la teleoperadora. Cuando vio aproximarse la salida iba ya el primero, pero su instinto le decía que sólo alcanzaría el éxito triunfando en el segundo túnel, terreno aún inexplorado. Ahí debería ser concienzudo, explorar minuciosamente cada pliegue hasta lograr el hallazgo que le encumbrara a la gloria.

Nada sucedió como esperaba. El segundo túnel era mucho menos húmedo, la rugosidad de las paredes impedía su avance, vio cómo le adelantaban la cocainómana y el ciclado de gimnasio.

Se sintió morir. Dejó de agitar el flagelo cuando comprendió que estaba dentro de un calcetín y no había óvulo que fecundar.


17.- Geología casual

Cuando el experto en el Ordovícico entró en el túnel, ya no sintió nada. Como tantas veces, el interés duró lo que la perforación.


18.- Han Solo

El experto en el Ordovícico entró en el túnel.
—Está como a un kilómetro, ya verá. Por aquí —le indicó el encargado.
Cuando sus ojos se acostumbraron a la escasa luz que arrojaban las lámparas de la galería, empezó a detectar formas enroscadas, restos inconfundibles que alcanzaban el metro y medio.
—Son los más grandes que he visto en mi vida —dijo, con la voz entrecortada—. Este descubrimiento cambiará la historia de la ciencia...
—No, no... No le hemos llamado por eso. ¿No se lo han explicado? Mire, es allí.
En la pared, aún sin limpiar, se veía claramente la figura de un hombre congelado en carbonita.

Votaciones cerradas.

Dios santo

Esmeralda escribió:Dios santo

Buen nombre para un toro...

A tope

Montenegro's magic.

Cabeceras actualizadas con incorporaciones incluidas!!!

Reglas:

Accesorios varios:

CLASIFICACIÓN IX EDICIÓN:

Muy difícil para mí. Ya os leeré y votaré.

Aurora escribió:Muy difícil para mí. Ya os leeré y votaré.

Anda ya!!

Si has bautizado hijos, bautizar a un toro es pan comido!!

Y sobre el relato, seguro que has conocido a alguien experto en algo y con gusto por meterse en túneles o similares. Cuéntanos.

Difícil es lo de bailar, eso sí que requiere dotes.

Anímate y escribe, venga.

Y tenemos el primer nano a concurso. Se abre la puerta de toriles y aparece un morlaco de nombre...:

1.- Ese toro enamorado de la luna.

El toro se llamaba Cucú porque le gustaba el tras.

Eduardo Montenegro escribió:

Aurora escribió:Muy difícil para mí. Ya os leeré y votaré.

Anda ya!!

Si has bautizado hijos, bautizar a un toro es pan comido!!

Y sobre el relato, seguro que has conocido a alguien experto en algo y con gusto por meterse en túneles o similares. Cuéntanos.

Difícil es lo de bailar, eso sí que requiere dotes.

Anímate y escribe, venga.

No había leído lo del Toro. Bueno, para un nano puedo sacar algo de imaginación.
Bailo como un pato pero lo paso muy bien y he perdido la vergüenza. Es eso consiste la cosa.

Hostia, si acabo de ver el bonus del toro….

¿Se pueden mandar varios relatos?

m

m señor escribió:¿Se pueden mandar varios relatos?

m

esa es la actitud, sí Señor!!!

Cuantos más, mejor.

Pero qué puta frase es esta.

Y os quejáis de concepto. Ja, ja, jaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaarl


Nano

Lo desconozco

El toro se llamaba «Animal grande y negro con cuernos imponentes que si te coge te pone mirando pa Cuenca», porque.... ¿Qué sé yo?

Eduardo Montenegro escribió:

m señor escribió:¿Se pueden mandar varios relatos?

m

esa es la actitud, sí Señor!!!  

Cuantos más, mejor.

Yo, si veo que tal, lo mismo envío 15, que termina en 5 y eso

Conque ordocívico, ¿eh?

Tengo que compartirla:

Eduardo Montenegro escribió:1.- Ese toro enamorado de la luna.

El toro se llamaba Cucú porque le gustaba el tras.

Puntos aquí

mugu escribió:Pero qué puta frase es esta.

Y os quejáis de concepto. Ja, ja, jaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaarl


Nano

Lo desconozco

El toro se llamaba «Animal grande y negro con cuernos imponentes que si te coge te pone mirando pa Cuenca», porque.... ¿Qué sé yo?

ya creía que no se me iba a quejar nadie. Gracias, abu.


Los nanos por privado

mugu escribió:

Eduardo Montenegro escribió:

m señor escribió:¿Se pueden mandar varios relatos?

m

esa es la actitud, sí Señor!!!  

Cuantos más, mejor.

Yo, si veo que tal, lo mismo envío 15, que termina en 5 y eso

15 toros, 15.

Mugu se va a encerrar él solo con 15 toros, en una corrida sólo para mujeres.

Le lloverán bragas.

Abarrotá estará la plaza.

mugu escribió:Conque ordocívico, ¿eh?

No reírse de los disxélicos, que también son persianas.

Ordovícico es una palabra preciosa.

Esme y yo pasamos por ese túnel con frecuencia al ir a su casa familiar del oriente astur, y al pasar solemos bromear con cómo incluirla en el relato de la ronda en curso.

Ahora podrá hacerlo sin forzar. Es como un regalo de boda que le hago.

A ver ahora qué me regala ella que lo iguale.

A mí esto no me parece normal. Yo no sabía lo que era el Ordovícico y lo he tenido que investigar, haciendo deberes en verano. Y encima me entero de que también es un túnel.

Moderno escribió:A mí esto no me parece normal. Yo no sabía lo que era el Ordovícico y lo he tenido que investigar, haciendo deberes en verano. Y encima me entero de que también es un túnel.

me siento como un Cuaderno Santillana, pero antisistema, poniendo deberes a los maestros en verano.

Cada vez estoy más convencido: ¡Qué bonita frase, pardiez!

Toro escribió:Cabeceras actualizadas con incorporaciones incluidas!!!

Reglas:

Accesorios varios:

CLASIFICACIÓN IX EDICIÓN:

Gracias, amigo

Moderno escribió:A mí esto no me parece normal. Yo no sabía lo que era el Ordovícico y lo he tenido que investigar, haciendo deberes en verano. Y encima me entero de que también es un túnel.

Una vergüenza.

Y el toro es familia de las vacas que nos dan la leche y a mí me sienta fatal la leche. Una pasada todo esto,  un despropósito todo.

Los toros también dan leche. No sé si nuestro Toro particular quiere opinar algo al respecto.

Moderno escribió:Los toros también dan leche. No sé si nuestro Toro particular quiere opinar algo al respecto.

¿De qué tipo?

Ahora os gusta Irlanda, ¿eh que sí?

salakov escribió:Ahora os gusta Irlanda, ¿eh que sí?

Nop.

Pídete una Cruzcampo.

Sale de toriles el segundo de la tarde.

2.- Ganado de Noble Cuna

El toro se llamaba Felipe Juan  Froilán de Todos los Santos porque nació en Lugo un 17 de julio.

Buenos días.

Llega el tercer morlaco.

3.- Calcetines

El toro se llamaba así porque tenía pelotillas muy pequeñas.

Página 2

El administrador estaba comiendo callos

Callos con estos calores. Están locos estos asturianos.

Zzzz escribió:Callos con estos calores. Están locos estos asturianos.

Calores?

Aquí llueve, y está fresquito, llevo una rebequita y no me sobra.

15°

Sale por la puerta grande el cuarto de la tarde.

4.- Trofeo de tauromaquia

El toro se llamaba Triorquidio porque tenía dos testículos suspendidos y una bolsa escrotal extra balanceándose en el cuerno.

Zzzz escribió:Callos con estos calores. Están locos estos asturianos.

Los callos van bien siempre, son atemporales.

Me como antes una ración de callos de los pies que de los otros.

Hemos atravesado el túnel Ordovícico.

Y al salir estaba nada más y nada menos que...

¡El otro lado!

Ya me había pasado las veces anteriores, podría decir que ya soy un experto en el tema.