POESIA
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Joseba
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Re: POESIA
El suicida
No quedará en la noche una estrella.
No quedará la noche.
Moriré y conmigo la suma
del intolerable universo.
Borraré las pirámides, las medallas,
los continentes y las caras.
Borraré la acumulación del pasado.
Haré polvo la historia, polvo el polvo.
Estoy mirando el último poniente.
Oigo el último pájaro.
Lego la nada a nadie.
—Borges—
No quedará en la noche una estrella.
No quedará la noche.
Moriré y conmigo la suma
del intolerable universo.
Borraré las pirámides, las medallas,
los continentes y las caras.
Borraré la acumulación del pasado.
Haré polvo la historia, polvo el polvo.
Estoy mirando el último poniente.
Oigo el último pájaro.
Lego la nada a nadie.
—Borges—
Perseide- Mensajes : 13596
Fecha de inscripción : 20/11/2015
Re: POESIA
salakov escribió:Muy bonitos tus haikus, Joseba.
No es mi estilo favorito el haiku, pero reconozco que los tuyos son evocadores.
Gracias.
Joseba- Mensajes : 71963
Fecha de inscripción : 02/09/2008
Re: POESIA
Resumen
No existe libertad que no conozca,
ni humillación o miedo
a los que no me haya doblegado.
Por eso sé de amor,
por eso no medito el cuerpo que te doy,
por eso cuido tanto las cosas que te digo.
—Luis García Montero—
No existe libertad que no conozca,
ni humillación o miedo
a los que no me haya doblegado.
Por eso sé de amor,
por eso no medito el cuerpo que te doy,
por eso cuido tanto las cosas que te digo.
—Luis García Montero—
salakov- Mensajes : 52122
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: POESIA
Despedida
Yo me voy porque en los "subways" no crecen los bejucos;
porque ya no huele el aire prisionero de las calles
a azafrán, ni a tomillo, ni a hembra en primavera.
Me voy porque a los parques les pusieron mordazas.
Me voy porque aquí ya no se puede reír a carcajadas;
porque los crepúsculos se compran enlatados;
porque agonizaron, inermes, los últimos rebeldes.
Me voy porque hasta los besos se encuentran censurados.
Me voy porque ya ordenaron investigar a la alegría;
porque a los niños les raptaron sus hadas;
porque a los libros los encerraron en la cárcel.
Me voy porque a la muerte la están vendiendo en cápsulas.
Me voy porque a las mujeres les rondaron el sexo;
porque al alcohol le editaron sus sueños;
porque en lugar de saúcos se cultivan barrotes.
Porque soltaron, todos, los diques del pavor.
Me voy porque en las calles tan sólo ríe el miedo.
—Luis Zalamea—
salakov- Mensajes : 52122
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: POESIA
A mi bella enemiga
No seas vanidosa amor mío
porque para serte franco
tu belleza no es del otro mundo
Pero tampoco es de este.
—Oscar Hahn—
salakov- Mensajes : 52122
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: POESIA
Vi mi vida extendiendo sus ramas frente a mí como la higuera verde del cuento.
De la punta de cada rama, como si de un grueso higo morado se tratara,
pendía un maravilloso futuro, señalado y rutilante.
Un higo era un marido y un hogar feliz e hijos,
y otro higo era ser una poetisa famosa,
y otro higo era ser una brillante profesora,
y otro higo era Ee Gee, la extraordinaria editora,
y otro higo era Europa y África y Sudamérica,
y otro higo era Constantino y Sócrates y Atila y un montón de otros amantes con nombres raros y profesiones poco usuales,
y otro higo era una campeona de equipo olímpico de atletismo,
y más allá y por encima de aquellos higos había muchos más higos que no podía identificar claramente.
Me vi a mí misma sentada en la bifurcación de esa higuera,
muriéndome de hambre sólo porque no podía decidir cuál de los higos escoger.
Quería todos y cada uno de ellos, pero elegir uno significaba perder el resto,
y, mientras yo estaba allí sentada, incapaz de decidirme,
los higos empezaron a arrugarse y a tornarse negros
y, uno por uno, cayeron al suelo, a mis pies.
—Sylvia Plath, La campana de cristal—
De la punta de cada rama, como si de un grueso higo morado se tratara,
pendía un maravilloso futuro, señalado y rutilante.
Un higo era un marido y un hogar feliz e hijos,
y otro higo era ser una poetisa famosa,
y otro higo era ser una brillante profesora,
y otro higo era Ee Gee, la extraordinaria editora,
y otro higo era Europa y África y Sudamérica,
y otro higo era Constantino y Sócrates y Atila y un montón de otros amantes con nombres raros y profesiones poco usuales,
y otro higo era una campeona de equipo olímpico de atletismo,
y más allá y por encima de aquellos higos había muchos más higos que no podía identificar claramente.
Me vi a mí misma sentada en la bifurcación de esa higuera,
muriéndome de hambre sólo porque no podía decidir cuál de los higos escoger.
Quería todos y cada uno de ellos, pero elegir uno significaba perder el resto,
y, mientras yo estaba allí sentada, incapaz de decidirme,
los higos empezaron a arrugarse y a tornarse negros
y, uno por uno, cayeron al suelo, a mis pies.
—Sylvia Plath, La campana de cristal—
salakov- Mensajes : 52122
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: POESIA
El colchón
Ninguno de los dos dijo nada
tras bajar la cama plegable
que estaba empotrada en el armario.
Habían pasado ya varios días pero
el olor aún era extraño: una mezcla
de muerte y desinfectante.
Nos quedamos mirando un rato
la mancha de sangre que había tomado
un untuoso color parduzco. Luego
alguno habló primero y lo sacamos
de allí como pudimos, la puerta parecía
demasiado estrecha, y nosotros
íbamos muy rígidos para no tener
que mirar la mancha desde tan cerca,
ojos y nariz casi tocando la espuma.
Mientras bajábamos las escaleras bromeé
con mi hermano pero los dos sabíamos
que aquel era un trabajo sucio.
Una vez en la calle lo dejamos apoyado
contra el contenedor de basura de enfrente,
asegurándonos de que no quedaba
a la vista la mancha de sangre.
Después nos dimos media vuelta
para no volver a verlo jamás, acaso
alguna vez desde el recuerdo.
Nos sacudimos las manos y aquel día
ya no volvimos a pensar en ese colchón
sobre el que mi padre había partido
hacia el más insólito lugar de todos.
—Nacho Vegas—
salakov- Mensajes : 52122
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: POESIA
Probablemente, uno de los mejores y más concisos poemas de amor jamás escritos.
Dedicatoria
Si alguna vez la vida te maltrata,
acuérdate de mí,
que no puede cansarse de esperar
aquel que no se cansa de mirarte.
—Luis García Montero—
Dedicatoria
Si alguna vez la vida te maltrata,
acuérdate de mí,
que no puede cansarse de esperar
aquel que no se cansa de mirarte.
—Luis García Montero—
Perseide- Mensajes : 13596
Fecha de inscripción : 20/11/2015
Re: POESIA
Perseide escribió:Probablemente, uno de los mejores y más concisos poemas de amor jamás escritos.
Dedicatoria
Si alguna vez la vida te maltrata,
acuérdate de mí,
que no puede cansarse de esperar
aquel que no se cansa de mirarte.
—Luis García Montero—
Bonito, pero falso. Todo el mundo se cansa de esperar, incluso Luis García Montero.
Yo lo sé. Giovanni Drogo lo sabía. Oliverio Girondo lo sabía...
_____________________________________________________________
Espera
Esperaba,
esperaba
y todavía
y siempre
esperando,
esperando
con todas las arterias,
con el sacro,
el cansancio,
la esperanza,
la médula;
distendido,
exaltado,
apurando la espera,
por vocación,
por vicio,
sin desmayo,
ni tregua.
¿Para qué extenuarme en alumbrar recuerdos
que son pura ceniza?
Por muy lejos que mire:
la espera ya es conmigo,
y yo estoy con la espera...
escuchando sus ecos,
asomado al paisaje de sus falsas ventanas,
descendiendo sus huecas escaleras de herrumbre,
ante sus chimeneas,
sus muros desolados,
sus rítmicas goteras,
esperando,
esperando,
entregado a esa espera
interminable,
absurda,
voraz,
desesperada.
Sólo yo...
¡Sí!
Yo sólo
sé hasta dónde he esperado,
qué ráfagas de espera arrasaron mis nervios;
con qué ardor,
y qué fiebre
esperé
esperaba,
cada vez con más ansias
de esperar y de espera.
¡Ah! el hartazgo y el hambre de seguir esperando,
de no apartar un gesto de esa espera insaciable,
de vivirla en mis venas,
y respirar en ella la realidad,
el sueño,
el olvido,
el recuerdo;
sin importarme nada,
no saber qué esperaba:
¡siempre haberlo ignorado!;
cada vez más resuelto a prolongar la espera,
y a esperar,
y esperar,
y seguir esperando
con tal de no acercarme
a la aridez inerte,
a la desesperanza
de no esperar ya nada;
de no poder, siquiera,
continuar esperando.
—Oliverio Girondo—
salakov- Mensajes : 52122
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: POESIA
A favor de las mujeres tontas
las cabezahuecas, las sinseso, las rubias tontas: las adolescentes obstinadas que son demasiado bobas para hacer caso de sus madres:
todas aquellas que tienen la cabeza llena de pájaros,
todas las camareras exuberantes que nos desean un buen día y nos dan mal el cambio mientras se inspeccionan el peinado en el espejo,
todas las que ponen a secar al caniche recién lavado en el microondas,
todas aquellas cuyos novios les dicen que el chicle de clorofila es un anticonceptivo, y que se lo creen;
todas las que se muerden las uñas porque no saben si mear o salir del tiesto,
todas las que no se atreven a pronunciar la palabra “mear”,
todas las que se ríen de buena gana con chistes tontos como éste, aunque no entiendan su significado.
«No viven en el mundo real», nos repetimos afectuosamente: pero ¿qué clase de crítica es ésa?
Si consiguen no vivir en él, mejor para ellas. Nosotros también lo preferiríamos.
Y de hecho no viven en él, porque esas mujeres son pura ficción: una ficción normalmente compuesta por otros, pero a veces incluso por ellas mismas, aunque ni siquiera las mujeres tontas
son tan tontas como fingen ser: fingen por amor.
Los hombres las aman porque hacen que incluso los tontos se sientan listos: las mujeres, por la misma razón,
y porque les recuerdan todas las bobadas que han cometido ellas mismas,
pero sobre todo porque sin ellas no habría historias.
¡No habría historias! ¡No habría historias! ¡Imaginad un mundo sin historias!
Pues eso es exactamente lo que tendríais si todas las mujeres fueran listas.
Las Vírgenes Sabias mantienen los candiles preparados y llenos de aceite, y el novio llega, como es debido, y llama a la puerta principal a la hora de cenar;
ni ruido, ni nueces, ni tampoco historia.
¿Qué puede decirse de las Vírgenes Sabias, esos dechados de sosería?
Se muerden la lengua, piensan lo que van a decir, se cosen su ropa,
alcanzan un gran reconocimiento profesional, lo hacen todo bien y sin esfuerzo.
En cierto sentido son insoportables: no tienen vicios narrativos:
sus sabias sonrisas destilan demasiado conocimiento, saben demasiadas cosas de nosotros y nuestras tonterías.
Sospechamos que albergan un corazón mezquino.
Son demasiado listas, no para su propio bien sino para el nuestro.
Las Vírgenes Bobas, por otro lado, dejan que se les apaguen los candiles:
y cuando el novio aparece y llama al timbre,
ellas están dormidas en la cama, y él tiene que entrar por la ventana;
y la gente grita y tropieza, y las identidades se confunden,
y se dan escenas de persecución, de destrozos, y mucho bullicio satisfactorio:
nada de esto sucedería si a estas chicas no les faltara un hervor.
¡Ah, la Eterna Mujer Tonta! Cómo disfrutamos oyendo hablar de ella:
cuando escucha los falsos cuentos de la plausible serpiente,
y acaba mordiendo una muestra gratuita de la manzana del Árbol del Conocimiento,
ocasionando así el nacimiento de la Teología;
o cuando abre la engañosa caja que contiene todos los males del mundo,
pero es lo bastante imbécil para creer que la Esperanza será una especie de alivio.
Habla con los lobos, sin saber de qué clase de bestias se trata:
«¿Dónde has estado toda mi vida?», preguntan ellos.
«¿Dónde he estado toda mi vida?», replica ella.
¡Lo sabemos! ¡Lo sabemos! ¡Y reconocemos la esencia del lobo cuando la vemos!
«Cuidado », le gritamos en silencio, pensando en todas las reacciones inteligentes que tendríamos si estuviéramos en su lugar.
Pero, atrapada en las páginas blancas, ella no nos oye,
y sigue brincando, y gorjeando, y avanzando inocentemente hacia su destino.
(¡La inocencia! Tal vez ésa sea la clave de la estupidez, nos decimos para nuestros adentros, convencidos de que la perdimos hace ya mucho tiempo.)
Si ella consigue escapar, es gracias a la suerte o al héroe de turno:
esta chica no encontraría la salida ni de una bolsa de plástico.
A veces es de una valentía estúpida; por otro lado,
también puede mostrarse temerosa, pero igualmente imbécil.
Padres incestuosos la persiguen por los conventos en ruinas,
a los que ha sido atraída mediante ardides que no engañarían ni a un cervatillo.
Los ratones la hacen gritar: siente escalofríos y le castañetean los dientes al enfrentarse a las amenazas del mundo.
corre —pero correr implica a las piernas, es un movimiento carente de gracia—, así que, mejor dicho, huye.
Huye despavorida, tomando el camino equivocado en cada recodo,
su pañuelo de seda blanco destaca en la oscuridad, y huimos con ella.
Huérfana y criada por tías mezquinas, elige mal a la hora de contraer matrimonio,
y se ve obligada a esquivar cuerdas, cuchillos, perros enloquecidos, maceteros de piedra que caen de los balcones,
dirigidos contra su cabeza por maridos zalameros y malvados que buscan su dinero y su sangre.
No sintáis lástima por ellas cuando las veáis indefensas, retorciéndose las manos:
el miedo es su armadura.
¡Asumámoslo, ella es nuestra inspiración! ¡La Musa de peluche!
¡Y también es fuente de inspiración para los hombres! ¿Por qué, si no, existen las sagas de héroes,
de divinos poderes, capaces de obras sobrenaturales,
si no es para ser admiradas por mujeres consideradas lo bastante tontas para creérselas?
¿De dónde proceden quinientos años de versos de amor,
sin mencionar esas patéticas y lastimeras baladas que son todo gemidos y escalofríos musicales?
¡Dirigidas a mujeres que son lo bastante tontas para encontrarlas seductoras!
Cuando una mujer encantadora se inclina hasta perder la razón,
haciendo gala de buenas intenciones, de sus ganas de complacer,
y se aprovecha de ella alguien, normalmente famoso, ya sea tonto o inteligente,
ella cae en sus redes, como en las novelas clásicas,
y consigue abrirse paso hacia los titulares, perpleja y llorosa,
y de allí va directa a nuestros corazones.
«¡Te perdonamos!», gritamos. «¡Lo comprendemos! ¡Sigue así un poco más! »
Hypocrite Lecteuse! Ma semblable! Ma soeur!
Rompamos una lanza a favor de las mujeres tontas,
que nos han dado la Literatura.
—Margaret Atwood—
salakov- Mensajes : 52122
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: POESIA
Conversación con una piedra
Llamo a la puerta de una piedra.
—Soy yo, déjame entrar.
Quiero penetrar en tu interior,
echar un vistazo,
respirarte.
—Vete —dice la piedra—.
Estoy herméticamente cerrada.
Incluso hecha añicos,
sería añicos cerrados.
Incluso hecha polvo,
sería polvo cerrado.
Llamo a la puerta de una piedra.
—Soy yo, déjame entrar.
Vengo por mera curiosidad.
Sólo la vida permite satisfacerla.
Quisiera pasearme por tu palacio,
y luego visitar una hoja y una gota de agua.
No me queda mucho tiempo.
Mi mortalidad debería ablandarte.
—Soy de piedra —dice la piedra—,
imposible perturbar mi seriedad.
Vete,
no tengo músculos risorios.
Llamo a la puerta de una piedra.
—Soy yo, déjame entrar.
Me han dicho que encierras salas enormes y vacías,
nunca vistas y bellas en vano,
mudas, donde nunca han retumbado los pasos de nadie.
Confiésalo: ni tú misma lo sabías.
—Salas enormes y vacías —dice la piedra—.
Pero no hay espacio disponible.
Bellas, quizá, pero no para el gusto
de tus limitados sentidos.
Puedes verme pero nunca catarme.
Mi superficie te da la cara,
pero mi interior te vuelve la espalda.
Llamo a la puerta de una piedra.
—Soy yo, déjame entrar.
En ti no busco refugio para la eternidad.
No soy desdichado.
Ni carezco de techo.
Mi mundo merece el regreso.
Quiero entrar y salir con las manos vacías.
La prueba de haber estado en ti
se limitará a mis palabras
en las que nadie creerá.
—No entrarás —dice la piedra—.
Te falta el sentido de la participación.
Y no existe otro sentido que pueda sustituirlo.
Incluso la vista omnividente
te resultará inútil si eres incapaz de participar.
No entrarás; ese sentido, en ti, es sólo deseo,
mero intento, vaga fantasía.
Llamo a la puerta de una piedra.
—Soy yo, déjame entrar.
No puedo esperar mil siglos
para entrar en tus paredes.
—Si no crees en mis palabras —dice la piedra—,
acude a la hoja, que te dirá lo mismo que yo,
o a la gota de agua, que te dirá lo mismo que la hoja.
Pregunta también a un cabello de tu cabeza.
Estoy a punto de reír a carcajadas,
de reír como mi naturaleza me impide reír.
Llamo a la puerta de una piedra.
—Soy yo, déjame entrar.
—No tengo puerta —dice la piedra.
—Wislawa Szymborska—
salakov- Mensajes : 52122
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: POESIA
Verdad
una de las mejores líneas de Lorca
es,
“agonía, siempre
agonía…”
piensa en esto cuando
mates una
cucaracha o
recojas un hoja para
afeitarte
despertando en la mañana
para
enfrentar el
Sol.
—Charles Bukowski—
salakov- Mensajes : 52122
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: POESIA
Oasis en el instante
Si venís a buscarme
estaré más allá de la tierranada.
Más allá de la tierranada hay un lugar.
Más allá de la tierranada las venas del aire
están llenas de vilanos mensajeros que nos traen noticias
de una flor recién abierta en el arbusto del extremo confín de la tierra.
En la arena hay dibujos de cascos de caballos,
de sutiles jinetes que al alba se dirigieron hacia
las alturas ebrias de la asunción de la amapola.
Más allá de esa tierranada, el guardasol del deseo permanece abierto:
Y cuando la brisa de la sed corre por el fondo de una hoja
se oyen las campanas de la lluvia.
Aquí el hombre está solo
y en su soledad
la sombra de un olmo se extiende hasta la eternidad.
Si venís a buscarme,
venid, pues, lenta y suavemente
para que no se raye
la porcelana de mi soledad.
—Sohrab Sepehrí—
salakov- Mensajes : 52122
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: POESIA
El séptimo
Si a este mundo te lanzas
mejor que nazcas siete veces.
La primera en una casa en llamas,
otra en una helada inundación,
otra en un manicomio desquiciado,
otra en un campo de trigo maduro,
otra en un claustro vacío,
y otra en un chiquero entre puercos.
Seis bebés berreantes no bastan:
tú mismo debes ser el séptimo.
Cuando debas luchar por sobrevivir
deja que tu enemigo vea siete.
Uno que no trabaja en domingo,
otro que comienza su labor en lunes,
otro que enseña sin que le paguen,
otro que aprendió a nadar ahogándose,
otro que es semilla del bosque
y otro por antepasados salvajes protegidos.
Pero todas sus tretas no bastan:
tú mismo debes ser el séptimo.
Si quieres encontrar mujer
deja que siete hombres la busquen.
Uno que dé su corazón por las palabras,
otro que se ocupe de sí mismo,
otro que diga ser soñador,
otro que pueda sentarla bajo la falda,
otro que sepa de chasquidos y señuelos,
otro que se enreda en su chalina,
deja que la rodeen como moscas:
tú mismo debes ser el séptimo.
Si escribes y te alcanza para hacerlo
deja que siete hombres escriban tu poema.
Uno que levanta pueblos de mármol,
otro nacido en un sueño,
otro que traza el cielo y lo conoce,
otro a quien las palabras llaman por su nombre.
otro que perfeccionó su alma,
otro que disecciona ratas vivas.
Dos son valientes, cuatro son sabios:
tú mismo debes ser el séptimo.
Y si todo ocurre según lo escrito
morirás por siete hombres.
Uno al que mecen y amamantan,
otro prendido a pechos jóvenes y firmes,
otro que arroja platos vacíos,
otro que ayuda a los pobres a vencer,
otro que trabaja hasta quebrarse,
otro embelesado por la luna.
El mundo será tu lápida:
tú mismo debes ser el séptimo.
—Attila Joszef—
salakov- Mensajes : 52122
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: POESIA
La prosa poética de Guy Debord en Panegírico :
Texto completo en inglés : http://debordiana.chez.com/english/panegyric.htm#I
No trabajéis nunca (1953)
- Spoiler:
So what did I do during that time? I did not try too hard to avoid dangerous encounters; and it is even possible that I cold-bloodedly sought some of them out.
In Italy I was certainly not well thought of by everyone, but I had the good fortune to meet the “sfacciate donne fiorentine” when I lived in Florence, in the Oltrarno district. There was that little Florentine who was so graceful. In the evenings she would cross the river to come to San Frediano. I fell in love very unexpectedly, perhaps because of her beautiful, bitter smile. I told her, in brief: “Do not stay silent, for I come before you as a stranger and a traveller. Grant me some refreshment before I go away and am here no more.” At that time Italy was once again losing its way: it was necessary to regain sufficient distance from its prisons, where those who stayed too long at the revels of Florence ended up.
The young Musset drew attention to himself long ago for his thoughtless question: “Have you seen in Barcelona, an Andalusian with sunburnt breasts?” Well, yes! I’ve had to say ever since 1980. I played my part — and perhaps my greatest part — in the follies of Spain. But it was in another country that that irremediable princess, with her wild beauty and her voice, appeared. “Mira como vengo yo” were the truthful words of the song she sang. That day, we didn’t continue to listen. I loved that Andalusian for a long time. How long? “A period in proportion to our vain and meagre span,” said Pascal.
I even stayed in an inaccessible house surrounded by woods, far from any village, in an extremely sterile, exhausted mountainous region, deep in a deserted Auvergne. I spent several winters there. Snow fell for days on end. The wind piled it up in drifts. Barriers kept it off the road. Despite the exterior walls, snow accumulated in the courtyard. Logs burned in the fireplace.
The house seemed to open directly on to the Milky Way. At night, the nearby stars would shine brilliantly one moment, and the next be extinguished by the passing mist. And so too our conversations and our celebrations, our meetings and our tenacious passions.
It was a land of storms. They would approach noiselessly at first, announced by the brief passage of a wind that slithered through the grass or by a series of sudden flashes on the horizon; then thunder and lightning were unleashed, and we were bombarded for a long while and from every direction, as if in a fortress under seige. Just once, at night, I saw lightning strike near me outside: you could not even see where it had struck; the whole landscape was equally illuminated for one startling instant. Nothing in art has seemed to give me this impression of an irrevocable brilliance, except for the prose that Lautréamont employed in the programmatic exposition that he called Poésies. But nothing else: neither Mallarmé’s blank page, nor Malevich’s white square on a white background, nor even Goya’s last pictures, where black takes over everything, like Saturn devouring his children.
Violent winds, which at any moment could rise from one of three directions, shook the trees. Those on the moors to the north, more dispersed, bent and shook like ships surprised at anchor in an unprotected harbour. The compactly grouped trees that guarded the hill in front of the house supported one another in their resistance, the first rank breaking the west wind’s relentless assault. Farther off, the line of the woods disposed in squares, over the whole half-circle of the hills, evoked the troops arranged in a chessboard pattern in certain eighteenth-century battle scenes. And those almost always vain charges sometimes made a breach, knocking down a rank. Piled-up clouds traversed the sky at a run. A sudden change of wind could also quickly send them into retreat, with other clouds launched in their pursuit.
On calm mornings, there were all the birds of the dawn and the perfect chill of the air, and that dazzling shade of tender green that came over the trees, in the tremulous light of the sun rising before them.
The weeks passed imperceptibly. One day the morning air announced the arrival of autumn. Another time, a great sweetness in the air, a sweetness you could taste, declared, like a quick promise always kept, “the spring breeze.”
In regard to someone who has been, as essentially and continuously as I, a man of streets and cities — one will thus appreciate the degree to which my preferences will not overly falsify my judgements — it should be pointed out that the charm and harmony of these few seasons of grandiose isolation did not escape me. It was a pleasing and impressive solitude. But in truth I was not alone: I was with Alice.
In the midwinter nights of 1988, in the square des Missions Étrangères, an owl would obstinately repeat his calls, fooled perhaps by the unseasonable weather. And this unusual run of encounters with the bird of Minerva, its air of surprise and indignation, did not in the least seem to constitute an allusion to the imprudent conduct or the various aberrations of my life. I have never understood in what way it could have been different, nor how it could have been justified.
Capítulo IV
Texto completo en inglés : http://debordiana.chez.com/english/panegyric.htm#I
No trabajéis nunca (1953)
Re: POESIA
https://www.facebook.com/LibreriaLaPuertadeTannhauserFrases/photos/a.204438989638169.50415.112471498834919/1386392301442826/?type=3&theater
—Luis Ramiro—
—Luis Ramiro—
salakov- Mensajes : 52122
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: POESIA
Water Street
El mundo nos resulta ajeno, inhóspito.
Debiera ser destruido por completo.
Construir un mundo nuevo sin sus ruinas.
Y estrenar una vida diferente.
Pero al pasar el tiempo el nuevo mundo
tampoco hallarán propio nuevos hombres.
También ellos querrán un mundo nuevo.
Mejor fuera destruirlo y no hacer otro.
—José María Fonollosa—
El mundo nos resulta ajeno, inhóspito.
Debiera ser destruido por completo.
Construir un mundo nuevo sin sus ruinas.
Y estrenar una vida diferente.
Pero al pasar el tiempo el nuevo mundo
tampoco hallarán propio nuevos hombres.
También ellos querrán un mundo nuevo.
Mejor fuera destruirlo y no hacer otro.
—José María Fonollosa—
salakov- Mensajes : 52122
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: POESIA
Esta vez
Estuviste dispuesta a ser herida.
estuviste tentada a descubrir tus espejos
y permitir la posesión de tu secreto.
Estuviste dispuesta a escuchar los presagios
y a departir con las suposiciones y el acaso.
A dar el salto mortal a través de otro espacio
dibujando espejismos en el círculo sellado del destino.
Estuviste propicia a la esperanza.
Estabas preparada.
Pero esta vez tampoco fue posible.
—María Clara González de Urbina—
Estuviste dispuesta a ser herida.
estuviste tentada a descubrir tus espejos
y permitir la posesión de tu secreto.
Estuviste dispuesta a escuchar los presagios
y a departir con las suposiciones y el acaso.
A dar el salto mortal a través de otro espacio
dibujando espejismos en el círculo sellado del destino.
Estuviste propicia a la esperanza.
Estabas preparada.
Pero esta vez tampoco fue posible.
—María Clara González de Urbina—
salakov- Mensajes : 52122
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: POESIA
Otros
No es que decir te quiero fuera algo extraordinario,
pero te dije te quiero
y tú, y esto sí fue más extraño y hermoso, me respondiste
yo también te quiero.
Y lo raro es que aquellos te quieros de entonces
se repiten todavía,
aunque no sea yo quien lo dice ahora, sino que es otro
el que te lo dice,
de manera que tú le respondes yo también te quiero.
No sé cómo sucede, pero
también yo se lo digo a otra persona, para que me diga
yo también te quiero.
¿No es acaso triste que no sea yo quien te dice te quiero,
que no seas ya tú quien me lo dice?
Es más, en la mayoría de los casos, no somos ni tú ni yo:
son otras las personas que se aman entre sí.
Como tú y yo nos amamos en un tiempo, cuando lo vivíamos
como si solo fuéramos nosotros,
dichosos recién llegados que repetíamos palabras antiguas
como otros muchos lo harán en el futuro.
—Joseba Sarrionandia—
Beste batzuk
Maite zaitut esatea ez dagauza handirik esatea,
baina maite zaitut esan nizun
eta zuk, eta hau misteriotsuagoa izan zen eta ederragoa,
nik ere maite zaitut erantzun zenidan.
Eta arraroena da orduko maite zaitut haiek
errepikatzen direla oraindik.
Baina gertatzen da ez naizela ni oraingoan, beste batek
esaten dizula maite zaitut,
eta zuk ere beste bati esaten diozula nik ere maite zaitut.
Eta ez dakit zelan, baina
Beste bati esaten diot nik ere, nik ere maite zaitut entzuteko,
errepikez harritu gabe.
Ez al da tristea ez izatea neu maite zaitut esaten dizuna,
ez izatea zeu maite zaitut esaten didana?
Are gehiago, gehienetan ez dugu ez zuk ez nik parterik, beste batzuek
maite dutelako batak bestea,
guk ere maite genuen moduan. Eta dena geurea bakarrik zelakoan
gu, gizajo heldu berriak,
antzinako berbak kopiatzen. Beste askok ere menderik mende
errepikatuko dituztenak etorkizunean.
—Joseba Sarrionandia—
No es que decir te quiero fuera algo extraordinario,
pero te dije te quiero
y tú, y esto sí fue más extraño y hermoso, me respondiste
yo también te quiero.
Y lo raro es que aquellos te quieros de entonces
se repiten todavía,
aunque no sea yo quien lo dice ahora, sino que es otro
el que te lo dice,
de manera que tú le respondes yo también te quiero.
No sé cómo sucede, pero
también yo se lo digo a otra persona, para que me diga
yo también te quiero.
¿No es acaso triste que no sea yo quien te dice te quiero,
que no seas ya tú quien me lo dice?
Es más, en la mayoría de los casos, no somos ni tú ni yo:
son otras las personas que se aman entre sí.
Como tú y yo nos amamos en un tiempo, cuando lo vivíamos
como si solo fuéramos nosotros,
dichosos recién llegados que repetíamos palabras antiguas
como otros muchos lo harán en el futuro.
—Joseba Sarrionandia—
Beste batzuk
Maite zaitut esatea ez dagauza handirik esatea,
baina maite zaitut esan nizun
eta zuk, eta hau misteriotsuagoa izan zen eta ederragoa,
nik ere maite zaitut erantzun zenidan.
Eta arraroena da orduko maite zaitut haiek
errepikatzen direla oraindik.
Baina gertatzen da ez naizela ni oraingoan, beste batek
esaten dizula maite zaitut,
eta zuk ere beste bati esaten diozula nik ere maite zaitut.
Eta ez dakit zelan, baina
Beste bati esaten diot nik ere, nik ere maite zaitut entzuteko,
errepikez harritu gabe.
Ez al da tristea ez izatea neu maite zaitut esaten dizuna,
ez izatea zeu maite zaitut esaten didana?
Are gehiago, gehienetan ez dugu ez zuk ez nik parterik, beste batzuek
maite dutelako batak bestea,
guk ere maite genuen moduan. Eta dena geurea bakarrik zelakoan
gu, gizajo heldu berriak,
antzinako berbak kopiatzen. Beste askok ere menderik mende
errepikatuko dituztenak etorkizunean.
—Joseba Sarrionandia—
salakov- Mensajes : 52122
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: POESIA
Víspera de quedarse
Todo está preparado: la maleta,
las camisas, los mapas, la fatua esperanza.
Me estoy quitando el polvo de los párpados.
Me he puesto en la solapa
la rosa de los vientos.
Todo está a punto: el mar, el aire, el atlas.
Sólo me falta el cuándo,
el adónde, un cuaderno de bitácora,
cartas de marear, vientos propicios,
valor y alguien que sepa
quererme como no me quiero yo.
El barco que no existe, la mirada,
los peligros, las manos del asombro,
el hilo umbilical del horizonte
que subraya estos versos suspensivos…
Todo está preparado: en serio, en vano.
—Juan Vicente Piqueras—
Todo está preparado: la maleta,
las camisas, los mapas, la fatua esperanza.
Me estoy quitando el polvo de los párpados.
Me he puesto en la solapa
la rosa de los vientos.
Todo está a punto: el mar, el aire, el atlas.
Sólo me falta el cuándo,
el adónde, un cuaderno de bitácora,
cartas de marear, vientos propicios,
valor y alguien que sepa
quererme como no me quiero yo.
El barco que no existe, la mirada,
los peligros, las manos del asombro,
el hilo umbilical del horizonte
que subraya estos versos suspensivos…
Todo está preparado: en serio, en vano.
—Juan Vicente Piqueras—
salakov- Mensajes : 52122
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: POESIA
Inquietud
¡No, no te acerques! Quiero desde lejos
quererte y desear tus dos ojos.
Porque la felicidad es bella sólo mientras se espera
mientras sólo un atisbo da.
¡No, no te acerques! Tienen más cariño
esta dulce inquietud, espera y miedo.
Todo es más lindo hasta donde uno lo busca,
y lo que conocemos sólo por intuición.
¡No, no te acerques! ¿A qué viene eso y para qué?
Tan sólo de lejos todo brilla como una estrella,
desde lejos solamente admiramos todo.
¡No, que no se me acerquen tus dos ojos!
—Desanka Maksimovic—
salakov- Mensajes : 52122
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: POESIA
Yo me voy a la izquierda
Yo me voy a la izquierda
Yo me voy a la izquierda
Ustedes se van a la m...
Yo me voy a la izquierda
Yo me voy a la izquierda
Ustedes se van a la m...
Rikileaks- Mensajes : 82718
Fecha de inscripción : 17/01/2012
Re: POESIA
Día de la seguridad en el trabajo
Hoy vale la pena advertir que no hay nada más inseguro que el trabajo.
Cada vez son más y más los trabajadores que despiertan, cada día, preguntando:
—¿Cuántos sobraremos? ¿Quién me comprará?
Muchos pierden el trabajo y muchos pierden, trabajando, la vida: cada quince segundos muere un obrero, asesinado por eso que llaman accidentes de trabajo.
La inseguridad pública es el tema preferido de los políticos que desatan la histeria colectiva para ganar elecciones. Peligro, peligro, proclaman: en cada esquina acecha un ladrón, un violador, un asesino. Pero esos políticos jamás denuncian que trabajar es peligroso,
y es peligroso cruzar la calle, porque cada veinticinco segundos muere un peatón, asesinado por eso que llaman accidente de tránsito;
y es peligroso comer, porque quien está a salvo del hambre puede sucumbir envenenado por la comida química;
y es peligroso respirar, porque en las ciudades el aire puro es, como el silencio, un artículo de lujo;
y también es peligroso nacer, porque cada tres segundos muere un niño que no ha llegado vivo a los cinco años de edad.
—Eduardo Galeano—
salakov- Mensajes : 52122
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: POESIA
Umbrío por la pena, casi bruno,
porque la pena tizna cuando estalla,
donde yo no me hallo no se halla
hombre más apenado que ninguno.
Sobre la pena duermo solo y uno,
pena es mi paz y pena mi batalla,
perro que ni me deja ni se calla,
siempre a su dueño fiel, pero importuno.
Cardos y penas llevo por corona,
cardos y penas siembran sus leopardos
y no me dejan bueno hueso alguno.
No podrá con la pena mi persona
rodeada de penas y cardos:
¡cuánto penar para morirse uno!
—Miguel Hernández—
salakov- Mensajes : 52122
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: POESIA
Odio
Me faltan algunos odios todavía.
Estoy seguro de que existen.
(Céline)
El odio son las cosas
que te gustaría hacer
con el locutor deportivo
de la radio del vecino
esos domingos por la tarde.
El odio son las cosas
que te gustaría hacer
con el macaco de uniforme
que sentencia -arma
al cinto- que el semáforo
no estaba en ámbar, sino en rojo.
El odio son las cosas
que te gustaría hacer
con el cívico paleto
vestido de payaso
que te dice
que no se permiten perros
en el parque.
El odio son las cosas
que te gustaría hacer
con la gente que choca contigo
por la calle
cuando vas cargado
con las bolsas de la compra
o un bidón de queroseno
para una estufa
que en cualquier caso
no funciona.
El odio son las cosas
que te gustaría hacer
con los automovilistas
cuando pisas un paso de peatones
y aceleran.
El odio son las cosas
que te gustaría hacer
con el neandertal en cuyas manos
alguien ha puesto
ese taladro de percusión.
El odio son las cosas
que te gustaría hacer
cuando le dejas un libro a alguien
y te lo devuelve en edición fascicular.
El odio es una edición crítica
de Góngora.
El odio son las campanas
de la iglesia
en mañanas de resaca.
El odio es la familia.
El odio es un cajero
que se niega a darte más billetes
por imposibilidad transitoria
de comunicación con la central.
El odio es una abogada
de oficio
aliándose con el representante
de la ley
a las ocho de la mañana
en una comisaría
mientras sufres un ataque
de hipotermia.
El odio es una úlcera
en un atasco.
El odio son las palomitas
en el cine.
El odio es un cenicero
atestado de cáscaras de pipa.
El odio es un teléfono.
El odio es preguntar por un teléfono
y que te digan que no hay.
El odio es una visita
no solicitada.
El odio es un flautista
aficionado.
El odio
en estado puro
es retroactivo
personal
e intransferible.
El odio es que un estúpido
no entienda
tu incomprensión,
tu estupidez.
El odio son las cosas
que te gustaría hacer
con este poema
si tu pluma
valiera
su pistola.
—Roger Wolfe—
salakov- Mensajes : 52122
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: POESIA
«Todos venimos de una simple eyaculación,
de un diminuto espermatozoide,
de un momento pasajero de ovulación.
Para disimular todo esto
nos creemos importantes y hasta poderosos.»
«Hay cien mil millones de estrellas en nuestra galaxia
(el sol es una de ellas), que a su vez forma parte de
un cúmulo de galaxias, y hay miles y miles de galaxias
con igual y mayor número de estrellas y cúmulos de
cúmulos de galaxias... (a propósito: ¿cómo andamos de
vanidad, compañero?)»
—Eduardo Mazo—
de un diminuto espermatozoide,
de un momento pasajero de ovulación.
Para disimular todo esto
nos creemos importantes y hasta poderosos.»
«Hay cien mil millones de estrellas en nuestra galaxia
(el sol es una de ellas), que a su vez forma parte de
un cúmulo de galaxias, y hay miles y miles de galaxias
con igual y mayor número de estrellas y cúmulos de
cúmulos de galaxias... (a propósito: ¿cómo andamos de
vanidad, compañero?)»
—Eduardo Mazo—
salakov- Mensajes : 52122
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: POESIA
Tabaquería
No soy nada.
Nunca seré nada.
No puedo querer ser nada.
Aparte de esto, tengo en mí todos los sueños del mundo.
Ventanas de mi cuarto,
de mi cuarto de uno de los millones de gente que nadie sabe quién es
(y si supiesen quién es, ¿qué sabrían?),
dais al misterio de una calle constantemente cruzada por la gente,
a una calle inaccesible a todos los pensamientos,
real, imposiblemente real, evidente, desconocidamente evidente,
con el misterio de las cosas por lo bajo de las piedras y los seres,
con la muerte poniendo humedad en las paredes y cabellos blancos en los hombres,
con el Destino conduciendo el carro de todo por la carretera de nada.
Hoy estoy vencido, como si supiera la verdad.
Hoy estoy lúcido, como si estuviese a punto de morirme
y no tuviese otra fraternidad con las cosas
que una despedida, volviéndose esta casa y este lado de la calle
la fila de vagones de un tren, y una partida pintada
desde dentro de mi cabeza,
y una sacudida de mis nervios y un crujir de huesos a la ida.
Hoy me siento perplejo, como quien ha pensado y opinado y olvidado.
Hoy estoy dividido entre la lealtad que le debo
a la tabaquería del otro lado de la calle, como cosa real por fuera,
y a la sensación de que todo es sueño, como cosa real por dentro.
He fracasado en todo.
Como no me hice ningún propósito, quizá todo no fuese nada.
El aprendizaje que me impartieron,
me apeé por la ventana de las traseras de la casa.
Me fui al campo con grandes proyectos.
Pero sólo encontré allí hierbas y árboles,
y cuando había gente era igual que la otra.
Me aparto de la ventana, me siento en una silla. ¿En qué voy a pensar?
¿Qué sé yo del que seré, yo que no sé lo que soy?
¿Ser lo que pienso? Pero ¡pienso ser tantas cosas!
¡Y hay tantos que piensan ser lo mismo que no puede haber tantos!
¿Un genio? En este momento
cien mil cerebros se juzgan en sueños genios como yo,
y la historia no distinguirá, ¿quién sabe?, ni a uno,
ni habrá sino estiércol de tantas conquistas futuras.
No, no creo en mí.
¡En todos los manicomios hay locos perdidos con tantas convicciones!
Yo, que no tengo ninguna convicción, ¿soy más convincente o menos convincente?
No, ni en mí...
¿En cuántas buhardillas y no buhardillas del mundo
no hay en estos momentos genios-para-sí-mismos soñando?
¿Cuántas aspiraciones altas y nobles y lúcidas
-sí, verdaderamente altas y nobles y lúcidas-,
y quién sabe si realizables, no verán nunca la luz del sol verdadero
ni encontrarán quien les preste oídos?
El mundo es para quien nace para conquistarlo
y no para quien sueña que puede conquistarlo, aunque tenga razón.
He soñado más que lo que hizo Napoleón.
He estrechado contra el pecho hipotético más humanidades que Cristo,
he pensado en secreto filosofías que ningún Kant ha escrito.
Pero soy, y quizá lo sea siempre, el de la buhardilla,
aunque no viva en ella;
seré siempre el que no ha nacido para eso;
seré siempre el que tenía condiciones;
seré siempre el que esperó que le abriesen la puerta al pie de una pared sin puerta
y cantó la canción del Infinito en un gallinero,
y oyó la voz de Dios en un pozo tapado.
¿Creer en mí? No, ni en nada.
Derrámame la naturaleza sobre mi cabeza ardiente
su sol, su lluvia, el viento que tropieza en mi cabello,
y lo demás que venga si viene, o tiene que venir, o que no venga.
Esclavos cardíacos de las estrellas,
conquistamos el mundo entero antes de levantarnos de la cama;
pero nos despertamos y es opaco,
nos levantamos y es ajeno,
salimos de casa y es la tierra entera,
y el sistema solar y la Vía Láctea y lo Indefinido.
(¡Come chocolatinas, pequeña,
come chocolatinas!
Mira que no hay más metafísica en el mundo que las chocolatinas,
mira que todas las religiones no enseñan más que la confitería.
¡Come, pequeña sucia, come!
¡Ojalá comiese yo chocolatinas con la misma verdad con que comes!
Pero yo pienso, y al quitarles la platilla, que es de papel de estaño,
lo tiro todo al suelo, lo mismo que he tirado la vida.)
Pero por lo menos queda de la amargura de lo que nunca seré
la caligrafía rápida de estos versos,
pórtico partido hacia lo Imposible.
Pero por lo menos me consagro a mí mismo un desprecio sin lágrimas,
noble, al menos, en el gesto amplio con que tiro
la ropa sucia que soy, sin un papel, para el transcurrir de las cosas,
y me quedo en casa sin camisa.
(Tú, que consuelas, que no existes y por eso consuelas,
o diosa griega, concebida como una estatua que estuviese viva,
o patricia romana, imposiblemente noble y nefasta,
o princesa de trovadores, gentilísima y disimulada,
o marquesa del siglo dieciocho, descotada y lejana,
o meretriz célebre de los tiempos de nuestros padres,
o no sé qué moderno -no me imagino bien qué-,
todo esto, sea lo que sea, lo que seas, ¡si puede inspirar, que inspire!
Mi corazón es un cubo vaciado.
Como invocan espíritus los que invocan espíritus, me invoco
a mí mismo y no encuentro nada.
Me acerco a la ventana y veo la calle con absoluta claridad,
veo las tiendas, veo las aceras, veo los coches que pasan,
veo a los entes vivos vestidos que se cruzan,
veo a los perros que también existen,
y todo esto me pesa como una condena al destierro,
y todo esto es extranjero, como todo.)
He vivido, estudiado, amado, y hasta creído,
y hoy no hay un mendigo al que no envidie sólo por no ser yo.
Miro los andrajos de cada uno y las llagas y la mentira,
y pienso: puede que nunca hayas vivido, ni estudiado, ni amado ni creído
(porque es posible crear la realidad de todo eso sin hacer nada de eso);
puede que hayas existido tan sólo, como un lagarto al que cortan el rabo
y que es un rabo, más acá del lagarto, removidamente.
He hecho de mí lo que no sabía,
y lo que podía hacer de mí no lo he hecho.
El disfraz que me puse estaba equivocado.
Me conocieron enseguida como quien no era y no lo desmentí, y me perdí.
Cuando quise quitarme el antifaz,
lo tenía pegado a la cara.
Cuando me lo quité y me miré en el espejo,
ya había envejecido.
Estaba borracho, no sabía llevar el dominó que no me había quitado.
Tiré el antifaz y me dormí en el vestuario
como un perro tolerado por la gerencia
por ser inofensivo
y voy a escribir esta historia para demostrar que soy sublime.
Esencia musical de mis versos inútiles,
ojalá pudiera encontrarme como algo que hubiese hecho,
y no me quedase siempre enfrente de la tabaquería de enfrente,
pisoteando la conciencia de estar existiendo
como una alfombra en la que tropieza un borracho
o una estera que robaron los gitanos y no valía nada.
Pero el propietario de la tabaquería ha asomado por la puerta y se ha quedado a la puerta.
Le miro con incomodidad en la cabeza apenas vuelta,
y con la incomodidad del alma que está comprendiendo mal.
Morirá él y moriré yo.
Él dejará la muestra y yo dejaré versos.
En determinado momento morirá también la muestra, y los versos también.
Después de ese momento, morirá la calle donde estuvo la muestra,
y la lengua en que fueron escritos los versos,
morirá después el planeta girador en que sucedió todo esto.
En otros satélites de otros sistemas cualesquiera algo así como gente
continuará haciendo cosas semejantes a versos y viviendo debajo de cosas semejantes a muestras,
siempre una cosa enfrente de la otra,
siempre una cosa tan inútil como la otra,
siempre lo imposible tan estúpido como lo real,
siempre el misterio del fondo tan verdadero como el sueño del misterio de la superficie,
siempre esto o siempre otra cosa o ni una cosa ni la otra.
Pero un hombre ha entrado en la tabaquería (¿a comprar tabaco?),
y la realidad plausible cae de repente encima de mí.
Me incorporo a medias con energía, convencido, humano,
y voy a tratar de escribir estos versos en los que digo lo contrario.
Enciendo un cigarrillo al pensar en escribirlos
y saboreo en el cigarrillo la liberación de todos los pensamientos.
Sigo al humo como a una ruta propia,
y disfruto, en un momento sensitivo y competente,
la liberación de todas las especulaciones
y la conciencia de que la metafísica es una consecuencia de encontrarse indispuesto.
Después me echo para atrás en la silla
y continúo fumando.
Mientras me lo conceda el destino seguiré fumando.
(Si me casase con la hija de mi lavandera
a lo mejor sería feliz.)
Visto lo cual, me levanto de la silla. Me voy a la ventana.
El hombre ha salido de la tabaquería (¿metiéndose el cambio en el bolsillo de los pantalones?).
Ah, le conozco: es el Esteves sin metafísica.
(El propietario de la tabaquería ha llegado a la puerta.)
Como por una inspiración divina, Esteves se ha vuelto y me ha visto.
Me ha dicho adiós con la mano, le he gritado ¡Adiós, Esteves! , y el Universo
se me reconstruye sin ideales ni esperanza, y el propietario de la tabaquería se ha sonreído.
—Fernando Pessoa—
salakov- Mensajes : 52122
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: POESIA
El amor, el amor
En un cine porno, unos jubilados cascados
contemplaban, escépticos,
los retozos mal filmados de dos lascivas parejas;
no había argumento.
He ahí, pensaba yo, el rostro del amor,
el auténtico rostro.
Algunos son seductores, y seducirán siempre,
y el resto sobrevive.
No existe ni el destino ni la fidelidad,
sólo cuerpos que se atraen.
Sin sentir ningún apego ni, desde luego, piedad,
uno juega, y después destroza.
Algunos son seductores y por lo tanto muy amados;
sabrán lo que es un orgasmo.
Pero hay tantos otros cansados y sin nada que ocultar,
ni siquiera un fantasma;
si acaso, una soledad agravada por la impúdica
alegría de las mujeres;
si acaso, una certeza: “eso no es para mí”,
un oscuro y pequeño drama.
Con certeza morirán un poco desengañados,
sin ilusiones poéticas;
practicarán a conciencia el arte de despreciarse,
será algo mecánico.
Me dirijo a todo aquel que nunca haya sido amado,
que nunca supo gustar;
me dirijo a los ausentes del sexo liberado,
y del placer corriente.
No teman amigos, su pérdida es mínima:
El amor no existe en ninguna parte.
Sólo es una broma cruel de la que ustedes son víctimas,
una jugada de experto.
—Michel Houellebecq—
L’amour, l’amour
Dans un ciné porno, des retraités poussifs
contemplaient, sans y croire,
les ébats mal filmés de deux couples lascifs ;
il n’y avait pas d’histoire.
Et voilà, me disais-je, le visage de l’amour,
l’authentique visage.
Certains sont séduisants ; ils séduisent toujours,
et les autres surnagent.
Il n’y a pas de destin ni de fidélité,
mais des corps qui s’attirent.
Sans nul attachement et surtout sans pitié,
on joue et on déchire.
Certains sont séduisants et partant très aimés ;
ils connaîtront l’orgasme.
Mais tant d’autres sont las et n’ont rien à cacher,
même plus de fantasmes ;
juste une solitude aggravée par la joie
impudique des femmes ;
juste une certitude : “Cela n’est pas pour moi”,
un obscur petit drame.
Ils mourront c’est certain un peu désabusés,
sans illusions lyriques ;
ils pratiqueront à fond l’art de se mépriser ;
ce sera mécanique.
Je m’adresse à tous ceux qu’on n’a jamais aimés,
qui n’ont jamais su plaire ;
je m’adresse aux absents du sexe libéré,
du plaisir ordinaire.
Ne craignez rien, amis, votre perte est minime :
Nul part l’amour n’existe.
C’est juste un jeu cruel dont vous êtes les victimes ;
un jeu de spécialistes.
—Michel Houellebecq—
En un cine porno, unos jubilados cascados
contemplaban, escépticos,
los retozos mal filmados de dos lascivas parejas;
no había argumento.
He ahí, pensaba yo, el rostro del amor,
el auténtico rostro.
Algunos son seductores, y seducirán siempre,
y el resto sobrevive.
No existe ni el destino ni la fidelidad,
sólo cuerpos que se atraen.
Sin sentir ningún apego ni, desde luego, piedad,
uno juega, y después destroza.
Algunos son seductores y por lo tanto muy amados;
sabrán lo que es un orgasmo.
Pero hay tantos otros cansados y sin nada que ocultar,
ni siquiera un fantasma;
si acaso, una soledad agravada por la impúdica
alegría de las mujeres;
si acaso, una certeza: “eso no es para mí”,
un oscuro y pequeño drama.
Con certeza morirán un poco desengañados,
sin ilusiones poéticas;
practicarán a conciencia el arte de despreciarse,
será algo mecánico.
Me dirijo a todo aquel que nunca haya sido amado,
que nunca supo gustar;
me dirijo a los ausentes del sexo liberado,
y del placer corriente.
No teman amigos, su pérdida es mínima:
El amor no existe en ninguna parte.
Sólo es una broma cruel de la que ustedes son víctimas,
una jugada de experto.
—Michel Houellebecq—
L’amour, l’amour
Dans un ciné porno, des retraités poussifs
contemplaient, sans y croire,
les ébats mal filmés de deux couples lascifs ;
il n’y avait pas d’histoire.
Et voilà, me disais-je, le visage de l’amour,
l’authentique visage.
Certains sont séduisants ; ils séduisent toujours,
et les autres surnagent.
Il n’y a pas de destin ni de fidélité,
mais des corps qui s’attirent.
Sans nul attachement et surtout sans pitié,
on joue et on déchire.
Certains sont séduisants et partant très aimés ;
ils connaîtront l’orgasme.
Mais tant d’autres sont las et n’ont rien à cacher,
même plus de fantasmes ;
juste une solitude aggravée par la joie
impudique des femmes ;
juste une certitude : “Cela n’est pas pour moi”,
un obscur petit drame.
Ils mourront c’est certain un peu désabusés,
sans illusions lyriques ;
ils pratiqueront à fond l’art de se mépriser ;
ce sera mécanique.
Je m’adresse à tous ceux qu’on n’a jamais aimés,
qui n’ont jamais su plaire ;
je m’adresse aux absents du sexe libéré,
du plaisir ordinaire.
Ne craignez rien, amis, votre perte est minime :
Nul part l’amour n’existe.
C’est juste un jeu cruel dont vous êtes les victimes ;
un jeu de spécialistes.
—Michel Houellebecq—
salakov- Mensajes : 52122
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: POESIA
Timoteo Mendieta tenía 41 años y siete hijos el día en el que le mataron.
Por rojo.
Acabada la guerra, un vecino y un militar le delataron y fue condenado por auxilio a la rebelión.
Fusilado con otros 21 hombres y arrojado a una fosa.
Acensión tenía 11 años cuando arrancaron a su padre de su hogar como a un fruto sin madurar de un árbol.
Sus abuelos maternos no quisieron ayudar a la familia porque siempre se opusieron a que su madre se casara con un hombre de izquierdas y sus hermanos y ellas tuvieron que irse a vivir con los abuelos paternos.
Allí su hermano pequeño dormía sobre la tapa de un baúl.
Y su madre cambiaba loza por judías.
La vida siguió sin Timoteo.
Ayer, después de 78 años, Ascensión enterró por fin a su padre.
Y lo hizo tras una larga lucha en la que ha tenido que recurrir a la justicia argentina para poder localizar los huesos de su padre porque en España las partidas presupuestarias para la aplicación de la Ley de la Memoria Histórica están congeladas.
Ascensión estaba alegre y también emocionada.
Es la única de sus seis hermanos que sigue con vida.
Y lo ha conseguido.
A pesar de que le dijeron que para qué iba a remover el pasado.
Que lo dejara estar.
Que para qué recordar viejas heridas.
Una existencia con un padre asesinado no es una vieja herida.
Una existencia sin un padre es una herida viva.
Es la pérdida a la vez de todas las cosas que pudieron ser compartidas y no lo fueron.
Ascensión probándose un vestido para ir a un baile.
Ascensión presentando al chico que le gustaba en su casa.
Ascensión dando a luz.
Ascensión saboreando por primera vez las chirimoyas.
La cara de Ascensión al ver al hombre pisar la luna.
Sus pies en remojo en una ría.
El sol en el año 1975.
La cumbres, hace treinta segundos.
Se estima que son 114.226 los desaparecidos por el franquismo.
Y todavía hay gente que cuestiona las razones de aquellas personas que buscan los restos de sus familiares.
¿Quién puede obligar a otra persona a que olvide?
¿Quién puede medir el grado de dolor de otra persona?
El Estado tiene una obligación moral con los familiares de aquellas personas que necesitan consuelo.
Que merecen aliviar su pena.
Y no hacerlo es indigno y vergonzoso.
Porque después de tantísimo tiempo, unos restos son la prueba de que las personas que desaparecieron, existieron.
Que no fueron un sueño o una invención.
Que estuvieron aquí con nosotras y nosotros en este planeta.
Decía Miguel Hernández
que hay ruiseñores que cantan
encima de los fusiles
y en medio de las batallas.
Ascensión ha sido el ruiseñor de su padre.
Una mujer que no ha parado de cantar a Timoteo.
Hasta volver a encontrarlo.
—Roy Galán—
https://www.facebook.com/RevolutionRoy/photos/a.485156174935290.1073741829.484700658314175/1316582128459353/?type=3&theater
salakov- Mensajes : 52122
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: POESIA
Te pregunto
Ni siquiera te atreves a pisotear
las cenizas de un carbón ardiendo.
¿Has sido alguna vez
una persona que arde por otra?
—Ahn Do-hyun—
salakov- Mensajes : 52122
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: POESIA
Me puse del lado de los indios
y me derrotaron.
Me puse del lado de los negros
y me derrotaron.
Me puse del lado de los campesinos
y me derrotaron.
Me puse del lado de los obreros
y me derrotaron.
Pero jamás me puse del lado de los que me
vencieron;
¡esa es mi victoria!
—Darcy Ribeiro—
salakov- Mensajes : 52122
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: POESIA
Están cogidos de la mano
en silencio,
bajo los soportales.
El niño mira su columpio,
muy triste,
bajo la lluvia,
y no lo entiende.
El padre mira al niño:
es la vida, hijo
—quisiera poder decirle—,
y no ha hecho más que empezar.
—Karmelo Iribarren—
salakov- Mensajes : 52122
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: POESIA
AMOR
amor
tus labios pegados a los míos
tu culo desnudo sobre mi cama
tus pechos rozando los míos
tu esplendorosa vagina finiquitando mi tiempo
mi aliento
mi pausa
triste es recordar que ya no puedo convertir tu ombligo en una feliz piscina de semen...
-MGF-
amor
tus labios pegados a los míos
tu culo desnudo sobre mi cama
tus pechos rozando los míos
tu esplendorosa vagina finiquitando mi tiempo
mi aliento
mi pausa
triste es recordar que ya no puedo convertir tu ombligo en una feliz piscina de semen...
-MGF-
Re: POESIA
Capitalismo: donde podrían comer cinco, se harta uno.
—Jesús Alonso Ovejero—
salakov- Mensajes : 52122
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: POESIA
Poema de verano.
Ver a Marta nadar
No he hecho otra cosa en todo este verano.
Me siento al sol, rasgando el horizonte,
y la miro nadar,
y así como el océano la envuelve
en su honrada grandeza,
la rodean mis ojos recorriendo
en un sueño levísimo y ardiente
la sumergida carne misteriosa,
promesa de otras vidas en su estiba.
Miro la perfección de sus brazadas,
esa falsa indolencia con que flota
por encima de todo,
el moderado y terco
esfuerzo de la espalda deslumbrante,
su extraña finitud entre infinitos
de arena y aire y agua,
un cuerpo que en la luz clarea y fulge
siempre igual a sí mismo,
rompiendo olas para unirse al mundo,
mientras deja en su estela
un tributo de piel para los peces.
Y las humanas aspas de su impulso
amenizan la paz de mi mirada.
Veo
toda esta plenitud vacía y nueva
en los brazos de Marta,
que ante mi ojos
nada.
José María Micó, Caleidoscopio
Ver a Marta nadar
No he hecho otra cosa en todo este verano.
Me siento al sol, rasgando el horizonte,
y la miro nadar,
y así como el océano la envuelve
en su honrada grandeza,
la rodean mis ojos recorriendo
en un sueño levísimo y ardiente
la sumergida carne misteriosa,
promesa de otras vidas en su estiba.
Miro la perfección de sus brazadas,
esa falsa indolencia con que flota
por encima de todo,
el moderado y terco
esfuerzo de la espalda deslumbrante,
su extraña finitud entre infinitos
de arena y aire y agua,
un cuerpo que en la luz clarea y fulge
siempre igual a sí mismo,
rompiendo olas para unirse al mundo,
mientras deja en su estela
un tributo de piel para los peces.
Y las humanas aspas de su impulso
amenizan la paz de mi mirada.
Veo
toda esta plenitud vacía y nueva
en los brazos de Marta,
que ante mi ojos
nada.
José María Micó, Caleidoscopio
Sue- Mensajes : 3449
Fecha de inscripción : 04/01/2014
Re: POESIA
Sophie says
Sophia dice que los géminis somos así
estamos cerca pero estamos lejos
estamos cerca pero distantes
somos como gatos
escurridizos como el mercurio
nos dejamos agarrar pero nos escapamos
Sophia podría ser un hombre de 60
pero elije ser una chica de 20
su prioridad en la vida es no envejecer
evitar lo inevitable
Sophia es vecina de Courtney Love
nos señala su ventana con el dedo
pero la vista se desvía hacia la luna enorme y llena
Sophia dice que los géminis somos así
que vemos poesía en cualquier lado
—Marina Alessio—
salakov- Mensajes : 52122
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: POESIA
Las últimas cenas
Lo que ahora nos une es una fecha
pactada cada mes, poco más que un esfuerzo
por seguir la amistad. Lo que ahora nos une
no es aquel entusiasmo, esa antigua alegría de estar juntos.
Y cuando os digo esto me salís
con que las cosas cambian, con que a todos nos pesan
otra edad y otros frenos: las mujeres, los hijos,
madrugar, el trabajo; hasta a veces el hígado de alguno
se interpone en los planes
con que aún procuramos engañar la ilusión.
Ha llegado muy pronto ese momento
que juramos mil veces retrasar, este momento
en que estar entre amigos es hablar con nostalgia
de lo que fue en su día ser amigos;
y en estas cenas frías de los jueves
todo el mundo recuerda aquellas cenas
gloriosas de los sábados. Se iluminan los ojos
con las viejas historias –esas locas hazañas,
con alcohol y mujeres, que hoy parecen ajenas y propician
una dulce arrogancia en las voces de todos–,
y renace el orgullo en cada uno
por la amistad del otro, cuando recuerda alguien
aquel honor de hombres agraviados
que defendimos juntos ciertas noches
peleando. Y entre tantas victorias
–recordamos ahora con la sonrisa triste–,
llegamos a pensar que también venceríamos
sobre el destino incluso, sin saber que el destino
no se rinde a la fuerza ni al empeño,
ni que tantos propósitos en las cenas del sábado,
todo aquello que íbamos
a hacer con las mujeres y la vida,
sería más bien esto que los jueves
no deja de asombrarnos que hayan hecho
la vida y las mujeres con nosotros.
—Vicente Gallego—
salakov- Mensajes : 52122
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: POESIA
6:59 AM
Me han dicho
que la gente en el ejército
hace más cosas a las 7.00 a.m.
que las que yo hago
en todo el día.
Pero si me despierto
a las 6:59 a.m.
y me giro hacia ti
para trazar el contorno de tus labios
con los míos
habré hecho bastante
sin haber matado a nadie
en el proceso.
—Shane Koyezan—
salakov- Mensajes : 52122
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: POESIA
NO ENTRES DÓCILMENTE EN ESA BUENA NOCHE
No entres dócilmente en esa buena noche,
Que al final del día debería la vejez arder y delirar;
Enfurécete, enfurécete ante la muerte de la luz.
Aunque los sabios entienden al final que la oscuridad es lo correcto,
Como a su verbo ningún rayo ha confiado vigor,
No entran dócilmente en esa buena noche.
Llorando los hombres buenos, al llegar la última ola
Por el brillo con que sus frágiles obras pudieron haber danzado en una verde bahía,
Se enfurecen, se enfurecen ante la muerte de la luz.
Y los locos, que al sol cogieron al vuelo en sus cantares,
Y advierten, demasiado tarde, la ofensa que le hacían,
No entran dócilmente en esa buena noche.
Y los hombres graves, que cerca de la muerte con la vista que se apaga
Ven que esos ojos ciegos pudieron brillar como meteoros y ser alegres,
Se enfurecen, se enfurecen ante la muerte de la luz.
Y tú, padre mio, allá en tu cima triste,
Maldíceme o bendíceme con tus fieras lágrimas, lo ruego.
No entres dócilmente en esa buena noche.
Enfurécete, enfurécete ante la muerte de la luz.
Dylan Thomas
No entres dócilmente en esa buena noche,
Que al final del día debería la vejez arder y delirar;
Enfurécete, enfurécete ante la muerte de la luz.
Aunque los sabios entienden al final que la oscuridad es lo correcto,
Como a su verbo ningún rayo ha confiado vigor,
No entran dócilmente en esa buena noche.
Llorando los hombres buenos, al llegar la última ola
Por el brillo con que sus frágiles obras pudieron haber danzado en una verde bahía,
Se enfurecen, se enfurecen ante la muerte de la luz.
Y los locos, que al sol cogieron al vuelo en sus cantares,
Y advierten, demasiado tarde, la ofensa que le hacían,
No entran dócilmente en esa buena noche.
Y los hombres graves, que cerca de la muerte con la vista que se apaga
Ven que esos ojos ciegos pudieron brillar como meteoros y ser alegres,
Se enfurecen, se enfurecen ante la muerte de la luz.
Y tú, padre mio, allá en tu cima triste,
Maldíceme o bendíceme con tus fieras lágrimas, lo ruego.
No entres dócilmente en esa buena noche.
Enfurécete, enfurécete ante la muerte de la luz.
Dylan Thomas
Adso- Mensajes : 33125
Fecha de inscripción : 03/12/2013
Re: POESIA
Horribles voces idiotas de dibujos animados
animalescas voces idiotas de dibujos animados
mientras gime el viento marino
y los barcos de turistas
se acercan con su necia sonrisa
montones de peces muertos
flotando
montones de peces muertos
ahora un grito fingido
sirenas de verdad
breves estampidos
pestazo de Tequila
en la piel de la mañana.
—Sam Shepard—
salakov- Mensajes : 52122
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: POESIA
Epitafio preventivo
Por si acaso
este bulto palpable y sólido
justo encima de mi corazón
es alguna clase de heraldo
de desdicha.
Si ocurriera
que las tinieblas triunfaran,
que la mala suerte me hallara,
quede dicho…
«MERECIÓ LA PENA».
Viví una vida,
ni más ni menos,
una, la mía,
y supe llenar este tiempo
concedido, este simulacro
de grandeza, de las tres cosas
que opino justifican
esta búsqueda indescifrable.
1.- Conocí el Amor,
todo amor,
y desde el primer aliento
me sentí amado
por mis padres.
Tanto amor recibí
que me regalaron dos hermanas
y pude devolverlo multiplicado,
y recibir a cambio más amor,
tan intenso como el amor
hacia un hijo, esa indefensión
de querer con tanta intensidad
que hace temer,
experimentar un nuevo miedo
perfecto e irreal.
O el Amor luminoso, cómo no,
hacia una desconocida,
ese sentimiento íntimo,
esa vulnerabilidad misteriosa
no siempre recompensada,
pero recíproca en un par de ocasiones
—¡muchas!—, confundiéndose
conmutativamente el ser amante
y el ser amado.
¡Cuánto amor he recibido!
En serio, ¡qué desmesura!
2.- También llené de Risa
mis días, espantando
la muerte a golpe
de carcajadas.
Sin escatimar entusiasmo
ni una broma entre amigos
y la complicidad de sus voces.
Rehuyendo la crueldad
de los estoicos, driblando
la apatía de los solemnes,
exhibiendo el hecho de sonreír
como una suprema
demostración de inteligencia.
Y no fue fácil, en los días de angustia,
en los núcleos de hielo,
mantener esta máscara
autoimpuesta de alegría;
pero siempre, incluso en
esos momentos, supe perfilar
un chiste, una chanza,
subrayar un doble sentido
que se alzara sobre el fracaso.
Libre y universalmente,
sonriendo gratis.
Contento para el mundo…
y para mí.
3.- Y cómo olvidarse de
todos esos estímulos
sensoriales, elevadores,
que permiten entrever
cierta majestad en el hombre.
Varios centenares de libros,
comics, poemas: Dostoievski,
Scott Fitzgerald, Pessoa,
Benedetti, Alan Moore…
y muchos más, tan grandes
que a nadie empequeñecen,
y que hablaron a tu cerebro
más certeramente que tú mismo.
O la música, el cine,
el teatro, una obra de arte
especialmente inspirada,
la comida casera,
subir a una montaña
en los Pirineos
o sumergirte en el mar
en cualquier playa griega
tutelada por Helios.
Atolones para navegantes
atentos, asideros mentales
en un mundo que sin ellos
sería un lugar terrible.
- - -
Así, quede escrito
este epitafio preventivo.
Si lo improbable ocurre,
si me licúo en ceniza y hueso,
que alguien enseñe
estas palabras en verso
a mis seres queridos.
Para que no sientan pena,
para que sepan tan solo esto:
que ni putas ganas de repetir…
pero que mereció la pena,
que viví una vida,
una, la mía,
treinta y seis años,
y la colmé de cosas valiosas.
¿Acaso puede haber algo más?
¿Resucitan las supernovas?
salakov- Mensajes : 52122
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: POESIA
El juego en que andamos
Si me dieran a elegir, yo elegiría
esta salud de saber que estamos muy enfermos,
esta dicha de andar tan infelices.
Si me dieran a elegir, yo elegiría
esta inocencia de no ser un inocente,
esta pureza en que ando por impuro.
Si me dieran a elegir, yo elegiría
este amor con que odio,
esta esperanza que come panes desesperados.
Aquí pasa, señores,
que me juego la muerte.
—Juan Gelman—
salakov- Mensajes : 52122
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: POESIA
Amor
Una mañana Manuel Vilas sacó todo su dinero de los bancos.
Fue a las cajas de ahorro, fue a las compañías de seguros,
vendió su coche, anuló su plan de pensiones,
se lo llevó todo en efectivo, un buen fajo de billetes calientes.
Qué bien, dijo, qué fuerte,
y todos los empleados y los directores querían disuadirle
pero Vilas tenía unas ganas infinitas de pasarlo bien.
Y luego se fue a ver enfermos,
a ver emigrantes, incluso se fue a las cárceles.
Quería ser un santo espectacular, tenía esa marcha,
tenía esa gran ilusión.
Quería ser Cristo, Lenin, San Pablo,
quería ir más allá del orden, de la naturaleza y de la vida.
Recorrió la ciudad de Zaragoza repartiendo dinero.
En Conde de Aranda, dio mil euros a tres árabes,
que le besaron los pies, y las manos, y se arrodillaron.
En el barrio de Delicias, en la calle Barcelona,
dio trescientos euros a una negra africana,
y ella quería comerle el sexo al buen Vilas,
pero Vilas dijo “no, nena, hoy soy un santo,
hoy soy San Vilas,
consérvate para tu marido, él te necesita,
y yo os bendigo; anda, nena, ve en paz”.
Y Vilas se echó a reír.
Fuego, qué fuego más grande,
y siguió repartiendo, a una vieja china
de un todo cien le dio seiscientos euros,
y la vieja le hizo una foto de diez millones de megapixels
y la amplió y la enmarco y la colgó
en mitad de su tienda con dos velas debajo.
A un vendedor de La Farola, ese periódico
de los pobres, le dio ochocientos euros.
Y el vendedor se echó a llorar y ardía
como una vela en mitad de las catedrales antiguas.
Vilas quería ser un santo, tenía esa marcha.
Toda la mañana y toda la tarde estuvo quemando su dinero.
Miró la atmósfera y se estaban abriendo los palacios celestiales.
Estaba enamorado de sus semejantes.
Nunca vimos a nadie tan enamorado.
—Manuel Vilas—
salakov- Mensajes : 52122
Fecha de inscripción : 04/08/2015
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