Concurso de MICRORRELATOS Azkenero - Ronda 12 - Neska for the win! Otra vez!

YOMISMO escribió:Cuando le e dicho a yomisma,k había,keao segunda,no se lo creia,es la,mejor.semana.de.mi vida.
escribo desde movil,adrenalitico perdio y dando todo mi amor a Elena.llevamos 5 horas en,casa y toi viviendo deprisa.

Venga va, que yo ayudo con la frase:
"Me materialicé en el teleportador equivocado..."
"El pollo holográfico sabía a pescado otra vez..."
"El oso cibernético tenía cerebro positrónico de escritor..."


No sé, cualquier cosa cotidiana.

Nomeko7 escribió:

CocH. escribió:

Nomeko7 escribió:
Es chungo escribir "Rimbombante"...

epa! por alusiones... no quería darle un significado peyorativo. que no se me enfade nadie.



adj. Ostentoso,llamativo:

nada más.... no empecemos con malos rollos, eh? bueno...

Decía chungo porque soy medio disléxico y soy muy de escribir ribinbombante o ribambonte. Creo que quedó claro a lo que te referías en cuanto al estilo rococó de Neska. Rococó en plan bien, bonito y sin agobiar. Mi estilo es moroso, que suena peor.

     

Soy una intensa, qué le voy a hacer...

DarthMercury escribió:Venga va, que yo ayudo con la frase:
"Me materialicé en el teleportador equivocado..."
"El pollo holográfico sabía a pescado otra vez..."
"El oso cibernético tenía cerebro positrónico de escritor..."


No sé, cualquier cosa cotidiana.

Ciencia Ficción estaría muy bien.

¿Este fin de semana hay spin off? Si queréis organizo uno.

Stoner escribió:He sacado más puntos que Sean...

Propuesta de frase:

"Me desperté porque estaba sonando el teléfono"

Neska escribió:Me hicieron mucha ilusión tus 3 puntos, Borogis. El autor de Mudanzas

Me pareció una maravilla tu relato Neska, muy merecida la victoria.

en cuanto pueda me leo la media docena de explicaciones que has puesto, que ando liao.

¿es la misma o son interpretaciones distintas?

atabal escribió:¿Este fin de semana hay spin off? Si queréis organizo uno.

Dale gas, atabal!!

Bueno, os voy a contar de que viene mi relato:

43. El viaje a Egipto

De pequeña soñaba con ser gimnasta rítmica, por lo que entrenaba en el polideportivo cada dos días de aquel verano. Al salir de él fue cuando me encontré con David y Pablo, en la orilla del río, colocando sin descanso tablas en una barca hecha con madera de palés. La mochila de los Cazafantasmas de Pablo estaba dentro de la barca, y según me confesó ese día, repleta de bocadillos de Nocilla. Una vez repararon en mi presencia, me dijeron visiblemente emocionados:

-¡María! ¡Nos vamos a Egipto! ¡Vente con nosotros, volveremos mañana!

Me reí. No tenía sentido avisarles de lo absurda que era su idea, ni explicarles por qué era imposible llegar hasta Egipto en un día desde aquel pueblo perdido del Ebro. Me despedí y proseguí mi camino, incapaz de imaginar la cantidad de aventuras que vivirían en ese viaje.


Pues lo cierto es que me estaba costando mucho situarme en la historia de la gimnasta rítmica sin acudir a lugares comunes, pero a raíz de imaginarla entrenando de joven me vino una historia a la cabeza que voy a recordar por siempre y que encima paliaba mis ganas de escribir un microrrelato de tono juvenil.

Tenía dos amigos llamados Pablo y Raúl que a los ocho años disfrutaban de crear campamentos por las afueras de mi pueblo. La diversión estaba en montarlos, no en utilizarlos, así que conforme acababan uno y hacían planes para traer chicas a él, se aburrían y se iban a montar otro. Como mi pueblo es tremendamente industrial, casi todos los campamentos estaban hechos con palés. Y lo cierto es que no eran malas obras, estaban bien currados.

Pues un día se empezaron a aburrir de hacer un campamento tras otro. Fue cuando Pablo se obsesionó con Egipto a raíz de un libro que había visto en clase. Le compartió su interés a Raúl y los dos empezaron a obsesionarse con las pirámides, las momias y las posibles aventuras allí. Y los inocentes de ellos, que nunca habían salido del pueblo y pensaban que este  debía ocupar media España, pensaron que era factible llegar a Egipto por su cuenta como si nada. Entonces empezaron a tramar un plan: un viaje a Egipto.

El plan era sencillo: crear una barca hecha a base de palés, salir al río de mi pueblo una vez acabado el colegio y de ahí seguir el Ebro entero hasta llegar al Mediterráneo y de ahí a Egipto. Total, eran un par de palmos en el mapa. La idea era estar en casa para cenar, pero si se retrasaban un poco tampoco es que pasara nada grave más allá de la bronca materna. ¡Pero qué más da, si habían estado en Egipto! Qué era un día de castigo después de andar entre pirámides... Pues ràpidamente se pusieron manos a la obra. Pasaban las tardes al lado del polideportivo del pueblo, en la orilla del río, fabricando una barca con una dedicación que yo no recuerdo igual en ninguno de los dos. Yo que iba a jugar a fútbol a ese polideportivo me empecé a descojonar de ellos una vez me enteré. Yo sabía de mis viajes a Madrid que si ir a la capital nos costaba cuatro horas, qué sería de Egipto si estaba mucho más lejos. Pero no les dije nada, porque estaba siendo muy divertido. Una tarde les ayudé con la barca y a trazar el viaje, los puntos a seguir o la necesidad de provisiones. Ellos lo llevaban con el mayor secretismo posible y en el colegio se dedicaban a enviarse mensajes hablando de cosas que debían hacer en el viaje o ya en Egipto. Esa semana Egipto fue todo para ellos. No existía otra cosa.

Llegó el día de partir. Yo había declinado acompañarles a Egipto, pero decidí verles partir. Total, no tenía muchas esperanzas en ellos, y si la cosa se ponía fea pues ya avisaba a quien tocase. Cogieron la rudimentaria barquilla, metieron una mochila con un par de bocatas de nocilla y una brújula y se metieron al río. Se me despidieron e intentaron poner la barca en equilibrio para seguir el trascurso del río.

El viaje duró diez segundos. Lo que tardó la barca en partirse por la mitad, cayendo los dos al agua de forma estrepitosa. Dios, que descojono. Encima la corriente se llevó la mochila con los bocatas de Nocilla. Los dos salieron del agua intentando rescatar la barca y se tumbaron a asimilar la derrota. Después de media hora de decepción, empezaron a considerar construir una barca más fuerte y salir directamente de Calahorra, para llegar antes al Ebro, que era más caudaloso y así podrían ir con menos complicaciones Se fueron muy convencidos a casa, pero al día siguiente Raúl se enteró de la imposibilidad del viaje, probablemente cuando sus padres le interrogaron para saber por qué había llegado hecho unos zorros a casa, empapado y con la ropa completamente sucia. Ahí debió cantar. Seguro que sus padres lloraron de risa.

Raúl quería matar a Pablo al día siguiente, y lo de Egipto quedó en el olvido. Pensé en  cerrar el relato con su caída, pero me parecía más bonito que se abriera la posibilidad a que, por lo menos, hubiesen hecho parte de ese viaje. Así que influido por el hecho de que Huckleberry Finn es mi libro favorito, y con la historia esta, me lancé a asaltar el género juvenil para salir del paso en esta ronda. Y lo que más agradezco es haber recuperado la historia, porque me ha traído muchos recuerdos a la cabeza. Y todos buenos.

Nomeko7 escribió:

DarthMercury escribió:Venga va, que yo ayudo con la frase:
"Me materialicé en el teleportador equivocado..."
"El pollo holográfico sabía a pescado otra vez..."
"El oso cibernético tenía cerebro positrónico de escritor..."


No sé, cualquier cosa cotidiana.

Ciencia Ficción estaría muy bien.

"Por fin encontré el uso adecuado al pollo de goma con polea..."

DarthMercury escribió:Venga va, que yo ayudo con la frase:
"Me materialicé en el teleportador equivocado..."
"El pollo holográfico sabía a pescado otra vez..."
"El oso cibernético tenía cerebro positrónico de escritor..."


No sé, cualquier cosa cotidiana.

Me da miedo elegir frase, que luego me coméis. Y me da miedo llamarla ronda 13: ¡¡¡Triscaidecafobia!! 

Poltergeist se ha llevado 5 puntos y 3 menciones de 7 foreros en total, muy contento viendo la calidad del resto de relatos., me alegra que os haya gustado.
Me gustaría puntualizar algunos comentarios que se han hecho de mi relato:
A mi me gustan mucho los relatos cortos y directos. Normalmente intento alargarlos un poco y darles un toque más literario, pero siempre me da la sensación de que los jodo.
Seguro que la mayoría de vosotros desarrollariais mis ideas mucho mejor, pero yo simplemente no puedo.

CocH. escribió:

Nomeko7 escribió:

DarthMercury escribió:Venga va, que yo ayudo con la frase:
"Me materialicé en el teleportador equivocado..."
"El pollo holográfico sabía a pescado otra vez..."
"El oso cibernético tenía cerebro positrónico de escritor..."


No sé, cualquier cosa cotidiana.

Ciencia Ficción estaría muy bien.

"Por fin encontré el uso adecuado al pollo de goma con polea..."

Servía para golpear al mono de tres cabezas de la isla

Yo prefiero frases abiertas, pero parece que cuanto más cerrada y concreta, más se esfuerza uno. Anda que no han dado de sí los sueños frustrados de gimnasta.

Nomeko7 escribió:

DarthMercury escribió:Venga va, que yo ayudo con la frase:
"Me materialicé en el teleportador equivocado..."
"El pollo holográfico sabía a pescado otra vez..."
"El oso cibernético tenía cerebro positrónico de escritor..."


No sé, cualquier cosa cotidiana.

Ciencia Ficción estaría muy bien.

os odio, que lo sepáis...



"al salir del portal dimensional descubrió que su conexión a internet había quedado a dos galaxias de distancia..."

Johnny Kashmir escribió:Bueno, os voy a contar de que viene mi relato:

43. El viaje a Egipto

De pequeña soñaba con ser gimnasta rítmica, por lo que entrenaba en el polideportivo cada dos días de aquel verano. Al salir de él fue cuando me encontré con David y Pablo, en la orilla del río, colocando sin descanso tablas en una barca hecha con madera de palés. La mochila de los Cazafantasmas de Pablo estaba dentro de la barca, y según me confesó ese día, repleta de bocadillos de Nocilla. Una vez repararon en mi presencia, me dijeron visiblemente emocionados:

-¡María! ¡Nos vamos a Egipto! ¡Vente con nosotros, volveremos mañana!

Me reí. No tenía sentido avisarles de lo absurda que era su idea, ni explicarles por qué era imposible llegar hasta Egipto en un día desde aquel pueblo perdido del Ebro. Me despedí y proseguí mi camino, incapaz de imaginar la cantidad de aventuras que vivirían en ese viaje.


Pues lo cierto es que me estaba costando mucho situarme en la historia de la gimnasta rítmica sin acudir a lugares comunes, pero a raíz de imaginarla entrenando de joven me vino una historia a la cabeza que voy a recordar por siempre y que encima paliaba mis ganas de escribir un microrrelato de tono juvenil.

Tenía dos amigos llamados Pablo y Raúl que a los ocho años disfrutaban de crear campamentos por las afueras de mi pueblo. La diversión estaba en montarlos, no en utilizarlos, así que conforme acababan uno y hacían planes para traer chicas a él, se aburrían y se iban a montar otro. Como mi pueblo es tremendamente industrial, casi todos los campamentos estaban hechos con palés. Y lo cierto es que no eran malas obras, estaban bien currados.

Pues un día se empezaron a aburrir de hacer un campamento tras otro. Fue cuando Pablo se obsesionó con Egipto a raíz de un libro que había visto en clase. Le compartió su interés a Raúl y los dos empezaron a obsesionarse con las pirámides, las momias y las posibles aventuras allí. Y los inocentes de ellos, que nunca habían salido del pueblo y pensaban que este  debía ocupar media España, pensaron que era factible llegar a Egipto por su cuenta como si nada. Entonces empezaron a tramar un plan: un viaje a Egipto.

El plan era sencillo: crear una barca hecha a base de palés, salir al río de mi pueblo una vez acabado el colegio y de ahí seguir el Ebro entero hasta llegar al Mediterráneo y de ahí a Egipto. Total, eran un par de palmos en el mapa. La idea era estar en casa para cenar, pero si se retrasaban un poco tampoco es que pasara nada grave más allá de la bronca materna. ¡Pero qué más da, si habían estado en Egipto! Qué era un día de castigo después de andar entre pirámides... Pues ràpidamente se pusieron manos a la obra. Pasaban las tardes al lado del polideportivo del pueblo, en la orilla del río, fabricando una barca con una dedicación que yo no recuerdo igual en ninguno de los dos. Yo que iba a jugar a fútbol a ese polideportivo me empecé a descojonar de ellos una vez me enteré. Yo sabía de mis viajes a Madrid que si ir a la capital nos costaba cuatro horas, qué sería de Egipto si estaba mucho más lejos. Pero no les dije nada, porque estaba siendo muy divertido. Una tarde les ayudé con la barca y a trazar el viaje, los puntos a seguir o la necesidad de provisiones. Ellos lo llevaban con el mayor secretismo posible y en el colegio se dedicaban a enviarse mensajes hablando de cosas que debían hacer en el viaje o ya en Egipto. Esa semana Egipto fue todo para ellos. No existía otra cosa.

Llegó el día de partir. Yo había declinado acompañarles a Egipto, pero decidí verles partir. Total, no tenía muchas esperanzas en ellos, y si la cosa se ponía fea pues ya avisaba a quien tocase. Cogieron la rudimentaria barquilla, metieron una mochila con un par de bocatas de nocilla y una brújula y se metieron al río. Se me despidieron e intentaron poner la barca en equilibrio para seguir el trascurso del río.

El viaje duró diez segundos. Lo que tardó la barca en partirse por la mitad, cayendo los dos al agua de forma estrepitosa. Dios, que descojono. Encima la corriente se llevó la mochila con los bocatas de Nocilla. Los dos salieron del agua intentando rescatar la barca y se tumbaron a asimilar la derrota. Después de media hora de decepción, empezaron a considerar construir una barca más fuerte y salir directamente de Calahorra, para llegar antes al Ebro, que era más caudaloso y así podrían ir con menos complicaciones Se fueron muy convencidos a casa, pero al día siguiente Raúl se enteró de la imposibilidad del viaje, probablemente cuando sus padres le interrogaron para saber por qué había llegado hecho unos zorros a casa, empapado y con la ropa completamente sucia. Ahí debió cantar. Seguro que sus padres lloraron de risa.

Raúl quería matar a Pablo al día siguiente, y lo de Egipto quedó en el olvido. Pensé en  cerrar el relato con su caída, pero me parecía más bonito que se abriera la posibilidad a que, por lo menos, hubiesen hecho parte de ese viaje. Así que influido por el hecho de que Huckleberry Finn es mi libro favorito, y con la historia esta, me lancé a asaltar el género juvenil para salir del paso en esta ronda. Y lo que más agradezco es haber recuperado la historia, porque me ha traído muchos recuerdos a la cabeza. Y todos buenos.

Jeje, me he reído mucho, se veía venir lo de la barca.

Enhorabuena a los del podio.

Muchas gracias a Nomeko, mi único votante.

El relato lo hice pa salir del paso, era bastante mediocre.

Y a los que mencionaron también gracias, solo me acuerdo de Kupak, no he estado muy al corriente últimamente.

Hay frase?

Johnny Kashmir escribió:Bueno, os voy a contar de que viene mi relato:

43. El viaje a Egipto

De pequeña soñaba con ser gimnasta rítmica, por lo que entrenaba en el polideportivo cada dos días de aquel verano. Al salir de él fue cuando me encontré con David y Pablo, en la orilla del río, colocando sin descanso tablas en una barca hecha con madera de palés. La mochila de los Cazafantasmas de Pablo estaba dentro de la barca, y según me confesó ese día, repleta de bocadillos de Nocilla. Una vez repararon en mi presencia, me dijeron visiblemente emocionados:

-¡María! ¡Nos vamos a Egipto! ¡Vente con nosotros, volveremos mañana!

Me reí. No tenía sentido avisarles de lo absurda que era su idea, ni explicarles por qué era imposible llegar hasta Egipto en un día desde aquel pueblo perdido del Ebro. Me despedí y proseguí mi camino, incapaz de imaginar la cantidad de aventuras que vivirían en ese viaje.


Pues lo cierto es que me estaba costando mucho situarme en la historia de la gimnasta rítmica sin acudir a lugares comunes, pero a raíz de imaginarla entrenando de joven me vino una historia a la cabeza que voy a recordar por siempre y que encima paliaba mis ganas de escribir un microrrelato de tono juvenil.

Tenía dos amigos llamados Pablo y Raúl que a los ocho años disfrutaban de crear campamentos por las afueras de mi pueblo. La diversión estaba en montarlos, no en utilizarlos, así que conforme acababan uno y hacían planes para traer chicas a él, se aburrían y se iban a montar otro. Como mi pueblo es tremendamente industrial, casi todos los campamentos estaban hechos con palés. Y lo cierto es que no eran malas obras, estaban bien currados.

Pues un día se empezaron a aburrir de hacer un campamento tras otro. Fue cuando Pablo se obsesionó con Egipto a raíz de un libro que había visto en clase. Le compartió su interés a Raúl y los dos empezaron a obsesionarse con las pirámides, las momias y las posibles aventuras allí. Y los inocentes de ellos, que nunca habían salido del pueblo y pensaban que este  debía ocupar media España, pensaron que era factible llegar a Egipto por su cuenta como si nada. Entonces empezaron a tramar un plan: un viaje a Egipto.

El plan era sencillo: crear una barca hecha a base de palés, salir al río de mi pueblo una vez acabado el colegio y de ahí seguir el Ebro entero hasta llegar al Mediterráneo y de ahí a Egipto. Total, eran un par de palmos en el mapa. La idea era estar en casa para cenar, pero si se retrasaban un poco tampoco es que pasara nada grave más allá de la bronca materna. ¡Pero qué más da, si habían estado en Egipto! Qué era un día de castigo después de andar entre pirámides... Pues ràpidamente se pusieron manos a la obra. Pasaban las tardes al lado del polideportivo del pueblo, en la orilla del río, fabricando una barca con una dedicación que yo no recuerdo igual en ninguno de los dos. Yo que iba a jugar a fútbol a ese polideportivo me empecé a descojonar de ellos una vez me enteré. Yo sabía de mis viajes a Madrid que si ir a la capital nos costaba cuatro horas, qué sería de Egipto si estaba mucho más lejos. Pero no les dije nada, porque estaba siendo muy divertido. Una tarde les ayudé con la barca y a trazar el viaje, los puntos a seguir o la necesidad de provisiones. Ellos lo llevaban con el mayor secretismo posible y en el colegio se dedicaban a enviarse mensajes hablando de cosas que debían hacer en el viaje o ya en Egipto. Esa semana Egipto fue todo para ellos. No existía otra cosa.

Llegó el día de partir. Yo había declinado acompañarles a Egipto, pero decidí verles partir. Total, no tenía muchas esperanzas en ellos, y si la cosa se ponía fea pues ya avisaba a quien tocase. Cogieron la rudimentaria barquilla, metieron una mochila con un par de bocatas de nocilla y una brújula y se metieron al río. Se me despidieron e intentaron poner la barca en equilibrio para seguir el trascurso del río.

El viaje duró diez segundos. Lo que tardó la barca en partirse por la mitad, cayendo los dos al agua de forma estrepitosa. Dios, que descojono. Encima la corriente se llevó la mochila con los bocatas de Nocilla. Los dos salieron del agua intentando rescatar la barca y se tumbaron a asimilar la derrota. Después de media hora de decepción, empezaron a considerar construir una barca más fuerte y salir directamente de Calahorra, para llegar antes al Ebro, que era más caudaloso y así podrían ir con menos complicaciones Se fueron muy convencidos a casa, pero al día siguiente Raúl se enteró de la imposibilidad del viaje, probablemente cuando sus padres le interrogaron para saber por qué había llegado hecho unos zorros a casa, empapado y con la ropa completamente sucia. Ahí debió cantar. Seguro que sus padres lloraron de risa.

Raúl quería matar a Pablo al día siguiente, y lo de Egipto quedó en el olvido. Pensé en  cerrar el relato con su caída, pero me parecía más bonito que se abriera la posibilidad a que, por lo menos, hubiesen hecho parte de ese viaje. Así que influido por el hecho de que Huckleberry Finn es mi libro favorito, y con la historia esta, me lancé a asaltar el género juvenil para salir del paso en esta ronda. Y lo que más agradezco es haber recuperado la historia, porque me ha traído muchos recuerdos a la cabeza. Y todos buenos.

Hostia, me lo he pasado en grande leyendo tu explicación

Jopé, estas cosas dan otros matices a los relatos. ¡Bravo!

Impugno la ronda. Neska espero hasta que me fuese para dar un golpe de Estado.

Johnny Kashmir escribió:Bueno, os voy a contar de que viene mi relato:

43. El viaje a Egipto

De pequeña soñaba con ser gimnasta rítmica, por lo que entrenaba en el polideportivo cada dos días de aquel verano. Al salir de él fue cuando me encontré con David y Pablo, en la orilla del río, colocando sin descanso tablas en una barca hecha con madera de palés. La mochila de los Cazafantasmas de Pablo estaba dentro de la barca, y según me confesó ese día, repleta de bocadillos de Nocilla. Una vez repararon en mi presencia, me dijeron visiblemente emocionados:

-¡María! ¡Nos vamos a Egipto! ¡Vente con nosotros, volveremos mañana!

Me reí. No tenía sentido avisarles de lo absurda que era su idea, ni explicarles por qué era imposible llegar hasta Egipto en un día desde aquel pueblo perdido del Ebro. Me despedí y proseguí mi camino, incapaz de imaginar la cantidad de aventuras que vivirían en ese viaje.


Pues lo cierto es que me estaba costando mucho situarme en la historia de la gimnasta rítmica sin acudir a lugares comunes, pero a raíz de imaginarla entrenando de joven me vino una historia a la cabeza que voy a recordar por siempre y que encima paliaba mis ganas de escribir un microrrelato de tono juvenil.

Tenía dos amigos llamados Pablo y Raúl que a los ocho años disfrutaban de crear campamentos por las afueras de mi pueblo. La diversión estaba en montarlos, no en utilizarlos, así que conforme acababan uno y hacían planes para traer chicas a él, se aburrían y se iban a montar otro. Como mi pueblo es tremendamente industrial, casi todos los campamentos estaban hechos con palés. Y lo cierto es que no eran malas obras, estaban bien currados.

Pues un día se empezaron a aburrir de hacer un campamento tras otro. Fue cuando Pablo se obsesionó con Egipto a raíz de un libro que había visto en clase. Le compartió su interés a Raúl y los dos empezaron a obsesionarse con las pirámides, las momias y las posibles aventuras allí. Y los inocentes de ellos, que nunca habían salido del pueblo y pensaban que este  debía ocupar media España, pensaron que era factible llegar a Egipto por su cuenta como si nada. Entonces empezaron a tramar un plan: un viaje a Egipto.

El plan era sencillo: crear una barca hecha a base de palés, salir al río de mi pueblo una vez acabado el colegio y de ahí seguir el Ebro entero hasta llegar al Mediterráneo y de ahí a Egipto. Total, eran un par de palmos en el mapa. La idea era estar en casa para cenar, pero si se retrasaban un poco tampoco es que pasara nada grave más allá de la bronca materna. ¡Pero qué más da, si habían estado en Egipto! Qué era un día de castigo después de andar entre pirámides... Pues ràpidamente se pusieron manos a la obra. Pasaban las tardes al lado del polideportivo del pueblo, en la orilla del río, fabricando una barca con una dedicación que yo no recuerdo igual en ninguno de los dos. Yo que iba a jugar a fútbol a ese polideportivo me empecé a descojonar de ellos una vez me enteré. Yo sabía de mis viajes a Madrid que si ir a la capital nos costaba cuatro horas, qué sería de Egipto si estaba mucho más lejos. Pero no les dije nada, porque estaba siendo muy divertido. Una tarde les ayudé con la barca y a trazar el viaje, los puntos a seguir o la necesidad de provisiones. Ellos lo llevaban con el mayor secretismo posible y en el colegio se dedicaban a enviarse mensajes hablando de cosas que debían hacer en el viaje o ya en Egipto. Esa semana Egipto fue todo para ellos. No existía otra cosa.

Llegó el día de partir. Yo había declinado acompañarles a Egipto, pero decidí verles partir. Total, no tenía muchas esperanzas en ellos, y si la cosa se ponía fea pues ya avisaba a quien tocase. Cogieron la rudimentaria barquilla, metieron una mochila con un par de bocatas de nocilla y una brújula y se metieron al río. Se me despidieron e intentaron poner la barca en equilibrio para seguir el trascurso del río.

El viaje duró diez segundos. Lo que tardó la barca en partirse por la mitad, cayendo los dos al agua de forma estrepitosa. Dios, que descojono. Encima la corriente se llevó la mochila con los bocatas de Nocilla. Los dos salieron del agua intentando rescatar la barca y se tumbaron a asimilar la derrota. Después de media hora de decepción, empezaron a considerar construir una barca más fuerte y salir directamente de Calahorra, para llegar antes al Ebro, que era más caudaloso y así podrían ir con menos complicaciones Se fueron muy convencidos a casa, pero al día siguiente Raúl se enteró de la imposibilidad del viaje, probablemente cuando sus padres le interrogaron para saber por qué había llegado hecho unos zorros a casa, empapado y con la ropa completamente sucia. Ahí debió cantar. Seguro que sus padres lloraron de risa.

Raúl quería matar a Pablo al día siguiente, y lo de Egipto quedó en el olvido. Pensé en  cerrar el relato con su caída, pero me parecía más bonito que se abriera la posibilidad a que, por lo menos, hubiesen hecho parte de ese viaje. Así que influido por el hecho de que Huckleberry Finn es mi libro favorito, y con la historia esta, me lancé a asaltar el género juvenil para salir del paso en esta ronda. Y lo que más agradezco es haber recuperado la historia, porque me ha traído muchos recuerdos a la cabeza. Y todos buenos.

Genial. Le hubiera dado votos si hubiera tenido una mínima relación con la frase inicial.

Sean escribió:Impugno la ronda. Neska espero hasta que me fuese para dar un golpe de Estado.

Jajajaja!!

He ganao 3 veces, he ganao 3 veces, ñiñiñi ñiñiñi  

Sólo por chincharte, merece la pena.

¡Pásalo genial por la Patagonia! ¡Qué envidia!

Muy bonita la explicación de Kashmir. Nosotros no teníamos río, pero teníamos acequia y lo de hacer barcas que se hunden y no consiguen llegar a ningún lugar lo he vivido de primera mano Creo que el aire de novela juvenil lo has conseguido estupendamente. Ah, yo por algún extraño motivo nunca he podido acabar de conectar con Huckleberry Finn, pero Tom Sawyer es de mis libros favoritos desde que tenía siete años. Yo quería ser como él y encontrar tesoros, aunque me daba miedo acabar atrapada en una cueva...

Rhonda escribió:Muy bonita la explicación de Kashmir. Nosotros no teníamos río, pero teníamos acequia y lo de hacer barcas que se hunden y no consiguen llegar a ningún lugar lo he vivido de primera mano Creo que el aire de novela juvenil lo has conseguido estupendamente. Ah, yo por algún extraño motivo nunca he podido acabar de conectar con Huckleberry Finn, pero Tom Sawyer es de mis libros favoritos desde que tenía siete años. Yo quería ser como él y encontrar tesoros, aunque me daba miedo acabar atrapada en una cueva...

¡Rhonda! ¡A escribir relato en la próxima!

Buenas,ya estamos en casa instalados y puedo escribir mas tranquilo.
Lo primero:Gracias por las felicitaciones paternales,todo ha sido muy intenso pero todo salío bien y recibir felicitaciones desde el foro pues mola mucho ,la verdad.
Lo segundo:La palabra lo dice,he quedado segundo!!!!! .
Como buen underground nunca me esperaba ésto pero parece que acerté y que he logrado transmitir lo que pretendia,simplemente una escena cotidiana vista desde la mente de una gimnasta fustrada.
Decian que había copiado a Mugu,que va,que va,desde que salió la frase decidí mezclar los 5 aparatos en la historia,estaba entre una presa en su celda,una profesora o una cajera de supermercado.
Dar las gracias a los que me habeis votado,que sois muchos y como no he seguido el topic pues no lo sé.
No entiendo como Hellogym ha quedado tan abajo,es magistral.
Los ultimos no pude leerlo así que voté de lo que había leido.
Espero que la frase que venga sea mas abierta y pueda volver a mi surrealismo underground y acercarme al rosco.

YOMISMO escribió:Buenas,ya estamos en casa instalados y puedo escribir mas tranquilo.
Lo primero:Gracias por las felicitaciones paternales,todo ha sido muy intenso pero todo salío bien y recibir felicitaciones desde el foro pues mola mucho ,la verdad.
Lo segundo:La palabra lo dice,he quedado segundo!!!!! .
Como buen underground nunca me esperaba ésto pero parece que acerté y que he logrado transmitir lo que pretendia,simplemente una escena cotidiana vista desde la mente de una gimnasta fustrada.
Decian que había copiado a Mugu,que va,que va,desde que salió la frase decidí mezclar los 5 aparatos en la historia,estaba entre una presa en su celda,una profesora o una cajera de supermercado.
Dar las gracias a los que me habeis votado,que sois muchos y como no he seguido el topic pues no lo sé.
No entiendo como Hellogym ha quedado tan abajo,es magistral.
Los ultimos no pude leerlo así que voté de lo que había leido.
Espero que la frase que venga sea mas abierta y pueda volver a mi surrealismo underground y acercarme al rosco.

jeje, hacía tiempo que no me comía un rosco, .... creo que voy a aparcar las vaginas, .....

YOMISMO escribió:Buenas,ya estamos en casa instalados y puedo escribir mas tranquilo.
Lo primero:Gracias por las felicitaciones paternales,todo ha sido muy intenso pero todo salío bien y recibir felicitaciones desde el foro pues mola mucho ,la verdad.
Lo segundo:La palabra lo dice,he quedado segundo!!!!! .
Como buen underground nunca me esperaba ésto pero parece que acerté y que he logrado transmitir lo que pretendia,simplemente una escena cotidiana vista desde la mente de una gimnasta fustrada.
Decian que había copiado a Mugu,que va,que va,desde que salió la frase decidí mezclar los 5 aparatos en la historia,estaba entre una presa en su celda,una profesora o una cajera de supermercado.
Dar las gracias a los que me habeis votado,que sois muchos y como no he seguido el topic pues no lo sé.
No entiendo como Hellogym ha quedado tan abajo,es magistral.
Los ultimos no pude leerlo así que voté de lo que había leido.
Espero que la frase que venga sea mas abierta y pueda volver a mi surrealismo underground y acercarme al rosco.

Doble enhorabuena. Y gracias por el punto y la mención. También creo que es magistral, dentro del underground claro
A disfrutar

Bien, Yomi!

Me ha encantado la explicación de Kashmir. Era más o menos lo que imaginaba.

enhorabuena a los campeones!!

Yomismo vendido.