RONDA 9.7 DEL INSULTANTE CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA

Para qué esperar más si seguro que ya estáis deseando escribir.

La frase:

Se acercó un desconocido y me insultó

El desconocido puede ser desconocida. Por gracia de m, todo aquel desconocido que se lleve una hostia por insultar, regalará al autor un punto extra.

La frase no cuenta para las 150 palabras.

¡Saquen todo lo que llevan dentro! ¡Insulten esta semana a un desconocido! Seguro que lo merece.




Los pagos de Toro.

Reglas:

Accesorios varios:

CLASIFICACIÓN IX EDICIÓN:

Relatos a concurso


1.- Historias de Å

Se acercó un desconocido y me insultó. Después se percató de que había equivocado su objetivo.

¡Disculpe usted! —pronunció, no sin cierta vergüenza.

Continué mi paseo por la gran avenida hasta que divisé un precioso bar en la esquina de Betún con Mausoleo.

Entré y pedí un refresco. Las burbujas explotaban en mi interior como placenteros espasmos que se pierden irremediablemente.

A los pocos segundos, se me acercó una desconocida de pelo grisáceo y mirada cansada y, observándome con atención, bramó:

- ¡Canalla!

Bebí despacio lo que quedaba de mi refresco y salí a la calle.

Seguía sin entender demasiado.

En la acera una alcantarilla sin tapa me daba la bienvenida. Me sumergí en las entrañas de la ciudad y paseé durante un rato sintiéndome un majestuoso miserable.

Hasta que me encontré con una hermosa y pestilente rata que, sin dudarlo, me chilló:

- ¡Escuincle!

Tuve que abrazarla.

Å


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2.- Influjo
 
Se acercó una desconocida y me insultó.
—¡Sinvergüenza! —me giré sobresaltada.
—¿Disculpe?
La anciana estaba furiosa.
—¡Mataste a mi marido, zorra! —contuve mi ira. Una nube ocultó el sol.
—Señora, no se lo consiento, las medidas de mi gobierno… —me abofeteó. La multitud nos rodeó mientras el cielo se oscurecía.
—¡Tus recortes lo mataron, y a mucha gente, desgraciada! —la ira me dominó, avancé furiosa. Mi guardaespaldas me contuvo.
—Ahora no —me susurró mirando alrededor. La gente grababa con sus móviles. En el cielo, el eclipse era completo.
—Estoy harta —le dije.
Me zafé y ataqué a la anciana. Le di una paliza hasta tumbarla mientras todos grababan. Diego nos separó, cuando empezaron a llovernos ladrillos.
—¡Huye! ¡Yo me encargo!
Sacó la pistola, empezó a tirotearles. Corrí mientras me perseguían. Entré en casa, cerré la puerta, cuando la luna descubrió el sol.
La muchedumbre se dispersó y me relajé. Me miré al espejo. Ahora sólo quedamos nosotras.


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3.- ¡Hijoputa!

Se acercó un desconocido y me insultó. Yo iba ya calentito, acababa de salir del turno de noche en la comisaría y estaba muy quemado.
—¿Tú de qué vas? —dije mientras lo agarraba por la pechera de la camisa.
—¡Hijoputa! —me volvió a espetar.
La violencia del insulto contrastaba con su actitud, parecía asustado. Le pegué una hostia con la mano abierta.
—¡Hijoputa, hijoputa, hijoputa! —me gritó mientras se encogía. Ahí fue cuando me cegué, lo tiré al suelo y empecé a darle puñetazos en la cara.
De un portal cercano, salió gritando una mujer en bata.
—¡Suelta a mi marido, cabrón!, ¡tiene un Tourette!
Me quedé con el puño en el aire, mirando aquella cara hecha pulpa.
—¡Hijoputa..., hijoputa! —pronunció con dificultad, escupiendo sangre por el hueco del diente que acababa de perder.
La mujer había llegado hasta nosotros y me arañaba la cara como si quisiera sacarme los ojos con las uñas. Me dejé hacer.


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4.- Tutti-frutti

Se acercó un desconocido y me insultó: «¡berenjeno!». Se trataba de un plátano revenido con esa pátina marrón de quien fue olvidado durante semanas. «¿A quién llamas berenjeno? ¡Si parece que te has comido un limón!», repliqué, ofendiendo a la sazón a un limón que pasaba por ahí. «¡Te meto un piñazo que lo flipas!», se introdujo en la discusión el joven cítrico, convocando involuntariamente a su vez a un autobús de ananás. «¡Melón! ¡Membrillo! ¡Puto coco!», subimos la intensidad del conflicto, a cada injuria congregando a más y más colectivos, cada cual más ofendido. Aquello era Macedonia, la guerra de los Balcanes. Solo un silencio tenso se extendió cuando un mango exclamó al ver el busto de una mora: «¡Vaya peras!». Aquello había sido sexista, racista, inadecuado, del todo fuera de lugar. Abochornados, arrebolados como cerezas picotas, agachamos la cabeza y regresamos arracimados a nuestros fruteros.


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5.- Enterrador vocacional

Se acercó un desconocido y me insultó al oído. Otra vez. No respetan que disfrute mi trabajo. Logré dejar de silbar alegremente durante las ceremonias, pero no puedo evitar que una enorme sonrisa de satisfacción aparezca en mi rostro al escuchar el sonido de la tierra cayendo sobre un ataúd.


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6.- Secuelas

Se acercó un desconocido y me insultó, o eso interpreté por sus aspavientos dirigidos a mi persona cuando daba mi paseo matutino al trabajo. No llegó a tocarme, pero el hedor a alcohol que desprendía podría haber tumbado a cualquiera. Me siguió unos metros mientras balbuceaba sin sentido: “¡Alelado! ¡Despertad! ¡Todo estaba predestinado a pasar! ¡Están a la espera y nadie comprende!”

Al fin llegué a la oficina. Me asomé a la ventana y ahí estaba él, cinco pisos de distancia pero podía notar su mirada penetrante a través de la ventana. Dicen que es de los primeros exploradores, de cuando los agujeros de gusano no eran tan estables, y ahora el sistema de la red reniega de ellos. El pobre debe padecer esquizofrenia, me cuentan que se cree que es el protagonista de la famosa serie de ciencia ficción del siglo pasado “Las aventuras de Slavetsky”.


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7.- Preapocalipsis

—Se acercó un desconocido y me insultó, pero no se defendió cuando le planté cara. Esa semana cada miembro debía provocar una pelea que tenía que perder. El objetivo era reclutar más hombres. Dejarles ganar una riña callejera para demostrarles que eran fuertes. Esa misma noche ingresé en el club.
—¿Quién crees que es Tyler?
—He oído de todo, incluso que es el mismo Chuck Palahniuk. O Brad Pitt.
Hasta ahora todo se había desarrollado como en la novela: un pequeño grupo organiza peleas clandestinas en un sótano, crece, se expande por el mundo y empiezan las misiones: incendios, asaltos, daños, desinformación, caos. Pero la guerra que libraban llegaba hoy a su clímax, y la operación que habían planificado meticulosamente iba a desencadenar una hecatombe de dimensiones inimaginables.
El año cero, la vuelta al Neolítico.
Bajaron del coche y se dirigieron al centro de la ciudad.
Bajo las ruinas de la civilización se halla la tierra prometida.


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8.- Sinceridad

Se acercó un desconocido y me insultó mientras descansaba tranquilamente en un banco. Aquel señor, de una elegancia anticuada, me espetó: «Menudo adefesio, qué espantoso batracio es usted». Lo entonó con suave calma, pero como siempre temí a los trastornados preferí callarme, dejándole continuar su diatriba. «Podría haber pasado de largo, no decirle nada simulando que es usted sencillamente vulgar, pero más allá de su horrible apariencia, no me ha causado ningún mal y no merece que me comporte como un hipócrita». Acto seguido se levantó el sombrero y se fue deseándome los buenos días. Alterado, aproveché para huir del banco, no fuese a volver aquel extraño tipo, y me refugié en el bar más cercano para pedir un cognac que me calmase los nervios. El camarero cogió una copa de balón y me preguntó con aire profesional: «¿Soplando a estas horas? Vaya pinta de borracho tiene. Y hay que ver lo feo que es usted»


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9.- ¡Viva el vino!

Se acercó una desconocida y me insultó. Me encontraba una mañana cualquiera en el supermercado derrochando el poco dinero que me quedaba en la cuenta y ahí apareció ella.

- Sinvergüenza – me dijo.

Miré hacia atrás y tuve que bajar la mirada dos palmos para recabar en aquella mujer. Escaso metro cincuenta, melena canosa y probablemente más pelos en la barbilla que los que tenía mi pubis con 37 años. Mi primera reacción fue disculparme, sin saber el por qué de tanta inquina hacia mi persona. Pero ella insistía.

- La juventud de hoy en día sois todos unos caraduras, os coláis sin miramientos – espetó con salpicones salivales incluidos.

Me invadió una sensación de ira y de lástima al unísono. Sabía que no tenía razón, pero todo el supermercado me increpaba con una mirada amenazante. Y le contesté con la misma carga salival parafraseando al rey de la verborrea.

- Es usted Ruiz, ruin, mezquina y miserable.


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10.- Julián y Almudena      

Se acercó una desconocida y me insultó. Dijo que le había servido el solomillo casi crudo, cuando lo había pedido bien hecho, y que no le llevé la copa de Ribera sino una de Rioja y que nadie más de la mesa había recibido semejante trato. Mientras contemplaba aquellos ojos verdes (¿o eran azules?) que daban vida a unas hermosas aunque crispadas facciones, enmarcadas por un precioso cabello liso y negro que había visitado la peluquería muy recientemente, pedí disculpas y mil perdones. Añadí, con suavidad, que no era necesario insultar para formular su queja. Sin dejarla argumentar, prometí que inmediatamente le llevaría otra carne y una copa del tinto solicitado. Ella se había calmado y solo contestó: Vale. Se dio la vuelta pero volvió a girarse cuando me oyó: una pregunta, por favor. Su mirada me llegó como si fuese un asidero, al que me aferré sin reparos.
¿Tus ojos son verdes o azules?


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11.- Finde visitando el Guggenheim

Se acercó un desconocido y me insultó. Petrificado y descolocado percibí ira en su gesto, su elevado tono, esa saña pronunciando esas “ca”, claramente se dirigía a mí.
—Barkatu! Barkatu!

Vale, los últimos meses me había dejado un poco. Desde que empecé en la consultoría no tenía tiempo para hacer ejercicio. Con tantas horas delante del ordenador los michelines habían decidido explayarse, pero esto era excesivo.

—¿Vaca yo? ¡Vaca será tu madre y tu familia, cretino! —contesté airado.
—Lasai!
—Claro que las habrá, y maleducados como tú.
—Ukatu mesedez!

Mira, no sabía lo que estaba diciendo, no había oído eso de “Uca” nunca. No sé si era por mí o mi coche (aunque estaba tan alterado que ni me di cuenta que no tengo un mercedes) pero no me pude contener. El sonido del sopapo con la mano abierta retumbó en toda la calle. En vez de en el museo, acabe pasando la noche en el calabozo.


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12.- Corre, Paca, Corre

Se acercó un desconocido y me insultó. Yo me quedé en babia y le arreé un bolsazo y salí corriendo. Esto fue el martes pasao, y resulta que el miércoles lo mismo. Iba pa casa de mi madre y viene el desconocio, me insulta y yo: bolsazo y salí pitando. El caso, es que tenía unas agujetas que no podía con mi alma de haber corrio el martes, pero yo seguí palante, hasta que escucho el crujío en la rodilla. Me caí y no podía levantarme, pero menos mal que al cuarto padrenuestro y se cruzó el hijo de la Juana, el que está soltero, y llamó a la ambulancia. Luego al día siguiente, llega el desconocido y lo mismo, pero esta vez le arreo con la muleta y el hombre va y se cae muerto como un pajarico.

¿Qué si me arrepiento de algo, señor juez? Pues mire, preguntarle de quién era, porque no le reconocí.


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13.- Y tú, un puto camarero

Se acercó un desconocido y me insultó. No sé qué me dijo, pero al poco me di cuenta de que era el camarero del Nelson. Lo reconocí por el tatuaje de su cuello, un par de obuses rematados en forma de glande. O sea, maricón perdido. Todos tienen un coño tatuado en la frente y él no, él un par de pollitas al cuello.
Joder, y me costó reconocerlo porque no llevaba el chaleco y estaba fuera de contexto. Me pasó lo mismo con la cajera del supermercado, que estaba a mi lado en la entrada de la Ópera y no había forma de caer en quién era. La cajera en la ópera: imposible, no pega ni con cola. Si hubiera estado en la taquilla, todavía, pero así no hay manera.
¡Clasista! Eso es lo que me llamó el hijoputa maricón del Nelson. Como si yo fuera el mierda ese de la barba y el culo gordo.


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14.- Al infierno

Se acercó un desconocido y me insultó en un susurro, manteniendo una inquietante mirada, firme, desafiante, encendida en odio. Por la naturaleza del insulto (“maldito cerdo cabrón”), dejó de ser un desconocido, pese al paso de los años le reconocí. Recordé. Palidecí. Temblé. Por supuesto le di la hostia que había venido a buscar. Él la recibió sin inmutarse, pero volvió a susurrarme, esta vez en tono amenazante. “Me has jodido la vida, ahora me toca a mí acabar con la tuya”. Retrocedió sin más ceremonias, así que continué repartiendo hostias mientras se me revolvía el vino en el estómago. Temeroso por que cumpliera su amenaza, decidí que aquello sólo podía acabar en muerte.

Así, tras dispensar la comunión me arrepentí de mis pecados en la sacristía, me absolví, subí al campanario y salté. Algo debo de haber hecho mal, porque al estamparme contra el suelo mi descenso continuó, llevo ya una eternidad cayendo. Cayendo y ardiendo.


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15.- Abecé

Se acercó un desconocido y me insultó llamándome comunista. Nos entró la risa en medio de la mani del 8M y, aunque en mi caso había acertado, estaba claro que aquel hombre tenía un buen jaleo mental. Al disolverse la manifestación me topé de nuevo con él por mi barrio y decidí seguirle discretamente para devolverle algunos de sus improperios.  Antes de que entrase en un portal le grité desde el otro lado de la calle ¡comunista!¡cornudo!¡polla vieja! Bien alto, para que me oyeran los vecinos. Desconcertado se giró y me encontró con mi camiseta morada. Alcahueta. Botarate. Calamidad….más de diez minutos estuvimos así, a gritos, para asombro de los paseantes…Zoquete, Zurraspa, Zurrona  y…nos miramos con aprobación.
Nos dimos la mano, confortados y complacidos por reconocer en el otro el mismo amor a la lengua. Al aflojar le espeté ¡zurumbo!, le hice una peineta y me largué.


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16.- Bolsillos rotos

Se acercó un desconocido y me insultó, me decía que había oído hablar de mí (el "Paisano Andador" me llamaban en la comarca). Corría la leyenda que cuando alguien me veía andar por los páramos de los alrededores de su pueblo, al cabo de un tiempo , empezaban a crecer cosas distintas, pequeños árboles, setas, matorral bajo y que llovía con más asiduidad, cosa que no iban a permitir en su pueblo.

Me siguió por el camino del paseo, insultando y preguntándome ¿dónde llevaba las semillas?, increpándome que si era uno de esos del cambio climático,  me preguntaba si sabía que los beneficios que hubiera no serían para mi, que si la tierra era del pueblo.
Yo seguía caminando en silencio con las manos en los bolsillos.


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17.- Karaoke

Se acercó un desconocido y me insultó.


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18.- Cortesía indeseada

Se acercó un desconocido y me insultó. Palabras inquisitivas con la única intención de resquebrajar la burbuja de mi mundo. “Buenos días, ¿qué tal te encuentras?” osó decir, con cierta cortesía, pero fue una pregunta que resonó como un ataque a mi sacra soledad.

¡Qué ultraje, qué atrevimiento! La sociedad contemporánea se siente como un aviso de allanamiento.

Hice caso omiso al intruso y seguí mi camino, a punto de romper a llorar. Sus palabras abrieron una grieta en mi coraza. Me recordaron que soy sensible ante mi propia condición de aislamiento.

¡Qué gallardía, que osadía! Su agravio perforó en mí como una bomba de relojería.


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Pasen y voten.

Semana de cagarse en alguien. Maravillosa frase.

Por fiiiiiiiiiiiiiiiiin cabeceras actualizadas!!!

Reglas:

Accesorios varios:

CLASIFICACIÓN IX EDICIÓN:

buenos días

¿hay frase?

ohhh

Aprovecho para daros la opción de que quién se acerque sea una desconocida, que la cosa puede llevar por otros derroteros.

¿Acabamos de arrancar y ya en segunda página?

¡Con qué ímpetu habéis cogido la ronda!

Zzzz escribió:

Un punto M para que desconocido que se lleve una hostia por insultar.
m

FdC

Se acercó un desconocido y me insultó un viejo con un cuchillo clavado en la espalda: "Es usted un canalla"

m señor escribió:

Zzzz escribió:

Un punto M para que desconocido que se lleve una hostia por insultar.
m

Venga va. Punto extra m oficializado.

Zzzz escribió:

m señor escribió:

Zzzz escribió:

Un punto M para que desconocido que se lleve una hostia por insultar.
m

Venga va. Punto extra m oficializado.

¿Uno oficial y otro de mis unos?
....madre que derroche.
Yo solo podre dar a los dos primeros....claro.
m

Vaya panda de vagos que estáis hecho. Y no es insulto, es descripción.

Otra vez en segunda página. Aquí nadie dice está boca es mía.

Ecooooooo, ecooooooo.

Me estáis haciendo luz de gas.

Zzzz escribió:Otra vez en segunda página. Aquí nadie dice está boca es mía.

Ecooooooo, ecooooooo.

Me estáis haciendo luz de gas.

Pon fotos de Palencia o algo. Bueno, no. Cosas de Toledo. Bandas de música toledanas... Los Sunday Drivers eran de allí, no?

Nomeko7 escribió:

Zzzz escribió:Otra vez en segunda página. Aquí nadie dice está boca es mía.

Ecooooooo, ecooooooo.

Me estáis haciendo luz de gas.

Pon fotos de Palencia o algo. Bueno, no. Cosas de Toledo. Bandas de música toledanas... Los Sunday Drivers eran de allí, no?

Menos mal que todavía existe la fraternidad manchega. Los Sunday eran toledanos, muy buenos y amiguetes. Una pena la lucha de egos que los separó. Julián Maheso sigue en solitario haciendo muy buena música.



Y con las bandas de música toledana ya hemos acabado, a menos que ya empecemos a poner cosas así.

A ver si Toro se encuentra a algún famoso y nos manda una foto con Goofy o Chip y Chop.

Qué hijo de puta el desconocido.

"te ofrezco un a modo de repertorio de
nuevos insultos que se me han ido ocurriendo a lo largo de estos enrevesados
tiempos, para incrementar el acervo insultal colectivo..."

PUTILIENDRE
JILIPOLLESCENTE
ENMERDECEDOR
INFLAESCROTOS
CHAMULLORREADOR
JILIMUERMO
CONSEJERO DELEGADO
PLASTEANTE
TERTULIANO
POLIPUTO
PROGRAMADOR DE TV

(Del Prefacio de Forges a "El gran libro de los insultos" de Pancracio Celdrán Gomariz)

Felix the cat escribió:
JILIPOLLESCENTE

Por qué con jota?

Si escribes gilipollas con jota el insulto se te vuelve en contra, no?

Zzzz escribió:A ver si Toro se encuentra a algún famoso y nos manda una foto con Goofy o Chip y Chop.

Yo hice hora y media de cola por Spiderman.

¡Pero el de verdad!

No están mal esos insultos, Felix, pero soy un clásico. Me gustaría más que me llamasen cernícalo o botarate.

salakov escribió:

Zzzz escribió:A ver si Toro se encuentra a algún famoso y nos manda una foto con Goofy o Chip y Chop.

Yo hice hora y media de cola por Spiderman.

¡Pero el de verdad!

Spiderman murió cuando yo era niño disparado por un cañón de circo. Bueno, creo que era un muñeco. Y bueno, no estoy del todo seguro de que fuese el de verdad, estaba gordo como un tocino el hijoputa. ¿Nadie ha puesto una hoja de reclamación a un circo por publicidad engañosa?

El peor insulto es “payaso”. Recuerdo escribir aquí sobre ello.

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11.- Exégesis del payaso (breve tratado de psicolingüística interconductista)


La violencia siempre es la respuesta. Sobe todo si te llaman payaso.
¿Quieres asegurar una pelea? No llames cabrón al contrario, ni hijodeputa; llámale payaso. Llamar payaso a alguien es lo más humillante del mundo: nadie quiere tener que ver con esas narizotas hinchadas, con ese maquillaje facial, con esos ojos redondeados, con esa estupidez estudiada. ¿Mamón? ¿Capullo? ¿Bastardo malnacido? Apelativos huecos, inermes, como si te llaman mercachifle. Pero payaso, ay, ¡payaso es lo peor! Payaso ultraja hasta el tuétano, rebaja la masculinidad hasta una femineidad sarasa, obliga a contrarrestar la ofensa a hostias. ¿Payaso? ¿Payaso yo? Mecagontuputamadre, payaso yo, pimpam, tú sí que eres un payaso, ¡payaso!
A nadie gusta que le llamen payaso: el Dalai Lama abofetearía a quien le llamara payaso, Emilio Aragón zurraría a quien se lo recordase.
Así las cosas, recomendamos payaso a quienes quieran asegurar una pelea. Como segunda opción, baboso también funciona bien.

Muy bueno. Payaso es muy de broncas de discoteca, pero tiene alguna acepción positiva. A alguien le podrías decir que no haga el payaso riéndote por alguna gracia. Lo mismo pasa con hijoputa, gilipollas o cabrón. Baboso no tiene ninguna, al igual que imbécil. No hay connotación positiva alguna en imbécil. Es canónico, contundente y esclarecedor. Me quedo con imbécil.

Y mientras tanto, tengo el gusto de publicar el primero de los grandes relatos que nos esperan esta semana.

1.- Historias de Å

Se acercó un desconocido y me insultó. Después se percató de que había equivocado su objetivo.

¡Disculpe usted! —pronunció, no sin cierta vergüenza.

Continué mi paseo por la gran avenida hasta que divisé un precioso bar en la esquina de Betún con Mausoleo.

Entré y pedí un refresco. Las burbujas explotaban en mi interior como placenteros espasmos que se pierden irremediablemente.

A los pocos segundos, se me acercó una desconocida de pelo grisáceo y mirada cansada y, observándome con atención, bramó:

- ¡Canalla!

Bebí despacio lo que quedaba de mi refresco y salí a la calle.

Seguía sin entender demasiado.

En la acera una alcantarilla sin tapa me daba la bienvenida. Me sumergí en las entrañas de la ciudad y paseé durante un rato sintiéndome un majestuoso miserable.

Hasta que me encontré con una hermosa y pestilente rata que, sin dudarlo, me chilló:

- ¡Escuincle!

Tuve que abrazarla.

Å

Hay que decirlo más

Presencié en directo como el portero del Gruta77 de Madrid llamó "pintamonas" al amigo Willy Toledo en una acalorada y divertida discusión fruto de pillarle mientras se azufraba en los baños del bar.

Grandioso.

CocH. escribió:Presencié en directo como el portero del Gruta77 de Madrid llamó "pintamonas" al amigo Willy Toledo en una acalorada y divertida discusión fruto de pillarle mientras se azufraba en los baños del bar.

Grandioso.

Esas escenas son maravillosas. Creo que ya lo conté alguna vez, pero en una época de mi vida que quedaba a jugar al billar (Salakov los conoce) con un amigo, veía a Coque Malla. Jugaba con unos filipinos que le sacaban todo el dinero. Un poco de conversación, un poco de whiskey…

Arriba esos insultos.

Pazguato siempre me gustó mucho

Esmeralda escribió:Pazguato siempre me gustó mucho

No lo consideraría insulto como otros... es como un mini pendejito... inofensivo

Botarate.

Soplagaitas

Peinabombillas

Pinchauvas

Jalipollas está muy bien también.

En Asturias el insulto top ye babayu.

Eduardo Montenegro escribió:En Asturias el insulto top ye babayu.

Maizón
Centollón
Boroñón

Sinónimos

Esmeralda escribió:

Eduardo Montenegro escribió:En Asturias el insulto top ye babayu.

Maizón
Centollón
Boroñón

Sinónimos

¿Eso que es, como cenutrio?

Rodabayu.

Zzzz escribió:

Esmeralda escribió:

Eduardo Montenegro escribió:En Asturias el insulto top ye babayu.

Maizón
Centollón
Boroñón

Sinónimos

¿Eso que es, como cenutrio?

Algo así, aunque tiene más parecido con fanfarrón, bocachancla, cuñado...

En mi terriña tiene bastante recorrido el uso de gelipollas. Es solo una vocal, pero la diferencia sonora y la agresividad que confiere es sustancial. O a mí me lo parece.

Zzzz escribió:

Esmeralda escribió:

Eduardo Montenegro escribió:En Asturias el insulto top ye babayu.

Maizón
Centollón
Boroñón

Sinónimos

¿Eso que es, como cenutrio?

Es un cenutrio grande, gordo y lento

Decir gelipollas es de gilipollas.

Y gilipuertas, ídem.

salakov escribió:Decir gelipollas es de gilipollas.

Lo que tú digas, meu rei.