ÚLTIMA EXPOSICIÓN QUE HAS VISTO.

Refrescospepito escribió:Muchas gracias, Zas, primo, qué haría yo sin tus ánimos, que esto está más desierto que el pub barroco de Moncho borrajo.
La verdad es que me mola hacer estas reseñas a pesar del poco "feedback" que hay, pero yo lo hago con placer.

Por cierto, pronto vendrá la reseña de la expo de la revista Ajoblanco, que eso sí que es la polla.

...que te folla, imagino.   

Permaneceremos atentos.

Un placer seguirte, nada que agradecer, mas al contrario.

 

LE CORBUSIER. UN ATLAS DE PAISAJES MODERNOS.
Caixaforum, Madrid.
Hasta el 12 de octubre de 2014.
4 euros (Gratis para clientes de la Caixa. Si eres parado o jubilado, te jodes).
Audioguía: 2 euros.


Siempre es un inmenso placer ir al Caixaforum de Madrid.
Donde está enclavado el museo (una antigua  kraftwerk del siglo XIX al lado de una vieja gasolinera), el aprovechamiento del antiguo edificio y cómo está hecho por dentro es una maravilla para la vista y el oído (recomiendo efusivamente la audioguía del edificio) y las exposiciones que presenta, siempre interesantes, son de  diez.

Esta del arquitecto Charles Édouard Jeanneret-Gris, Le Corbusier [un juego de palabras intraducible con "corbeau" (cuervo), "obusier" (¡obús!) y "cambusier" (pañolero)], nacido en Suiza en 1887 y muerto en Francia en 1965, es de sobresaliente.

Ordenada en varios paneles que repasaban su vida como si fuera un atlas, la muestra recoge los trabajos más importantes de Le Corbusier, uno de los arquitectos más influyentes del siglo XX, cuya influencia llega hasta hoy.

A) DEL JURA AL MUNDO.
"Machine Age".

Primeros tiempos, años en su ciudad natal en la escuela de Chaux-de-fonds, Suiza.
Interesantes primeros dibujos de paisajes y un espléndido 2NEln la cima", 1904, óleo sobre lienzo.
1912: Empieza a diseñar en La Chauxde -donfs, 1914, también interiores siguiendo la escuela alemana.

La Maisaon Blanche (1917).
Proyectada para sus padres.
Es su primer edificio importante.
Esta mansión dialogo con la naturaleza. Las ventanas cobran una gran importancia (como veremos más adelante). Se reproduce el cuarto de estar y el gran ventanal que daba a un bosque. Se incluye mobiliario original.
Dibujo basado en Pirro Ligorio.
Supone su ruptura con los temas pintorescos.
Propone una vuelta a las ciudades monumentales de estilo romano: “Al tejido ininterrumpido de las ciudades históricas de Europa, donde los bloques de construcción se fundían en una masas de mayores dimensiones, contraponía un nuevo paradigma; objetos esculturales o plásticos, todos ellos aislados en el espacio  liberados de la alineación de las calles” (De la audioguía).

B) LA CONQUISTA DE PARÍS.
En 1920 será cuando Jeanneret adopta el seudónimo de Le Corbusier para firmar sus ensayos más transgresores y sus diseños arquitectónicos. Para las pinturas seguirá firmando con su apellido.
Sus viajes por Estambul.
Hormigón: fabricación de piezas en serie apilables que, hasta entonces, estaba reservado a las fábricas.
Pintura  escultura  Arquitectura. Esta será su primera premisa y su primera gran idea, la interacción y fusión de estas tres disciplinas.
Defiende el purismo y se posiciona contra el cubismo.
Estupendos e interesantes cuadros puristas, como “Naturaleza muerta” (1920), que casi anuncia al pop-art.

La Villa Savoye, Poissy. (1928-31).
Un tipo de casa poco atractiva para ser usada.

Pabellón para la Villa Church (1927-29), donde, con Charlotte Parriando y Pierre Jeanneret, su hermano, diseña muebles de gran influencia posterior: las sillas Chaise Longue, Grand Confort y Basculant.
http://4.bp.blogspot.com/-hRW18GxmqRE/TZ5SGDTeg3I/AAAAAAAAACs/qKShQwlmZS4/s200/silla+lecorbu.jpg

Encuadrar el lago Lemont: “Para que el paisaje cuente tiene que estar limitado, dimensionado, por una decisión radical: tapar los horizontes, levantar las paredes y revelar solo en puntos estratégicos mediante aberturas”. Estas es otra de las grandes ideas de Le Corbusier y, a partir de ella, inventaría el ventanal corredero, toda una revolución en la época y un gran hallazgo que llega a hoy en día.
Antes, las ventanas eran verticales tomando como referencia a un hombre de pie; ahora, la referencia es el horizonte, lo horizontal. Ya no es la persona la que se asoma a la ventana sino que el paisaje “entre” en la casa y uno lo puede ver desde varios puntos de vistas, sin moverse. (El exterior desde el interior).

Planes para París, 1922. Plan Voisin.
Radical y violento. Propone una nueva ordenación para la capital de Francia en base a una urbanización de altísimos rascacielos hexagonales. (No sé por qué esto me recuerda al cómic “El Eternauta”, 1957-59,de Osterheld y Solano López). Tan radical propuesta fue rechazada y eso que hoy es natural ver este tipo de gigantescas agrupaciones de edificios de viviendas.

C) UNA RESPUESTA AL PAISAJE: ÁFRICA Y AMÉRICA.
Su primer gran proyecto fuera de Suiza y Francia fue la sede de la Unión General de Cooperadores de Consumidores  de Moscú.
Comienza a dar conferencias en 1928, que se convertirá en una práctica habitual para transmitir sus enseñanzas. En estas conferencias se vale de un rollo gigante de papel donde dibuja y escribe sus ideas.
Pinturas después del purismo, al estilo de su amigo Légar. “Composición con una pera”, que me recuerda a cierta escultura del parque García Sanabria de S/C de Tenerife.

Villa de Mandrot.
Aprovechamiento de los materiales propios de un sitio y adecuación del paisanaje transformándolo lo mínimo posible, así, la Villa Pivota sobre el paisaje fundiéndose con él. Una vez más su teoría de dentrofuera.
No sé por qué me recuerda esta villa, con las esculturas al aire libre de Llpchitz que dan una bienvenida visual al museo, la museo José Macho en Toledo y la casa de César Manrique en Lanzarote.

“El conocimiento son inesperados y repentinos destellos” (Posible conexión con Kandisnky y su famosa teoría del deslumbramiento).
En esta época Le Corbusier enuncia su Ley del Meandro, comparando la mente humana con un río. Metáfora del impulso creativo.

Nuevo proyecto: Ministerio de Educación y Sanidad de Brasil (1936-1945).

Como “intermedio” al recorrido de esta exposición, se presenta una curiosa y muy bonita sala a modo de taller infantil donde los niños juegan con modelos de Le Corbusier y realizan muchas actividades, entre ellas, su propio modelo de casa y se pueden hacer fotos y todos que luego se subirán al Facebook del museo. En esta sala, en una de sus paredes, hay un estupendo mural con las ideas principales de Le Corbusier:

1887: NACIMIENTO EN SUIZA.
1914: DOMINO (Domus + innovación). Un modelo estandarizado de dos plantas y una cubierta ajardinada que permite una flexibilidad total en el uso de la superficie, así como distintas distribuciones según la situación concreta en la que se construye.
1929: NUEVA ARQUITECTURA. La casa hecha de hormigón con la fachada y la planta liberadas de los muros de carga y distribuida con libertad. Una arquitectura sencilla, funcional y sin ornamentos.
1947: EL MODULOR (module + “section d’or”). Aplicación del sistema de proporciones humanas a los bloques de viviendas (“unité d’Habitation). O cómo construir con rapidez y sencillez viviendas para una población urbana que crece rápidamente.
1965: MUERTE EN FRANCIA.

Plan Obus, (Argelia), 1932, rechazo por el gobierno argellino.
Empieza aquí una larga serie de proyectos fallidos y no aceptados que luego serían de gran influencia.

Proyecto “Una casa, un árbol”, Barcelona 1933, construídoa dentro del llamado “Plan Macia” y,según su modelo de doble altura de l salón de 1920, uno de sus grandes éxitos. Otro fracaso paa él, dado que la Guerra Civil trastocaría sus planes.

Ciudad Lineal: Diálogo con la arquitectura del siglo XIX, prepetición módulos.

ÇExposición de los paneles que Le Corbusier utiliza a apara sus conferencias. El más importante es el de Princenton, EEUU., 1935. Armonía-hombre-naturaleza.

En 1946, Le Corbusier fue invitado a paticipar en el comité de conrucción del edificio de las Naciones Unidas en Nueva Yorko, jnto con otros arquetetos. Aunque se fue del proyecto, L.C. siempre acusó al comi´te de robarle sus ideas.

Plan Obus, Argel, 1932.
En conmemoración de los cien años de la toma de Argel, L.C. presentó un proyecto moderno, sinuoso, con autopistas elevadas (de gran influencia en los cincuenta). Este fue otroa poryecto desetimado. Le Corbusier era más cercano a un artista que a un ingeniero, de ahí la poca viabilidad que entonces encontraban a sus proyectos.

Con sus nuevos diseños L.C. pretendía:
- Separar personas de automóviles
- Poihbido construir al norte
- Casas sobre pilotes para que la gente pase por debajo
- Zons verdes y espacios amplios
- Repetición de módulos
- Consruir paa el propio hábito es una manía
- Vivienda unifamiliar como respuesta a la sucieada maquinista.
- Sun-Space-Trees.

Palacio de justicia de Chandigah.

Teoría de El Modulor: uno de sus más importantes postulados teóricos. Esta fue la primera “obra” que yo vi de L.C., que estaba en mi libro de arte del instituto, y siempre me fascinó.


“El Modulor. Sistema de medidas detallado por Le Corbusier (1887-1965) quien publica en 1948 el libro llamado "Le Modulor" seguido por "Le Modulor 2"1 en 1953 en los que da a conocer su trabajo, y de cierta manera, se une a una larga “tradición” vista en personajes como Vitruvio, Da Vinci y Leon Battista Alberti en la búsqueda de una relación matemática entre las medidas del hombre y la naturaleza. De cierta manera es una búsqueda antropométrica de un sistema de medidas del cuerpo humano en que cada magnitud se relaciona con la anterior por el número áureo, todo con la finalidad de que sirviese como medida base en las partes de la arquitectura.
Las medidas parten desde la medida del hombre con la mano levantada (226 cm) y de su mitad, la altura del ombligo (113 cm). Desde la primera medida multiplicando sucesivamente y dividiendo de igual manera por el número de oro se obtiene la llamada serie azul, y de la segunda del mismo modo la roja. Siendo cada una una sucesión de Fibonacci y permitiendo miles de combinaciones armónicas.
• Serie azul, en metros, sería: ..., 9,57; 5,92; 3,66; 2,26; 1,40; 0,86; 0,53; 0,33; 0,20; ...
• Serie roja, en metros, sería: ..., 4,79; 2,96; 1,83; 1,13; 0,70; 0,43; 0,26; 0,16; 0,10; ...

En el billete suizo de 10 CHF aparece una imagen del Modulor”. (http://es.wikipedia.org/wiki/Modulor).

Palacio de justicia de Chandigah.

Venecia, 1962. Otro proyecto fallido.

La palabra diálogo, que se repite en toda la expo.

L.C. enuncia otra de sus grandes ideas: Visión horizontal-Visión en movimiento-Visión desde el interior al exterior.

En sus últimos años realizará, sin embargo, varios de sus proyectos, como las “Unités d’habitation” en Frnacia y una en Barlín y y un edificio de la Universidad de Harvard en EE.UU.
Es el momento del reconocimiento internacional, ya en la ancianidad. A pesar de su fama mundial, L.C. deja de producir, se concentra más en el dibujo que en la arquitectura y da plena libertad a sus ayudantes de sus estudio. Se refugia en su cabaña junto al mediterráneo,  en Roquebrune-Cap-Martin,  casa que el mismo construye, un sitio pequeño y funcional per de gran importancia para él, donde se retira con su mujer y pasa sus últimos años en la contemplación de las islas de esa mediterráneo francés.
El 27 de agosto de 1965, desoyendo las indicaciones de su médico, Le Corbusier sale a nadar y ya no volvería con vida. Su cuerpo fue descubierto por unos pescadores. Había sufrido un ataque al corazón.

Y hasta aquí esta estupenda expo.
Yo la vi de dos veces empleando tres horas y media la primera vez y dos la segunda.
Es aconsejable ir a primera hora de la mañana, cuando abren, a las diez, y un día de principios de semana.
La audioguía no es imprescindible pero si muy buena para completar.
En la sala hace frío: lleven abrigo.

A este exposición le doy un 9.

Despido esta crónica con el último panel de la expo que son palabras del propio L.C.; una reflexión emocionada sobre la vida y el trabajo uniéndolo a la visión del archipiélago mediterráneo francés, algo que comprenderá muy mucho el que, como yo, sea de isla.


“Vivo en mi archipiélago, mi mar. Son treinta años de acumulaciones vinculadas de distinta forma a actividades intelectuales y manuales. Aquí y allá, en el suelo, grupos de objetos, artefactos, libros, textos, dibujos… ¡Estas son mis islas!
Hay islas de trabajo muy claras, la del teléfono, los libros, la labor diaria, intermitente e imperiosa. Hay islas volcánicas que emergen y desparecen a la hora prevista; una hoja de contrachapado sobre los brazos de dos sillas, aquí reviso un libro, preparo un artículo, dicto algo, etc.
Por último, está la isla vertical, el caballete de pintura delante de la isla de colores.
En el archipiélago hay poco espacio. Los pasos son angostos. Sin embargo, navego por ellos con la seguridad y la precisión de un viejo capitán”.

AJOBLANCO. Ruptura, contestación y vitalismo.
Centro de arte del Conde Duque, Madrid.
Hasta el 21 de septiembre de 2014.
Entrada libre.


Ya sé que siempre digo lo mismo, pero me parece excepcional el fabuloso buen momento que está viviendo Madrid en cuanto a exposiciones se refiere.
Llevo más de quince años yendo a expos en la capital del reino y nunca vi nada igual.

Esta que nos ocupa es un paseo por la historia de una de las revistas contra-culturales más importantes de la historia del periodismo español, la publicación barcelonesa Ajoblanco (1974-1999).

Mi padre compró alguna vez Ajoblanco en los años setenta y también circulaba por casa de mis primos en La Gomera; pero el primero pronto dejó de comprarla por no gustarle el que era demasiado combativa y mis primos preferían la Star y las revistas musicales tipo Vibraciones o el Popu. En aquella época yo llegué a ojear (y hojear) los número de Ajoblanco que caían en mis manos pero no me enteraba mucho (apenas tenía ocho años).
Ya a principios de los noventa, en la segunda encarnación de la revista, sí que la compraba mensualmente e incluso llegué a suscribirme. Esto acabó en 1999, no solo con la extinción definitiva de Ajoblanco (aunque luego saldría con nombre parecido y otro formato ya en el siglo XXI) sino porque me mudé a la península y vendí me colección, como tantas otras cosas, para poder pagarme el billete.

Bueno, decir que el centro Conde Duque me parece un centro cultural de la polla: cuenta con gigantescas plazas, varias salas de exposiciones, el museo de arte moderno, una biblioteca, un cine y, ahora, una original terraza de verano y un desmesurado cine al aire libre.

La extensa expo sobre Ajoblanco está dispuesta en base a dos grandísimas y larguísimas galerías en U separadas por tres salas donde se proyectan vídeos con entrevistas a la gente que participó en la gestación de esa cabecera o en sus años siguientes, con gente como Jaume Sisa, Karmele Marchante, Fernando Savater, Rosa Regás ¡y hasta Mario Vaquerizo!

La expo empieza hablando de su fundador, José Ribas, un estudiante de derecho, perteneciente a una familia burguesa catalana, que en el tardo-franquismo tuvo la idea de aglutinar a "las mejores mentes de su generación", que se reunían alrededor de las ramblas barcelonesas, para hacer una revista contestaría, de izquierdas y combativa que tuviera peso específico en la política, que fuera vanguardista en el pensamiento, filosofía  e historia reciente, destacando a autores “oscuros” tanto de España como del extranjero.
La primera galería del museo repasa el primer Ajoblanco, el del primer número, aparecido en 1974, hasta su parón, en 1980.
Aunque empezó haciendo una especie de lo que hoy conocemos como fanzine, Ajoblanco llegó a tener en 1977 un millón de lectores y una fotocomposición y edición como de las mejores revistas del momento (Cambio 16, Interviú, Triunfo, Por Favor, Hermano Lobo…), pero se estaban “aburguesando” y decidieron abandonar.
Sin embargo, una segunda etapa (1987-1999) (y que recorre la segunda parte de la expo) nació, casi con el mismo equipo y con el mismo José Ribas en la dirección, aceptando que los tiempos estaban cambiando (otra vez) y preocupándose más por la cultura que por la política y recogiendo, asimismo, todo aquello en que se dio a llamar La Movida, que ellos habían contribuido a crear y a la que por poco llegaban tarde.

La expo se completan con abundante material videográfico, sonoro, gráfico, fotográfico, con grandes paneles que explican de forma clara lo que fue la revista y los avatares políticos, sociales e históricos en los que se vio envuelta, acompañado, como no, por ejemplares originales de todos y cada uno de los números, así como de sus especiales y de otras publicaciones como libros y hasta discos.

El recorrido termina con un vídeo que muestra una entrevista a José Ribas donde explica, con pelos y señales, sus recuerdos de esa época y no se muerde la lengua.

En fin, una gozada que recomiendo.

Yo le doy un   

MADRID, CAMINOS INFINITOS.
Tres décadas en el Museo de Arte Contemporáneo (1970-1990).
Conde Duque, sala 3 de exposiciones temporales.
Hasta el 12 de octubre de 2014.
Entrada libre.


Continuando en el Conde Duque, como "decíamos ayer", en otro apartado de este magnífico centro cultural, se hace una retrospectiva de las tres décadas que este museo ha dedicado al arte moderno poniendo especial hincapié en el los artistas españoles, de diferentes puntos de nuestro país (Canarias no, claro, aunque sí que se cita, más les vale, a Martín Chirino) que recalaron en Madrid y que aquí realizaron sus obras.

"No hemos querido forzar ninguna lectura específica ni condicionar ninguna narración o relato tan en boga hoy en la cultura visual dominante de los museos de arte contemporáneo. El propósito fundamental que nos ha guiado ha sido dejar que las obras expuestas hablen por sí mismas, se relacionen entre ella y potencian aquellas afinidades electivas que el espectador pueda descubrir abiertamente en su propio recorrido , en paralelo con el juicio estético expresado por Marcel Proust en su gran novela sobre el Tiempo Perdido: 'Todo el valor está en las miradas del pintor. El estilo no es una cuestión de técnica, sino de visión'".

Esto reza el programa de mano que te dan a la entrada de la sala y, la verdad, no lo entiendo. En pocas, poquísimas exposiciones he estado en más de treinta años asistiendo a museos y galerías de todo el mundo que tuvieran unas notas por cuadro tan extensas y explicativas "to the max" como tiene esta retrospectiva.
A mí no me molestan las notas a pie de cuadro, al contrario, me encantan y bienvenidas sean si están tan bien hechas como estas, pero vamos, no entiendo para nada qué quiere decir don Eduardo Alaminos, comisario de esta muestra, con lo dicho anteriormente.

Bueno, las obras son muchas y paso a destacar las que más me gustaron.
Este fascinante recorrido comienza con una obra de Antonio Saura (Marina, 1959) y habla sobre el grupo El Paso en el que también estaba el anteriormente citado Martín Chirino, mi paisano. Se considera esta obra de Saura una pionera de todo el arte que una década después se iba a desarrollar en Madrid y en España.
Siguen “Crimen pasional” (1972-73) de P. Mínguez y el célebre “Sin palabras” (1977) de Quejido demuestran que buena parte de toda la imaginería de La Movida viene ya de estos años setenta.
Los “Bigotes” de Eduardo Arroyo.
Juan Antonio Aguirre y su “Nueva generación”, con es querencia por Pierre Bonnad.

El siguiente paso tras estas obras de finales de los setenta es hablar de una exposición al parecer de mucho éxito entonces como fue Madrid D.F., en 1980, que es donde se extiende ya de manera nacional el arte moderno producido aquí y donde se crea algo así como una escuela y comienza a tener una importancia vital en la sociedad y la cultura españolas de esos años.

“Los Manifestantes”, 1977, de Juan Genovés, donde el cuadro dice muchas más cosas de lo que en principio vemos. (El personaje con gafas que parece indicar algo fuera del plano, los cascos policiales casi ocultaos en el extremo superior izquierdo del cuadro, el manifestante en el suelo tapándose la cabeza mientras a su lado dos leen el periódico).
“El pintor y la modelo”, 1974, de Carlos Alcolea, que a mí se me asemeja más a “Anteojeras para un caballo” (Horse blinders), 1969, de James Rosenquist, artista al que, sin duda, Alcolea conoció para realizar esta pintura.
“Bar Viva Madrid”, 1977, de Amalia Avia, representante de la pintura hiperrealista.

Fabuloso cuadro de Francisco Soto Mesa, Madrid-Ventanas, 1982-84, que es uno de mis favoritos de esta muestra y que, según mi opinión de rockero maduro, remite tanto a las portadas de “Physical Grafitti” (Peter Corriston, 1974) de Led Zeppelin como a la celebérrima “The Wall” (Gerarld Scarfe, 1980) de Pink Floyd.

Luis Claramunt y su “Paisaje del Rastro” (1985), donde su reconocido vis urbana se ve aquí denostada en un fantasmagórico cuadro que más se me asemeja a las tenebrosas catedrales de Monet o a la serie negra de Goya que a un alegre día en el Rastro madrileño. Con todo, es realmente fascinante esta pintura y lo que puede llegar a evocar. Hasta me parece ver a Hogarth ahí, todo oscuro y sombrío.

Bueno, en este punto decir que la expo, dispuesta en una especie de fascinante sala de bóvedas hecha de ladrillo, es un poco caótica, donde se suceden cuadros de diferentes temas, estilos y fechas sin solución de continuidad.

Por cierto, y otra cosa, se nombran insistentemente en las notas muchas galerías madrileñas por donde pasaron estas obras en los setenta y los ochenta y aún en los noventa: Kreisler, Moriarty, Baudes, Fernando Vijande, Amadís… que no sé qué papel tuvieron en la época y si todavía existen y se pueden visitar.

Margarita Súarez Carreño y su Amarillo Cósmico, con esos acentos “paulklinianos”.
Pelayo Ortega: “Taberna al atardecer”, 1992. Una feliz imagen portuaria e ideallizada, hecha en base a unos planos y pintando las figuras de los marineros, el mobiliario, el barco etc., directamente del tubo de pintura. Fascinante.
Y Dis Berlin con su “El Viajero Inmóvil”, Justo aquí me encontré a un señor mayor que me estuvo hablando de aquel arte y aquel tiempo y me explicó el cuadro y todo dado que conocía al propio autor.
Martín Begué con su “Claro de luna”.
Y “La Gran Vía”, 1997, el tríptico de Javier de Juan, (famoso ilustrador de La Movida que fue gran colaborador de la revista Madriz y realizó portadas de discos como la de “El maldito viento” de La Unión) con su superposición de planos y la famosa calle madrileña vista desde dentro de un coche donde se ve a una pareja que mira hacia la vía con hastío y aburrimiento. El cuadro es notable porque en el centro, es un tríptico, se fragmenta la imagen unitaria que daría el cuadro si uniéramos los dos frontispicios extremos, esto es, el del centro presenta un movimiento alternativo al que los dos amantes, o examentes, están efectuando en ese momento. (Creo que no me explico bien). Por cierto que hoy estaba en la T2 del Aeropuerto de Barajas y siempre me percato del grandísimo y fabuloso mural que hay al final de lo que se llama el Bulevar, donde está el quiosco de prensa, la cafetería, la farmacia, la administración de lotería y que lleva a la zona de embarque. Siempre me fascinó ese mural, que es del 2000, y no sabía que era del propio Javier de Juan. Otro de mis cuadros favoritos de esta muestra.

La apropiación que, según las notas de sala, es tan característica de la posmodernidad española de los años ochenta”.

Menchu Lamas, artista viguesa miembro del grupo Atlántica, que presenta el cuadro de más envergadura, “La Serpe”, también uno de mis claros favoritos.

Asombroso y espectacular ejemplo del arte pop español en este fabuloso cuadro horizontal “Tomato Sunset Tomato”, 1969, de Herminio Molero, sí, el que fuera miembro fundador (y a día de hoy, dueño del nombre) de Radio Futura. Un estupendo ejemplo de ese tipo de arte como yo no he visto en la historia pictórica española de esos años (que no quiere decir que lo haya). Un cuadro alargado a la horizontal, donde emplea técnica mixta y los elementos propios del género pop que hemos visto en otros post míos (profusión de colores, formas geométricas hipnotizantes, empleo de elementos propios de los “mass media”…).

“Sin título”, 1980, de Eva Lootz, hecho con parafina sobre papel de India sobre tabla. Cuadro que a mí se me asemeja a unos libros en una vitrina de biblioteca y que podría uno pasar horas mirando.
También estupendo Gustavo Torres y su “Polaridades a Hermann Hesse”, 1976-1977, un díptico unido por unos segmentos verticales en revlieve y donde se reproduce en un extremo el blanco, al otro, el negro y, en medio, toda una amplia gama de grises.

Y ya estamos en la zona final de la exposición, y bueno, el resto ya no me parece interesante, con obras fechadas en los ochenta de autores como Alexanco, Domecq, Guerero que se hunden enla abastracción con algún elemento figurativo y que, dada mi escasa formación en historia del arte, no me dicen nada.
A destacar, eso sí, el último cuadro de la exposición, “Amantes. Cadáveres en el armaryo (sic) imantado”, 1993-96, de Javier Utray, donde remite a Duchamp y sus ideas anti-retinianas y donde, para mí, lo más interesante no es el cuadro en sí ni el tema del mismo, sino cómo se hizo: partiendo de un diccionario, Utray seleccionaba una palabra cualquiera, pensaba en imágenes para esa palabra y, con los colores Pantone delante, llamaba por teléfono a la empresa de serigrafía a la que solía acudir y les dictaba cómo quería que fuera el cuadro, qué imágenes tendría que haber y qué colores tendrían que poner, en un ejercicio de “pintura sin manos” y que, según el programa de mano, remite a Moholy-Nagy.
Este cuadro, una especie de díptico sin separación física, representa dos calaveras pintadas en su parte superior y dos “botellas de Klein” en la inferior. Y me quedo con el concepto de las botellas de Klein, que no conocía, y que es una especie de “superficie no orientable sin interior ni exterior” (Wikipedia).
Turulato me ha dejado lo de la botella de Klein esa.

Buena expo. Bien presentada y bien acondicionada (no te mueres de frío). El único pero es que los cuidadores de la sala a veces hablan muy alto.
Yo acudía tres veces a esta expo empleando una media de dos horas por día.

Yo le doy un   

Refrescospepito escribió:

AJOBLANCO. Ruptura, contestación y vitalismo.
Centro de arte del Conde Duque, Madrid.
Hasta el 21 de septiembre de 2014.
Entrada libre.


Ya sé que siempre digo lo mismo, pero me parece excepcional el fabuloso buen momento que está viviendo Madrid en cuanto a exposiciones se refiere.
Llevo más de quince años yendo a expos en la capital del reino y nunca vi nada igual.

Esta que nos ocupa es un paseo por la historia de una de las revistas contra-culturales más importantes de la historia del periodismo español, la publicación barcelonesa Ajoblanco (1974-1999).

Mi padre compró alguna vez Ajoblanco en los años setenta y también circulaba por casa de mis primos en La Gomera; pero el primero pronto dejó de comprarla por no gustarle el que era demasiado combativa y mis primos preferían la Star y las revistas musicales tipo Vibraciones o el Popu. En aquella época yo llegué a ojear (y hojear) los número de Ajoblanco que caían en mis manos pero no me enteraba mucho (apenas tenía ocho años).
Ya a principios de los noventa, en la segunda encarnación de la revista, sí que la compraba mensualmente e incluso llegué a suscribirme. Esto acabó en 1999, no solo con la extinción definitiva de Ajoblanco (aunque luego saldría con nombre parecido y otro formato ya en el siglo XXI) sino porque me mudé a la península y vendí me colección, como tantas otras cosas, para poder pagarme el billete.

Bueno, decir que el centro Conde Duque me parece un centro cultural de la polla: cuenta con gigantescas plazas, varias salas de exposiciones, el museo de arte moderno, una biblioteca, un cine y, ahora, una original terraza de verano y un desmesurado cine al aire libre.

La extensa expo sobre Ajoblanco está dispuesta en base a dos grandísimas y larguísimas galerías en U separadas por tres salas donde se proyectan vídeos con entrevistas a la gente que participó en la gestación de esa cabecera o en sus años siguientes, con gente como Jaume Sisa, Karmele Marchante, Fernando Savater, Rosa Regás ¡y hasta Mario Vaquerizo!

La expo empieza hablando de su fundador, José Ribas, un estudiante de derecho, perteneciente a una familia burguesa catalana, que en el tardo-franquismo tuvo la idea de aglutinar a "las mejores mentes de su generación", que se reunían alrededor de las ramblas barcelonesas, para hacer una revista contestaría, de izquierdas y combativa que tuviera peso específico en la política, que fuera vanguardista en el pensamiento, filosofía  e historia reciente, destacando a autores “oscuros” tanto de España como del extranjero.
La primera galería del museo repasa el primer Ajoblanco, el del primer número, aparecido en 1974, hasta su parón, en 1980.
Aunque empezó haciendo una especie de lo que hoy conocemos como fanzine, Ajoblanco llegó a tener en 1977 un millón de lectores y una fotocomposición y edición como de las mejores revistas del momento (Cambio 16, Interviú, Triunfo, Por Favor, Hermano Lobo…), pero se estaban “aburguesando” y decidieron abandonar.
Sin embargo, una segunda etapa (1987-1999) (y que recorre la segunda parte de la expo) nació, casi con el mismo equipo y con el mismo José Ribas en la dirección, aceptando que los tiempos estaban cambiando (otra vez) y preocupándose más por la cultura que por la política y recogiendo, asimismo, todo aquello en que se dio a llamar La Movida, que ellos habían contribuido a crear y a la que por poco llegaban tarde.

La expo se completan con abundante material videográfico, sonoro, gráfico, fotográfico, con grandes paneles que explican de forma clara lo que fue la revista y los avatares políticos, sociales e históricos en los que se vio envuelta, acompañado, como no, por ejemplares originales de todos y cada uno de los números, así como de sus especiales y de otras publicaciones como libros y hasta discos.

El recorrido termina con un vídeo que muestra una entrevista a José Ribas donde explica, con pelos y señales, sus recuerdos de esa época y no se muerde la lengua.

En fin, una gozada que recomiendo.

Yo le doy un   

Recuerdo que esa revista la compraba un compañero de carrera, sevillano, y yo me pensaba que era una revista andaluza por el comprador y por el título.   

En esa época también se vendía otra revista del mismo estilo: El Paseante.

Era la época de la movida madrileña y de la Edad de Oro. Se respiraba cultura y arte por los cinco costados...

Muchas gracias por tus aportaciones, Refrescospepito. Son siempre de gran interés y no caen en saco roto.   

Refrescospepito escribió:

Ya sé que siempre digo lo mismo, pero me parece excepcional el fabuloso buen momento que está viviendo Madrid en cuanto a exposiciones se refiere.
 

Es una gozada la cantidad de oferta que hay en Madrid a nivel de exposiciones, muchas de ellas gratuitas. Nosotros siempre que vamos no damos abasto y se nos queda alguna en el tintero.

Me gustó mucho el edificio del conde duque y su reforma, acabé allí de casualidad en mi última visita a la capital, no había oído nada de ese sitio.

Gracias Tin Soldier y Rebel.

Es un placer ir a exposiciones y comentarlo , especialmente si alguien más le importa.
Les conmigo a que ustedes también asistan a expos y lo cuenten aquí.

Muchas gracias y un saludo, caballeros.

EL ROSTRO DE LAS LETRAS.
Escritores y fotógrafos en España desde el Romanticismo hasta la Generación del 1914.

Sala Alcalá 31, Madrid.
Hasta el 11 de enero de 2015.
Entrada libre.



Fuck, yeah!!!!!!!!!!!!.

Se abre la temporada con dos exposiciones excepcionales que ningún amante de la cultura general debería perderse.

La primera de la que voy a hablar es de la que se puede ver en estos momentos.
Va sobre la fotografía y los escritores que pululaban por Madrid entre medio de los siglos XIX y XX.
Con fabulosas fotos de Mariano Moreno y Santos Yubero, entre otros, increíbles esas fotos de impresión digital de pigmentos minerales sobre papel de algodón. La impresión digital hace que esas viejas fotos cobren una extraordinaria vida y se vea el viejo Madrid con sus cafés y sus personajes como si la foto hubiera sido hecha ahora mismo, además, muchas se reproducen en formato grande, para deleite de cualquiera que pase por allí.  

Como esta expo también va sobre Madrid, son muchas las citas que sobre la capital de España podemos encontrar en esta expo; dos de las que más me han impresionado son estas:

"Es preciso vivir en este Madrid terrible. En provincias no se puede conquistar la fama. La fama no estamos muy seguros los que vamos tras ella en qué consiste; pero yo puedo asegurar que el fajo de cuartillas que emborrono es para conquistar la fama". (Valle Inclán).

“En todas partes es más apreciada  la aristocracia del talento. En España no se lee porque no se escribe; y no se escribe porque no se lee”. (Mariano José de Larra).

Pues con estas sabias palabras arranca esta fabulosa exposición que abarca ese curioso grupo de años entre siglos donde la vida literaria española se desarrollaba principalmente en Madrid. La sala de debajo de Alcalá 31 se ha dividido, a su vez, en tres grandes estancias, la primera, con la presentación de la expo y las grandes fotografías de las que antes he hablado; la segunda, con una pantalla gigantesca donde se proyecta una curiosa película de doce minutos sobre alguno de los escritores representados y la tercera, que cierra la expo, da noticia de todos aquellos estupendos fotógrafos retratistas de la época, auténticos artistas del retrato que vivían, más mal que bien, de escribir en los periódicos. (Esto la mayoría, claro, que luego había retratistas fotográficos de fama y con estudio propio, que esos sí que eran unos ricachones). Estas tres salas están rodeadas de dos grandes pasillos con un cantidad ingente de fotografías de época (con copias originales), primeras ediciones de novelas y un montón de curiosidades y efectos personales de los escritores de los que se habla en la expo, amén de contar, también, con abundante explicación en numerosos paneles explicativos.
La parte de arriba de la sala, esta vez cerrada al público, se ha completado con una serie de gigantescos paneles con retratos de estos escritores y que se puede ver desde abajo.

Destacan algunas fotos inéditas, como esta de Rosalía de Castro por María Cardarelly.



O este de Bécquer por Alonso Martínez.


Ambos retratos muy alejados de la imagen que tenemos de estos dos literatos.

Precisamente de Rosalía escribe, y se reproduce en esta expo, el también gallego Xesús Alonso Montero:
“Fráxil e profunda, sombra e luz, Rosalía de Castro transitou pola vida con palabras xa de revelación, xa de misterio, por camiños sempre adversos. Vivía nun país  sem voz propia e foie la  primeira , con entidade, en atopar o nome das cousas, o nome non escrito das nosas causas”.

Yo a esta expo le doy un  

FRANCISCO IBÁÑEZ, EL MAGO DEL HUMOR.
Círculo de Bellas Artes, Madrid.
Hasta el 18/01/2015.
3 euros entrada general.


Un poco corta la restropectiva que sobre el genial Francisco Ibáñez ha hecho el Círculo de Bellas Artes, o al menos esa fue mi impresión.
En una de las salas más pequeñas del Círculo, se presenta, por medio de paneles, en la paredes, la historia de Ibáñez, de como ideó sus personajes, sus primeros tiempos en editoriales catalanas de los años 50, su ingreso en Bruguera, luego en Ediciones B y llegando hasta la actualidad.

La exposición cuenta, tambien, con varias vitrinas a pie de suelo donde se exhiben un montón de revistas de época, como Pulgarcito, Din Dan, Tiovivo hasta las revistas Mortadelo y Sacarino y, cómo no, los Olé, Supermortadelo, Mortadelo gigante etc.

Son también muy interesantes las semblanzas que se hacen de cada personaje, concentrándose en los cinco grandes: Mortadelo y Filemón, 13 Rue del Percebe, Sacarino, Pepe Gotera y Otilio y Rompetechos.

Es notable como se incide mucho en su última etapa, la de Chicha, TAto y Clodoveo, que a mí nunca me interesó, y posteriores trabajos.

Al final, una recopilación, un poco pobre, de parafernalia y merchandising relacionados con este artista supremo e inigualable de la historieta española, más unas proyecciones de algunas de las películas basadas en sus personajes.

A la entrada de la sala (que es también salida) hay, cómo no, un puesto donde se venden los cómics de Ibáñez, pero no, no los antiguos, sino modernas ediciones.

Al final, de lo que se desprende de esta expo es que Ibáñez era un CURRANTE con todas las letras. Es impresionante la cantidad de trabajo que este señor hizo en los años cincuenta, sesenta y setenta, es que prácticamente no tuvo ni tiempo de comer, dormir o ir al baño.

Lo dicho, un genio.

Interesante sobre todo por los paneles explicacitvos, algo bastante bien hecho, y sobre la forma en la que se crea una historieta, con varios bocetos del autor.

Yo le doy un

HUBERT DE GIVENCHY.

Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid.
Hasta el 18 de enero de 2015.
11 euros entrada general.
7 para pensionistas, estudiantes, menores, etc.
Entrada gratis para desempleados con acreditación.
Audiogía, 3 euros.


Excesiva la tarifa normal para la entrada a esta interesante exposición del modisto francés Hubert de Givenchy, genio de la alta costura que no le hacía ascos al prêt-à-porter y que vistió en los años cincuenta y sesenta a damas de la alta sociedad como Jackie Kennedy, la Duquesa de Windsor o a la mismísima Audrey Hepburn.

Dispuesta en la sala habiatual de las expos temporales, el Thyssen hace un repaso por la obra del longevo modisto (sigue vivo, con más de ochenta años) cubriendo todas sus épocas y con vestidos reales de época donde destacan, cómo no, los que realizó para Audrey ("Desayuno con diamantes", "Una cara con ángel", "Charada"...) así como para otras personalidades de la aristocracia mundial.

Desde mi pobre punto de vista para la moda (siempre he sido un hombre de vaqueros y camisetas heavies), me interesó mucho los vestidos de cóctel en crepé negro de los años cincuenta, uno largo de punto de seda para Jerry Hall (ex de Mick Jagger) y me sorprendió comprobar como mucho de los vestidos más míticos eran de raso.

También me dejó seco su continuo uso de paillets, esos circulitos minúsculos de plástico que se han usado toda la vida para los trajes de carnavales.

Se ha tenido el buen gusto de intercalar el abundante material con obras de arte que fascinaron al modisto (o al artista, quizás deberíamos decir), coo un fenomenal Rothko de dimensiones demenciales, o un magnífico Albers del 54.

Una proyección sobre su vida se puede ver también, y es bastante interesante, amén de varias fotografías de gran tamaño en las que se ve con Audrey y otras personalidades a las que Givenchy era muy aficionado.

Al final, los complementos: sorpendentes sombreros y tocados (al menos para los estándares de hoy en día) y una muestra del perfume de Audrey, que se vende a 80 euros.
¡Gñ!

No me ha gustado mucho el que se exhiban modelos hechos con piel de serpiente, cebra, antílope, armiño, etc., pero entiendo que eran los años cincuenta, o sea, otros tiempos.

Mal por los paneles explicativos, bastante escasos. El folleto de sala no aclara mucho y la audioguía es insteresante y merece la pena.

Con todo, sigo pensando que la entrada general, once euros, es muy cara, pero quizás sea el precio que haya que pagar por ver tantas maravillas.

Yo le doy un .

Sorolla y Estados Unidos en la Fundación Mapfre de Madrid. Entrada libre.

Sólo por ver esto ya merece la pena:

DEPERO FUTURISTA.

Fundación Juan March, Madrid.
Hasta el 18 de enero de 2015.
Entrada libre.


Maravilloso el arranque de esta temporada, con muchas exposiciones de interés, aparte de las antes referidas (Ibáñez, Givenchy, El rostro de las letras) se une esta de la siempre interesantísima (y gratis) Fundación March.

En esta ocasión se ha dedicado a hacer una semblanza del italiano Fortunado Depero (1892-1960), pintor, escenógrafo, escultor, diseñador y hombre, en general, del mundo de la cultura italiana de entreguerras y pos-II Guerra Mundial, ardiente seguidor de la corriente llamada Futurismo, que glorificaba el triunfo de las máquinas, la velocidad, la guerra como elementos que hacen avanzar a la humanidad, vamos, toda una declaración de principios a lo Man-Machine y que estuvo emparentado con el futurismo ruso de Malevich o el arte bolchevique de Rodchenko.

Empieza la cosa con una serie de documentos sonoroso de los años 10 del pasado siglo que ríete tú de los experimentos actuales. Russolo, Marinetti y Depero con los primeros ejemplos de "arte sonoro". "La batalla de Adrianapoli", de Marinetti. Luigi Rusolo: "Risveglio di una citta". Dpero: "Canzone rumorista".

Las obras de Depero y los futuristas me recuerdan constantemente a "Desnudo bajando una escalera" de Duchamp, por aquello del desarrollo del movimiento en la plástica (algo que no inventaron los japoneses, ojo). Está claro que el futurismo influyó grandemente a Lèger y a toda la imaginería del Submarino Amarillo e incluso al pop-art.

Interesantísimos desarrollos en el espacio de dibujos deudores del cubismo y de la arquitectura de la época que anuncian a autores como Chriino y a todo el Sgt. Pepper's y la imaginaría psicodélica inglesa de las portadas de los discos de mitad de los años sesenta.

Incluso Depero anuncia las obras de artistas muy nuestros como Guillermo Pérez Villalte, cuyo célebre "Personajes a la salida de un concierto de rock" (1979, Museo Reina Sofía) tiene una fuerte deuda del cuadro de Depero "Retrato psicológico del aviador Azari".

Fabulosa, increíble la inclusión de parte del decorado para "El canto del ruiseñor", ballet de Stravinsky que Fortunado Depero diseñó y que es la gran estrella de esta exposición y que hay que ver para creer.

Magnífica también "Bambina e marinero", hecho con tela.
Y en "Balli Plastici" y otras obras para el Teatro Dei Picolli me parece encontrar conexiones con los vídeos de grupos como Pet Shop Boys ("I wouldn't normally do this kind of thing") o Daft Punk ("Around the world").

Y como buen artista para el teatro, ha termiando influyendo, directa o indirectamente, a toda la cartelería e imaginería del carnaval de Santa Cruz de Tenerife. Je je.

Sus composiciones con telas, fascinantes.
Fabulosos cuadros en blanco y negro.

Una sala dedicada a sus diseños por encargo. Buenísimas sus campañas publicitarias para Campari, Vanity Fair o Vogue.

A partir de aquí la cosa se torna menos interesante: el viaje a N.Y., sus peculiaridades de algunos pensamientos suyos, como su pasional adhesión al fascismo italiano y a Benito Mussolini... hasta llegar al final, un poco flojo, con extractos de sus discursos pro fascistas desde una colección de radios antiguas que no sé a qué viene.

Mucho frío en la sala, pero mucho, ojo, y eso que yo iba con pantalón largo, zapatos, chaqueta y hasta gorro.

Muy recomendable la visita guiada. (También gratis).

Yo le doy un  

COLECCIÓN ABELLÓ.
Centro-Centro, Palacio de Comunicaciones, Cibeles (Antiguo Correos, vamos, donde está la Botella), Madrid.
Hasta el 1 de marzo de 2015.
6 euros. 4 euros para jubilados y desempleados con acreditación.
Gratis primer martes de cada mes.


El Abelló es un hijoputa, como el Juan March, po fale, pero lo que está claro es que su interés por el arte, el coleccionismo, el mecenazgo y la voluntad de mostrar sus tesoros es digna de aplauso.
Él y su mujer, Ana Gamazo, han comprado durante años obras de todas las épocas y estilos (con una predilección por el dibujo, esa "hermana pequeña" de lo que se da en llamar "gran arte") de primeros artistas internacionales y ahora se puede ver en el Palacio de Comunicaciones, Correos, tras la Cibeles, aquí en Madrid, y es una experiencia alucinante para todo el degustador de arte.

Comenzamos el recorrido con un prólogo: obras sobre Madrid de los siglos XVII al XIX. Muy interesantes óleos de gran formato y pequeñas miniaturas que nos acercan a cómo era el Madrid de siglos atrás, bien diferente al actual.

Así, nos encontramos nada más iniciarse la expo con Jorge de la Rúa y su "Retrato de Felipe II" (1554) que "dialoga" con nada menos que Juan Gris, colocado en su frente, y su cuadro "Mujer sentada o la Escocesa), de 1918.

Alucinantes óleos sobre tabla en la sala barroca.

El tríptico "La vigen de la misericordia", de Beranrdo Serra. (Buena sala la barroca, buena iluminación).

"Virgen de la leche " de Berruguete.
El bello "Bautismo de Cristo" de Juan Flandes.
"El joven Gallero" de Murillo, uno de los grandes reclamos de esta expo, ya en la sala renacentista, entre dibujos del maestro sevillano a pluma y/o lápiz, especialmente "Virgen con el niño" o el "Estudio de neuve cabezas de queribunes".
Las bellezas escultóricas de José de Mora.

En la sala de El siglo de las luces, varios retaratos a lápiz de Goya.
Antonio Joli y esos maravillosos óleos sobre Aranjuez , en plan Canaletto, donde sepura el estilo conocido como "cámara óptica".
Canaletto "himself", con varias obras sobre su vis como escenógrafo teatral.

Sala del siglo XIX.
Destaca Isidro Nonell con "Gitana" y Ramón Casas y su "Dama".
"EL halago", de Juan Gris es absolutamente fabuloso.
Degas, dibujos y pintura de "Después del baño".
Beruete y su "Vista sur de Toledo".
Impresionante "Peñas de Urquiola" de Darío de Regoyos.
Sorolla no puede faltar y sus "Niños en el mar" es un clásico ejemplo de su pintura de verano, playas, diversión y vida sosegada.
Una "Cabeza de una campesina" (1884) de Van Gogh, dibujo que cas parece una viñeta de cómic.
El espléndido "Violonchelista" de Modigliani, 1909, que casi parece un Matisse.

Y el siglo XX, mi favorito, claro.
Un espléndido Chagall, "Maternidad con cabra dorada" (1954-63), y sus sempiternos temas: la madre y el niño, la bondad de los animales, su pequeño pueblo de Vítebsk, el hombre azul que baila sobre un tejado, y todo el mundo volando por ahí.

Este Léger, tan moderno, con un espléndido "Naturaleza muerta", de 1919.

Picasso: "Desnudo sentado", a medio camino entre el dibujo y la pintura, un óleo con carboncillo de gran formato.
Y más estupendos dibujos de Picasso, como su "Autorretrato enfado en las calles de parís", con ese pelillo que tenía, fumando en pipa y, ¡ay!, llevando tacón cubano.
EXtraño "Personaje carlista", que no parece del genio malagueño.
"El busto", 1971, perteneciente a su obra última y que bien parece como sacado de su serie de "El pintor y la modelo".

Benjamín Palencia: "Bodegón cubista" (1923).
Una composición "picassiana" de Francis Bacon.
Un genial dibujo a lápiz de Egon Schiele.
Y un dibujo de Klimt precioso, sensual y perturbador, "Tres mujeres de pie" (1908). Maravillosa expresión con tan solo unos cuantos trazos.

Y, buf, ya la repanocha, Klee, Much, Kandinsky... ¿Quién puede sustraerse a eso por muy cabrón que sea el compilador de tanta maravilla?

Finales del siglo XX:
La dos "Mujeres, pájaros y estrellas" de Miró, acuarelas, pastel, lápiz, pluma, tinta... Todo sutil y todo suave y hermoso, queridos capullos-as, todo ensoñación. Hasta el marco de algunas de estas obras es "mironiano".
"De somnis LXII" de Pablo Palazuelo, como una representación, escasa, del siglo XXI.
Los acostumbrados Tàpies, Miralles... no muy interesantes.
Mark Rothko, cómo no, y esos inquietantes cuadrados concéntricos, ala manera de Albers. "Negro, rojo, negro", 1968.

Nos acercamos al final y, como casi al principio, una obra antigua "Rincón de terraza con maceteros y flores", 1660, "dialoga" con el Bodegón cubista (aunque no tanto) de Benjamín Palencia.

A modo de epílogo, el impresionante "Tríptico", 1983, de Francis Bacon, una de obra de varios metros, con esas figurara recortadas y deformes sobre un desolador fondo rojo, da por terminada la expo con un   .


En la sala hace frío.
Evitar ir fines de semana y por las tardes y el día de entrada libre (primer martes de mes).

UN SABER REALMENTE ÚTIL.
Museo Reina Sofía, Madrid.
Hasta el 9 de febrero de 2015.
6 euros. Gratis para desempleados. Domingos, gratis.




Pues al final era esta la obra tan polémica que ciertos colectivos quisieron hacer retirar de esta interesante exposición colectiva sobre la educación, la sociedad, la política y cómo nos influyen los medios de manea decisiva.
Esta obra, una caja de cerillas que invita a quemar iglesias, del colectivo feminista argentino Mujeres Públicas, es la que ha activado el interés por esta ingente exposición donde colaboran más de treinta artistas y colectivos en torno a la idea antes comentada: educación-sociedad-política, mezclada con inmigración, colonización, pobreza etc.

Son varias salas y recorrerlas todas con detenimiento llevará más o menos dos horas y media, que fue lo que yo tardé. Y eso sin mirar todas las películas propuestas ni leer todos los libros, revistas, folletos que forman parte de esta expo que parece más adecuada para lo que se hace en el Centro de Arte Dos de Mayo de Móstoles, donde se organizan muestras parecidas de carácter igual de arriesgado.

Destacar, entre otras muchas cosas (pues tantas, tantísimas que no podría destaca una sobre otra), la parte dedicada a la educación, la del principio, con un interesante corto de Abbas Kiarostami.
Vean, vean.

IMPRESIONISMO AMERICANO (ESTADOUNIDENSE).

Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid.
Hasta el 1 de febrero de 20015.
11 euros. Gratis para desempleados con acreditación.
Audioguía: 3 euros.


Fascinante y muy agradable la exposición sobre el impresionismo americano (mejor dicho, estadounidense) que presenta esta temporada el Thyssen y que quiere hacer hincapié en el representativo número de artistas de Estados Unidos que, siguiendo a los franceses Manet y Degas, construyeron el propio impresionismo de su país a finales del siglo XIX y principios del XX.

Cassay, Sargent o son desconocidos para el gran público pero sus obras son realmente impresionantes, ejem, y es un lujo poder verlas aquí en Madrid, en una oportunidad única para conocer a todos estos artistas.

Cassat, deudora de Degas, y con esos temas que, sin embargo, la acercan a Sorolla, ilustra la primera parte de la exposición, donde cuadros suyos se mezclan con los de su propio maestro y con los de Manet (fabulosa su increíble "Amazona de frente"). Este cuadro de Manet, que se incluye como inspiración al colectivo estadounidense, fue pintado con soltura de pincel, pues está inacabado, dado que el maestro murió antes de terminarlo.

El cuadro de Sargent "Joven mendiga de París", casi podría ser la portada de un disco de Black Sabbath, aunque este artista pronto se acogería a los temas "playeros".

"Paseo en barca", también de Sargent, de formato medio, parece una de esas que vería el personaje de Daniel Day-Lewis en la película "La edad de la inocencia" (1993) de Martin Scorsesse.

"Dos mujeres dormidas" y unos maravillosos rojos.

"Paisaje con mujeres en primer plano" podría ilustrar perfectamente una escena de una novela de Virginia Wolf, por el suave y sutil homoerotismo de las dos mujeres. Los misteriosos claroscuros del follaje (ejem) me recuerdan a ciertas obras de Anglada-Camarassa.

El bostoniano Childe Hassam, bastante poco representado para mi gusto, es uno de los artistas más interesantes. Su fabuloso "Melocotonero" así lo demuestra; una obra donde tiene también una importancia crucial el marco, de época, donde está inserto. Esto es una cosa extraordinaria a destacar: los marcos, tan importantísimos como la obra en sí, o al menos eso se creía en la época y yo lo afirmo igualmente hoy en día, que casi no se comprendería el lienzo sin su marco y que es de admirar realmente.

Una sala dedicada a la villa de Giverny, norte de Normandía, Francia, donde Monet se retiró sus últimos años y a donde fueron en peregrinación varios de los más representativos pintores estadounidenses en busca del maestro. Destaca el cuadro de Sargent "Monet pintando junto a un bosque" con otros del propio maestro francés .
Giverny me recuerdo a esos tradicionales retiros de artistas a una casita en el campo con cocinera, tal y como refleja Possy Simmonds en su cómic Tamara Drewe.

Monet: "Prado con Almiares", casi un Pissarro, se podría enmarcar en el puntillismo.

Sargtent: "Pintando en Calcot". Increíble esa cabeza de hombre que parece casi una fotografía, y con la banda roja en su cintura de un color como de ciencia ficción.

Thedore Robinson: "Árboles en flor en Giverny", con una curiosa perspectiva: el pintor se sitúa en la copa del árbol y retrata la vida que ve desde allí: los paseantes, el niño jugando, el lago... Este cuadro tuvo que ser bastante impactante de ver en su época (finales del siglo XIX), por el punto de mira del espectador. Hoy tenemos la educación de la fotografía, el cine, la televisión, los cómics, internet y estos "encuadres" no nos parecen tan raros, pero en aquella época tuvo que causar sorpresa.


Childe Hassam: "Aguacero" (Une averse). Magnífico cuadro de gran formato que parece sacado de una escena de "Los miserables". El tema, unos cocheros aparcados a la espera de clientes, como los taxistas de hoy, la mujer y el hombre en primer plano que tiran del carro descubiertos bajo la lluvia,  las persona elegantes bien vestidas, la magnífica perspectiva, el punto de fuga...

Robinson y su magnífico "Paisaje de invierno".

La serie "Estudios de un día de otoño" de John Leslie Breck sobre el cuadro "Almiar" de Monet. Leslie pintó una serie de doce cuadros a partir de uno de Monet que respresentaba un almiar (montón de paja o heno que se junta alrededor de un palo al aire libre) en medio del campo. Cada cuadro representaba ese Almiar dándole la diferente luz del día. ¿Descubriría Leslie las "series" tal y como las concebían en el siglo XX los Hamilton, Warhola etc.? Algunos de estos cuadros tuvo que inspirar a Hipgnosis, el colectivo creador de portadas de discos de los años setenta, para sus trabajos para el concepto de carpeta de The dark side of the moon o Wish you were here.

de Pink Floyd.




La audioguía, las notas de sala y la información de los paneles insisten mucho en Chase y sí, es cojonudo (estupendos los cuadros sobre los parques, con esa filtraciones de la luz entre los árboles y el contraste entre el amplio verde y el suave amarillo del camino que corta el césped), pero para mí es Childe Hassam el verdadero genio de esta exposición. Su "Invierno en Union Square" parece casi de cómic, con esa perfección de locura que casi anuncia a Hergé y la tan cacareada escuela de "línea blanca" de la historieta de la segunda mitad del siglo XX. Este retrato de la plaza de Boston, donde se ve la rica posición de la cuidad y la elegancia de sus gentes, es extraordinario.



Y es precisamente el eje Boston-N.Y.-Pennsylvania donde se fraguó este impresionismo estadounidense.

No dejo de admirar, aparte de los fabulosos cuadros, los formidables marcos que los acompañan, la gran mayoría de época, y es que el soporte de un lienzo es tan absolutamente necesario como el cuadro en sí y, en esta expo, aciertan en exponer lienzo y marco como un todo. Y en algunos casos, como las pequeñas miniaturas de John Abbot McNeill Whistler, incluso están por encima de la misma pintura.

Whistler y sus nocturnos. Fabulosos y sugerentes cuadros que retratan la noche londinense, con sus brumas, nebulosas y misterios, de manera extraordinaria.
Espectacular el cuadro de Whistler "Esquema de color para el comedor de la Aubrey House", absolutamente, puede que sin saberlo ni  proponérselo, abstracto, sin un rasgo figurativo y que anunciaba, a mi parecer, al propio Josef Albers.

Me siento afortunado, como mortal, poder llegar a ver todas estas maravillas. Nunca soñé que podría un día ir a tantos museos y contemplar estas obras de arte inmortal.

Twathman: "El río en invierno". Un cuadro muy "azkenable" que retrata un paisaje cubierto de nieve que casi parece sacado de la película Fargo.

Homoerotismo lésbico en Dewing y su "Verano".

El arte japonés de las estampas fue también una inspiración recurrente de los impresionistas estadounidenses. "El kimono", de Chase, es un claro ejemplo de esta influencia japonesa. Gran lienzo de tonos ocres rematados por colores vivos donde vemos a una mujer en kimono sentada en una silla rodeada de objetos típicos de una casa japonesa.

Es de destacar la fuerza de lo local en el impresionismo. Aunque miraran a otros países como inspiración (Francia, Inglaterra, Japón) todo este arte tiene una fuerte raigambre localista y remite constantemente a las ciudades de estos artistas. Como decía Chase: "Mejor norteamericano auténtico que francés de imitación". O sea, más vale ser punki que maricón de playa.

Estos paisajes playeros o pantanosos o áridos de Chase y los "landspace" de Shinecock a el célebre cuadro "El mundo de Cristina" de Andrew Wyeth, no solo por el planteamiento sino por el tema.

En la sala de principios del siglo XX cuadros de Benson de una espléndida luminosidad. No me extraña que se basara en fotografías. El gesto de la niña mirando al frente con su mano de visera (y el del cuadro de enfrente, una mujer adulta haciendo lo mismo, con lo que los cuadros "se miran") es fascinante.

Benson capitaneó un grupo de artistas estadounidenses de principios de siglo llamados Los Diez. Así como los impresionistas franceses de fin del siglo XIX estaban en contra del academicismo en la pintura, pues Los Diez, lo mismo.

Formidables grandes cuadros de Edmund Tarbell (que tenía como seguidores a los "tarbelitas"), de fuerte raigambre nacionalista.

Y termina la expo con un cuadro de una de las pocas mujeres representadas, Cecilia Beaux y su "Sita y Sarita", una bella mujer, ricamente vestida y con la mirada distriada y, sobre ella, una gata que mira al frente con unos ojos de fuego. El contraste blanco-negro es espectacular y a mí me recuerda a cierto cuadro de, otra vez, Anglada-Camarassa, "La morfinómana".

Pues una de las grandes exposiciones del año a la que no tengo más remedio que darle un

La mejor exposición de 2014 fue esta.

Refrescospepito escribió:IMPRESIONISMO AMERICANO (ESTADOUNIDENSE).

Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid.
Hasta el 1 de febrero de 20015.
11 euros. Gratis para desempleados con acreditación.
Audioguía: 3 euros.


Fascinante y muy agradable la exposición sobre el impresionismo americano (mejor dicho, estadounidense) que presenta esta temporada el Thyssen y que quiere hacer hincapié en el representativo número de artistas de Estados Unidos que, siguiendo a los franceses Manet y Degas, construyeron el propio impresionismo de su país a finales del siglo XIX y principios del XX.

Cassay, Sargent o son desconocidos para el gran público pero sus obras son realmente impresionantes, ejem, y es un lujo poder verlas aquí en Madrid, en una oportunidad única para conocer a todos estos artistas.

Cassat, deudora de Degas, y con esos temas que, sin embargo, la acercan a Sorolla, ilustra la primera parte de la exposición, donde cuadros suyos se mezclan con los de su propio maestro y con los de Manet (fabulosa su increíble "Amazona de frente"). Este cuadro de Manet, que se incluye como inspiración al colectivo estadounidense, fue pintado con soltura de pincel, pues está inacabado, dado que el maestro murió antes de terminarlo.

El cuadro de Sargent "Joven mendiga de París", casi podría ser la portada de un disco de Black Sabbath, aunque este artista pronto se acogería a los temas "playeros".

"Paseo en barca", también de Sargent, de formato medio, parece una de esas que vería el personaje de Daniel Day-Lewis en la película "La edad de la inocencia" (1993) de Martin Scorsesse.

"Dos mujeres dormidas" y unos maravillosos rojos.

"Paisaje con mujeres en primer plano" podría ilustrar perfectamente una escena de una novela de Virginia Wolf, por el suave y sutil homoerotismo de las dos mujeres. Los misteriosos claroscuros del follaje (ejem) me recuerdan a ciertas obras de Anglada-Camarassa.

El bostoniano Childe Hassam, bastante poco representado para mi gusto, es uno de los artistas más interesantes. Su fabuloso "Melocotonero" así lo demuestra; una obra donde tiene también una importancia crucial el marco, de época, donde está inserto. Esto es una cosa extraordinaria a destacar: los marcos, tan importantísimos como la obra en sí, o al menos eso se creía en la época y yo lo afirmo igualmente hoy en día, que casi no se comprendería el lienzo sin su marco y que es de admirar realmente.

Una sala dedicada a la villa de Giverny, norte de Normandía, Francia, donde Monet se retiró sus últimos años y a donde fueron en peregrinación varios de los más representativos pintores estadounidenses en busca del maestro. Destaca el cuadro de Sargent "Monet pintando junto a un bosque" con otros del propio maestro francés .
Giverny me recuerdo a esos tradicionales retiros de artistas a una casita en el campo con cocinera, tal y como refleja Possy Simmonds en su cómic Tamara Drewe.

Monet: "Prado con Almiares", casi un Pissarro, se podría enmarcar en el puntillismo.

Sargtent: "Pintando en Calcot". Increíble esa cabeza de hombre que parece casi una fotografía, y con la banda roja en su cintura de un color como de ciencia ficción.

Thedore Robinson: "Árboles en flor en Giverny", con una curiosa perspectiva: el pintor se sitúa en la copa del árbol y retrata la vida que ve desde allí: los paseantes, el niño jugando, el lago... Este cuadro tuvo que ser bastante impactante de ver en su época (finales del siglo XIX), por el punto de mira del espectador. Hoy tenemos la educación de la fotografía, el cine, la televisión, los cómics, internet y estos "encuadres" no nos parecen tan raros, pero en aquella época tuvo que causar sorpresa.


Childe Hassam: "Aguacero" (Une averse). Magnífico cuadro de gran formato que parece sacado de una escena de "Los miserables". El tema, unos cocheros aparcados a la espera de clientes, como los taxistas de hoy, la mujer y el hombre en primer plano que tiran del carro descubiertos bajo la lluvia,  las persona elegantes bien vestidas, la magnífica perspectiva, el punto de fuga...

Robinson y su magnífico "Paisaje de invierno".

La serie "Estudios de un día de otoño" de John Leslie Breck sobre el cuadro "Almiar" de Monet. Leslie pintó una serie de doce cuadros a partir de uno de Monet que respresentaba un almiar (montón de paja o heno que se junta alrededor de un palo al aire libre) en medio del campo. Cada cuadro representaba ese Almiar dándole la diferente luz del día. ¿Descubriría Leslie las "series" tal y como las concebían en el siglo XX los Hamilton, Warhola etc.? Algunos de estos cuadros tuvo que inspirar a Hipgnosis, el colectivo creador de portadas de discos de los años setenta, para sus trabajos para el concepto de carpeta de The dark side of the moon o Wish you were here.

de Pink Floyd.




La audioguía, las notas de sala y la información de los paneles insisten mucho en Chase y sí, es cojonudo (estupendos los cuadros sobre los parques, con esa filtraciones de la luz entre los árboles y el contraste entre el amplio verde y el suave amarillo del camino que corta el césped), pero para mí es Childe Hassam el verdadero genio de esta exposición. Su "Invierno en Union Square" parece casi de cómic, con esa perfección de locura que casi anuncia a Hergé y la tan cacareada escuela de "línea blanca" de la historieta de la segunda mitad del siglo XX. Este retrato de la plaza de Boston, donde se ve la rica posición de la cuidad y la elegancia de sus gentes, es extraordinario.



Y es precisamente el eje Boston-N.Y.-Pennsylvania donde se fraguó este impresionismo estadounidense.

No dejo de admirar, aparte de los fabulosos cuadros, los formidables marcos que los acompañan, la gran mayoría de época, y es que el soporte de un lienzo es tan absolutamente necesario como el cuadro en sí y, en esta expo, aciertan en exponer lienzo y marco como un todo. Y en algunos casos, como las pequeñas miniaturas de John Abbot McNeill Whistler, incluso están por encima de la misma pintura.

Whistler y sus nocturnos. Fabulosos y sugerentes cuadros que retratan la noche londinense, con sus brumas, nebulosas y misterios, de manera extraordinaria.
Espectacular el cuadro de Whistler "Esquema de color para el comedor de la Aubrey House", absolutamente, puede que sin saberlo ni  proponérselo, abstracto, sin un rasgo figurativo y que anunciaba, a mi parecer, al propio Josef Albers.

Me siento afortunado, como mortal, poder llegar a ver todas estas maravillas. Nunca soñé que podría un día ir a tantos museos y contemplar estas obras de arte inmortal.

Twathman: "El río en invierno". Un cuadro muy "azkenable" que retrata un paisaje cubierto de nieve que casi parece sacado de la película Fargo.

Homoerotismo lésbico en Dewing y su "Verano".

El arte japonés de las estampas fue también una inspiración recurrente de los impresionistas estadounidenses. "El kimono", de Chase, es un claro ejemplo de esta influencia japonesa. Gran lienzo de tonos ocres rematados por colores vivos donde vemos a una mujer en kimono sentada en una silla rodeada de objetos típicos de una casa japonesa.

Es de destacar la fuerza de lo local en el impresionismo. Aunque miraran a otros países como inspiración (Francia, Inglaterra, Japón) todo este arte tiene una fuerte raigambre localista y remite constantemente a las ciudades de estos artistas. Como decía Chase: "Mejor norteamericano auténtico que francés de imitación". O sea, más vale ser punki que maricón de playa.

Estos paisajes playeros o pantanosos o áridos de Chase y los "landspace" de Shinecock a el célebre cuadro "El mundo de Cristina" de Andrew Wyeth, no solo por el planteamiento sino por el tema.

En la sala de principios del siglo XX cuadros de Benson de una espléndida luminosidad. No me extraña que se basara en fotografías. El gesto de la niña mirando al frente con su mano de visera (y el del cuadro de enfrente, una mujer adulta haciendo lo mismo, con lo que los cuadros "se miran") es fascinante.

Benson capitaneó un grupo de artistas estadounidenses de principios de siglo llamados Los Diez. Así como los impresionistas franceses  de fin del siglo XIX estaban en contra del academicismo en la pintura, pues Los Diez, lo mismo.

Formidables grandes cuadros de Edmund Tarbell (que tenía como seguidores a los "tarbelitas"), de fuerte raigambre nacionalista.

Y termina la expo con un cuadro de una de las pocas mujeres representadas, Cecilia Beaux y su "Sita y Sarita", una bella mujer, ricamente vestida y con la mirada distriada y, sobre ella, una gata que mira al frente con unos ojos de fuego. El contraste blanco-negro es espectacular y a mí me recuerda a cierto cuadro de, otra vez, Anglada-Camarassa, "La morfinómana".

Pues una de las grandes exposiciones del año a la que no tengo más remedio que darle un

Por cierto, si van, eviten los fines de semana y las horas de la mañana o tarde. Mejor ir al mediodía entre las 13:00 y las 16:00.

Te cagas

http://www.mncn.csic.es/Menu/Exposiciones/Temporales_temporalExcreta_ES/seccion=1183&idioma=es_ES&id=2014101610420001&activo=11.do



Pero no, yo no he estado.

Matadero Madrid
1 h ·
En solo una semana se inaugura en Casa del Lector la exposición El Poder de las Canciones, en la que el director de la revista Rockdelux Santi Carrillo reúne 60 momentos históricos de la música del siglo XX a través de 60 himnos de artistas internacionales y nacionales. Desde los Beatles, Sex Pistols, Bob Marley o Patti Smith a Loquillo y Los Planetas. Imprescindible.

http://www.mataderomadrid.org/ficha/4096/el-poder-de-las-canciones.html

Rayo escribió:
Matadero Madrid
1 h ·
En solo una semana se inaugura en Casa del Lector la exposición El Poder de las Canciones, en la que el director de la revista Rockdelux Santi Carrillo reúne 60 momentos históricos de la música del siglo XX a través de 60 himnos de artistas internacionales y nacionales. Desde los Beatles, Sex Pistols, Bob Marley o Patti Smith a Loquillo y Los Planetas. Imprescindible.

http://www.mataderomadrid.org/ficha/4096/el-poder-de-las-canciones.html

No creo que en esas 60 canciones esté ninguna de Sabina.
Y ninguna de Heavy Metal o de Rock Progresivo.
Como conozco los quehaceres de este señor desde hace años, no creo que me pase, para no cabrearme.
Gracias, compi.

Refrescospepito escribió:

Rayo escribió:
Matadero Madrid
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En solo una semana se inaugura en Casa del Lector la exposición El Poder de las Canciones, en la que el director de la revista Rockdelux Santi Carrillo reúne 60 momentos históricos de la música del siglo XX a través de 60 himnos de artistas internacionales y nacionales. Desde los Beatles, Sex Pistols, Bob Marley o Patti Smith a Loquillo y Los Planetas. Imprescindible.

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No creo que en esas 60 canciones esté ninguna de Sabina.
Y ninguna de Heavy Metal o de Rock Progresivo.
Como conozco los quehaceres de este señor desde hace años, no creo que me pase, para no cabrearme.
Gracias, compi.

Es lo que es...
Yo si bajo al mercadillo a comprar unos puerros pues seguro hociquee


¿Qué pasa con el guitarrista?

Rayo escribió:

Refrescospepito escribió:

Rayo escribió:
Matadero Madrid
1 h ·
En solo una semana se inaugura en Casa del Lector la exposición El Poder de las Canciones, en la que el director de la revista Rockdelux Santi Carrillo reúne 60 momentos históricos de la música del siglo XX a través de 60 himnos de artistas internacionales y nacionales. Desde los Beatles, Sex Pistols, Bob Marley o Patti Smith a Loquillo y Los Planetas. Imprescindible.

http://www.mataderomadrid.org/ficha/4096/el-poder-de-las-canciones.html

No creo que en esas 60 canciones esté ninguna de Sabina.
Y ninguna de Heavy Metal o de Rock Progresivo.
Como conozco los quehaceres de este señor desde hace años, no creo que me pase, para no cabrearme.
Gracias, compi.

Es lo que es...
Yo si bajo al mercadillo a comprar unos puerros pues seguro hociquee  


¿Qué pasa con el guitarrista?

Por ahora nada.
Ya sabes que las cosas de palacio...
Pero le daré hoy un toque a mi colega.
Gracias por tu ayuda.

Refrescospepito escribió:

Rayo escribió:

Refrescospepito escribió:

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Matadero Madrid
1 h ·
En solo una semana se inaugura en Casa del Lector la exposición El Poder de las Canciones, en la que el director de la revista Rockdelux Santi Carrillo reúne 60 momentos históricos de la música del siglo XX a través de 60 himnos de artistas internacionales y nacionales. Desde los Beatles, Sex Pistols, Bob Marley o Patti Smith a Loquillo y Los Planetas. Imprescindible.

http://www.mataderomadrid.org/ficha/4096/el-poder-de-las-canciones.html

No creo que en esas 60 canciones esté ninguna de Sabina.
Y ninguna de Heavy Metal o de Rock Progresivo.
Como conozco los quehaceres de este señor desde hace años, no creo que me pase, para no cabrearme.
Gracias, compi.

Es lo que es...
Yo si bajo al mercadillo a comprar unos puerros pues seguro hociquee  


¿Qué pasa con el guitarrista?

Por ahora nada.
Ya sabes que las cosas de palacio...
Pero le daré hoy un toque a mi colega.
Gracias por tu ayuda.

A mandar.

Refrescospepito escribió:IMPRESIONISMO AMERICANO (ESTADOUNIDENSE).


El cuadro de Sargent "Joven mendiga de París", casi podría ser la portada de un disco de Black Sabbath, aunque este artista pronto se acogería a los temas "playeros".

"Paseo en barca", también de Sargent, de formato medio, parece una de esas que vería el personaje de Daniel Day-Lewis en la película "La edad de la inocencia" (1993) de Martin Scorsesse.

"Dos mujeres dormidas" y unos maravillosos rojos.

"Paisaje con mujeres en primer plano" podría ilustrar perfectamente una escena de una novela de Virginia Wolf, por el suave y sutil homoerotismo de las dos mujeres. Los misteriosos claroscuros del follaje (ejem) me recuerdan a ciertas obras de Anglada-Camarassa.

El bostoniano Childe Hassam, bastante poco representado para mi gusto, es uno de los artistas más interesantes. Su fabuloso "Melocotonero" así lo demuestra; una obra donde tiene también una importancia crucial el marco, de época, donde está inserto. Esto es una cosa extraordinaria a destacar: los marcos, tan importantísimos como la obra en sí, o al menos eso se creía en la época y yo lo afirmo igualmente hoy en día, que casi no se comprendería el lienzo sin su marco y que es de admirar realmente.

Una sala dedicada a la villa de Giverny, norte de Normandía, Francia, donde Monet se retiró sus últimos años y a donde fueron en peregrinación varios de los más representativos pintores estadounidenses en busca del maestro. Destaca el cuadro de Sargent "Monet pintando junto a un bosque" con otros del propio maestro francés .
Giverny me recuerdo a esos tradicionales retiros de artistas a una casita en el campo con cocinera, tal y como refleja Possy Simmonds en su cómic Tamara Drewe.

Monet: "Prado con Almiares", casi un Pissarro, se podría enmarcar en el puntillismo.

Sargtent: "Pintando en Calcot". Increíble esa cabeza de hombre que parece casi una fotografía, y con la banda roja en su cintura de un color como de ciencia ficción.

Thedore Robinson: "Árboles en flor en Giverny", con una curiosa perspectiva: el pintor se sitúa en la copa del árbol y retrata la vida que ve desde allí: los paseantes, el niño jugando, el lago... Este cuadro tuvo que ser bastante impactante de ver en su época (finales del siglo XIX), por el punto de mira del espectador. Hoy tenemos la educación de la fotografía, el cine, la televisión, los cómics, internet y estos "encuadres" no nos parecen tan raros, pero en aquella época tuvo que causar sorpresa.


Childe Hassam: "Aguacero" (Une averse). Magnífico cuadro de gran formato que parece sacado de una escena de "Los miserables". El tema, unos cocheros aparcados a la espera de clientes, como los taxistas de hoy, la mujer y el hombre en primer plano que tiran del carro descubiertos bajo la lluvia,  las persona elegantes bien vestidas, la magnífica perspectiva, el punto de fuga...

Robinson y su magnífico "Paisaje de invierno".

La serie "Estudios de un día de otoño" de John Leslie Breck sobre el cuadro "Almiar" de Monet. Leslie pintó una serie de doce cuadros a partir de uno de Monet que respresentaba un almiar (montón de paja o heno que se junta alrededor de un palo al aire libre) en medio del campo. Cada cuadro representaba ese Almiar dándole la diferente luz del día. ¿Descubriría Leslie las "series" tal y como las concebían en el siglo XX los Hamilton, Warhola etc.? Algunos de estos cuadros tuvo que inspirar a Hipgnosis, el colectivo creador de portadas de discos de los años setenta, para sus trabajos para el concepto de carpeta de The dark side of the moon o Wish you were here.

de Pink Floyd.




La audioguía, las notas de sala y la información de los paneles insisten mucho en Chase y sí, es cojonudo (estupendos los cuadros sobre los parques, con esa filtraciones de la luz entre los árboles y el contraste entre el amplio verde y el suave amarillo del camino que corta el césped), pero para mí es Childe Hassam el verdadero genio de esta exposición. Su "Invierno en Union Square" parece casi de cómic, con esa perfección de locura que casi anuncia a Hergé y la tan cacareada escuela de "línea blanca" de la historieta de la segunda mitad del siglo XX. Este retrato de la plaza de Boston, donde se ve la rica posición de la cuidad y la elegancia de sus gentes, es extraordinario.



Y es precisamente el eje Boston-N.Y.-Pennsylvania donde se fraguó este impresionismo estadounidense.

No dejo de admirar, aparte de los fabulosos cuadros, los formidables marcos que los acompañan, la gran mayoría de época, y es que el soporte de un lienzo es tan absolutamente necesario como el cuadro en sí y, en esta expo, aciertan en exponer lienzo y marco como un todo. Y en algunos casos, como las pequeñas miniaturas de John Abbot McNeill Whistler, incluso están por encima de la misma pintura.

Whistler y sus nocturnos. Fabulosos y sugerentes cuadros que retratan la noche londinense, con sus brumas, nebulosas y misterios, de manera extraordinaria.
Espectacular el cuadro de Whistler "Esquema de color para el comedor de la Aubrey House", absolutamente, puede que sin saberlo ni  proponérselo, abstracto, sin un rasgo figurativo y que anunciaba, a mi parecer, al propio Josef Albers.

Me siento afortunado, como mortal, poder llegar a ver todas estas maravillas. Nunca soñé que podría un día ir a tantos museos y contemplar estas obras de arte inmortal.

Twathman: "El río en invierno". Un cuadro muy "azkenable" que retrata un paisaje cubierto de nieve que casi parece sacado de la película Fargo.

Homoerotismo lésbico en Dewing y su "Verano".

El arte japonés de las estampas fue también una inspiración recurrente de los impresionistas estadounidenses. "El kimono", de Chase, es un claro ejemplo de esta influencia japonesa. Gran lienzo de tonos ocres rematados por colores vivos donde vemos a una mujer en kimono sentada en una silla rodeada de objetos típicos de una casa japonesa.

Es de destacar la fuerza de lo local en el impresionismo. Aunque miraran a otros países como inspiración (Francia, Inglaterra, Japón) todo este arte tiene una fuerte raigambre localista y remite constantemente a las ciudades de estos artistas. Como decía Chase: "Mejor norteamericano auténtico que francés de imitación". O sea, más vale ser punki que maricón de playa.

Estos paisajes playeros o pantanosos o áridos de Chase y los "landspace" de Shinecock a el célebre cuadro "El mundo de Cristina" de Andrew Wyeth, no solo por el planteamiento sino por el tema.

En la sala de principios del siglo XX cuadros de Benson de una espléndida luminosidad. No me extraña que se basara en fotografías. El gesto de la niña mirando al frente con su mano de visera (y el del cuadro de enfrente, una mujer adulta haciendo lo mismo, con lo que los cuadros "se miran") es fascinante.

Benson capitaneó un grupo de artistas estadounidenses de principios de siglo llamados Los Diez. Así como los impresionistas franceses  de fin del siglo XIX estaban en contra del academicismo en la pintura, pues Los Diez, lo mismo.

Formidables grandes cuadros de Edmund Tarbell (que tenía como seguidores a los "tarbelitas"), de fuerte raigambre nacionalista.

Y termina la expo con un cuadro de una de las pocas mujeres representadas, Cecilia Beaux y su "Sita y Sarita", una bella mujer, ricamente vestida y con la mirada distriada y, sobre ella, una gata que mira al frente con unos ojos de fuego. El contraste blanco-negro es espectacular y a mí me recuerda a cierto cuadro de, otra vez, Anglada-Camarassa, "La morfinómana".

Pues una de las grandes exposiciones del año a la que no tengo más remedio que darle un

no estaban todos los que son pero acojonante expo, como bien desgrana el amigo Refresh.
... esa mendiga de Sargent, o la 'Eleanor' de Benson apabullan... y la Mañana de Mayo con Bruma de Twatchman me ha dejado KO

La semana pasada entramos en una gratis que iba de los 80.
Había ropa , zapatos y autoretratos de este hombre.
No le había oido su nombre jamas.

PAUL DELVAUX. Paseo por el amor y la muerte.
Museo Thyssen-Bornemisza.
hasta el 07/06/2015.
7 euros. Gratis para desempleados.
Audioguía: 3 euros.

Extraordinaria retrospectiva de este artista belga (1897-1994), al que se le ha colgado el sambenito de surrealista pero que, gracias a Dio, su pintura es mucho más que eso.

Ordenada en basa a unas cinco salas, en la parte baja del museo Thyssen-Bornemisza, se presentan una nutrida representación de este pintor desconocido por mí y que me ha dejado maravillado.

SALA 1: Venus yacente.
Al ser le expo dispuesta en base a los temas del autor, se mezclan cuadros de varios años. Este, dedicado a las venus, nos muestra una de las facetas que encuentro más fascinantes de este artista: sus retratos, como homenaje y rendición total, a la mujer como objeto bello. Sus mujeres se ofrecen desnudas al espectador con una belleza un poco distante y como si la cosa no fuera con ellas: se limitan a ser, a ser contempladas, admiradas y deseadas.

La venus dormida I, casi parece un cuadro de José Gutiérrez Solana, por el oscurantismo de sus figuras, el fondo negro, negrísimo y esos espectadores lúgubres que miran a una figura de cera que representa a una mujer desnuda: una moderna venus dormida.

Busto de una mujer joven recostado. Casi un modigliani.

Influencias claras del primer Picasso y, por supuesto, de Giorgio de Chirico y algo de Dalí, los renacentistas italianos y barrocos en El sueño.

Una moderna Anunciación hace incluso adelantarnos a los cuadros del español Guillermo Pérez Villalta, por ejemplo, en el célebre Personajes a la salida de un concierto de rock (1979), con una clarísima influencia de este maestro belga.

Leda: entre picassiano y chagaliano, con un curioso embrujo. Mi pintura favorita de esta sala. ¿Un poste de telégrafos?

SALA 2: EL DOBLE (Parejas y espejos).
Un sala donde se explora la pasión y admiración y fascinación que sentía Paul Delvaux por el cuerpo femenino. Esta sala está llena de bellísimos cuadros al óleo, pluma, carboncillo y otras técnicas donde da rienda suelta a su idealizada ida del amor lésbico como el más puro.

Fabulosas tintas y aguadas sobre papel representando a las amigas-amantes, el mito de Pigmalión, Estudio para la vista...

Formidable El Diván, en tinta china y acuarela. Sencillamente sublime.


Mujer ante el espejo. Obra que está en la exposición permanente del museo Thyssen y que siempre me sorprendió por lo extraño del tema y la representación, un poco entre Dalí y Magritte. Cuadro ya claramente surrealit-ta.

Aunque el surrealismo nunca me interesó mucho, en Delvaux parece que se atenúan esa extrañeza y esa convicción de provocar por provocar tan propia de este movimiento.

Es imposible no pensar en la película Rebeca, dirigida por Alfred Hitchcock en 1940 cuando se contempla el formidable díptico El Incendio (1935). ¿Conocía el cineasta inglés la obra del pintor belga?



SALA 3. ARQUITECTURA Y MORALIDAD.
Dos interesantísimas obras sobre mitos griegos a las que separan más de cincuenta años coronan la entrada a esta sala dedicada a algo muy del surrealismo daliniano; la arquitectura, la pretecnología, los rudimentos de la arqueología; planta y alzado, cartabón y escuadra, plano, perspectiva y punto de fuga.

La hermosísima trilogía conformada por los lienzos La terraza, La escalera y, muy especialmente, Serenidad  es tan maravillosa que no puedo expresarla con palabras y n o pude evitar que se me saltaran las lágrimas, algo que me ha ocurrido poquísimas veces en toda una vida asistiendo a todo tipo de exposiciones.
La ensoñación de Paul Delvaux, realmente fascinado por la idea del amor lésbico (que siempre presenta de manera elegante y bellísima), toca techo con estos tres magníficos cuadros.



SALA 4. ESTACIONES.
Menos mal los dibujos de la larga galería que separa las salas 3 y 4 nos dan un respiro con algo tan terrenal  y cercano como un tranvía, magnífico aguafuerte, o el Elegoio de la astrología y Estudio para los astrónomos. Se trata de dibujos a pluma, tinta china o daguerrotipos sobre la astrología, que también interesó mucho a Delvaux.

Contrario a lo que dice la audio guía, el magnífico lienzo El viaducto ejerce sobre mí una gran tranquilidad y placidez. Un cuadro que zrzuma vida, alegría, nocturnidad y romanticismo, verano y calor al olor de los tilos, el heliotropo, el hibisco...

Cómo no, el cuadro de gran formato que presenta a un ferrocarril, en medio de la noche, que se aproxima a un diván donde una hermosa mujer, desnuda, se recuesta y se nos ofrece como si el tren no fuera a embestirla, decora esta sala y es casi imposible apartar la vista de esa tela.

SALA 5. EL ARMAZÓN DE LA VIDA.
Fascinante, por inesperada, ultima sala de la exposición que muestra el interés de Paul Delvaux por la muerte y los esqueletos, pero no como algo tétrico y negativo, sino incluso humanizándolos.

El Duelo de esqueletos, un masgitral cuadro dnde unos esqueletos pelean por los favores de una mujer muy carnal.
Esqueletos en lápiz y carboncillo, obra genial estrutura de pequeño tamaño.
La danzoa macabra.

El magnífico uadro Los esqueletos,, donde se ve a tres esquele3tos en una librería, charlando, tomando algo, saliendo de una habitación. Lienzo realmente fascinante y lleno de vida y, también, armado de una extraña placidez y un fino humor.

El espléndido último lienzo, Crucifixión, con el que termina la expo, nos muestra a un Cristo-esqueleto crucificado, rodeado de las mujeres, también esqueletos, que lo lloran. Solo los soldados romanos, de carne y hueso, parecen estáticos, impasibles, como sin vida, ante el dinamismo de los esqueletos.

Y aquí termina esta fabulosa exposición sobre Paul Delvaux a la que le doy un

He de hablar de la imprescindible audio guía, elemento realmente indispensable para comprender los cuadros y que eleva, de manera exponencial, el disfrute de los mismos y que, como siempre, están ideados con sumo cuidado, eligiendo voces con dicciones perfectas y una música de acompañamiento realmente extraordinaria.

Paul Delvaux y sus tres temas principales: amor lésbico, arquitectura y objetos fuera de lugar.

RAOUL DUFY.
Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid.
Hasta el 17 de mayo de 2015.
11 eruos. (Gratis para desempleados).
Audioguía, 3 euros.


Fuck, yeah, motherfuckers, que solo queréis carnaza.
Lo bueno de topics como estos, en que no entra ni Sugar, es que puedes insultar a todo el mundo y nadie se entera.

Bueno, Raouuuuuuuuuuuuul, Raouuuuuuuuuuuuuuuul Dufy, exponente máximo del fovismo (sí, está en la RAE) gozoso de entre siglos XIX y XX, autor que no conocía ni su padre y que de repente es protagonista de una extensa retrospectiva en un  museo tan importante mundialmente (esto es así) como el Thyssen.
El fovismo (del francés fauvé, fiera) era una corriente deudora del impresionismo y que se preciaba por destacar el color sobre las figuras. Un color que incluso desbordaba los límites del dibujo.

He de reconocer que, aunque no me fascinó tanto como la otra expo temporal del Thyssen, la de Paul Delvaux, esta tiene muchas cosas agradables, y de gran arte, como para considerarla una de las grandes expos temporales de este primer cuarto de 2015.

Raoul Dufy, que empezó a pintar influenciado por el impresionismo imperante en la época crepuscular que va de los últimos años del siglo XIX a los primeros del XX, se vio luego fascinado por el fovismo que impulsó Henri Matisse tras la visión de un cuadro de este, Lujo,  calma chicha y voluptuosidad, de 1904 (cuadro que, sin embargo, parece más puntillista que otra cosa) y, desde entonces, pintó en ese estilo.
No es lo único que le unía a Matisse; Dufy, desafortunadamente, como su maestro, se vio aquejado de artritis y no podía pintar, hasta el punto en que, como Matisse, Dufy tenía que hacerse atar los pinceles a las muñecas de sus manos porque sus dedos no tenían sensibilidad.

Dufy empezó como imitador de Delacroix, muy interesante, para luego derivar en el imprsionismo, como ya hemos dicho, fascinado por la vida moderna de París y por la concepción de que el tema y la emoción del momento eran más importantes que la técnica, y de ahí se abrió para él un periodo constructivista, como dan fe sus hermosos dibujos para ilustrar el Bestiario de Apollinaire, aguafuertes, tintas y plumas de una fuerte, o yo lo veo así, influencia nada menos que de Aubrey Breadsley y los dibujos medievales, destacando, entre esas estampas, el magnífico Orfeo o un impresionante pavo real que baja unas escaleras y que representa la vanidad.



También, y dada su convicción de hedonista y bon vivant, unos dibujos de unos marineros que anunciaban, o así lo veo yo, nada menos que a Tom of Finland.

Espectaculares sus telas y objetos decorativos, así como las cerámicas, que él mismo decoraba, en colaboración con artesanos y alfareros, cuando no, incluso arquitectos, siguiendo su experiencia con los aguafuertes para Apollinaire.

Es muy destacable su experiencia y dedicación, como artesano anónimo a sueldo, del diseño de telas y objetos decorativos de interior.
Dufy es el inventor o responsable de la repetición hasta el infinito de un motivo para ilustrar las telas de un vestido, una camisa e, incluso, las etiquetas de una marca comercial. Algo por lo que nunca se le tuvo como un artista "serio".
Esto no se ha sabido hasta tiempos muy recientes.



Cerámicas del jarrón negro. Especaluares cieros motivos de deramicas que me reuerdan a El baile " de Matisse.

"Seguir la luz del sol es perder el tiempo. Hay que buscar al sol en la pintura".

Perspectiva moral.
Fiesta en el mar.

Extraordinaria me parece su idea del "sol negro". Dufy representaba al sol con el color negro porque "el sol en su cénit, y si nos da de cara, deslumbra; ya no vemos nada".
De esta idea es uno de sus máximos exponentes el fenomenal cuadro El carguero negro.



Ventana al mar. Otra vez la luz negra.

Los motivos de la venana, el pueblo y los objetos, tan "mastissianos" como "chagalianos".

La hindú en el estudio. Otra obra deudora, a mi parecer, de Matisse.

Una serie de cuadros sobre la música, con El estudio como gran obra, que anuncia el tema del pintor y la modelo picassiano (también está en la RAE), termina este esplendorosa exposición que animo a visitar sin prejuicios.

Yo le doy un

Equipo Crónica

Museo Bellas Artes de Bilbao

perrosajón escribió:

Equipo Crónica

Museo Bellas Artes de Bilbao

Cojonudo.
Varias de las obras de este Equipo Crónica he podido admirarlas muchas veces en el museo Reina Sofía de Madrid.
REcuerdo que de chico me turbaban cosa mala.

JOSÉ GUERRERO. The presence of black. (1950-1966).
Casa de las Alhajas, Madrid.
Hasta el 26 de abril de 2015.
Entrada: 2 euros. Gratis para desempleados.


Fabulosa retrospectiva de este autor abstracto, desconocido para mí, nacido en Granada pero de amplia trayectoria en Estados Unidos, donde emigró, con su mujer americana, a la ciudad de Nueva York en los años cincuenta y, ahí, se hizo integrante del movimiento conocido como action painting que aglutinaba, entre otros, nada menos que a Jackson Pollock.

La expo, en la fabulosa Casa de las Alhajas, perteneciente al antiguo Monte de Piedad de Madrid, luego Cajamadrid, hoy Bankia y mañana, Dio dirá, en la conocida como Plaza de las Descalzas aunque, en realidad, se llama Plaza de San Martín (sí, esa plaza que está entre el Cortilandia y Discos Metralleta), tiene doble mérito primero por haberse abierto otra vez al público, tras dos o tres años cerrada (aunque en las Navidades de 2013-14 abrió como mercadillo de regalos) y por ser, en 1980, motivo de la primera gran retrospectiva que de este autor se hizo en Madrid, además, con participación del mismo José Guerrero.

Esta Casa de las Alhajas es un extraordinario inmueble del siglo XIX, de varias plantas, y llena de salas de todas clases, varios nivelas, diferentes aguas, de forma circular, con una increíble escalera de caracol que da a los pisos superiores y que, de forma absolutamente extraordinaria e inédita, te da la oportunidad de ver, desde los pisos primero y segundo, lo expuesto en la planta baja, con lo cual, tienes una perspectiva realmente extraordinaria y fuera de serie de los cuadros.

Bueno, la primera planta da una semblanza de toda la obra de Guerrero, centrándose, en unas vitrinas horizontales en el centro de la sala, de las muchas exposiciones realizadas en el extranjero, especialmente en Estados Unidos y, más concretamente, en N.Y., con una profusión exhausta de documentación, folletos, fotografías, afiches y recuerdos de aquellas exhibiciones.

En una sala del interior, un estupendo vídeo, de apenas diez minutos, nos da una breve, aunque certera, idea de cómo fue su vida en la ciudad de Woody Allen y la impronta que allí dejó, subrayando la importancia que su nombre y su pintura llegó a tener en los años cincuenta y sesenta, que incluso sus cuadros se vendían por millones y estaban expuestos adornando despachos, pasillos y salas de reuniones de importantes compañías.
Aquí vemos obras como Gritos en la noche (Black Cries) y su deuda con Kandinsky (esos "aparatos de Golgi").
Cuadros de eso tan en nebuloso como es la "técnica mixta" que anuncia a Tàpies.
Interesantes sus monotipos, en diferentes estados, de 1950.

Un poco más al interior, otra sala nos da una idea de lo que fue la primera pintura figurativa de José Guerrero, destacando el impresionante cuadro Lavanderas, muy picassiana.
O la Composición número 3, que parece un televisor de Zipi y Zape.
Y, cómo no, su famoso Autorretrato.

La planta superior se centra en la pintura no figurativa y abstracta, deudora de la abstracción biomórfica, hasta 1966, año de su vuelta a España.
Cuadros de expresionismo abstracto, con manchas de color, donde el proceso es más importante que el resultado y donde se encuentra, entre muchos otros, el magnífico lienzo Yellow and Black, 1958.

Destaca su serie dedicada a la muerte de Federico García Lorca.
Guerrero, como Lorca, era granadino, de ahí la honda impresión que le produjo visitar Víznar, la localidad granadina donde Lorca fue asesinado. La mujer de Guerrero, Roxane Whittier Pollock, era periodista de la revista Life y su editor le encargó en 1966, para la edición en español, publicada en Méjico pero sin distribución en nuestro país mas que por vía de importación, un reportaje sobre el trigésimo aniversario de la muerte del gran poeta de Fuente Vaqueros. Y a Granada se fue el matrimonio Guerrero-Wihttier Pollock con el fotógrafo David Lees a hacer dicho viaje, resultando un extraordinario reportaje para el Life en Español de agosto de 1966 por un lado y, del otro lado, una serie de lienzos de gran formato que pintaría Guerrero en esa mitad de los años 60 y donde destaca el impresionante La brecha de Víznar.  

Esta es una exposición como debían ser las de antes, las de los años cincuenta y sesenta: en un sitio adecuado para ello, sin augioguias, sin notas de sala, apenas con un sucinto folleto; solamente tú y los cuadros.

Yo le doy un  

MUSEO DE ARTE CONTEMPORÁNEO (Museo portátil).
Conde Duque. Calle Conde Duque, 1. Madrid.
Exposición temporal: El despacho de Ramón Gómez de la Serna.
Colección permanente de obras de arte contemporáneas españolas.
Entrada gratis.

Tras cuatro años cerrado, abre de nuevo este imprescindible e importantísimo museo ideal para conocer lo que se cocía en España en cuanto a arte en el siglo XX.
Abierto, quizás, de forma un tanto apresurada (las elecciones están cerca) y un ala de fabuloso recinto conocido como Conde Duque (antigua fortaleza militar de Madrid), a todas luces pequeña, mucho más pequeña que la ubicación original de este museo y en donde no cabe ni la mitad de sus fondos, este museo intenta tener una colección permanente de arte contemporáneo español, aunque encuadrándolo en el término de "museo portátil", para, quizás, explicar el porqué de su actual emplazamiento.

Bueno, detalles de ubicación aparte, la colección de arte contemporáneo español es extraordinaria.

Dividido en varias salas (forma-ciudad-gesto-figura-realidad-multiplicidad), el museo muestra pinturas y esculturas de varios autores de nuestro país, paso a hablar de algunas:

Dalí y su Paisaje de Madrid (1922-23), prácticamente puntillista.
Un José Guerrero, Doble Imagen (1974).
Fenomenal la escultura en cobre Espacio-Tiempo de Miquel Navarro.
Las famosos fotos pintadas de Ouka Lele en Cibeles (Rapelle-toi, Bárbara, 1987).
En las salas se confunden obras de varios años, como la  fotografía Los cargadores de carbón- Puerto de Ceuta (1928) de Bartolomé Ros.

¡Un Chirino! (Aeróvoro, 2001).

Un Saura, magnífico, como casi siempre. Marina, 1959. ¿Para cuándo una retrospectiva de este señor?

Interesante el acrílico "Milonga", 1997, de Alejandro Corujéira.

Varias obras de la expo del año pasado en el mismo Conde Duque, expo que tuve la suerte de visitar y que se llamaba Madrid: Caminos infinitos. Así, he podido de nuevo admirar las obras de Dis Berlín El viajero inmóvil, 1986; Autómata. Anticlaro de luna, 1994, de Martín Begué o el magnífico La Gran Vía, lienzo de mi admirado Javier de Juan (de Linares, nada menos ). De este autor hay una importante obra nada menos que en la Terminal 2 de del aeropuerto de Madrid Barajas, justo al final de lo que se llama el bulevar: Un larguísimo cuadro horizontal de técnica mixta que representa el viaje.
Cómo no, otra obra fabulosa, la de Herminio Molero (fundador de Radio Futura y creador del nombre del grupo) llamada Tomato Sunset, 1969.



Estupenda escultura que representa un vagón de "Metro Tetuán", 1970, de Julio López Hernández.

Destaca el acrílico de Julián Gil "Medianía de Madrid", 1965.

Y el de García Lledó sobre una tapa de alcantarilla del "Ayuntamiento de Madrid", 1977.

Magnífico "El pueblo entre trigo" de Díaz-Caneja, 1960.



O el maravilloso "Jarama", 1945, de Francisco San José.

La galería última de la exposición la compone un buen número de linografías, aguaparuest y otroas interesantísmos cuadros como los de Zamorana, Ortiz aente sobre oemas de Miguel Hernan´dez, Mnauel Calvo, Saura, J ANtopnio Alcácer, Monetero, Fco Álvarz... todos de principios de los sesenta y con un marcado carácter contestatario y panfletario, producto de aquella época, que hay que ver para creer y que supone una experiencia extraordinaria.

Esto en la primera planta de este Museo de arte contemporáneo.

En la segunda, una exposición temporal sobre Ramón Gómez de la Serna y una obsesión de su vida: sus despachos.
Se ha reconstruido fielmente y con mucho material original, el último despacho que Ramón tuvo, en lo que fue su exilio en Buenos Aires, Argentina.
Ramón era un coleccionista convicto, confeso y vicioso de casi todo. Sus casas de Madrid las llenaba de objetos cualesquiera de cualquier procedencia, especialmente de El Rastro, y en su refugio bonaerense, reconstruyó parte de esos despachos, en donde absolutamente todo, paredes, sueles, techo y, hasta mobiliario, lo tenía lleno de fotografías, papeles y recuerdos varios... todo excepto un hueco.

Una fascinante expo sobre este indispensable de la literatura española en donde, incluso, se reproduce parte del café de Pombo.

Genial.

A todo le doy un

A SU IMAGEN. Arte, cultura y religión.
Centro Fernán Gómez, Madrid.
Hasta el 12 de abril de 2015.
7 euros con audioguía.
5 euros con audiogía para jubilados y estudiantes.

Aún se puede disfrutar de esta excepcional exposición en la sala Fernán Gómez que se encuentra justo debajo de la plaza de Colón en Madrid.
Trata sobre la percepción de la religión en el arte y su relación con la cultura y, de verdad, está hecha con gusto y es extensísima.

Un estupendo audiovisual bajo un cielo estrellado sobre la creación de la tierra da la bienvenida a esta exposición de irreprochable factura llena de auténticos tesoros.

Dos magníficas esculturas de gran tamaño de las cabezas  Adán y Eva (1666), obra de Alonso Cano, presiden la sala 1.

Abraham, padre de los pueblos.

"El sacrificio de Isaac" de pedro de Orrete (1616).

"Petencostés", lenguas de fuego, de Pedro de Campaña (1545-1550).

"La constitución de Babel", (siglo XVIII) es realmente espectacular.

El mito de "Moses un Aaron", (escuela flamenca, 1550), cuadro sobre el que quiero investigar más.

"La torá de Calahorra", 1492, manuscrito de la época con la crónica de la expulsión de los judíos y la Biblia de Gutemberg, 1454-6, dos joyas incunables que ha sido un privilegio poder ver.

La expo se dispone en diferentes salas, como en la dedicada a las mujeres fuertes de la Biblia, donde destaca el espléndido cuadro de José Ribera "Susana y los viejos", lleno de realismo y sexo a raudales.
Cuadros dedicados a Ruth, Esther, Abigail. Un "Judith" de Tintoretto.
Esta sala comparte tema con el tema de Sansón: dos formidables y gigantescos tapices cubren las paredes este y oeste de la sala: en uno, "Susana acusada de adulterio", 1716, de Jacques Neilson, al que se opone el "Sansón derriba a los filisteos" (escuela flamenca, siglo XVI).

En otras diferentes salas: una estupenda talla de Michiel Coxie sobre "David y Goliat" (1546-48).Otro Rubens, "Betsabé en el baño" (1577-1640).

El espectacular "Expulsión de los mercaderes del templo" de El Greco (1610-14).

Fabuloso "Tríptico de la anunciación" de Joos Van Cleve (1540-41), en tabla.

Un Zurbarán mostrando a la virgen niña aves una nueva sala dedicada a la madre de Criste, con diferentes referpsentaciones.
La de la "Virgen de Irache" (Reinalt, 1145), una sensacional escultura en madera policromada revestida de láminas de plata y piedras preciosas, nos muestra una fría imagen de Virgen y Niño. Esta escultura, antes del Primer Concilio de Trento (1545) y, por tanto, de la imagen "moderna" que tenemos de la Virgen y el Niño, se centra más en los poderes fácticos de la iglesia de entonces: se hace énfasis en la idea de reyes, en la riqueza, el poder, la sabiduría, descuidando el lado puramente humano.
Esta obra está en contraste con la "Virgen del pajarito" de Luis de Morales, de una más que notoria humanidad (a pesar de la crueldad contra el pájaro).

Óleo estupendo de Lucas Cranach, sobre Eva como sinónimo de perdición y la Virgen como imagen de la nueva era. (1537-40).

El "Tríptico de Bautismo de Cristo" (maestro de Francfort).

Cuasi miniatura de Murillo (San José y el Niño).

"Cristo y las hermanas María y Marta", 1655, de Vermeer.

Otra sala está dedicada al Calvario, una estancia aparte, oscura, donde se concentra lo más interesante de esta expo.
Nada menos que un Goya vemos al principio de esta sala, con su "Oración en el huerto", 1819, que parece casi una "pintura negra".
Absolutamente noqueante la soberbia escultura de nogal en su color, a modo de retablo, de los Beaugrant, 1550, llamada "Lamentación sobre Cristo muerto" y que es una cosa sobrecogedora.

Y qué decir de los dos formidables, gigantescos candelabros de principios del siglo XVIII, obras de Joan Matons y Joan Roig para la catedral de Mallorca. Dos candelabros de plata repujada y cincelada sobre estructura de madera (1718) y adornados por ángeles, sátiros e incluso leones. A los candelabros de este tipo se les llamaba tenebrarios.

Dos magníficos lienzos verticales de gran formato de Francisco Rizi, siglo XVII, que representan a un ángel temerario y otro con palma de martirio, terminan esta magnífica sala.

Sala padres y doctores de la Iglesia.
San Pedro y san Pablo.
Un Velázquez ("Los desposorios místicos de santa Teresa, 1754).
Una atípico Goya (San Bernardo, 1787).
Zurbarán (Imposición de la esculla a San Ildefonso).
"San Isidro " de Murillo.
"Tentación de santo Tomás " de Velázquez.

Fabuloso lienzo "Espejos de muerte y vida", 1650-60), de autor anónimo y conservado en la Catedral de Burgos donde se muestra, a modo de primitivo cómic, lo que nos espera con la muerte en una serie de "viñetas".
Frente a este lienzo, un ordenador se encarga de destacar cada uno de los motivos del cuadro para verlo mejor.
Es una obra espectacular que merece ser vista sí o sí.
(sites.middlebury.edu/span6639ma-l09/files/.../valdivieso-vanitas2-6.PDF).

Con este "Espejos de muerte y vida" se inaugura la salas dedicadas a la muerte, las últimas de esta fabulosa exposición.
Dos lienzos sobre la muerte que se presntan juntos: "In inctu Oculi" de Valdés Leal, 1672, y "La procesión de la muerte" de Guitérrez Solana, cuadros que aluden a la brevedad de la vida y a la condición de pecador del ser humano.
Destaca el cuadro de Solana, pintor favorito mío, apabullante y tremendo, como casi todo lo de él.



El apocalipsis. Un interesante vídeo, muy bien hecho y ameno, sobre esta parte de la Biblia, que ríete tú del Salò de Pasolini.

Dies Irae.
Casi como empieza, con Adán y Eva, termina esta sobresaliente esposición con el fabuloso "Tríptico del juicio final" y las obra de misericordia de Vraneke van de Stockt, 1460, que recuerda al célebre trítptico "El jardín de las delicias" (1500), de El Bosco. El cuadro de Stockt se pintó cuarenta años antes, al loro...

Y con esto se da carpetazo a esta maravilla de expo.
Yo le doy un  

"Aunque mil lanzas me tire el mundo, demonio y carne, espero en Dios de salvarme".

¡Ésta!

http://infernaldays.com/el-rock-mas-visceral-vive-a-traves-de-imagenes-en-la-galeria-johnson-de-barcelona-hasta-el-proximo-mes-de-junio/

kaneda escribió:¡Ésta!

http://infernaldays.com/el-rock-mas-visceral-vive-a-traves-de-imagenes-en-la-galeria-johnson-de-barcelona-hasta-el-proximo-mes-de-junio/

¡Cojones!, tomo nota, aunque Barna me queda un poco lejos.

GALERÍAS DE ARTE DE LA CALLE ORFILA, MADRID.

Todo fan del arte y, sobre todo, de las exposiciones de arte y de los museos, no debe perderse la extraordinaria pléyade de galerías de arte que pululan por todo Madrid y que dan la medida auténtica y exacta de lo que autores vivos están haciendo en cuanto al arte.
Esto es como la música clásica, todos vamos a Mozart y Beethoven y toda la música que se hace ahora se pierde en el ostracismo.

Bueno, justo en la cortísima calle Orfila de Madrid (metro Alonso Martínez) se concentran cuatro galerías interesantísimas, en lo que yo llamo la calle "elegante" del arte en Madrid.
Ir a galerías de arte de visita tiene que ser como era antes aquello de ir a ver cuadros, en un sitio especializado en arte actual donde, al mismo tiempo que se degusta arte de nuestro tiempo, se pueden comprar las piezas.

El sitio con más solera de esta calle es, precisamente, la Galería Orfila, abierta en 1974.
Había ido más veces a esta galería pues, hace diez años, yo trabajaba justo en frente e iba de vez en cuando a echar un ojo.
Esta pequeña galería exhibe obras de Isabel Tamayo y José María Soria: arte figurativo, hecho con diversas técnicas (y eso tan misterioso como es la "técnica mixta") donde abundan los retratos extrañados de personas anónimas.
No es mucho de mi gusto, pero hablé con el tipo que lleva la galería y me explicó algunas cosas.
También tiene la Orfila un estupendo "fondo de armario" con obras de artistas que, desde 1974, se han quedado en el tintero y se pueden comprar, especialmente litografías.

Justo en frente de Orfila, la Galería Cayón, de dimensiones parecidas a la de Orfila, pero con un aire algo más moderno.
Presenta la exposición, en dos partes (pues esta galería tiene un segundo espacio en la calle Blanca de Navarra, 7, muy cerca de Orfila) de Marco Maggi llamada "Vuelva usted mañana", donde este autor uruguayo crea, en la pared desnuda, una especie de figuras casi microscópicas con trocitos de papel tallado. Un trabajo de chinos. También, cajas de cristal, tres, que albergan una especie de folios troquelados.
Fondo izquierda. tres cajas amarillas frente a tres cajas de fondo azul con extraños relieves en papel serigrafiado y con relieves que se asemejan a ciudades vistas a gran altura desde un avión (o eso me parece a mí).
Una especie de ¿escultura? hecha como de un Meccano.
Un espacio totalmente en blanco salpicado de palomitas de papel de varios colores.
Un ojo de pez con las mismas "pegatinas" de papel.
Y, en fin, no dudo de la laboriosidad del fulano.
Una exposición curiosa y fuera de todo lo que yo suelo ver en museos y exposiciones "comerciales".

Otra vez cruzar la calle para ir a la Galería Odalys, que alberga dos exposiciones, una de fotografía, "Figura y Fondo" y otra, muy curiosa, de escultura de un tal Balázs Sipos.
Esta galería es bastante más grandes y con varios niveles.
La de fotografía es una expo conjunta de varios artistas punteros en esta disciplina y destacan, para mí:
- Doug Aitken, "Girl in mask". Sugerente, cómo no.
- Vanessa Beecarft y su fotografía "VB-08-36 (2000).
- Vik Muniz con sus homenajes a Picasso o a Da Vinci en impresión cromogénica digital(2009).
- Liliana Porter, "Forty Year IV".
- Y no puede faltar la siempre sorprendente e inquietante Cindy Sherman con su espectacular "Fortune Teller", 1993, fotografía que es que no me canso de ver. Una foto en C-Print que, encima, está enmarcada de forma fabulosa.



- E imposible no hacerse eco de la fotografía sin fechar y sin especificar la técnica de Sam Talylor-WWood Johnson y su "Autorretrato con Dustin Hoffman", aunque sea por lo que tiene de documental.
- Chema Madoz, estupenda foto sin título de 1986 y otro S/T de 1998, esta última, una fotografía en blanco y negro sobre papel baritado virado al sulfuro.

En la parte de abajo de esta Galería Odalys se encontraba una retrospectiva de la obra escultural de Balázs Sipo, una serie de fascinantes vaciados en vidrio de diferentes colores, casi todos bastante actuales, entre 2010 y 2015, donde destaca "Big fish eat fish" y "Eva".
Esta exhibición estaba en un lugar bajo, pequeño, con una iluminación casi mágica y que iba fenomenalmente bien con el tono de la expo.



Y la última de estas galerías de la calle Orfila es la mítica Malborough, que tenía una exhibición dedicada a la escultura de Blanca Muñoz.
Este espacio, el más grande de todos y a varias aguas, con una estancia central donde da la luz directa del sol, ofrecía la obra última de esta escultura del metal y de las formas poliédricas de colores tornasolados y, a parte de eso y de que había muchas piezas de varios tamaños, en le suelo y aéreas, repartidas por tres estancias, poco más.

Mucho más interesante, dentro de esta Galería Malborough, me pareció una especie de sala, con un gran ventanal que daba a la calle, donde había piezas anteriores de diferentes exposiciones y donde se disponía, en su centro, una anchurosa mesa rodeada de cómodas y retro-futuristas sillas de cuero. Justo frente a la mesa, un espectacular cuadro de Juan Genovés llamado "Equivalencia", 2013; gran lienzo que representaba la Gran Vía madrileña vista desde una gran altura y con unos pequeñísimos viandantes hechos con manchurrones de óleo e incrustaciones sólidas y objetos de todo tipo para darle volumen.




En otra sala de esta galería, una retrospectiva de otro autor desconocido para mí, Pelayo Ortega, muy interesante y que me encantó.

Refrescospepito escribió:

GALERÍAS DE ARTE DE LA CALLE ORFILA, MADRID.

Todo fan del arte y, sobre todo, de las exposiciones de arte y de los museos, no debe perderse la extraordinaria pléyade de galerías de arte que pululan por todo Madrid y que dan la medida auténtica y exacta de lo que autores vivos están haciendo en cuanto al arte.
Esto es como la música clásica, todos vamos a Mozart y Beethoven y toda la música que se hace ahora se pierde en el ostracismo.

Bueno, justo en la cortísima calle Orfila de Madrid (metro Alonso Martínez) se concentran cuatro galerías interesantísimas, en lo que yo llamo la calle "elegante" del arte en Madrid.
Ir a galerías de arte de visita tiene que ser como era antes aquello de ir a ver cuadros, en un sitio especializado en arte actual donde, al mismo tiempo que se degusta arte de nuestro tiempo, se pueden comprar las piezas.

El sitio con más solera de esta calle es, precisamente, la Galería Orfila, abierta en 1974.
Había ido más veces a esta galería pues, hace diez años, yo trabajaba justo en frente e iba de vez en cuando a echar un ojo.
Esta pequeña galería exhibe obras de Isabel Tamayo y José María Soria: arte figurativo, hecho con diversas técnicas (y eso tan misterioso como es la "técnica mixta") donde abundan los retratos extrañados de personas anónimas.
No es mucho de mi gusto, pero hablé con el tipo que lleva la galería y me explicó algunas cosas.
También tiene la Orfila un estupendo "fondo de armario" con obras de artistas que, desde 1974, se han quedado en el tintero y se pueden comprar, especialmente litografías.

Justo en frente de Orfila, la Galería Cayón, de dimensiones parecidas a la de Orfila, pero con un aire algo más moderno.
Presenta la exposición, en dos partes (pues esta galería tiene un segundo espacio en la calle Blanca de Navarra, 7, muy cerca de Orfila) de Marco Maggi llamada "Vuelva usted mañana", donde este autor uruguayo crea, en la pared desnuda, una especie de figuras casi microscópicas con trocitos de papel tallado. Un trabajo de chinos. También, cajas de cristal, tres, que albergan una especie de folios troquelados.
Fondo izquierda. tres cajas amarillas frente a tres cajas de fondo azul con extraños relieves en papel serigrafiado y con relieves que se asemejan a ciudades vistas a gran altura desde un avión (o eso me parece a mí).
Una especie de ¿escultura? hecha como de un Meccano.
Un espacio totalmente en blanco salpicado de palomitas de papel de varios colores.
Un ojo de pez con las mismas "pegatinas" de papel.
Y, en fin, no dudo de la laboriosidad del fulano.
Una exposición curiosa y fuera de todo lo que yo suelo ver en museos y exposiciones "comerciales".

Otra vez cruzar la calle para ir a la Galería Odalys, que alberga dos exposiciones, una de fotografía, "Figura y Fondo" y otra, muy curiosa, de escultura de un tal Balázs Sipos.
Esta galería es bastante más grandes y con varios niveles.
La de fotografía es una expo conjunta de varios artistas punteros en esta disciplina y destacan, para mí:
- Doug Aitken, "Girl in mask". Sugerente, cómo no.
- Vanessa Beecarft y su fotografía "VB-08-36 (2000).
- Vik Muniz con sus homenajes a Picasso o a Da Vinci en impresión cromogénica digital(2009).
- Liliana Porter, "Forty Year IV".
- Y no puede faltar la siempre sorprendente e inquietante  Cindy Sherman con su espectacular "Fortune Teller", 1993, fotografía que es que no me canso de ver. Una foto en C-Print que, encima, está enmarcada de forma fabulosa.



- E imposible no hacerse eco de la fotografía sin fechar y sin especificar la técnica de Sam Talylor-WWood Johnson y su "Autorretrato con Dustin Hoffman", aunque sea por lo que tiene de documental.
- Chema Madoz, estupenda foto sin título de 1986 y otro S/T de 1998, esta última, una fotografía en blanco y negro sobre papel baritado virado al sulfuro.

En la parte de abajo de esta Galería Odalys se encontraba una retrospectiva de la obra escultural de Balázs Sipo, una serie de fascinantes vaciados en vidrio de diferentes colores, casi todos bastante actuales, entre 2010 y 2015, donde destaca "Big fish eat fish" y "Eva".
Esta exhibición estaba en un lugar bajo, pequeño, con una iluminación casi mágica y que iba fenomenalmente bien con el tono de la expo.



Y la última de estas galerías de la calle Orfila es la mítica Malborough, que tenía una exhibición dedicada a la escultura de Blanca Muñoz.
Este espacio, el más grande de todos y a varias aguas, con una estancia central donde da la luz directa del sol, ofrecía la obra última de esta escultura del metal y de las formas poliédricas de colores tornasolados y, a parte de eso y de que había muchas piezas de varios tamaños, en le suelo y aéreas, repartidas por tres estancias, poco más.

Mucho más interesante, dentro de esta Galería Malborough, me pareció una especie de sala, con un gran ventanal que daba a la calle, donde había piezas anteriores de diferentes exposiciones y donde se disponía, en su centro, una anchurosa mesa rodeada de cómodas y retro-futuristas sillas de cuero. Justo frente a la mesa, un espectacular cuadro de Juan Genovés llamado "Equivalencia", 2013; gran lienzo que representaba la Gran Vía madrileña vista desde una gran altura y con unos pequeñísimos viandantes hechos con manchurrones de óleo e incrustaciones sólidas y objetos de todo tipo para darle volumen.




En otra sala de esta galería, una retrospectiva de otro autor desconocido para mí, Pelayo Ortega, muy interesante y que me encantó.

http://www.google.es/search?q=/noticias/201503/27/media/2407312.JPG

EL CANTO DEL CISNE. Pintura académica del siglo XIX.
Colección museo D'Orsay.
Fundación Mapfre, Madrid.
Hasta el 3 de mayo de 2015.
Entrada libre.
Audio-guía. 3'50 euros.


Siempre digo lo mismo, pero me parece aboslutamente excepcional el momento que está viviendo Madrid en cuanto a exposiciones: la inmensa mayoría cien por cien recomendables, con obras únicas y de esas de once-in-a-lifetime, difíciles o imposibles de ver y, en muchos, muchos casos, GRATIS.

Buenos, esta interesantísima y original exposición, como casi todas, de la Fundación Mapfre quiere mostrarnos aquella pintura del siglo XIX que las convenciones de la Academia de Bellas Artes de Francia tenía a bien de considerar que era lo que tenía que ser la pintura, esto es:
- mirar a los clásicos griegos y romanos,
- estudio del desnudo y la anatomía humanas,
- consideración de la corrección estilística por encima de todo,
- el dominio del dibujo sobre el color y
- el equilibro de las composiciones.

Así, esta expo coge lo que es el final de un estilo de pintura justo antes, finales del siglo XIX, de que irrumpiera el impresionismo que, dicho de otro modo, el impresionismo es a la pintura lo que el punk es a la música rock.

PRIMERA PLANTA.

Se comienza con Ingres y su fabuloso "El Manantial" (1820-56), a medio camión entre la academia y las propias ideas.
Laurens, "Los hombres del santo oficio".

Frank Crelig, "La Doncella", 1907. Fantástico lienzo que cuenta la batallada librada por Juana de Arco. Pintura cruzada por la líneas rojas de las múltiples lanzas, con Juana en medio, blanca, como con cara de asombro y apuro y tremenda concentración.
El "Francesca de Rímini" de Colonel, 1870, basado en la obra de Dante, la cual dio también lugar al poema sinfónico de Tchaikowsky.

"L'haredo, ciudad romana", 1870. Gran lienzo naturlaista, inbreíble-ble, con unos detalles de locura. Parece sobre tabla.

El tratamiento de la pintura sobre lienzo como este "Réception", 1878, Gérôme es realmente prodigioso.

Geroge Hitchock y su "Vencida", 1989, que, pese a su trama, se aleja  del academicismo.

El colosal "La batalla de Eylou" de Flamenc, otro gran lienzo sobre batallas.

Y "Los guardacostas galos", de Lecomte, con su perro aullando a la luna".

"Desde el Renacimeino el estudio del desnudo era al base del aprednizaje artítstico". Así que el densudo formó parte del adecimiscimo del siglo XIS y era casi "obligado" para un pintor exhibir un desnudo, o más de uno, en los salones.
Hay que indicar aquí que si la citada Academia de Bellas Artes de París era el "poder legislativo" de la pintura academicista, el  Salón era el "poder ejecutivo", esto es, en aquel famoso Salón, abierto en 1725, se exponían todas las obras de los artistas nuevos o consagrados, en una gran exhibición anual que era un acontecimiento mundial. Solo los cuadros academicistas tenían derecho a entrar en el Salón, los que no surtían el gusto académico, iban al Salón de los Rechazados.

"Sátiro jugando con una Bacchante" de Gervex que, pese a su título, asemeja más bien una violenta violación.

"Melodía de tarde", de Henner, que anunciaba incluso el Impresionismo, más quizás por la ejecución que por el tema en sí. (Lo oscuro, las fugaras sin rasgos en el rostro, el cielo distinto, como sin terminar...). Esto da idea de que, en ocasiones, la frontera entre el Academicismo y lo vanguardista no estaba tan marcada.

Con Courben y su "Manantial" (1862) estamos en lo que según la imprescindible audio-guía es uno de los cúlmenes del Academicismo pero que a mí no me ha gustado NADA.

Seurat: "Ninfas de Nisa", 1898, con su manifiesto erotismo lésbico, muy bien y muy sutilmente resuelto pero decididamente manifiesto.




SEGUNDA PLANTA.

Si la planta de abajo trataba de dar una semblanza general de eso que llamamos Academicismo, la de arriba aborda los temas propios de esta disciplina pictórica.

Empezamos con una sala de espléndidos retratos, famosísimos cuadros de escritores, como el de Proust pintado por J. Émile Blanche que, aparte de mostrar que era mariquito convicto y confeso (Proust, de Blanche no tenemos certeza) da idea de cómo era este dandi parisino del finales del XIX. Cuadro de un extraño magnetismo que yo jamás soñé con ver: un privilegio absoluto.

Como también es cosa fabulosa ver el también famosísimo retrato de Víctor Hugo por León Bonnat; otro gran honor.

Tissot, a un paso del hiperrealismo y de, incluso, la caricatura, en este retrato de gran formato del Marqués de Miramón y su familia (1865).

El encantado cuadro de Dubufe "Retrato de Madame F", 1850-1, con esa pose indolente de la modelo, retrato ya moderno en pose, estilo y concepción. A destacar el fabuloso jarrón chino que se parece a los que tenía mi madre en nuestra casa de Las Palmas hace más de treinta y cinco años.

Tras los retratos, la sala dedicada a la mitología. Destaca el horrible lienzo (por el tema, no por la ejecución, sin duda irreprochable) "La araña" de León Comerre, una especie de mujer desnuda muerta con un rictus en la boca ciertamente espantoso y que se encuentra prendida en una tela de araña gigantesca.

"Nacimiento de Venus", de Cabanel, 1963, que tiene una correspondencia genial con un cuadro de Dalí que me extraña que no se mención ni en las notas de sala ni el el folleto ni en las audio-guía.
Por ciertos, esos angelitos que se ven siempre en los cuadros rodeando a las vírgenes y tal se llaman, en italiano, "putto" y, en plural, "puti".





Una nueva sala, esta vez dedicada a la reinvención de la pintura religiosa.
"Cristo atado a la columna" de Dosvallieres, 1910, es bastante excepcional y moderno. Solo hay que fijarse en las manos del Crit-to.

Esplendorosa "Virgen de la consolación" de Bougnerou, con su rendición academicista que anuncia, empero, a cierto cuadros de Paul Delvaux, por la aureola dorada de la virgen e, incluso, a Klimt (esos dibujos bizantinos...).

Impresionante Bonnet. "Job", 1880.

"Jerusalem" de Gérôme, 1867.

Y el magnífico "Tamar" de Alexandre Cabanel, 1875, que da paso, y sirve de bisagra a la sala contigua dedicada al orientalismo.

En esta sala dedicada al orientalismo se presentan cuadros de otro de los motivos preferidos de los academicistas de la época: la ensoñación por el Lejano Orienta, Asia, África y otros escenarios exóticos del mundo de hace más de cien años.

Guillant: "El Sáhara", 1867, oleo que rompe con el orientalismo idealizado, mostrando en primer plano, sobre la árida y caliente arena, el esqueleto de un camello, y que anuncia, sin duda, alguna, el Dalí "desértico", por las pintadas en la arena.

Contrasta este lienzo con otras obras de un orientalismo de ensueño, llenos de parajes maravillosos, ricos vestidos  y gentes de rasgos diferentes, como "Los pastores guiados por la estrella", de L'Haidon, 1863.

Y esta sala se funde con otra dedicada a los paisajistas

Böclin, "La caza de Diana", 1896.

El impresionante Bouguereau, con su fabuloso "Dante y Virgilio", cuadro violento y terriblemente expresivo, de gran formato, que estaba incluso custodiado por dos "seguratas". Pena que la luz de los focos de luz eléctrica, un mal de nuestro tiempo, apenas sí deja ver ciertas partes del cuadro.

Otro Bouguerau, "Nacimiento de Venus", absolutamente espectacular. Uno se queda embobado con la belleza, la perfección técnica y el gesto hermoso, las generosas y suaves formas no de Venus, sino de la núbil ninfa a sus pies, que es una de las cosas más extraordinariamente bellas que he podido ver en toda una vida acudiendo a exposiciones. Algo absolutamente hermoso y fuera de este mundo.

Fuera de esto, ¿qué más se podría ver? Pero aún hay mucho en esta tramo final de la exposición.

Inspirador incluso de los modernos cómics, el colosal "¡Calamidad!" de Danger, potente lienzo que muestra a un gigante sembrando el pánico en una ciudad, muestra la violencia casi rayana en el hiperrealismo de este pintor estupendo.

Una nueva sala, última, La transfiguración de la lección académica , traza una línea ya con el siguiente movimiento, el rompedor Impresionismo y trata de demostrar, como no podía ser de otra manera, que, al igual que el punk para la música Rock, esta corriente pictórica bebía mucho, muchísimo del "antiguo régimen".

Muchos cuadros anteriores anunciaban a Dalí, máxime sabiendo que el pintor catalán se inspiró muchísimo en los paisajistas y simbolistas y academicistas, y estos, en el mundo de los sueños.

El encantador "La esperanza" de Pierre De Puvis de Chavannes, 1871-72, enigmático cuadro casi minimalista, muy avanzado en tema y ejecución y muy vapuleado en su momento por el tibio rertrato que de la esperanza hace este artista, que la retrata encarnándola en una joven pre púber de formas rectas y gesto casi anodino sobre unos colores pastel tan sobrios y sosos que casi se confunden con la figura misma. A mí, a pesar de todo ello, me parece un gran lienzo.

Un "Lamento de Orfeo" de Seón, y otro cuadro anunciador de Dalí.

"La expulsión del paraíso" de Franz von Stuck.

Maurice Denis y su "Dama en el jardín cerrado, 1894, fabuloso simbolista que parece que va por su propio camino.

Elmágico "los cantos de la noche" de Osbert y "El adiós al sol", del mismo autor, que casi parecen fiestas elegantes dadas por ricos de la época.

Y, bueno, para el final, el golpe de gracia con dos lienzos tan espectaculares como afines aunque en principio parezcan muy opuestos:

"Las bañistas" de Renoir. ¿Qué puedo decir? Un absoluto privilegio ver este cuadro de uno de los más grandes del mundo, Auguste Renoir. Un cuadro que pintó con más de ochenta años (moriría meses después de terminarlo), en donde, tras toda una vida siendo rebelde y apoyando el Impresionismo, se cansa de este movimiento y vuelve a la Academia, a pintar como cuando empezaba y, entonces, ve la luz y exclama su famoso: "Ahora sé pintar".

Y al final, ¡oh prodigio!, la mano maestra de ese absoluto genio del cuerpo femenino y del erotismo cuasi lésbico como es el gran gran Bourguerau, "Las Oréades", esplendoroso lienzo que a ningún hombre heterosexual puede dejar indiferente: un grupo nutrido de mujeres desnudas que muestran sus esplendorosos cuerpos decimonónicos en una especie de baile, elevándose al cielo a servir a venus, mientras unos sátiros, admirados por tanta belleza, tanto festival de carne, tanta desmesura indómita, agradecen a Dios (o a quien sea) tener la suerte de contemplar tanta beldad, tanta fabuloso frenesí.
Y yo también.

Bienvenidas esas aportaciones de esas expos medio ocultas, Ref. Me las apunto

uM escribió:Bienvenidas esas aportaciones de esas expos medio ocultas, Ref. Me las apunto

Úl, que he editado, no había terminado mi crónica. ¡Te falta la mitad!

La de Pixar (pse, lo mejor el engendro ese que da vueltas y se anima con luz a rafagas) y la de los Mochica (bien) en el CaixaForum

Zulander escribió:La de Pixar (pse, lo mejor el engendro ese que da vueltas y se anima con luz a rafagas) y la de los Mochica (bien) en el CaixaForum

Gracaias, Zulander, tomo nota.

COLECCIONISMO Y MODERNIDAD. Dos casos de estudio: Colecciones Im Obersteg y Rudolf Staechelin
Museo Reina Sofía.
Hasta el 14 de septiembre.
6 euros. Gratis para desempleados.


Como, por el momento, es imposible ver la exposición "Fuego Blanco: La colección moderna del museo Kunstbasel", debido a las increíbles colas como yo nunca he visto en más de quince años yendo al Reina Sofía, me metí en esta que trata, al rebufo de aquella, del coleccionismo de arte.
Pequeña exposición que tiene, empero, cosas interesantes:

Un Claude Monet, "Temps come", 1881.
Un Pisarro, "Pont-Neuf", 1901.
Duart Manety, "Tête de femme", 1870
Gaougin, Cézanne... Parecen cuadros menores cuyo mayor logro es el apellido del artista.
Dos Van Gohg muy feos, "Natura Morte" y "Tête de Femme", 1886-7, pero "Le jardin de Daubigni", 1890, nos muestra ya al gran holandés de la oreja cortada.



Picasso, "Arlequiín au loup", 1918, estupendo.
Cézanne, "Vere et Pommes", con sus características manzanas, que reflejan la jarra, que refleja el mantel, que refleja la mesa. 1879-82.

Unos cuantos, maravillosos Chagall: "Autorretrato",1914, y "Le Juif Blanc", "Le juif Rouge" y "Le juif Vert".

"La bebedora de absenta", 1901 , de Picasso, claramente impresionista, cuadro que está en medio de la sala dado que, al otro lado del cuadro, está otro lienzo del malagueño, "Mujer en el palco".

Un tal Alexej von Jawlinksy, que yo no conocía, y que tiene un cuadro estupendo, "La village de Munau", 19089.

Curisoso "Desnudo recostado ", también de Picasso,

Un Amedeo Modigliani bastante característico.

Un Kandinsky extrañamente figurativo.

Y ya está. Expo corta como complemento de la gorda que espero ver en breve.

Yo le doy un

FUEGO BLANCO. La colección moderna del Museo Basel de Basilea, Suiza.
Museo Reina Sofía, Madrid.
Hasta el 14 de septiembre de 2015.
6 euros. Gratis para desempleados.
No audio-guía (por el momento).


El museo suizo de Basilea, una de las mejores pinacotecas de Europa, esta en obras y, por tal motivo (y para seguir ganando pasta y sacando rendimiento a sus fondos) ha desgranado sus colecciones por diversos museos y salas europeos, en préstamo, hasta que el edificio que alberga normalmente sus cuadros se restablezca.
A España y, concretamente, al Reina Sofía, le ha tocado la colección de arte moderno del siglo XX, con lo que es una estupenda oportunidad para ver cuadros que difícilmente podrán de nuevo contemplarse fuera de los marcos del museo suizo.

Empieza la cosa con dos curiosonos lienzos demimon´nicos de anronld Bödlin de 1859, "Pan asustando a un pastor" y "Mandte Müssen", casi un Van Gogh.

Un Picasso, "La Guéridon", 1913.

Varios Braqué, al que nunca acabé de cogerle el punto.

Muy bueno el Juan Gris, "La femme á la Mandolina", 1916.


Ah, Albersi, Teho von Doesburg, Vantangaloo, desciendientes del gran Mondrian.

Y un Mondrian, cómo no, "Composición1 avec rougte et noir", de 1929. Impresionante. Sin palabras.

Bonnet Newman, "ere III", 1965-66. Muy bien.

Otro vídeo de Bruce Neuman, "Flesh to White to black to flesh", 1968.

Un Warhol, "Optical car Crash," 19623, serigrafía (recoremos que antes lo invenetó un tal e, incluso,´¨oscar Domínguez).

Jasper Johns, Fabuloso su "Figura nº 2", con ceras, óleos, tiza, collage.

Gerhard Richter, increíble "Mtotorborad", 1965, hiperrealista.

Grandiose Léger con su Natura Morte, 1926. Casi "chagaliano" en el impresionante "Les Acrobats dans le cirque", 1928.
"La damme en bleu".

En "Construcción con un cubo" de Max Bill, 1944-45, que casi parece un anuncio de Areslux o de La 2 de TVE. Escultura con cartón y madera.

Fabuloso el "Untitled", 1962, Mark Rothko. Un cuadro de negro sobre negro que es que es no cansarse uno de verlo y admirarlo y, cuando tu vista por fin se ajusta y acostumbra a tanta negritud, ves muchas más cosas. Un cuadro con un curioso efecto bálsamo.



Agnes Martin, "Park", 1969, casi un contrapunto al Rothko.



Curiosas piezas de On Kanawa.

Y los cubos de Donald Judd, "Untitled"; 1969 y 1962, soberbio este último, óleo sobre madera con hierro galvanizado y aluminio.

Carl André, "Cedar Piece", 1959-64, una "X" hecha con madera de cedro, hueco por dentro.

Walter de Maria, "Suicide"; 1967.

Vídeo: Una poreycción de STeve McQueen, "Illumination", 2002, que es una tomadura de pelo.

Vídeo: Gordon Mattta Clark, "Program", 1974. Otro que tal...

Vídeo de Pierre Huyghe, "This is not time for dreaming", 2004; un espectáculo de marionetas grabado en vídeo que habla sobre el único edificio de Le Corbusier en Estados Unidos y la inauguración de ese edificio con música de Xenekis, Vaèse y.. ¡Charles Trenent!. Curioso.

Los estupendos Giacometti, cóm no, con sus esculturas de cabezas humanas, sus figuras largas y delgadísimas y un impresionante "Le chat". Muy especial el "Tête qui regard", 1928, en bronce.

Marivollosos Klees, sutiles y delicados, como casi siempre. "Gartentork", 1932; "Ein Blatt aus dem Städbuch", 1928. Y un cuadro fuera de su estilo habitual, "Reich er Hafen", 1938 y que anunciaba poderosamente a ese artista de Pensilvania pero de corazón neoyorquino y aficionado al bestialismo llamado Keith Haring.

Fabuloso y extraño, "as usual", Jean Dubuffet, con su "Portrait Fluidique", 1950.

"Kleiner Baum", 1917, de Max Ernst, estupendo, casi una miniatura.

Los fantásticos cuadros, fascinantes, de Jean Arp, con todos esos relieves, especialmente "Torso pré adamic", 1938, escultura en piedra caliza rosa de Porriño.

"Spritzes Scharz", 1931, uno de los pocos Kandiskys que me gustan, al igual que "La Fleche", 1943.

Este estuepondo Kirchner, "Davos in Winter", 1923, con ese estilo "picado".

Curiosa escultura en madera policromada "Zwie Mädchen" de Müller, 1924-25.
Y otra madera, "Penthe sileo", de Herman Scheer. A destacar.

Cómo obviar un espectacular Munch, "Strase in Argaanstadt", 1901. Y la gran mancha que es "Küstenlandschaft", 1928, casi abstracto, casi un cuadro de aficionado o copia mala que tendría cualquiera en casa pero que a mí me fascina.



Max Beckman y su porto-hiperrealismo. Un primor. "Das Nizza in Frankfurt am Main", 1921.

Formidable Oskar Schemmer, cuyo "Fünf Figuren in Raum", 1925, recuerda a cierto cuadro...

Curioso Dieter Roth y sus cuadros enmohecidos que necesitan de la acción del tiempo para cambiar. ----> Conexión aquí con aquella fabulosa expo que hace años dedicó La Casa Encendida al "arte efímero".
En esta sala, la última que yo vi, curiosos los ingenios mecánicos de Jean Tingueley, años 60.

En general, un muy buena exposición que se recorre en poco menos de tres horas.

Continúa en la cuarta planta del museo, con la sala dedicada a las colecciones, como vimos anteriormente.

Yo le doy un

Refrescospepito escribió:.../....

Fabuloso el "Untitled", 1962, Mark Rothko. Un cuadro de negro sobre negro que es que es no cansarse uno de verlo y admirarlo y, cuando tu vista por fin se ajusta y acostumbra a tanta negritud, ves muchas más cosas. Un cuadro con un curioso efecto bálsamo.



Agnes Martin, "Park", 1969, casi un contrapunto al Rothko.



.../...

La previa, en el bar de enfrente, fue apoteósica, ¿no?

       

La de Pixar en Caixaforum, buenísima. Aquí os dejo un resumen y algunas fotos:

http://feelinthenoize.blogspot.com/2015/05/pixar-25-anos-de-animacion.html

Seguramente mañana aprovecharé para ir a ver esta:

http://www.ruta66.es/2015/03/articulos/inauguracion-de-una-galeria-de-fotos-rock-en-barcelona/

EL GUSTO MODERNO.
ART DECÓ EN PARÍS. 1910-1935.

Sala Juan March, Madrid.
Hasta el 28 de junio de 2015.
Entrada libre.


Preciosa y absolutamente modélica exposición que la Fundación Juan Marcha, como nos tiene acostumbrados, suele hacer.

Ordenada en siete secciones, esta exhibición pretende hacer un recorrido por el diseño y las artes decorativas, a menudo denostadas por el gran arte y que, en el panel de entrada a la sala, los comisarios han tenido a bien escribir esto:

La muestra no es-y al mismo tiempo sí es- una exposición "de " artes decorativas. Cuanta con sobresalientes ejemplos de piezas adscribibles a aquéllas, pero ha sido muy precisamente concebida en abierto desafío a la ya tradicional separación-tan estricta como demasiado fácil-entre las bellas artes y las artes decorativas o aplicadas, típica de nuestra conciencia estética. La exposición quiere impugnar la casi total ausencia del art déco en la historia del arte moderno y también al el practica curatorial y vindicar-tal y como ha ocurrido en algunos casos ejemplares a partir del revival déco que se produjo a partir de los años setenta-no solo la obvia belleza del art déco, sino el interés y la complejidad cultural y artística de su peculiar carácter moderno.

Tras esta declaración de principios (y buenos ejemplos de lo que explican aquí los comisarios los tenemos en las recientes exposiciones de Le Corbusier en la Fundación La Caixa y Raoul Dufy en el Thyssen) , pues tienen toda la razón, uno se adentra en esta espectacular muestra y no cierra la boca hasta que sale.

1º) EL PRIMER ART DECÓ.

Sala donde se muestra cómo nació esta corriente.
Ejemplos del arte decorativo de Raoul Dufy, el pionero en la repetición de un motivo en estampados, vestidos y telas. "Ateleir Marine", 1919.

Fantásticos álbumes con "pochoirs" (estarcidos, técnica antecesora de la serigrafía) contemporáneos de mi muy admirado Aubrey Beardley.

Georges Le Pape, "Les choses de Paul Poiret, "pochoirs" iluminados.

"Madame et Monsieur Poiret", de García Benito, 1921, estupendo lienzo sobre este matrimonio de modistos que liberó a la mujer del corsé y que tiene una presencia estupenda en el Art Decó.

Picasso, "Cartel para los ballet rusos", 1917.

Salpicando casa sección, se recrean con sumo gusto ciertos salones parisinos de la época. En esta primera sala, se mezcla mobiliario de aquí y al´la, mesa con especjo, biombo, silla, jaroornes, cuadros, alfombra de León Faulaut y variaos artistas más, c omo Süe y Mare, con sus bella vajillas de té.

Dufy sigue aparecindo con sus estampados, cmoo los ejemplos de sus ejidos Pegaso, Tejido La Danse, par la Maison Bianchini-Férier.

Eduard Benedictus. Fabulosos gouches pre-psicodélicos (Recordamos que en los años 60-70 se vuelve al gusto por el Art Déco.

Una pintura de Le Corbusier (del que ahora se dice que era un fascista convicto y confeso, ay,...), "Persistantes Souvenances de bosphore", 1913.

Otros gouaches fantásticos del "cuervo", abstractos, fascinantes e imaginativos. "Etude Foride", 1904.

2º) EL CUBISMO Y SU APORTACIÓN.

Que no fue poca.

Siempre Léger, "Le Disques".
Picasso, Juan Gris, una cuasi miniatura de Geroges Valmier, "Vase de Fluerus".

Impresionante policromado de Csazky. Figura, 1921.

Braque, Delauny.
Un estupendo Jean Lambert-Ruck, "La visita", 1919, con diferentes plumas. Cuadro casi de cómic.

3º) INTERORES MODERNOS FRANCESES.

Objetos varios--> Encuadernaciones de libros y cajas.

El tresillo de Jacques Emil Ruhlmann, maravilloso.
Apliques de Ernes Soline.

El inmenso biombo(1921-22) de diez hojas y cuatro metros de altura de Armand-Albert Rateau, un espectáculo de madera dorada y lacado, conjuntado admirablemente con su lámpara de pie.



Jarrones y objetos de cristal de Lalique. Impresionante y fascinante. Y otras piezas de orfebrería donde destaca un espléndido "Jarrón", 1925, de Daum Frères y Louis Majorelle (vidrio soplado con incrustaciones de jade).

Lámpara figura de La Verneir, 1925.

4º) LA EXPOSICIÓN DE 1925 EN PARÍS.

Otra espectacular recreación de un "tresillo" con una ninfa de Alfred-August Jannit.
Esta sala explora la Exposición de París.

5º) EL GUSTO MODERNO.

Piezas del Victoria & Albert Museum de Londres.

Joyas impresionantes de Cartier, como sus famosas "vanity cases".

Fotografías de Man Ray, cómo no. "Nanc Gunard".

Thèrese Bonney: "Brazalete y anillos".

Sala dedicada al mundo de los objetos de lujo, de tocador, de fumador: una pasada.

Estampas y portadas de revistas que remitan a tanto al B/N de principios del XX como a todo tipo de revistas de la época.

Frascos de perfumes, una botella de época de Chanel nº 5.

Madam Agnés aparece todo el rato.

6º) EXPO COLONIAL DE PARÍS, 1931.

El impresionante "tresillo", compuesto dpo dos excelsos sillones "eléphant" de Ruhmanmm, un cuadro  tallado en madera, "Carneros enfrentados" de Jean Dummond y dos jarrones del mismo artista para la expo colonial.

Una serie de cuadros dedicados a la gran Josephine Baker.

Otra vitirna y otro tresillo colonial.

Imprisonante el "Mowlgi" en yeso doroado, de Dehumene, 1927.

Espectacular la lámpara de Raymond Subes, 1931.

7º) EL VIAJE MODERNO.

Fabuloso el "Perfil de mujer para el edificio de correos de Niza", de Juan y Joel Martel, que no deja de recodarme a aquel disco de Ultravos.

Una serie de preciosas a cuaerlas de Roger-Henry Expert y Richard Bourness.

Fantásticos carteles propagandísticos de donde se han sacado tantas portadas pop. Destcan el Cassandre Wagon Bar, 1932 de Adophe Mouron.

Mobiliario fabuloso, vajilla, cubiertos... todo para el trasatlántico de gan lujo Normandie, 1934.

El epsectacular atomóvil "Amilar CGS", 1926, que no puede ser más bonito.



El cartel de Disques Odeaon, de Jean Carbun, 1929.

8º) LAS NUEVAS FORMAS.

El tocador de Robert Black, 1930, conjuntado estupendamente con la butaca de la misma época de Ruhman.

Chalres Adda, cire bulevar.

Un práctico set de pinic, 1928, en plata, marfil y cuero de Cartier, junto con deslumbrantes servcios de té y café de Puiforçat ilustran una vitrina aérea.

Los diseños de butacas de Signet y Herbst, 1930, que inspiraran a Le Corbusier o, quizás, vengan de allí.

Curioso mueble-bar de Herbst, que debe de ser la madre de todos los muebles bar del mundo.

Los diseños de dormitorios de Mallet Stevens y Carlotti, de los años 10, 20 y 30, tienen directa influencia en el diseño actual de muebles.

Mas Casasandre (Adolphe Moruon) y sus extraoirdinarios diseños con la repetición de un motivo que anuncia a Dufy e, incluso, a los Rolling de "Steel Wheels". Tejido "Les pipes" de Hèlene Henry, 1925.

Le Corbuiser tenía que aparecer con su "Chaise Lojng", 1928 un diván , vaya en colabraoción con su hijo Pierre y Charlotte Peronod, 1928.


Y aquí termina esta maravillosa exhibición que aconsejo no perderse por nada del mundo.

Es mejor ir los lunes a primera hora (abren a las 11:00) porque siempre está petado del verbo petar.

Refrescospepito escribió:

EL GUSTO MODERNO.
ART DECÓ EN PARÍS. 1910-1935.

Sala Juan March, Madrid.
Hasta el 28 de junio de 2015.
Entrada libre.


Preciosa y absolutamente modélica exposición que la Fundación Juan Marcha, como nos tiene acostumbrados, suele hacer.

Ordenada en siete secciones, esta exhibición pretende hacer un recorrido por el diseño y las artes decorativas, a menudo denostadas por el gran arte y que, en el panel de entrada a la sala, los comisarios han tenido a bien escribir esto:

La muestra no es-y al mismo tiempo sí es- una exposición "de " artes decorativas. Cuanta con sobresalientes ejemplos de piezas adscribibles a aquéllas, pero ha sido muy precisamente concebida en abierto desafío a la ya tradicional separación-tan estricta como demasiado fácil-entre las bellas artes y las artes decorativas o aplicadas, típica de nuestra conciencia estética. La exposición quiere impugnar la casi total ausencia del art déco en la historia del arte moderno y también al el practica curatorial y vindicar-tal y como ha ocurrido en algunos casos ejemplares a partir del revival déco que se produjo a partir de los años setenta-no solo la obvia belleza del art déco, sino el interés y la complejidad cultural y artística de su peculiar carácter moderno.

Tras esta declaración de principios (y buenos ejemplos de lo que explican aquí los comisarios los tenemos en las recientes exposiciones de Le Corbusier en la Fundación La Caixa y Raoul Dufy en el Thyssen) , pues tienen toda la razón, uno se adentra en esta espectacular muestra y no cierra la boca hasta que sale.

1º) EL PRIMER ART DECÓ.

Sala donde se muestra cómo nació esta corriente.
Ejemplos del arte decorativo de Raoul Dufy, el pionero en la repetición de un motivo en estampados, vestidos y telas. "Ateleir Marine", 1919.

Fantásticos álbumes con "pochoirs" (estarcidos, técnica antecesora de la serigrafía) contemporáneos de mi muy admirado Aubrey Beardley.

Georges Le Pape, "Les choses de Paul Poiret, "pochoirs" iluminados.

"Madame et Monsieur Poiret", de García Benito, 1921, estupendo lienzo sobre este matrimonio de modistos que liberó a la mujer del corsé y que tiene una presencia estupenda en el Art Decó.

Picasso, "Cartel para los ballet rusos", 1917.

Salpicando casa sección, se recrean con sumo gusto ciertos salones parisinos de la época. En esta primera sala, se mezcla mobiliario de aquí y al´la, mesa con especjo, biombo, silla, jaroornes, cuadros, alfombra de León Faulaut y variaos artistas más, c omo Süe y Mare, con sus bella vajillas de té.

Dufy sigue aparecindo con sus estampados, cmoo los ejemplos de sus ejidos Pegaso, Tejido La Danse, par la Maison Bianchini-Férier.

Eduard Benedictus. Fabulosos gouches pre-psicodélicos (Recordamos que en los años 60-70 se vuelve al gusto por el Art Déco.

Una pintura de Le Corbusier (del que ahora se dice que era un fascista convicto y confeso, ay,...), "Persistantes Souvenances de bosphore", 1913.

Otros gouaches fantásticos del "cuervo", abstractos, fascinantes e imaginativos. "Etude Foride", 1904.

2º) EL CUBISMO Y SU APORTACIÓN.

Que no fue poca.

Siempre Léger, "Le Disques".
Picasso, Juan Gris, una cuasi miniatura de Geroges Valmier, "Vase de Fluerus".

Impresionante policromado de Csazky. Figura, 1921.

Braque, Delauny.
Un estupendo Jean Lambert-Ruck, "La visita", 1919, con diferentes plumas. Cuadro casi de cómic.

3º) INTERORES MODERNOS FRANCESES.

Objetos varios--> Encuadernaciones de libros y cajas.

El tresillo de Jacques Emil Ruhlmann, maravilloso.
Apliques de Ernes Soline.

El inmenso biombo(1921-22) de diez hojas y cuatro metros de altura de Armand-Albert Rateau, un espectáculo de madera dorada y lacado, conjuntado admirablemente con su lámpara de pie.



Jarrones y objetos de cristal de Lalique. Impresionante y fascinante. Y otras piezas de orfebrería donde destaca un espléndido "Jarrón", 1925, de Daum Frères y Louis Majorelle (vidrio soplado con incrustaciones de jade).

Lámpara figura de La Verneir, 1925.

4º) LA EXPOSICIÓN DE 1925 EN PARÍS.

Otra espectacular recreación de un "tresillo" con una ninfa de Alfred-August Jannit.
Esta sala explora la Exposición de París.

5º) EL GUSTO MODERNO.

Piezas del Victoria & Albert Museum de Londres.

Joyas impresionantes de Cartier, como sus famosas "vanity cases".

Fotografías de Man Ray, cómo no. "Nanc Gunard".

Thèrese Bonney: "Brazalete y anillos".

Sala dedicada al mundo de los objetos de lujo, de tocador, de fumador: una pasada.

Estampas y portadas de revistas que remitan a tanto al B/N de principios del XX como a todo tipo de revistas de la época.

Frascos de perfumes, una botella de época de Chanel nº 5.

Madam Agnés aparece todo el rato.

6º) EXPO COLONIAL DE PARÍS, 1931.

El impresionante "tresillo", compuesto dpo dos excelsos sillones "eléphant" de Ruhmanmm, un cuadro  tallado en madera, "Carneros enfrentados" de Jean Dummond y dos jarrones del mismo artista para la expo colonial.

Una serie de cuadros dedicados  a la gran Josephine Baker.

Otra vitirna y otro tresillo colonial.

Imprisonante el "Mowlgi" en yeso doroado, de Dehumene, 1927.

Espectacular la lámpara de Raymond Subes, 1931.

7º) EL VIAJE MODERNO.

Fabuloso el "Perfil de mujer para el edificio de correos de Niza", de Juan y Joel Martel, que no deja de recodarme a aquel disco de Ultravos.

Una serie de preciosas a cuaerlas de Roger-Henry Expert y Richard Bourness.

Fantásticos carteles propagandísticos de donde se han sacado tantas portadas pop. Destcan el Cassandre Wagon Bar, 1932 de Adophe Mouron.

Mobiliario fabuloso, vajilla, cubiertos... todo para el trasatlántico de gan lujo Normandie, 1934.

El epsectacular atomóvil "Amilar CGS", 1926, que no puede ser más bonito.



El cartel de Disques Odeaon, de Jean Carbun, 1929.

8º) LAS NUEVAS FORMAS.

El tocador de Robert Black, 1930, conjuntado estupendamente con la butaca de la misma época de Ruhman.

Chalres Adda, cire bulevar.

Un práctico set de pinic, 1928, en plata, marfil y cuero de Cartier, junto con deslumbrantes servcios de té y café de Puiforçat ilustran una vitrina aérea.

Los diseños de butacas de Signet y Herbst, 1930, que inspiraran a Le Corbusier o, quizás, vengan de allí.

Curioso mueble-bar de Herbst, que debe de ser la madre de todos los muebles bar del mundo.

Los diseños de dormitorios de Mallet Stevens y Carlotti, de los años 10, 20 y 30, tienen directa influencia en el diseño actual de muebles.

Mas Casasandre (Adolphe Moruon) y sus extraoirdinarios diseños con la repetición de un motivo que anuncia a Dufy e, incluso, a los Rolling de "Steel Wheels". Tejido "Les pipes" de Hèlene Henry, 1925.

Le Corbuiser tenía que aparecer con su "Chaise Lojng", 1928 un diván , vaya en colabraoción con su hijo Pierre y Charlotte Peronod, 1928.


Y aquí termina esta maravillosa exhibición que aconsejo no perderse por nada del mundo.

Es mejor ir los lunes a primera hora (abren a las 11:00) porque siempre está petado del verbo petar.

Recién editado, corregido y aumentado.
Cortesía de Refrescospepito para La Plazoleta del Foro Azkena.

He visto muchas expos, pero, wow, no sé por qué hablar de ellas aquí.

jj

Refrescos, pásate por el post de mi libro, que sé por lo que te he leído que te puede molar mucho!!