VOTACIONES RONDA 47 > MICRO RELATOS ARF > II EDICIÓN. Voten hasta el JUEVES a las 21:00
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Foro Azkena Rock :: General :: Histórico :: Microrrelatos
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jom- Mensajes : 1771
Fecha de inscripción : 06/06/2014
Re: VOTACIONES RONDA 47 > MICRO RELATOS ARF > II EDICIÓN. Voten hasta el JUEVES a las 21:00
- RELATOS A CONCURSO:
1- Superego.
Estaba sentada en el rincón del último vagón del último convoy de la linea 5. Un día aburrido en el trabajo, pero duro, empaquetando esas botellas. A Berlín, a Boston, a Shenzen, a Marrakesh. En el otro extremo un chaval ensimismado con su móvil, soltando una sonrisa cansada de vez en cuando. Un hombre de mediana edad con un cubo, un palo y manchas de pintura blanca. Estiró las piernas, hacia atrás, hacia delante, hacia los lados. Pensó si lo habría hecho si alguien estuviese sentado frente a ella. Ah, el Freud, qué lúcido, qué flipao.
2- Sin palabras.
Estaba sentada en el césped, sorprendida por la cantidad de público que coreaba aquella versión, decidió levantarse y grabar el estribillo final para enseñárselo a sus amigos. Al bajar el móvil, cuando los focos iluminaron a los asistentes, algo le trasladó a la noche anterior. Al desvanecerse la luz, perdió de pista esa silueta e intentó concentrarse en el escenario. Había tenido que desplazarse a falta de 4 canciones y no quería tener ese gusto amargo dos días seguidos. Unos temas después, la mirada le traicionó y volvió verlo, a 25 metros no podía estar segura, le pareció ver a su lado un hueco, como si ella misma estuviese ahí de nuevo. Le invadieron las ganas de intervenir, otra vez esos dedos acariciando unos riñones, esas miradas directas pero perdidas, como si no fuese con él. Ella solo le había escuchado berrear los hits ¿Sabría, al menos, decir: perdón?
3- Óleo de mujer con sombrero (el pensamiento circular era esto)
Estaba sentado en una silla de madera cuando pintó su autorretrato, perfilándose en azules y púrpuras, sobre su cabeza un gallo y una mujer, una mujer vestida de novia, una mujer por sombrero, esa mujer ideal —¡ay!— que todos llevamos encima, siempre a punto de caerse y sin embargo bien entibada en la frente, como la boina de medio lado del Che, como una canción con acento cubano de otra mujer en otra frente advirtiéndonos de la inconsecuencia de la cobardía y del miedo, llorando un fin, recreando en música aquella novia que ahora es otra, otro mundo, otra mujer por sombrero como el cuadro del viejo Chagall, solloza Silvio, y tú atento, escuchando, revisitando la pintura, palpándote la mollera, intentando indagar el color de tu dolor, de la mujer en tu frente, que ahora es otra, otro mundo, aunque en el fondo, ¿sabéis?, sospecho acaso siempre sea la misma…
4- Cuando la lluvia cesa en el país del norte
Estaba sentado en la entrada del bosque, era un hombre ciego que se dirigió a él: “Mil veces intentaste cruzar la foresta para abandonar el país del norte, donde la lluvia no cesa. Camina ahora hacia donde el búho ulula”. Lluvia, vapores sulfurosos, zarzas y plantas teñidas de oscuridad le acompañaron en su viaje a través de una ciénaga, el ulular fue su brújula. Al alba del séptimo día, un resplandor níveo apareció en el horizonte y se dirigió allí. A los pies de una escalinata, el ciego que ahora acunaba un búho en sus manos, asintió. Durante una eternidad ascendió, hasta llegar a una enorme puerta de madera. Al cruzarla encontró una sala con un único objeto: un desvencijado organillo. Inesperadamente, este comenzó de emitir una melodía desafinada mientras lo observaba absorto. Cerrando los ojos, comenzó a bailar torpemente mientras la lluvia cesaba en el país del norte.
5- La metamorfosis (Psicotrópico de Capricornio)
Estaba sentado en mitad de la nada viendo pasar el tiempo exento de sucesos, y en esto que aparece una anciana montada en un burro. Me mira circunspecta mas la evito.
-Buen mozo -me dice-, ayúdame a apearme de Rufino
-Oiga, señora -repliqué-, que estoy observando.
-Oh, Servando era mi hombre. Partió hace años al Paraíso ¿sabes?
-Lo siento, mi esposa también es viuda.
-¡Qué bien! Servando se fue al Brasil y no volvió. Me escribe por mi cumpleaños, me echa de menos. -Rufino observaba- ¿Cómo se llama su mujer? Tal vez la conozca, pocas viudas de vivos quedamos.
-Cristino. Un fallo del empleado del juzgado, pero buenos son ellos... Oiga señora, distrae mi observación
-Rufino es muy observador. ¿Observamos los tres juntos?
-¡Señora, hágame el favor!
De repente, la anciana se transformó en una bellísima joven.
-¿Y ahora qué...? -rebuznó Rufino irónico (o eso creí entender).
-Observemos, ob-ser-ve-mos...
6-Aventis
Estaba sentada en el último pupitre junto a la ventana, mirando distraída hacia los campos, el río y el verano. De súbito la puerta se abrió y Nicolás, al frente de su banda, irrumpió en clase y la señaló. A ella, la pequeña Teresa. La flaca y patizambaTeresa.
En un torbellino irreal se vio secuestrada, subida a la grupa de un brioso alazán y llevada a las grutas de la sierra.
Pero el jefe de los bandidos se enamoró de ella y ambos dos, espada en mano, dieron a los oprimidos lo que arrebataban a los opresores.
Y así fueron leyenda hasta que le tocó subir al encerado, y tan largo se le hizo el camino hasta la pizarra que al subir la tarima y girarse, vio que habían transcurrido cuarenta años. Y mientras pedía a sus alumnos que abrieran los cuadernos miró un momento por la ventana, distraída...
7-Bis
Estaba sentada en el borde del acantilado dispuesta a saltar cuando, de nuevo, dos fornidos brazos le abrazaron por detrás. Las grandes manos agarraban fuertemente su barriga, suavizando poco a poco, convirtiéndose en tiernas caricias en la tripa.
Después, como siempre, cenas románticas, paseos por la playa, besos en el parque, sexo en el coche, flores en el jarrón. Declaraciones de amor.
Comida basura, tareas domésticas, discusiones en altas tonalidades, ojos morados, hojas marchitas en jarrones secos. Denuncias olvidadas.
Vuelta a empezar.
8-Do not disturb
Estaba sentado en lo alto de su columna, como cada día de los últimos trece años, y entre las dunas divisó un nutrido grupo de gente que se acercaba. Cuando les separaban apenas unos pasos los visitantes se postraron ante él, y uno de ellos, ataviado con un enorme y ridículo gorro tubular, se adelantó a los demás y exclamó: “Oh Maestro, aquí nos tienes, dispuestos a cantar tus alabanzas y a escuchar tu palabra, si nos consideras dignos”.
Simeón les miró de soslayo durante unos segundos, dejó escapar un sonoro pedo, y respondió: “Podéis hacerme el favor de limpiar un poco la mierda de la columna, que me comen las putas moscas, las cucarachas suben por decenas y cuando aprieta la solana los vapores ahuyentan hasta a las ratas. Haced esto y tendréis mi bendición. Después, hacedme otro favor e idos a tomar por culo.”
9- Flashbacks
Estaba sentada en el cuadro de la ventana, justo al lado izquierdo de donde se encontraba el metrónomo, atenta, respirando a cada pausa. Aquel aparato me tenía fascinada, pensar que servia para indicar el tiempo de una composición musical, me hacía pensar en la posibilidad de que también sirviera para adecuar las emociones y sentimientos al ritmo que marcaba la vida. Pero rápidamente me deshacía de esa idea, era imposible que existiera algo así.
Justo ahora me río al recordar aquello, pero en verdad me sigo preguntando como habría sido mi vida si hubiese tenido un metrónomo y me hubiese servido para controlarme emocionalmente. De seguro que mis relaciones habrían sido más estables. Recuerdos y frases me vienen a la cabeza pero mejor pararlos y que siga sonando la música al ritmo del compás.
10- Alguien
Estaba sentado en el suelo, estrujándose el cerebro. Desde siempre había sabido que era alguien. Mucha gente piensa que es alguien. Algunos lo saben. No alguien especialmente reseñable, solo alguien. Se trata de ser consciente de que dentro de nosotros vive otro, que también somos nosotros. O sea, somos dos: el de adentro y el de afuera. El de afuera en su caso era un gilipollas, suele ocurrir. Era extravertido, nervioso, tarambana. El de adentro le tenía un poco de miedo porque era lo opuesto: reflexivo, tímido, solitario. Supongo que algunos lectores/as empiezan a sentirse identificados. Pobres. Seguro que convienen conmigo en que lo mejor es dejar que llevase las riendas (y las hostias) el de afuera. Existe una instintiva tendencia a proteger al de adentro.
Ahora él había decidido tomar cartas en el asunto. Sacar al adentro del armario, aunque se cayese de bruces. Y pensó empezar escribiendo microrrelatos.
11- Tipos de interés
Estaba sentado enfrente del despacho del director de la sucursal, junto a Rosa, una vecina del barrio de toda la vida, y un chaval al que no conocía.
- ¿Cómo estás, Paco?
- Mal. ¿Cómo quieres que esté?
- Ya. Date tiempo. Está muy reciente todavía.
- 43 días.
- Maldito cáncer. ¿Y tus hijos? ¿Te están ayudando?
- Ellos viven muy lejos y tienen su vida. Me he quedado solo, Rosa.
El chaval miraba papeles, Rosa al suelo y Paco la puerta del despacho del director.
- ¡Hombre, Paco! Me alegro de verte. Entra. Alicia, no me pases llamadas.
El hijo de puta ni siquiera se había enterado de que su mujer, su clienta, había fallecido hacía 43 días. Paco palpó el cuchillo que guardaba dentro de su chaqueta y entró en el despacho, dispuesto a coser a cuchilladas a ese cabrón. Al menos 70.000. Una por cada euro que les robó con las preferentes.
12- Pasan las vidas.
Estaba sentada en el mismo banco. Sin él.
En ese banco se juraron amor eterno, se juraron pan en la mesa y horno en la cama.
Tintos con gaseosas, alubias con chorizos, sabanas de franelas y Domingos de rastrillos.
Hijos mimados, langostinos en nochebuenas, gazpachos en Julios, pescados en cuaresmas.
Alzó su pompis, castigado por las varices, y se fué a su písito a preparar las lentejas que tanto le gustaban a su Paco.
Al tumbarse en el sofá, en pleno pospandrío, esbozó una sonrisa picarona que Paco recibió.
Mientras jugaba con arcángeles.
13- Tormenta de ideas.
1- Estaba sentado en su trono Hliðskjálf contemplando los nueve mundos cuando Odín, a pesar de su infinita sabiduría…
(Pufff, vaya mierda de idea)
2- Estaba sentada en el banco esperando a que llegara él…
(¿Otra historia de desamor? No me vale)
3- Estaba sentado en su despacho situado en lo más alto del edificio…
(¿Otra crítica al capitalismo? Pues vale…)
4- Estaba sentada contemplando a su abuelo con el cuchillo en la mano…
(¿Otro homenaje al concurso de microrrelatos?)
Otra ronda sin ideas. Espero aspirar al menos al Premio Olé tus Güebos Morenos.
14- CZECH RESTAURANT
Estaba sentado yo en una taberna de Praga bebiendo una pinta y observando una bella checa totalmente desnuda que pasaba delante mío, cuando pensé lo superior que es la imaginación con respecto a la realidad, puesto que si me hubiera pedido yacer con ella en ese momento, habría sentido una pereza enorme.
15- Iniciación
Estaba sentado en un banco de la calle Alcalá, frente al número 420. Eran casi las ocho de la mañana; el sol caía de tal forma que cegaba, sin que llegara a dar calor, aunque no me impedía ver las reconocibles sombras que proyectaban aquellos que tenían que comprobar que era capaz de hacer lo que tenía que hacer.
Una señora pasaba frente a mí justo cuando la alarma de mi reloj sonaba: eran las ocho. La vieja andaba con un bastón y llevaba una bolsa de papel en la mano que tenía libre. Me levanté del banco y disparé tres veces. La mujer cayó inerte, muerta, en la puerta de aquel 420.
No sé por qué, cogí la bolsa antes de salir corriendo. Cuando me creía a salvo la abrí y sentí el olor de un pastel recién hecho. Mientras vomitaba, sabía que nunca, jamás, podría olvidar aquel aroma.
16-Teléfono de la esperanza ortográfico.
Estaba sentada en mi mesa en el piso 33 del edificio bancario cuando me pregunté cómo había llegado hasta aquí, yo creadora de una alternativa a la burocracia de la RAE, un azote en el culo, un tirón de orejas.
Crear la fundación del Español urgente fue fácil, aguantar las presiones no tanto, vender mi nombre al banco claramente fue un error.
17- Demolición
Estaba sentado en su regazo, llorando como un niño. La escena resultaba algo ridícula dado que hacía tiempo que ambos peinaban canas, pero a la vez era... desoladora. Y tierna. De pequeña pensaba que los mayores nunca tenían miedo. Nunca lloraban. Nunca dudaban. A veces tengo la sensación de que no he llegado a ser adulta, tal vez porque me resulte menos duro que asumir que ese fuerte infranqueable, esa sabiduría incombustible, de los mayores, tan solo era un espejismo.
Mi padre lloraba descosido, roto, derrotado, la muerte de su madre sentado en el regazo de mi madre. La abrazaba con desesperación, como si fuera el único hilo del que pendiera. Aquel día entendí muchas cosas.
18- Nostalgia diminuta
Estaba sentado en el borde superior del teléfono. Resbalaba entre los números y volvía a subir encaramándose a ellos. Y vuelta a empezar. Sí, era divertido pero nada como aquella noria perfecta de los teléfonos antiguos.
Cuando encontró el botón de cambio de melodía del teléfono, sin embargo, dio gracias a sus dioses por el progreso.
Y después en la oficina nadie entendía por qué cada día las llamadas tenían un sonido distinto.
19- MISTY
Estaba sentada, esperando el paso del tiempo. Su reloj de pulsera tenía cinco líneas dividiendo la esfera: no concedía más. Le había llevado años establecer esa norma. Y cuando pensaba en que tal vez era muy dura en su resolución le venía a la cabeza la rigidez del mundo y se repetía, el mundo es implacable, no se doblega. Ningún asunto la ocupaba más de cinco minutos, todo lo que se extendía más allá era apartado.
Sintió que la base de su columna temblaba próxima al orgasmo, pero lo cortó a tiempo. Se recompuso y al levantarse contempló la cara que había estado bajo su coño. No era una cara ordinaria ni tampoco agradable, estaba untada con sus jugos. Era un complejo juguete de látex. Le pasó una toalla higiénica y lo metió en su funda, luego sacó el revolver, comprobó el cargador y escuchó su canción preferida.
Última edición por jomrt el 07.07.17 0:15, editado 1 vez
jom- Mensajes : 1771
Fecha de inscripción : 06/06/2014
Re: VOTACIONES RONDA 47 > MICRO RELATOS ARF > II EDICIÓN. Voten hasta el JUEVES a las 21:00
jomrt escribió:
- RELATOS A CONCURSO:
1- Superego.
Estaba sentada en el rincón del último vagón del último convoy de la linea 5. Un día aburrido en el trabajo, pero duro, empaquetando esas botellas. A Berlín, a Boston, a Shenzen, a Marrakesh. En el otro extremo un chaval ensimismado con su móvil, soltando una sonrisa cansada de vez en cuando. Un hombre de mediana edad con un cubo, un palo y manchas de pintura blanca. Estiró las piernas, hacia atrás, hacia delante, hacia los lados. Pensó si lo habría hecho si alguien estuviese sentado frente a ella. Ah, el Freud, qué lúcido, qué flipao.
2- Sin palabras.
Estaba sentada en el césped, sorprendida por la cantidad de público que coreaba aquella versión, decidió levantarse y grabar el estribillo final para enseñárselo a sus amigos. Al bajar el móvil, cuando los focos iluminaron a los asistentes, algo le trasladó a la noche anterior. Al desvanecerse la luz, perdió de pista esa silueta e intentó concentrarse en el escenario. Había tenido que desplazarse a falta de 4 canciones y no quería tener ese gusto amargo dos días seguidos. Unos temas después, la mirada le traicionó y volvió verlo, a 25 metros no podía estar segura, le pareció ver a su lado un hueco, como si ella misma estuviese ahí de nuevo. Le invadieron las ganas de intervenir, otra vez esos dedos acariciando unos riñones, esas miradas directas pero perdidas, como si no fuese con él. Ella solo le había escuchado berrear los hits ¿Sabría, al menos, decir: perdón?
3- Óleo de mujer con sombrero (el pensamiento circular era esto)
Estaba sentado en una silla de madera cuando pintó su autorretrato, perfilándose en azules y púrpuras, sobre su cabeza un gallo y una mujer, una mujer vestida de novia, una mujer por sombrero, esa mujer ideal —¡ay!— que todos llevamos encima, siempre a punto de caerse y sin embargo bien entibada en la frente, como la boina de medio lado del Che, como una canción con acento cubano de otra mujer en otra frente advirtiéndonos de la inconsecuencia de la cobardía y del miedo, llorando un fin, recreando en música aquella novia que ahora es otra, otro mundo, otra mujer por sombrero como el cuadro del viejo Chagall, solloza Silvio, y tú atento, escuchando, revisitando la pintura, palpándote la mollera, intentando indagar el color de tu dolor, de la mujer en tu frente, que ahora es otra, otro mundo, aunque en el fondo, ¿sabéis?, sospecho acaso siempre sea la misma…
4- Cuando la lluvia cesa en el país del norte
Estaba sentado en la entrada del bosque, era un hombre ciego que se dirigió a él: “Mil veces intentaste cruzar la foresta para abandonar el país del norte, donde la lluvia no cesa. Camina ahora hacia donde el búho ulula”. Lluvia, vapores sulfurosos, zarzas y plantas teñidas de oscuridad le acompañaron en su viaje a través de una ciénaga, el ulular fue su brújula. Al alba del séptimo día, un resplandor níveo apareció en el horizonte y se dirigió allí. A los pies de una escalinata, el ciego que ahora acunaba un búho en sus manos, asintió. Durante una eternidad ascendió, hasta llegar a una enorme puerta de madera. Al cruzarla encontró una sala con un único objeto: un desvencijado organillo. Inesperadamente, este comenzó de emitir una melodía desafinada mientras lo observaba absorto. Cerrando los ojos, comenzó a bailar torpemente mientras la lluvia cesaba en el país del norte.
5- La metamorfosis (Psicotrópico de Capricornio)
Estaba sentado en mitad de la nada viendo pasar el tiempo exento de sucesos, y en esto que aparece una anciana montada en un burro. Me mira circunspecta mas la evito.
-Buen mozo -me dice-, ayúdame a apearme de Rufino
-Oiga, señora -repliqué-, que estoy observando.
-Oh, Servando era mi hombre. Partió hace años al Paraíso ¿sabes?
-Lo siento, mi esposa también es viuda.
-¡Qué bien! Servando se fue al Brasil y no volvió. Me escribe por mi cumpleaños, me echa de menos. -Rufino observaba- ¿Cómo se llama su mujer? Tal vez la conozca, pocas viudas de vivos quedamos.
-Cristino. Un fallo del empleado del juzgado, pero buenos son ellos... Oiga señora, distrae mi observación
-Rufino es muy observador. ¿Observamos los tres juntos?
-¡Señora, hágame el favor!
De repente, la anciana se transformó en una bellísima joven.
-¿Y ahora qué...? -rebuznó Rufino irónico (o eso creí entender).
-Observemos, ob-ser-ve-mos...
6-Aventis
Estaba sentada en el último pupitre junto a la ventana, mirando distraída hacia los campos, el río y el verano. De súbito la puerta se abrió y Nicolás, al frente de su banda, irrumpió en clase y la señaló. A ella, la pequeña Teresa. La flaca y patizambaTeresa.
En un torbellino irreal se vio secuestrada, subida a la grupa de un brioso alazán y llevada a las grutas de la sierra.
Pero el jefe de los bandidos se enamoró de ella y ambos dos, espada en mano, dieron a los oprimidos lo que arrebataban a los opresores.
Y así fueron leyenda hasta que le tocó subir al encerado, y tan largo se le hizo el camino hasta la pizarra que al subir la tarima y girarse, vio que habían transcurrido cuarenta años. Y mientras pedía a sus alumnos que abrieran los cuadernos miró un momento por la ventana, distraída...
7-Bis
Estaba sentada en el borde del acantilado dispuesta a saltar cuando, de nuevo, dos fornidos brazos le abrazaron por detrás. Las grandes manos agarraban fuertemente su barriga, suavizando poco a poco, convirtiéndose en tiernas caricias en la tripa.
Después, como siempre, cenas románticas, paseos por la playa, besos en el parque, sexo en el coche, flores en el jarrón. Declaraciones de amor.
Comida basura, tareas domésticas, discusiones en altas tonalidades, ojos morados, hojas marchitas en jarrones secos. Denuncias olvidadas.
Vuelta a empezar.
8-Do not disturb
Estaba sentado en lo alto de su columna, como cada día de los últimos trece años, y entre las dunas divisó un nutrido grupo de gente que se acercaba. Cuando les separaban apenas unos pasos los visitantes se postraron ante él, y uno de ellos, ataviado con un enorme y ridículo gorro tubular, se adelantó a los demás y exclamó: “Oh Maestro, aquí nos tienes, dispuestos a cantar tus alabanzas y a escuchar tu palabra, si nos consideras dignos”.
Simeón les miró de soslayo durante unos segundos, dejó escapar un sonoro pedo, y respondió: “Podéis hacerme el favor de limpiar un poco la mierda de la columna, que me comen las putas moscas, las cucarachas suben por decenas y cuando aprieta la solana los vapores ahuyentan hasta a las ratas. Haced esto y tendréis mi bendición. Después, hacedme otro favor e idos a tomar por culo.”
9- Flashbacks
Estaba sentada en el cuadro de la ventana, justo al lado izquierdo de donde se encontraba el metrónomo, atenta, respirando a cada pausa. Aquel aparato me tenía fascinada, pensar que servia para indicar el tiempo de una composición musical, me hacía pensar en la posibilidad de que también sirviera para adecuar las emociones y sentimientos al ritmo que marcaba la vida. Pero rápidamente me deshacía de esa idea, era imposible que existiera algo así.
Justo ahora me río al recordar aquello, pero en verdad me sigo preguntando como habría sido mi vida si hubiese tenido un metrónomo y me hubiese servido para controlarme emocionalmente. De seguro que mis relaciones habrían sido más estables. Recuerdos y frases me vienen a la cabeza pero mejor pararlos y que siga sonando la música al ritmo del compás.
10- Alguien
Estaba sentado en el suelo, extrujándose el cerebro. Desde siempre había sabido que era alguien. Mucha gente piensa que es alguien. Algunos lo saben. No alguien especialmente reseñable, solo alguien. Se trata de ser consciente de que dentro de nosotros vive otro, que también somos nosotros. O sea, somos dos: el de adentro y el de afuera. El de afuera en su caso era un gilipollas, suele ocurrir. Era extravertido, nervioso, tarambana. El de adentro le tenía un poco de miedo porque era lo opuesto: reflexivo, tímido, solitario. Supongo que algunos lectores/as empiezan a sentirse identificados. Pobres. Seguro que convienen conmigo en que lo mejor es dejar que llevase las riendas (y las hostias) el de afuera. Existe una instintiva tendencia a proteger al de adentro.
Ahora él había decidido tomar cartas en el asunto. Sacar al adentro del armario, aunque se cayese de bruces. Y pensó empezar escribiendo microrrelatos.
11- Tipos de interés
Estaba sentado enfrente del despacho del director de la sucursal, junto a Rosa, una vecina del barrio de toda la vida, y un chaval al que no conocía.
- ¿Cómo estás, Paco?
- Mal. ¿Cómo quieres que esté?
- Ya. Date tiempo. Está muy reciente todavía.
- 43 días.
- Maldito cáncer. ¿Y tus hijos? ¿Te están ayudando?
- Ellos viven muy lejos y tienen su vida. Me he quedado solo, Rosa.
El chaval miraba papeles, Rosa al suelo y Paco la puerta del despacho del director.
- ¡Hombre, Paco! Me alegro de verte. Entra. Alicia, no me pases llamadas.
El hijo de puta ni siquiera se había enterado de que su mujer, su clienta, había fallecido hacía 43 días. Paco palpó el cuchillo que guardaba dentro de su chaqueta y entró en el despacho, dispuesto a coser a cuchilladas a ese cabrón. Al menos 70.000. Una por cada euro que les robó con las preferentes.
12- Pasan las vidas.
Estaba sentada en el mismo banco. Sin él.
En ese banco se juraron amor eterno, se juraron pan en la mesa y horno en la cama.
Tintos con gaseosas, alubias con chorizos, sabanas de franelas y Domingos de rastrillos.
Hijos mimados, langostinos en nochebuenas, gazpachos en Julios, pescados en cuaresmas.
Alzó su pompis, castigado por las varices, y se fué a su písito a preparar las lentejas que tanto le gustaban a su Paco.
Al tumbarse en el sofá, en pleno pospandrío, esbozó una sonrisa picarona que Paco recibió.
Mientras jugaba con arcángeles.
13- Tormenta de ideas.
1- Estaba sentado en su trono Hliðskjálf contemplando los nueve mundos cuando Odín, a pesar de su infinita sabiduría…
(Pufff, vaya mierda de idea)
2- Estaba sentada en el banco esperando a que llegara él…
(¿Otra historia de desamor? No me vale)
3- Estaba sentado en su despacho situado en lo más alto del edificio…
(¿Otra crítica al capitalismo? Pues vale…)
4- Estaba sentada contemplando a su abuelo con el cuchillo en la mano…
(¿Otro homenaje al concurso de microrrelatos?)
Otra ronda sin ideas. Espero aspirar al menos al Premio Olé tus Güebos Morenos.
14- CZECH RESTAURANT
Estaba sentado yo en una taberna de Praga bebiendo una pinta y observando una bella checa totalmente desnuda que pasaba delante mío, cuando pensé lo superior que es la imaginación con respecto a la realidad, puesto que si me hubiera pedido yacer con ella en ese momento, habría sentido una pereza enorme.
15- Iniciación
Estaba sentado en un banco de la calle Alcalá, frente al número 420. Eran casi las ocho de la mañana; el sol caía de tal forma que cegaba, sin que llegara a dar calor, aunque no me impedía ver las reconocibles sombras que proyectaban aquellos que tenían que comprobar que era capaz de hacer lo que tenía que hacer.
Una señora pasaba frente a mí justo cuando la alarma de mi reloj sonaba: eran las ocho. La vieja andaba con un bastón y llevaba una bolsa de papel en la mano que tenía libre. Me levanté del banco y disparé tres veces. La mujer cayó inerte, muerta, en la puerta de aquel 420.
No sé por qué, cogí la bolsa antes de salir corriendo. Cuando me creía a salvo la abrí y sentí el olor de un pastel recién hecho. Mientras vomitaba, sabía que nunca, jamás, podría olvidar aquel aroma.
16-Teléfono de la esperanza ortográfico.
Estaba sentada en mi mesa en el piso 33 del edificio bancario cuando me pregunté cómo había llegado hasta aquí, yo creadora de una alternativa a la burocracia de la RAE, un azote en el culo, un tirón de orejas.
Crear la fundación del Español urgente fue fácil, aguantar las presiones no tanto, vender mi nombre al banco claramente fue un error.
17- Demolición
Estaba sentado en su regazo, llorando como un niño. La escena resultaba algo ridícula dado que hacía tiempo que ambos peinaban canas, pero a la vez era... desoladora. Y tierna. De pequeña pensaba que los mayores nunca tenían miedo. Nunca lloraban. Nunca dudaban. A veces tengo la sensación de que no he llegado a ser adulta, tal vez porque me resulte menos duro que asumir que ese fuerte infranqueable, esa sabiduría incombustible, de los mayores, tan solo era un espejismo.
Mi padre lloraba descosido, roto, derrotado, la muerte de su madre sentado en el regazo de mi madre. La abrazaba con desesperación, como si fuera el único hilo del que pendiera. Aquel día entendí muchas cosas.
18- Nostalgia diminuta
Estaba sentado en el borde superior del teléfono. Resbalaba entre los números y volvía a subir encaramándose a ellos. Y vuelta a empezar. Sí, era divertido pero nada como aquella noria perfecta de los teléfonos antiguos.
Cuando encontró el botón de cambio de melodía del teléfono, sin embargo, dio gracias a sus dioses por el progreso.
Y después en la oficina nadie entendía por qué cada día las llamadas tenían un sonido distinto.
19- MISTY
Estaba sentada, esperando el paso del tiempo. Su reloj de pulsera tenía cinco líneas dividiendo la esfera: no concedía más. Le había llevado años establecer esa norma. Y cuando pensaba en que tal vez era muy dura en su resolución le venía a la cabeza la rigidez del mundo y se repetía, el mundo es implacable, no se doblega. Ningún asunto la ocupaba más de cinco minutos, todo lo que se extendía más allá era apartado.
Sintió que la base de su columna temblaba próxima al orgasmo, pero lo cortó a tiempo. Se recompuso y al levantarse contempló la cara que había estado bajo su coño. No era una cara ordinaria ni tampoco agradable, estaba untada con sus jugos. Era un complejo juguete de látex. Le pasó una toalla higiénica y lo metió en su funda, luego sacó el revolver, comprobó el cargador y escuchó su canción preferida.
m
m señor- Mensajes : 46861
Fecha de inscripción : 27/02/2013
Neska- Moderadora
- Mensajes : 28895
Fecha de inscripción : 10/04/2015
Re: VOTACIONES RONDA 47 > MICRO RELATOS ARF > II EDICIÓN. Voten hasta el JUEVES a las 21:00
Sin haberlo deseado me ha salido un... un... jackinthebox
Neska- Moderadora
- Mensajes : 28895
Fecha de inscripción : 10/04/2015
Re: VOTACIONES RONDA 47 > MICRO RELATOS ARF > II EDICIÓN. Voten hasta el JUEVES a las 21:00
Votado fatal.
Yomis- Mensajes : 37833
Fecha de inscripción : 03/09/2008
Re: VOTACIONES RONDA 47 > MICRO RELATOS ARF > II EDICIÓN. Voten hasta el JUEVES a las 21:00
Por aquí deberían estar mis votos:
Sin palabras.
Cuando la lluvia cesa en el país del norte.
Aventis.
Do not disturb.
Teléfono de la esperanza ortográfico.
Demolición.
Sin palabras.
Cuando la lluvia cesa en el país del norte.
Aventis.
Do not disturb.
Teléfono de la esperanza ortográfico.
Demolición.
Bofu- Mensajes : 1283
Fecha de inscripción : 27/08/2015
Re: VOTACIONES RONDA 47 > MICRO RELATOS ARF > II EDICIÓN. Voten hasta el JUEVES a las 21:00
Repartidos por ahí...
5- La metamorfosis (Psicotrópico de Capricornio)
6-Aventis
12- Pasan las vidas.
13- Tormenta de ideas.
15- Iniciación
17- Demolición
18- Nostalgia diminuta
5- La metamorfosis (Psicotrópico de Capricornio)
6-Aventis
12- Pasan las vidas.
13- Tormenta de ideas.
15- Iniciación
17- Demolición
18- Nostalgia diminuta
Stoneheart- Mensajes : 46147
Fecha de inscripción : 11/10/2011
Re: VOTACIONES RONDA 47 > MICRO RELATOS ARF > II EDICIÓN. Voten hasta el JUEVES a las 21:00
Detalles de gran administraciónm señor escribió:jomrt escribió:
- RELATOS A CONCURSO:
1- Superego.
Estaba sentada en el rincón del último vagón del último convoy de la linea 5. Un día aburrido en el trabajo, pero duro, empaquetando esas botellas. A Berlín, a Boston, a Shenzen, a Marrakesh. En el otro extremo un chaval ensimismado con su móvil, soltando una sonrisa cansada de vez en cuando. Un hombre de mediana edad con un cubo, un palo y manchas de pintura blanca. Estiró las piernas, hacia atrás, hacia delante, hacia los lados. Pensó si lo habría hecho si alguien estuviese sentado frente a ella. Ah, el Freud, qué lúcido, qué flipao.
2- Sin palabras.
Estaba sentada en el césped, sorprendida por la cantidad de público que coreaba aquella versión, decidió levantarse y grabar el estribillo final para enseñárselo a sus amigos. Al bajar el móvil, cuando los focos iluminaron a los asistentes, algo le trasladó a la noche anterior. Al desvanecerse la luz, perdió de pista esa silueta e intentó concentrarse en el escenario. Había tenido que desplazarse a falta de 4 canciones y no quería tener ese gusto amargo dos días seguidos. Unos temas después, la mirada le traicionó y volvió verlo, a 25 metros no podía estar segura, le pareció ver a su lado un hueco, como si ella misma estuviese ahí de nuevo. Le invadieron las ganas de intervenir, otra vez esos dedos acariciando unos riñones, esas miradas directas pero perdidas, como si no fuese con él. Ella solo le había escuchado berrear los hits ¿Sabría, al menos, decir: perdón?
3- Óleo de mujer con sombrero (el pensamiento circular era esto)
Estaba sentado en una silla de madera cuando pintó su autorretrato, perfilándose en azules y púrpuras, sobre su cabeza un gallo y una mujer, una mujer vestida de novia, una mujer por sombrero, esa mujer ideal —¡ay!— que todos llevamos encima, siempre a punto de caerse y sin embargo bien entibada en la frente, como la boina de medio lado del Che, como una canción con acento cubano de otra mujer en otra frente advirtiéndonos de la inconsecuencia de la cobardía y del miedo, llorando un fin, recreando en música aquella novia que ahora es otra, otro mundo, otra mujer por sombrero como el cuadro del viejo Chagall, solloza Silvio, y tú atento, escuchando, revisitando la pintura, palpándote la mollera, intentando indagar el color de tu dolor, de la mujer en tu frente, que ahora es otra, otro mundo, aunque en el fondo, ¿sabéis?, sospecho acaso siempre sea la misma…
4- Cuando la lluvia cesa en el país del norte
Estaba sentado en la entrada del bosque, era un hombre ciego que se dirigió a él: “Mil veces intentaste cruzar la foresta para abandonar el país del norte, donde la lluvia no cesa. Camina ahora hacia donde el búho ulula”. Lluvia, vapores sulfurosos, zarzas y plantas teñidas de oscuridad le acompañaron en su viaje a través de una ciénaga, el ulular fue su brújula. Al alba del séptimo día, un resplandor níveo apareció en el horizonte y se dirigió allí. A los pies de una escalinata, el ciego que ahora acunaba un búho en sus manos, asintió. Durante una eternidad ascendió, hasta llegar a una enorme puerta de madera. Al cruzarla encontró una sala con un único objeto: un desvencijado organillo. Inesperadamente, este comenzó de emitir una melodía desafinada mientras lo observaba absorto. Cerrando los ojos, comenzó a bailar torpemente mientras la lluvia cesaba en el país del norte.
5- La metamorfosis (Psicotrópico de Capricornio)
Estaba sentado en mitad de la nada viendo pasar el tiempo exento de sucesos, y en esto que aparece una anciana montada en un burro. Me mira circunspecta mas la evito.
-Buen mozo -me dice-, ayúdame a apearme de Rufino
-Oiga, señora -repliqué-, que estoy observando.
-Oh, Servando era mi hombre. Partió hace años al Paraíso ¿sabes?
-Lo siento, mi esposa también es viuda.
-¡Qué bien! Servando se fue al Brasil y no volvió. Me escribe por mi cumpleaños, me echa de menos. -Rufino observaba- ¿Cómo se llama su mujer? Tal vez la conozca, pocas viudas de vivos quedamos.
-Cristino. Un fallo del empleado del juzgado, pero buenos son ellos... Oiga señora, distrae mi observación
-Rufino es muy observador. ¿Observamos los tres juntos?
-¡Señora, hágame el favor!
De repente, la anciana se transformó en una bellísima joven.
-¿Y ahora qué...? -rebuznó Rufino irónico (o eso creí entender).
-Observemos, ob-ser-ve-mos...
6-Aventis
Estaba sentada en el último pupitre junto a la ventana, mirando distraída hacia los campos, el río y el verano. De súbito la puerta se abrió y Nicolás, al frente de su banda, irrumpió en clase y la señaló. A ella, la pequeña Teresa. La flaca y patizambaTeresa.
En un torbellino irreal se vio secuestrada, subida a la grupa de un brioso alazán y llevada a las grutas de la sierra.
Pero el jefe de los bandidos se enamoró de ella y ambos dos, espada en mano, dieron a los oprimidos lo que arrebataban a los opresores.
Y así fueron leyenda hasta que le tocó subir al encerado, y tan largo se le hizo el camino hasta la pizarra que al subir la tarima y girarse, vio que habían transcurrido cuarenta años. Y mientras pedía a sus alumnos que abrieran los cuadernos miró un momento por la ventana, distraída...
7-Bis
Estaba sentada en el borde del acantilado dispuesta a saltar cuando, de nuevo, dos fornidos brazos le abrazaron por detrás. Las grandes manos agarraban fuertemente su barriga, suavizando poco a poco, convirtiéndose en tiernas caricias en la tripa.
Después, como siempre, cenas románticas, paseos por la playa, besos en el parque, sexo en el coche, flores en el jarrón. Declaraciones de amor.
Comida basura, tareas domésticas, discusiones en altas tonalidades, ojos morados, hojas marchitas en jarrones secos. Denuncias olvidadas.
Vuelta a empezar.
8-Do not disturb
Estaba sentado en lo alto de su columna, como cada día de los últimos trece años, y entre las dunas divisó un nutrido grupo de gente que se acercaba. Cuando les separaban apenas unos pasos los visitantes se postraron ante él, y uno de ellos, ataviado con un enorme y ridículo gorro tubular, se adelantó a los demás y exclamó: “Oh Maestro, aquí nos tienes, dispuestos a cantar tus alabanzas y a escuchar tu palabra, si nos consideras dignos”.
Simeón les miró de soslayo durante unos segundos, dejó escapar un sonoro pedo, y respondió: “Podéis hacerme el favor de limpiar un poco la mierda de la columna, que me comen las putas moscas, las cucarachas suben por decenas y cuando aprieta la solana los vapores ahuyentan hasta a las ratas. Haced esto y tendréis mi bendición. Después, hacedme otro favor e idos a tomar por culo.”
9- Flashbacks
Estaba sentada en el cuadro de la ventana, justo al lado izquierdo de donde se encontraba el metrónomo, atenta, respirando a cada pausa. Aquel aparato me tenía fascinada, pensar que servia para indicar el tiempo de una composición musical, me hacía pensar en la posibilidad de que también sirviera para adecuar las emociones y sentimientos al ritmo que marcaba la vida. Pero rápidamente me deshacía de esa idea, era imposible que existiera algo así.
Justo ahora me río al recordar aquello, pero en verdad me sigo preguntando como habría sido mi vida si hubiese tenido un metrónomo y me hubiese servido para controlarme emocionalmente. De seguro que mis relaciones habrían sido más estables. Recuerdos y frases me vienen a la cabeza pero mejor pararlos y que siga sonando la música al ritmo del compás.
10- Alguien
Estaba sentado en el suelo, extrujándose el cerebro. Desde siempre había sabido que era alguien. Mucha gente piensa que es alguien. Algunos lo saben. No alguien especialmente reseñable, solo alguien. Se trata de ser consciente de que dentro de nosotros vive otro, que también somos nosotros. O sea, somos dos: el de adentro y el de afuera. El de afuera en su caso era un gilipollas, suele ocurrir. Era extravertido, nervioso, tarambana. El de adentro le tenía un poco de miedo porque era lo opuesto: reflexivo, tímido, solitario. Supongo que algunos lectores/as empiezan a sentirse identificados. Pobres. Seguro que convienen conmigo en que lo mejor es dejar que llevase las riendas (y las hostias) el de afuera. Existe una instintiva tendencia a proteger al de adentro.
Ahora él había decidido tomar cartas en el asunto. Sacar al adentro del armario, aunque se cayese de bruces. Y pensó empezar escribiendo microrrelatos.
11- Tipos de interés
Estaba sentado enfrente del despacho del director de la sucursal, junto a Rosa, una vecina del barrio de toda la vida, y un chaval al que no conocía.
- ¿Cómo estás, Paco?
- Mal. ¿Cómo quieres que esté?
- Ya. Date tiempo. Está muy reciente todavía.
- 43 días.
- Maldito cáncer. ¿Y tus hijos? ¿Te están ayudando?
- Ellos viven muy lejos y tienen su vida. Me he quedado solo, Rosa.
El chaval miraba papeles, Rosa al suelo y Paco la puerta del despacho del director.
- ¡Hombre, Paco! Me alegro de verte. Entra. Alicia, no me pases llamadas.
El hijo de puta ni siquiera se había enterado de que su mujer, su clienta, había fallecido hacía 43 días. Paco palpó el cuchillo que guardaba dentro de su chaqueta y entró en el despacho, dispuesto a coser a cuchilladas a ese cabrón. Al menos 70.000. Una por cada euro que les robó con las preferentes.
12- Pasan las vidas.
Estaba sentada en el mismo banco. Sin él.
En ese banco se juraron amor eterno, se juraron pan en la mesa y horno en la cama.
Tintos con gaseosas, alubias con chorizos, sabanas de franelas y Domingos de rastrillos.
Hijos mimados, langostinos en nochebuenas, gazpachos en Julios, pescados en cuaresmas.
Alzó su pompis, castigado por las varices, y se fué a su písito a preparar las lentejas que tanto le gustaban a su Paco.
Al tumbarse en el sofá, en pleno pospandrío, esbozó una sonrisa picarona que Paco recibió.
Mientras jugaba con arcángeles.
13- Tormenta de ideas.
1- Estaba sentado en su trono Hliðskjálf contemplando los nueve mundos cuando Odín, a pesar de su infinita sabiduría…
(Pufff, vaya mierda de idea)
2- Estaba sentada en el banco esperando a que llegara él…
(¿Otra historia de desamor? No me vale)
3- Estaba sentado en su despacho situado en lo más alto del edificio…
(¿Otra crítica al capitalismo? Pues vale…)
4- Estaba sentada contemplando a su abuelo con el cuchillo en la mano…
(¿Otro homenaje al concurso de microrrelatos?)
Otra ronda sin ideas. Espero aspirar al menos al Premio Olé tus Güebos Morenos.
14- CZECH RESTAURANT
Estaba sentado yo en una taberna de Praga bebiendo una pinta y observando una bella checa totalmente desnuda que pasaba delante mío, cuando pensé lo superior que es la imaginación con respecto a la realidad, puesto que si me hubiera pedido yacer con ella en ese momento, habría sentido una pereza enorme.
15- Iniciación
Estaba sentado en un banco de la calle Alcalá, frente al número 420. Eran casi las ocho de la mañana; el sol caía de tal forma que cegaba, sin que llegara a dar calor, aunque no me impedía ver las reconocibles sombras que proyectaban aquellos que tenían que comprobar que era capaz de hacer lo que tenía que hacer.
Una señora pasaba frente a mí justo cuando la alarma de mi reloj sonaba: eran las ocho. La vieja andaba con un bastón y llevaba una bolsa de papel en la mano que tenía libre. Me levanté del banco y disparé tres veces. La mujer cayó inerte, muerta, en la puerta de aquel 420.
No sé por qué, cogí la bolsa antes de salir corriendo. Cuando me creía a salvo la abrí y sentí el olor de un pastel recién hecho. Mientras vomitaba, sabía que nunca, jamás, podría olvidar aquel aroma.
16-Teléfono de la esperanza ortográfico.
Estaba sentada en mi mesa en el piso 33 del edificio bancario cuando me pregunté cómo había llegado hasta aquí, yo creadora de una alternativa a la burocracia de la RAE, un azote en el culo, un tirón de orejas.
Crear la fundación del Español urgente fue fácil, aguantar las presiones no tanto, vender mi nombre al banco claramente fue un error.
17- Demolición
Estaba sentado en su regazo, llorando como un niño. La escena resultaba algo ridícula dado que hacía tiempo que ambos peinaban canas, pero a la vez era... desoladora. Y tierna. De pequeña pensaba que los mayores nunca tenían miedo. Nunca lloraban. Nunca dudaban. A veces tengo la sensación de que no he llegado a ser adulta, tal vez porque me resulte menos duro que asumir que ese fuerte infranqueable, esa sabiduría incombustible, de los mayores, tan solo era un espejismo.
Mi padre lloraba descosido, roto, derrotado, la muerte de su madre sentado en el regazo de mi madre. La abrazaba con desesperación, como si fuera el único hilo del que pendiera. Aquel día entendí muchas cosas.
18- Nostalgia diminuta
Estaba sentado en el borde superior del teléfono. Resbalaba entre los números y volvía a subir encaramándose a ellos. Y vuelta a empezar. Sí, era divertido pero nada como aquella noria perfecta de los teléfonos antiguos.
Cuando encontró el botón de cambio de melodía del teléfono, sin embargo, dio gracias a sus dioses por el progreso.
Y después en la oficina nadie entendía por qué cada día las llamadas tenían un sonido distinto.
19- MISTY
Estaba sentada, esperando el paso del tiempo. Su reloj de pulsera tenía cinco líneas dividiendo la esfera: no concedía más. Le había llevado años establecer esa norma. Y cuando pensaba en que tal vez era muy dura en su resolución le venía a la cabeza la rigidez del mundo y se repetía, el mundo es implacable, no se doblega. Ningún asunto la ocupaba más de cinco minutos, todo lo que se extendía más allá era apartado.
Sintió que la base de su columna temblaba próxima al orgasmo, pero lo cortó a tiempo. Se recompuso y al levantarse contempló la cara que había estado bajo su coño. No era una cara ordinaria ni tampoco agradable, estaba untada con sus jugos. Era un complejo juguete de látex. Le pasó una toalla higiénica y lo metió en su funda, luego sacó el revolver, comprobó el cargador y escuchó su canción preferida.
m
Nomeko7- Mensajes : 38240
Fecha de inscripción : 04/11/2011
Re: VOTACIONES RONDA 47 > MICRO RELATOS ARF > II EDICIÓN. Voten hasta el JUEVES a las 21:00
19,11,9
He votado cuatro.....y estos tres que pongo son los mencionados.....pequeños grandes relatos.
m
He votado cuatro.....y estos tres que pongo son los mencionados.....pequeños grandes relatos.
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m señor- Mensajes : 46861
Fecha de inscripción : 27/02/2013
Re: VOTACIONES RONDA 47 > MICRO RELATOS ARF > II EDICIÓN. Voten hasta el JUEVES a las 21:00
Votado desde Lisboa. Creo que fatal, ya me diréis...
manof- Mensajes : 2491
Fecha de inscripción : 02/10/2015
Re: VOTACIONES RONDA 47 > MICRO RELATOS ARF > II EDICIÓN. Voten hasta el JUEVES a las 21:00
La inmortalidad para estos:
17. DEMOLICIÓN: Porque trata la Muerte, uno de los grandes temas, y lo hace bien. Encarándolo de frente. Tres puntos como tres trapezoides. (3)
6. AVENTIS: Evocador, muy bonito. We´re just older children.. .after all… ♫ (2)
4. CUANDO LA LLUVIA CAE EN EL PAÍS DEL NORTE: Por el deje poético, por el tono épico, grandioso, de gran gesta. Por sugerir y no enseñar. (1)
10. ALGUIEN: Porque parece sincero, algo que alguien necesitaba soltar, expurgar. Le perdono un “extrujándose”… ¡pero que no se repita! (1)
Y mención para 18. NOSTALGIA DIMINUTA , que me ha evocado una serie que me encantaba y tenía casi olvidada.
17. DEMOLICIÓN: Porque trata la Muerte, uno de los grandes temas, y lo hace bien. Encarándolo de frente. Tres puntos como tres trapezoides. (3)
6. AVENTIS: Evocador, muy bonito. We´re just older children.. .after all… ♫ (2)
4. CUANDO LA LLUVIA CAE EN EL PAÍS DEL NORTE: Por el deje poético, por el tono épico, grandioso, de gran gesta. Por sugerir y no enseñar. (1)
10. ALGUIEN: Porque parece sincero, algo que alguien necesitaba soltar, expurgar. Le perdono un “extrujándose”… ¡pero que no se repita! (1)
Y mención para 18. NOSTALGIA DIMINUTA , que me ha evocado una serie que me encantaba y tenía casi olvidada.
salakov- Mensajes : 52340
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: VOTACIONES RONDA 47 > MICRO RELATOS ARF > II EDICIÓN. Voten hasta el JUEVES a las 21:00
Mis puntos han ido a parar a Óleo de mujer, metamorfosis, Aventis y Flashbacks
Criminal pentatónico- Mensajes : 7951
Fecha de inscripción : 09/09/2009
Re: VOTACIONES RONDA 47 > MICRO RELATOS ARF > II EDICIÓN. Voten hasta el JUEVES a las 21:00
Aviso que durante la gala de esta noche estaré viendo a Depeche Mode... así que no me esperen.
Pásenlo guay.
Pásenlo guay.
salakov- Mensajes : 52340
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: VOTACIONES RONDA 47 > MICRO RELATOS ARF > II EDICIÓN. Voten hasta el JUEVES a las 21:00
Fataaaal.
Godofredo- Mensajes : 145916
Fecha de inscripción : 26/03/2008
Re: VOTACIONES RONDA 47 > MICRO RELATOS ARF > II EDICIÓN. Voten hasta el JUEVES a las 21:00
Votado fatalmente.
sapir- Mensajes : 135953
Fecha de inscripción : 19/10/2011
Re: VOTACIONES RONDA 47 > MICRO RELATOS ARF > II EDICIÓN. Voten hasta el JUEVES a las 21:00
Votado magistralmente
Eloy- Mensajes : 85501
Fecha de inscripción : 25/03/2008
Re: VOTACIONES RONDA 47 > MICRO RELATOS ARF > II EDICIÓN. Voten hasta el JUEVES a las 21:00
Hola. He cumplido gustosamente con la regla 6, in fine.
almorvi- Mensajes : 15832
Fecha de inscripción : 28/10/2008
Re: VOTACIONES RONDA 47 > MICRO RELATOS ARF > II EDICIÓN. Voten hasta el JUEVES a las 21:00
Votado desde el móvil
Espero que esté bien
Espero que esté bien
mugu- Mensajes : 26585
Fecha de inscripción : 26/03/2008
Re: VOTACIONES RONDA 47 > MICRO RELATOS ARF > II EDICIÓN. Voten hasta el JUEVES a las 21:00
mugu escribió:Votado desde el móvil
Espero que esté bien
Perfecto Mugu, has votado fetén!
jom- Mensajes : 1771
Fecha de inscripción : 06/06/2014
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