RONDA 14 DEL CONCURSO DE MICRORRELATOS, 7ª EDICIÓN. ¡ENHORABUENA, PILARÍN!

Reglas especiales y caprichos de la administración:

• *Se puede cambiar "él" por cualquier pronombre personal: ella, ellas, ellos, mí, ti, nosotras, nosotros, vosotras, vosotros, y alguno más que seguro que me dejo y que a alguien se le ocurrirá. Se acepta también el uso de neologismos pero será revisado por privado. Si quieres coña, vete al circo.
• Se puede cambiar el tiempo verbal sólo a pretérito imperfecto ("Ahora que ya nadie se acordaba de...")
• No se acepta "eso" ni "ello".
• El "ya" NO es opcional. Gracias, Troy.

Cabeceras actualizadas, by Beserrillo:

Reglas:

Accesorios varios:

CLASIFICACIÓN VII EDICIÓN:

El chucrut:

1. La ciudad no es para mí

Ahora que ya nadie se acuerda de ellas, las ciudades no son más que paisajes desolados. Podrías comprarte un ático dúplex de 500 metros cuadrados en plenos Campos Elíseos por menos de lo que te cuesta una bolsa de arroz. Pero esa comparación es absurda, porque el dinero ya no existe. Y, además, ¿quién querría vivir en semejante lugar? La gente huyó al campo, a las montañas, a las islas (antes) desiertas… cuanto más lejos de cualquier otra persona, mejor. Cosa que, por otro lado, tampoco es tan difícil, viendo los pocos que quedamos vivos en este planeta.
Aún recuerdo cuando se hablaba de las tres grandes epidemias mundiales: la peste negra de 1348, la gripe española de 1918 y la (vista en perspectiva) tontería de la covid-19 que se dio por erradicada en 2021 con la vacuna. ¡Ay, si hubiéramos sabido la que se nos venía encima en 2022!

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2. Los ensimismados

Ahora que ya nadie se acuerda de él, podemos reconstruir su historia. Cuentan que llegó con el viento, escoltado por un ziszás de basura. Los habitantes de La Vaguada lo observaron montar su tienda de campaña, un esqueleto de hierros, y algunos pensaron en robarle. Pero todos coinciden que emitía un destello, una luz, un color, que alejaba las malas obras. Cuentan que su tacto mitigaba el mono, que te sentías ungido si te sujetaba la frente mientras vomitabas. Él era la paz de quienes buscaban la paz, el profeta de los ensimismados. Entre vanos de hojalata y venas esquilmadas, su nombre se tatuaba con jeringuillas herrumbrosas. En aquel tiempo de trabazones de caballo y limón, de desayunos de lumbre y cuchara, aseguraban que su voz olía a cereales. Y que poseía la más sagrada virtud: no juzgar. Aunque sabéis cómo son estas cosas, leyendas de arrabal, apenas delirios ensimismados.

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3. Tarde de domingo

Ahora que ya nadie se acuerda de ellas, subo al desván a rebuscar entre cajas y baúles y me cobijo esta tarde lluviosa bajo cubierta de un manto de nostalgia y melancolía. Ahí están, entre polvo y moho, pero perfectamente ordenadas, mis viejas revistas y fanzines. Metal Hammer, Heavy Rock, Mondo Sonoro, El Jueves, … y también cartas y fotos de conciertos, fiestas y risas. Un nombre mencionado en el telediario me hizo subir y destejer la maraña de recuerdos hasta localizar un atadijo de cartas de preciosa caligrafía redonda. Ella buscaba amigos por correspondencia en las páginas del Heavy Rock, y me encontró a mí. Éramos dos adolescentes desorientados refugiados semanalmente en confesiones epistolares, canciones, poemas; dos íntimos desconocidos. Dejó de responderme repentinamente, sin explicaciones. Fue mi primer mal de amor, y aún dolía cuando Piqueras la anunció como Premio Nacional de Poesía 2022, ciega desde los quince años.

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4. Giungla gialla (1981, Arnoldo Terenzi)

Ahora que ya nadie se acordaba de mí, recibí la llamada de mi viejo agente. Habló atropelladamente... ¡Claro que conocía al director americano! Vaffanculo... ¿quién no? Deseaba comer conmigo al día siguiente en Palermo, yo no tenía nada mejor que hacer, otro alimentaría a los gatos. Desmintiendo su reputación, fue realmente cortés; repasó admirativamente mi película antes de llegar al meollo, su proyecto de remake. Preguntó mucho. Le conté cómo la convertimos en objeto de culto; una actriz amateur a quien cambiamos el nombre, su contrato de confidencialidad y posterior desaparición... alimentamos la leyenda. Dijeron que era real —imbéciles, la chica acabó siendo mujer del productor—. Como no, también hablamos de los Teyupu, la deforestación amazónica exterminó a esos pequeños salvajes. Tristemente, su versión habría de prescindir de su presencia y el equipo, de su hospitalidad natural. Jamás olvidaré el dulce sabor de aquella carne con la que nos agasajaban.

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5. Brujas de la noche

Ahora que ya nadie se acuerda de nosotras es buen momento para rememorar aquellas inolvidables noches. Corría el año 1941, éramos todas chicas, y muchas ni siquiera habíamos cumplido los veinte. ¿Que qué es lo que hacíamos que merezca ser recordado? Bueno, cuando oscurecía, nos preparábamos bien, nos vestíamos de gala y salíamos juntas a dar una vuelta por ahí. «¿Ya está? ¿Nada más?», puede que estéis pensando. Esperad, que se me olvidaba algo: formábamos el 588.º Regimiento de Bombardeo Nocturno del Ejército Rojo.

Los nazis nos llamaban brujas de la noche por el ruido que hacían los toscos y destartalados Polikarpov que pilotábamos, cuyo susurro, según ellos, recordaba a una escoba acanalando los tenebrosos cielos. Pero os puedo asegurar que allá arriba no nos sonaba a eso; los motores no susurraban, sino que retronaban, bramando victoria en cada vuelta de sus hélices. A nosotras nos sonaba, simplemente, a gloria.

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6. D.T. (Y no es don Tancredo)

Ahora que ya nadie se acuerda de él, es momento de regresar. La distancia y el tiempo le han proporcionado perspectiva, algo que tal vez no tuvo entonces.
Necesita una nueva imagen, pasar desapercibido algún tiempo imbuido de un nuevo aprendizaje que le conduzca al éxito.
La estrategia no es otra que amasar una fortuna, rodearse de indeseables y hacerse odiar allá por donde pasa. Y vaya si lo consigue, hasta el punto de que la persona —aunque uno duda de que nunca existiera algo parecido— acaba engullido por el personaje.
Su golpe de efecto se produce el 8 de noviembre de 2016. «¿Ves, Padre? He conseguido la Gloria».
Si antes fueron tres años de milagros, ahora son cuatro de fechorías. Provoca una nueva crucifixión sin necesidad de juicio alguno. ¿A quién le hace falta? Pero falla en sus cálculos, esta vez la resurrección está más lejos que nunca.

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7. Peli de sobremesa

Ahora que ya nadie se acordaba de él, decidió empezar de nuevo. Se mudó a un pequeño pueblo cerca de la costa. Con sus ahorros, montó una consulta de fisioterapia, buena idea en un pueblo con mucha gente mayor.
Enseguida se ganó la confianza de los vecinos. En la consulta era atento y cariñoso, y pronto se convirtió en un parroquiano más de la taberna del pueblo. Allí trabajaba Elsa, y entre cafés matutinos y cervezas después del trabajo, empezaron a gustarse. Llegó el invierno, y el frío húmedo del pueblo era más llevadero compartiendo cama con ella. Después de todo lo que había pasado, tenía la sensación de que la vida volvía a sonreírle.
En primavera llegaron al pueblo turistas y visitantes. Entre ellos estaba Rebeca, la prima de Elsa. Al presentarlos, él vio ese brillo en los ojos de Rebeca. Le había reconocido. Tocaba volver a empezar.

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8. Preparación del segundo ataque

Ahora que ya nadie se acuerda de ellos, los he visto reagruparse muy lejos de la zona 0. Mi trabajo en los subsuelos de Tallin me condujeron a una especie de ciudad subterránea construida sobre restos metálicos que habían ido acumulando desde distintas partes del mundo, puesto que, según ellos, el electromagnetismo de cada uno era diferente y ello le permitía que funcionasen los artefactos creados.
Debido a que cada uno tenía una lengua nativa que difería de los otros, en medio de la ciudad subterránea colgaba una pantalla que traducía en inglés cualquier turno de palabra de los miembros de la reunión que estaba teniendo lugar en la plaza central.
Lo único que pude sacar en claro de lo que traducía la pantalla es que el sitio actual los desmarcaba de lo de Roswell y que tenían que liberar a los líderes retenidos en el Área 51.

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9. Noche de San Juan

Ahora que ya nadie se acuerda de él, Anselmo Eldelvideoclú, quintaesencia del carácter calmado y sistemático, sufre al ver en los viejos expositores sus cientos de carátulas, perfectamente ordenadas por temáticas. Aunque se jubiló y cerró al público en 2010, continúa acudiendo diariamente doce horas a su local, su refugio de fotogramas obsoletos y palomitas. Se propuso completar el visionado de todas sus películas, por riguroso orden de estreno, en pases que comenzaban siempre en punto, con las campanas de la iglesia. Durante años disfrutó en solitario de aventuras, dramas, comedias, musicales, … y también de mucha película de terror y mucha pornografía; quizá eso fue lo que le hizo enloquecer cual Don Quijote.
Desde el último cartel que colgó, Hipatía le clava la mirada diciéndole: “Hazlo”. Al finalizar Ágora, Anselmo forma una pila con todas las cintas y apaña una antorcha con el cartel de El Coloso en Llamas.

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10. "Su revolver sonrió, asesino metálico”

Ahora que ya nadie se acordaba de él, era hora de recuperar sus novelitas del Oeste. Esas editadas en una minúscula editorial de su Zaragoza natal, que no habían traspasado los límites de su barrio y que Javier devoró en su infancia.

Javier estaba falto de ideas y la editorial le exigía un nuevo best-seller. Los libritos de John Iron (seudónimo de Manuel Hierro) fueron su salvación. Javier los copió, eliminó lo controvertido y los presentó a la editorial. Hierro se había volatilizado hacía mucho.

La saga de “Salvaje Lloyd” fue un bombazo. Ahora los fans le importunaban más. Había dos especialmente molestos, un abuelo y un nieto a los que Javier ignoró durante semanas. Pero una tarde, en una firma de libros, no los pudo esquivar. Aquel viejito debía tener cien años y se le acercó sonriente.

-Hola, señor Tapia. Soy Manuel Hierro y este es mi abogado.

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11. Pipistrelus

Ahora que ya nadie se acuerda de él —fruto del cansancio por esclarecer su insólita naturaleza—, relataré yo sobre mi vecinito Pipistrelus. Mitad murciélago, mitad niño de lechosa palidez, eternamente ruborizado; y bajo los brazos, plegadas como una seda de finísima piel, las aladas membranas. Por negruzcas, por placentarias, por no acabar en manos humanas articuladas en dedos, las alas aterraban al vecindario, pero si uno conseguía soslayar aquella anomalía, liberaba a un niñito que en apariencia era como tantos otros que pateaban la bola contra la tapia. Añado a mi relato que jamás vi alejarse a Pipistrelus de aquella cuadra, único mundo y única casa; saltaba con torpeza, eso sí, como gallina impaciente, cuando le acercaban la bandejita de sangre caliente de vaca.

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12. La extraña pareja

—Ahora que ya nadie se acuerda de ti, es momento para que vuelvas conmigo.
El anciano decrépito me observaba inmóvil, atusándose la luenga barba. Sus ojos mostraban un fuego vivo, resplandeciendo por encima de las sucias pieles malolientes que cubrían un cuerpo, que podía adivinarse robusto.
—¡Págame! —exclamó furioso.
—No quiero cruzar, he venido a llevarte a la superficie —comencé a explicarle—. Te han olvidado. Puedes acercarte a cualquiera sin levantar sospechas. Te diré a quiénes y los embarcarás. Arriba soy poderoso, te prometo muchas monedas. Puedes llamarme Adolfo —concluí extendiéndole la mano.
—¡Paga o queda aquí vagando, no puedes volver!
Saqué la rama dorada del talego.
—Según los escritos, esta rama de la sibila cumana me permitirá volver.
Caronte se acercó curioso. Con un súbito manotazo lanzó la rama al río.
—Ya eres mayorcito para creer esos cuentos. No pagas, quedarás aquí. En cien años volveré para cruzarte.

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13. Fuga

Ahora que ya nadie se acuerda de él, por fin puedo respirar tranquila. Ha costado mucho. La primera noche Gloria soñó con un lobo muy grande y muy malo que no nos dejaba salir de casa. Pobrecita, lo pequeña que era y cómo lo entendía todo tan bien. Olivia al principio se escondía si oía gritos o un portazo fuerte. Ella era más mayor y había visto más cosas. Pero aquí, con los perros, el río, los niños del pueblo, habían vuelto las risas y parte de la ilusión infantil. Habían olvidado las persecuciones, el miedo, los golpes, el dolor. Los primeros años aún preguntaban por su padre. Alguna noche, Olivia se acercaba con el ceño muy fruncido:
-Mami, ¿tú crees que nos encontrará?
-No creo, bonita, si no nos ha encontrado todavía… ¿Cómo se le va a ocurrir venir hasta aquí? Vete a dormir, anda.
Yo respiro tranquila por ellas, pero por si acaso, no duermo.

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14. Promociones Mundiales

Ahora que nadie se acuerda de ellos, creo que es hora de presentaros a mis monos marinos.

Os habréis fijado alguna vez en aquellos delirantes anuncios de estética de cómic norteamericano que aparecían en revistas de actualidad. De tan distintos de la publicidad infantil, era fácil creer que tras ellos se ocultaba la verdadera magia en la que ya no teníamos fe.

Naturalmente, cada vez que un niño recibía un paquete con unas gafas de rayos X inservibles, otra porción de esa magia se esfumaba. Al igual que cientos de aburridos crustáceos desaparecían por el retrete con trozos de inocencia perdida…

...pero yo me negué a claudicar. Guardé la pecera y fui cuidando de ella en secreto. Y al cabo de unos años empezaron a crecer. Y a moverse. Y pedían cada vez más…

...así que, por un módico precio, podréis verlos. Pero, sobre todo, no gritéis.

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15. Menos da una piedra.

Ahora que ya nadie se acordaba de él, resulta que a él le dio por acordarse de nosotros. Y no podía haber regresado como el Dios comprensivo y afable del nuevo testamento, no. Volvió más cabrón que nunca, arrasó Ibiza con un volcán a cuyo lado Santorini no llegaba ni a lámpara de lava, también fue sonada la lluvia de meteoritos para castigar las blasfemias provocadas por el Carnaval, aunque el número de víctimas fue muy inferior al de la muerte de primogénitos a consecuencia de las celebraciones del fin de año.

En todo caso, tampoco vamos a quejarnos que con Alá no nos dejaban beber vino en misa.

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16. Tx

Ahora que ya nadie se acuerda de él, yo sí. Puede que los albures del destino te hayan traído a la memoria a Tabuenka, que los meandros de las remembranzas te hagan pensar ahora y quién sabe por qué en Javi Luke, o que sea Andoni Lakabeg, para quien la historia guarda una página de oro, aquel que nubla tu recuerdo. No es descartable que Patxi Rípodas cruce por tu cabeza en un flash de luz acompañado de Estíbariz y Galdames, ambos perseguidos por un unicornio azul donde cabalgan Iturrino y Lambea. Pero no es de ellos de quien vamos a acordarnos hoy, ¡ay!, sino de otro que la caprichosa retentiva ha querido arrastrar hasta este polvoriento rincón de palabras.

¿Lo veis? ¿Podéis verlo ya?

Aupa, Txutxi!!!

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17. Agazapada

Ahora que ya nadie se acordaba de ella, volvió. Iván al principio la toleraba, pensando que su estancia sería pasajera. Pero cada día que le veíamos iba a peor, el pobre estaba alicaído y se mostraba irascible cuando le preguntabas por ella. Su relación empeoró hasta el punto de no poder hacer vida normal, era como una parásita. Por ella dejó de venir a muchas de nuestras quedadas. Aunque le dijimos en varias ocasiones que tenía que contarle su problema a un especialista, él decía que se libraría de ella por su cuenta. Pero al final accedió a ir a uno que le recomendé yo por experiencia propia, y después de varias citas, consiguió liberarse.
Volvió el Iván de siempre, bailongo y dicharachero.

Pero hoy nos ha llamado: “¡Chicos! ¡Me he despertado y ha vuelto! Hoy mismo llamo al fisio."

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18. No volveré a dormir

Ahora que ya nadie se acuerda de ellas, han vuelto. Eran exactamente iguales, como pueden serlo dos gemelas, siempre juntas. No tenían madre, había muerto al nacer ellas; su padre ya se había largado antes, según cacareaba incesantemente su tía. También contaba que se hacían pis en la cama, cuánto gastaban, cómo les adaptaba la ropa que recogía en la parroquia. Meonas, pordioseras, muertas de hambre, ¡asesinas! les gritábamos en las idas y venidas al colegio. Un día quemé aquellos mugrosos ositos de peluche que llevaban, la clase rió mientras chisporroteaban sobre el cemento del patio. Ellas no lloraron, nunca lloraban; solo clavaron sus ojos planos en mi, mucho rato. Aquel curso enfermaron y se mudaron. Las olvidamos. Pero anoche las vi. Venimos por los ositos, dijeron, estamos muertas, pero por fin te hemos encontrado, dijeron, acercándose despacio. Desperté saboreando un miedo oxidado. Sé que cuando vuelva a dormirme, estarán esperando.

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19. Por los viejos tiempos

Ahora que ya nadie se acordaba de ella, podía disfrutar de largos paseos en el parque junto al bosque. Andaba despacio, con un marcado contoneo al ritmo de su desgastada cadera, y a veces se detenía para escuchar el repiqueteo de los pájaros carpinteros. La mañana azuzaba la punzante artritis de sus rodillas y se sentó en un banco. Mientras echaba unos puñados de palomitas azucaradas a las palomas, —«¿Serán canibales?» reía siempre—, una pelota se le acercó botando. Por un instante, al ver llegar a un pequeño pelirrojo, sintió despertar su viejo instinto.
—Hola, chaval. ¿Te gustaría conocer una preciosa casita de chocolate?
Sus ojos brillaban. El chaval se acercó, recogió el balón y se largó corriendo, no sin antes dedicarle un sonoro «¡Calle, vieja loca!».
La anciana se levantó, rascó la verrugona que coronaba su nariz y volvió al bosque, cansada, tarareando una vieja canción de Dylan.

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20. ExNefertiti

Ahora que ya nadie se acuerda de mí, soy libre. Ahora que tengo la cara arrugada, el culo gordo y llevo bata, nadie me hace caso. “¿Fue esta la cara que lanzó mil barcos…?”. Ay, Helena, qué risa. ¡Mil barcos y mil hombres! Los hombres me persiguieron, adularon, desearon, acosaron y violaron. Alguno incluso me amó. Mi cara y mi cuerpo no tenían parangón, pero yo era prisionera. No podía salir a la calle sin ser asaltada por piropos y anhelos. Aunque me escondiera en amplios ropajes, siempre me descubrían. Pero los años no pasan en balde. Las ojeras se oscurecieron, los michelines emergieron, las tetas cayeron. No hice nada por combatirlo. Durante un tiempo noté la lástima (y la satisfacción) del prójimo al ver mi progresivo ajamiento. Pero yo me río, como la Castafiore. Porque después de cincuenta años puedo ser, al fin, yo.

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21. ¿El espectáculo debe continuar?

Ahora que ya nadie se acuerda de ellos les va a costar recuperar la fama perdida, pero han retomado el nuevo espectáculo con brío, más vivos que nunca. Fantuzzi el funambulista, sujetando una gran barra sobre la cuerda floja con los enanos Pirelli colgando de ambos extremos. La bella Collodi, la primera mujer-bala de la historia. Y claro, también está Feste, el lanzador de hachas.
La velada comienza a torcerse cuando una de las hachas de Feste decapita a su ayudante, que agita los brazos en busca de su perdida testa ante el espanto del público. Pedacitos de la bella Collodi se esparcen sobre las primeras filas, y los brazos de Fantuzzi se desgajan del cuerpo bajo el peso de los enanos, cayendo a pista. Los payasos lloran, y el maquillaje descubre sus rasgos putrefactos. Al final, resucitar el circo zombi no fue buena idea.

Grande Piedras!

pon la frase en pretérito imperfecto, que no todos somos catedráticos

Troy Mc Clure escribió:pon la frase en pretérito imperfecto, que no todos somos catedráticos

Perdón.

"Ahora que ya nadie se acordaba de él/ella..."

Oh, el olvido y el recuerdo.

Gran tema. Me gusta.

Spoiler:

entonces el "ya" es opcional?

la frase mola!

Troy Mc Clure escribió:entonces el "ya" es opcional?

la frase mola!

No, no lo es. Espera, que lleno el agujerito legal.

Stoneheart escribió:

Troy Mc Clure escribió:entonces el "ya" es opcional?

la frase mola!

No, no lo es. Espera, que lleno el agujerito legal.

Si lo es...a mi me mola la frase y que el ya sea opcional.
.

Nadie se acuerda, pero yo sí, cabeceras actualizadas

Reglas:

Accesorios varios:

CLASIFICACIÓN VII EDICIÓN:

Administración latiguera.

Echo en falta el elles, vosotres y nosotros - nosotras - nosotres como opciones a complemento directo de la frase...

Piedras es la Dama de Hierro

Toro escribió:Echo en falta el elles, vosotres y nosotros - nosotras - nosotres como opciones a complemento directo de la frase...

Lee bien.

Stoneheart escribió:

Toro escribió:Echo en falta el elles, vosotres y nosotros - nosotras - nosotres como opciones a complemento directo de la frase...

Lee bien.

Por lo de neologismos?

Es que "nosotros" no lo estaba considerando neologismo

Toro escribió:

Stoneheart escribió:

Toro escribió:Echo en falta el elles, vosotres y nosotros - nosotras - nosotres como opciones a complemento directo de la frase...

Lee bien.

Por lo de neologismos?

Es que "nosotros" no lo estaba considerando neologismo

Voooy.

No me acordaba de lo coñazo que llegaba a ser administrar.

Stoneheart escribió:

Toro escribió:

Stoneheart escribió:

Toro escribió:Echo en falta el elles, vosotres y nosotros - nosotras - nosotres como opciones a complemento directo de la frase...

Lee bien.

Por lo de neologismos?

Es que "nosotros" no lo estaba considerando neologismo

Voooy.

No me acordaba de lo coñazo que llegaba a ser administrar.

Es para que te desoxides

Me tengo que desquitar de tanto comentario contenido por mi parte en las votomenciones...

Vaya semanita me espera...

Stoneheart escribió:Vaya semanita me espera...

Stoneheart escribió:

Toro escribió:

Stoneheart escribió:

Toro escribió:Echo en falta el elles, vosotres y nosotros - nosotras - nosotres como opciones a complemento directo de la frase...

Lee bien.

Por lo de neologismos?

Es que "nosotros" no lo estaba considerando neologismo

Voooy.

No me acordaba de lo coñazo que llegaba a ser administrar.

¡Esta gente sólo entiende la mano dura y los conceptos!

¡Viva la satrapía! Gora Sardanápalo!!!

Ahora que ya nadie se acordaba de las rondas de microrrelatos con frase inicial....

Hay frase, what a concept!

Por fin hay frase, ahora que ya nadie se acordaba de ella!

Queda oficialmente inaugurada la bandeja de entrada. Esta noche lo subo.

Cuánta regla. Mejor no leo y me voy a dejar llevar... bastante vas a tener con el jodío niño.

Hola, qué frase más buena. Ya he puesto los agradecimientos de la ronda anterior, perdón por hacerlo tan tarde.

Tengo una duda sobre las reglas, Stoneheart. ¿A qué se refiere "Si quieres coña, vete al circo"? ¿Es alguna referencia a ediciones antiguas del concurso? Es que al llevar poco tiempo no pillo bien algunos dobles sentidos y bromas. Gracias.

Monkey D. Luffy escribió:Tengo una duda sobre las reglas, Stoneheart. ¿A qué se refiere "Si quieres coña, vete al circo"? ¿Es alguna referencia a ediciones antiguas del concurso? Es que al llevar poco tiempo no pillo bien algunos dobles sentidos y bromas. Gracias.

Es una forma de decir (porque considero necesario decirlo) que las rabietas sobre el lenguaje inclusivo y el humor arevaloycía van en el resto del foro, no aquí. En cualquier caso, no le des importancia, que tú acabas de llegar. Vamos, que no creo que suceda pero si ves realmente necesario utilizar "elles" para no determinar el género, adelante, siempre y cuando no dificulte la lectura en conjunto del relato.

Un poquito de por favor, Monkey.

El licor de moras le confunde.

Arreglada la banderola, que tenía un fallito.

¿Un relato un viernes?

¡A quien madruga, dios le apoya!

salakov escribió:¿Un relato un viernes?

¡A quien madruga, dios le apoya!

Míralo, cómo hace campaña por su relato.

poshol na escribió:

salakov escribió:¿Un relato un viernes?

¡A quien madruga, dios le apoya!

Míralo, cómo hace campaña por su relato.

¡Pues claro!

¿Qué es lo más apropiado?¿Poner el número tal cual en un micro o ponerlo escrito, en plan "quinientos"? Con fechas es diferente, de supongo.

Nomeko7 escribió:¿Qué es lo más apropiado?¿Poner el número tal cual en un micro o ponerlo escrito, en plan "quinientos"? Con fechas es diferente, de supongo.

Por favor. Eso está regulado.

https://www.rae.es/dpd/números

salakov escribió:

Nomeko7 escribió:¿Qué es lo más apropiado?¿Poner el número tal cual en un micro o ponerlo escrito, en plan "quinientos"? Con fechas es diferente, de supongo.

Por favor. Eso está regulado.

https://www.rae.es/dpd/números

Pregunté un caso concreto, eso de la RAE parece las lista de requerimientos para poder desgravarse el alquiler en la comunidad de Madrid.

Nomeko7 escribió:

salakov escribió:

Nomeko7 escribió:¿Qué es lo más apropiado?¿Poner el número tal cual en un micro o ponerlo escrito, en plan "quinientos"? Con fechas es diferente, de supongo.

Por favor. Eso está regulado.

https://www.rae.es/dpd/números

Pregunté un caso concreto, eso de la RAE parece las lista de requerimientos para poder desgravarse el alquiler en la comunidad de Madrid.

Quinientos.

——————————

1.1. Se escribirán preferentemente con letras:
a) Los números que pueden expresarse en una sola palabra, esto es, del cero al veintinueve, las decenas (treinta, cuarenta, etc.) y las centenas (cien, doscientos, etc.): Me he comprado cinco libros: tres ensayos y dos novelas; Este año tengo cincuenta alumnos en clase; A la boda acudieron trescientos invitados.
b) Los números redondos que pueden expresarse en dos palabras (trescientos mil, dos millones,etc.): Acudieron cien mil personas a la manifestación; Ganó tres millones en un concurso.
c) Los números que se expresan en dos palabras unidas por la conjunción y (hasta noventa y nueve): Mi padre cumplió ochenta y siete años la semana pasada; En la Biblioteca de Palacio hay treinta y cinco manuscritos.

salakov escribió:

Nomeko7 escribió:

salakov escribió:

Nomeko7 escribió:¿Qué es lo más apropiado?¿Poner el número tal cual en un micro o ponerlo escrito, en plan "quinientos"? Con fechas es diferente, de supongo.

Por favor. Eso está regulado.

https://www.rae.es/dpd/números

Pregunté un caso concreto, eso de la RAE parece las lista de requerimientos para poder desgravarse el alquiler en la comunidad de Madrid.

Quinientos.

——————————

1.1. Se escribirán preferentemente con letras:
a) Los números que pueden expresarse en una sola palabra, esto es, del cero al veintinueve, las decenas (treinta, cuarenta, etc.) y las centenas (cien, doscientos, etc.): Me he comprado cinco libros: tres ensayos y dos novelas; Este año tengo cincuenta alumnos en clase; A la boda acudieron trescientos invitados.
b) Los números redondos que pueden expresarse en dos palabras (trescientos mil, dos millones,etc.): Acudieron cien mil personas a la manifestación; Ganó tres millones en un concurso.
c) Los números que se expresan en dos palabras unidas por la conjunción y (hasta noventa y nueve): Mi padre cumplió ochenta y siete años la semana pasada; En la Biblioteca de Palacio hay treinta y cinco manuscritos.

No sé, pocos manuscritos me parecen para una biblioteca ubicada en un palacio.

Me he abierto una botella de albariño y cuando iba por la mitad me ha venido una idea.

Ahora me da cosa acabar la otra mitad, por si la necesito la próxima semana.

No sé si ver la botella medio llena o medio vacía...


Tampoco sé si la idea vale para algo, pero siendo viernes ya es algo.

salakov escribió:¿Un relato un viernes?

¡A quien madruga le crece la poya!

Qué observadoorrrrr

Eduardo Montenegro escribió:Me he abierto una botella de albariño y cuando iba por la mitad me ha venido una idea.

Ahora me da cosa acabar la otra mitad, por si la necesito la próxima semana.

No sé si ver la botella medio llena o medio vacía...


Tampoco sé si la idea vale para algo, pero siendo viernes ya es algo.

Compra otra botella.
m

Pili N'Dongo escribió:

salakov escribió:¿Un relato un viernes?

¡A quien madruga le crece la poya!

Qué observadoorrrrr

Como lo haya escrito una muchacha ya tenemos lío. Cambio de sexo sin supervisión médica ni ministerial.

Yo estoy en el acuario

El acuario es el submarinismo de los cobardes