RONDA 44 > CONCURSO DE MICRORRELATOS > ENTREGA DE PREMIOS >
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Re: RONDA 44 > CONCURSO DE MICRORRELATOS > ENTREGA DE PREMIOS >
DON escribió:06 > La larga travesía
Desde el puente, la sobrecargo Grigorescu apenas recordaba cuando fue la última vez que disfruto de la larga travesía en barco.
Se puso a pensar en la primera vez que realizó una ruta mercante entre Rotterdam y Nueva York. Ella tenía apenas 20 años y se sentía como una aventurera que iba a conocer el nuevo mundo e iba a vivir una gran aventura a bordo, al igual que las novelas que tanto había leído. Ella era solamente una marinero, pero eso no le importaba.
De eso hacía ya demasiados años, ahora se le hacían eternos los días que pasaba en alta mar y ya había perdido la ilusión de visitar las ciudades en las cuales atracaban. Se puso a mirar el horizonte y le resultó tentadora la idea de dejarse llevar y saltar por la borda para olvidarse de esa monótona vida que había empezado a odiar.
La larga travesía se hizo demasiado larga. Título certero. Buena elipsis de distintas experiencias desde la juventud, con esa intensidad, esa curiosidad, esas ganas de conocer mundo... ese contraste con el otro lado de la elipsis, esa sensación de monotonía, de rutina, de pérdida de capacidad de dejarse sorprender, a mi me ha transmitido completamente un paralelismo a la gran travesía que es la vida, creo que es lo que se busca, es una sensación familiar esa de hastío, y una pena que a veces no seamos capaces de saltar por la borda, en las travesías que no nos están llevando a hacernos felices. El final, es un hilo de esperanza, siempre se puede saltar, nunca se sabe si será mejor, pero será distinto.
Toro- Mensajes : 28497
Fecha de inscripción : 13/05/2010
Re: RONDA 44 > CONCURSO DE MICRORRELATOS > ENTREGA DE PREMIOS >
DON escribió:07 > Entre Constanza y Sebastopol
Desde el puente, la sobrecargo Grigorescu apenas recordaba lo ocurrido. El sol acuchillaba las enarboladas aguas que acunaban el buque, ahora sí, con delicadeza.
El sabor acedo de un hilo de vómito en sus labios la obligaba a torcer el gesto en una mueca tan simpática como grotesca. El uniforme, empapado en agua salada, sudor y orines, atenazaba su cuerpo; trémulo de frío, tal vez de miedo.
Imágenes inconexas la asaltaban a oleadas —cómo si no— componiendo tan increíble singladura: el gigantesco barco, la cadena de ancla más monstruosa que se pueda imaginar levando un tapón que bien podía medir mil metros, el mortífero vórtice maltratando su nave: rotación y traslación, cuerpos volando por efecto de la fuerza centrífuga, ella enganchada en el timón como una marioneta, el tapón sumergiéndose por efecto de la succión…
Y recordó la leyenda, la que dice que el mar Negro es la bañera de la Tierra; aquella que tanto la hizo reír.
Genial descripción para poner en situación al lector. Consigue ya el enganche desde que ves perfectamente el traje que lleva puesto. El uso del tapón anticipa un poco el tema de la bañera, restando un poco de sorpresa imprevista, pero perfectamente descrita, y la puerta abierta a un suceso extraordinario y a una de esas leyendas que albergan la duda de su existencia real, para consolidarse como mito. Por momentos pensé que a lo mejor sería una hormiga en un mendrugo de pan, pero ya no tendría sentido el uniforme. Combina muy bien la intriga con el género fantástico...
Toro- Mensajes : 28497
Fecha de inscripción : 13/05/2010
Re: RONDA 44 > CONCURSO DE MICRORRELATOS > ENTREGA DE PREMIOS >
DON escribió:08 > Inteligencia emocional
Desde el puente, la sobrecargo Grigorescu apenas recordaba su vida anterior. Su trabajo se había convertido en su vida, aquella tripulación, en su familia. Observaba absorta el agua.
Desde la declaración de cuarentena en Austrozelanda, las órdenes fueron claras; ante cualquier síntoma de contagio biológico a bordo, notificación inmediata y protocolo de retorno e ingreso en las colonias de infectados para toda la tripulación, sin excepción.
Pese a los indicios, no dio el aviso. Se arriesgó de forma impulsiva, más que por ella, por intentar evitarles aquella mortal condena.
Ahora se mira en el río de una ciudad sentenciada por su culpa, el primer foco de contaminación continental por su imprudencia, y solo piensa en saltar.
Tampoco sería mucha pérdida. Ese modelo de cyborg, Grigorescu, quedó obsoleto hace cinco años. La obsesión por humanizar máquinas, implantes nemónicos y emotional learning debía tener consecuencias, sobre todo en labores que exigen disciplina y obediencia. Desde aquel momento las estamos padeciendo.
El título hace buen juego entre la inteligencia artificial y la emocional, aunque no se capta hasta acabar la historia, scifi distopica futurista, pues conmigo siempre funciona. Austrozelanda de alguna forma me insinúa distopia aunque no sepa muy bien por qué y ya me crea la sensación desde ahí que me va a contar algo atípico, y sin embargo cuando estoy en situación de algo tan humano como un suicidio, el giro me dice que no es algo tan emocional... o si? que quizá las máquinas deberían ser siempre máquinas... o no? Parece que se busca más humanidad que automatización, pero el relato siembra la semilla de la duda de si no serán necesarias ambas cosas según el caso...
Toro- Mensajes : 28497
Fecha de inscripción : 13/05/2010
Re: RONDA 44 > CONCURSO DE MICRORRELATOS > ENTREGA DE PREMIOS >
DON escribió:05 > Petricor
Desde el puente, la sobrecargo Grigorescu apenas recordaba la última vez que vio Oslo soleada. Lo único que veía era niebla y nieve, lo cual le provocó una pequeña decepción tras llevar nueve años viviendo en los subsuelos. La escafandra se empañaba constantemente, por lo que decidió quitársela sin saber lo que le acarrearía como consecuencias. El petricor le invadió la pituitaria amarilla y evocó diversos recuerdos de aquella tierra en mejores circunstancias. Instó a sus dos secuaces a que se deshicieran de la escafandra y tras realizarlo Lucescu advirtió una anomalía:
- ¿Por qué el petricor en un ecosistema que ya es húmedo por sí mismo?
- Por algo que probablemente nos esté matando desde este mismo momento- respondió Grigorescu
- No importa, a mí me está mereciendo la pena- contestó Sarius con una sonrisa
Me ha gustado es mundo futurista apocalíptico. Me recuerda a los libros de Metro 2013 y me quedo con ganas de leer más.
bicugo- Mensajes : 3631
Fecha de inscripción : 11/04/2018
RegSound- Moderador
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Troy Mc Clure- Mensajes : 8195
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Toro- Mensajes : 28497
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Autista- Mensajes : 15023
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Re: RONDA 44 > CONCURSO DE MICRORRELATOS > ENTREGA DE PREMIOS >
Buena noche, petirrojos.
Aquí y ahora empieza lo bueno.
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DON- Mensajes : 8834
Fecha de inscripción : 11/11/2015
Re: RONDA 44 > CONCURSO DE MICRORRELATOS > ENTREGA DE PREMIOS >
09 > Las dictaduras sutiles
Desde el puente, la sobrecargo Grigorescu apenas recordaba la vieja Bucarest. Su familia se había exiliado cuando apenas era una niña, ahora observaba a las muchachas de su edad con la curiosidad de alguien a quien le ha sido otorgada la oportunidad de contemplarse a sí misma en un multiverso. Sentadas en los cafés las muchachas bromeaban mostrando una alegría genuina, inocente y despreocupada que despertó un sentimiento de ligera envidia en su interior. Miró entonces sus modernas gafas de sol, el chillón diseño de su camisa y sus extravagantes zapatillas mientras pensaba que ese mismo conjunto à la mode se le habría antojado ridículo apenas dos años antes. Al igual que las muchachas, cubrió su cabeza con el pañuelo previamente anudado en su cuello y se dirigió a la mesa libre del café, volvió hacia ellas su cara sonriendo y dijo: —Bună dimineața, aș vrea să mă ajuți...
Desde el puente, la sobrecargo Grigorescu apenas recordaba la vieja Bucarest. Su familia se había exiliado cuando apenas era una niña, ahora observaba a las muchachas de su edad con la curiosidad de alguien a quien le ha sido otorgada la oportunidad de contemplarse a sí misma en un multiverso. Sentadas en los cafés las muchachas bromeaban mostrando una alegría genuina, inocente y despreocupada que despertó un sentimiento de ligera envidia en su interior. Miró entonces sus modernas gafas de sol, el chillón diseño de su camisa y sus extravagantes zapatillas mientras pensaba que ese mismo conjunto à la mode se le habría antojado ridículo apenas dos años antes. Al igual que las muchachas, cubrió su cabeza con el pañuelo previamente anudado en su cuello y se dirigió a la mesa libre del café, volvió hacia ellas su cara sonriendo y dijo: —Bună dimineața, aș vrea să mă ajuți...
DON- Mensajes : 8834
Fecha de inscripción : 11/11/2015
Re: RONDA 44 > CONCURSO DE MICRORRELATOS > ENTREGA DE PREMIOS >
10 > La gran orgía soviética (Bahía de Lützow-Holm, 1929)
Desde el puente, la sobrecargo Grigorescu apenas recordaba el peso de un hombre bajo su vientre. La noche era densa, pesada; la luz en la cabina del radiotelegrafista titilaba como una luciérnaga en celo. Cerraron la puerta a sus espaldas, juntaron sus bocas. Y entonces ocurrió.
Ese chasquido de dos lenguas empapadas en salitre resonó como un gong instando al fornicio, a cuyo llamado despertó la marinería en pleno.
En apenas cinco minutos el S.M. Eisenstein era una babilónica bacanal. El amor de los fogoneros estallaba en fornidos, tiznados empellones subiendo a las cocinas donde mil camareras relamían otros tantos pinches y de ahí al camarote del capitán, emparedado entre el piloto y la ingeniero jefe. Cien ojos de buey empañados por el sudor de una tripulación fundiendo el hielo bajo la quilla.
A la mañana siguiente, silencio. Uniformes arrugados y miradas de soslayo. En el puente, el oficial de telecomunicaciones toma la mano de la sobrecargo. Disimuladamente.
Desde el puente, la sobrecargo Grigorescu apenas recordaba el peso de un hombre bajo su vientre. La noche era densa, pesada; la luz en la cabina del radiotelegrafista titilaba como una luciérnaga en celo. Cerraron la puerta a sus espaldas, juntaron sus bocas. Y entonces ocurrió.
Ese chasquido de dos lenguas empapadas en salitre resonó como un gong instando al fornicio, a cuyo llamado despertó la marinería en pleno.
En apenas cinco minutos el S.M. Eisenstein era una babilónica bacanal. El amor de los fogoneros estallaba en fornidos, tiznados empellones subiendo a las cocinas donde mil camareras relamían otros tantos pinches y de ahí al camarote del capitán, emparedado entre el piloto y la ingeniero jefe. Cien ojos de buey empañados por el sudor de una tripulación fundiendo el hielo bajo la quilla.
A la mañana siguiente, silencio. Uniformes arrugados y miradas de soslayo. En el puente, el oficial de telecomunicaciones toma la mano de la sobrecargo. Disimuladamente.
DON- Mensajes : 8834
Fecha de inscripción : 11/11/2015
Re: RONDA 44 > CONCURSO DE MICRORRELATOS > ENTREGA DE PREMIOS >
01 > Cailleach Bhéirre
Desde el puente, la sobrecargo Grigorescu apenas recordaba el camino que una vez recorrió con su abuelo Goyo, niño de la guerra, pero quería transmitir la historia a su hijo.
“El año 1250, se celebró aquí en Castromao la más grande convención celta que haya tenido lugar. Llegaron clanes de Stonehenge, de Er-Grah…
En el equinoccio de verano, alrededor de una hoguera, hubo poliamor entre miembros de la tribu Stankovix, comerciantes de esencias y resinas venidos de países eslavos, los druidas sajones del clan de Henrick y las Mc Gregor.
A los Hendrix les gustan los excesos. Y no te aseguro que tu matrimonio con Maruxita Oubiña-Stankovitz te proporcione tranquilidad.”
- ¿Y de dónde viene mi tez oscura y mi virtuosismo con la gaita?
- Eso te lo contaré en otro momento, cariño.[/quote]
Hace 800 años los festivales no los organizaba Last Tour pero las actividades eran similares a las de ahora. Seguro que también había solapes.
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02 > Historia de Amor
“Sería un mundo más fuerte, un mundo más fuerte y hermoso, en el que morir”
John Cale
Desde el puente, la sobrecargo Grigorescu apenas recordaba las breves lecciones que había recibido para sacarse el PER durante unas vacaciones en Málaga. Sin embargo, no era muy difícil manejar aquel mastodonte. Había visto hacerlo muchas veces al capitán, que ahora yacía en el suelo. Pilotó el crucero a través del Canal Grande y lo estrelló contra tierra firme, llevándose por delante la pasarela de Calatrava. Las víctimas mortales fueron numerosas, entre ellas la propia sobrecargo. Milagrosamente, ningún bien del patrimonio histórico sufrió daños relevantes.
Los investigadores estaban desconcertados, Sofía Grigorescu no tenía el perfil típico de terrorista suicida. Licenciada en Historia del Arte, trabajó de azafata de eventos hasta incorporarse a MSC Cruceros, donde llegó a sobrecargo.
Ante el riesgo de repetición del atentado, las autoridades decidieron prohibir el atraque de cruceros comerciales en Venecia.
Flotando en el palacio de Peggy sobre el pájaro de Brancusi, Sofía no pudo evitar una amplia sonrisa de satisfacción.
Forma expeditiva de acabar con el turismo masivo en Venecia (al menos con los cruceros). Piensa global, actúa local.
Por la cita, debería ser de Sala, pero no me cuadra el estilo...
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03 > Patria
Desde el puente, la sobrecargo Grigorescu apenas recordaba Rumanía de otro color que no fuera el gris. Los reflejos del río Bega cabrilleaban en gris bajo el puente Traian. Un país del color del hormigón. Sin embargo, a pesar de sus horas de vuelo, pese a haber conocido todos los destinos del mundo, la sobrecargo siempre regresaba a Timisoara. «La verdadera patria del hombre es la infancia», hacía suyas las palabras de Rilke.
Desde el puente, la niña Grigorescu se lamentaba del gris que la rodeaba. Un gris que amenazaba con ahogarla, con asfixiarla con su opresiva grisura. Hogares como colmenas, arquitectura comunista, gris Ceaucescu. Y aquella niña soñaba con un futuro de azafata, con colores cálidos, con volar. Volar y no regresar nunca.
Desde el puente, la sobrecargo Grigorescu contempla su reflejo infantil, ¿o tal vez sea al revés y es la niña quien advierte su proyección adulta? Lo mismo da. El caso es que se reconocen.
Me gusta la mezcla de recuerdos y expectativas de vida, que se funden al final. Bonito y evocador, pero sin caer en lo cursi.
:::::::::::::::::::::::::::::::::::::
04 > Guerra y paz
Desde el puente, la sobrecargo Grigorescu apenas recordaba quién era. Caían las bombas sobre los tejados y morían los soldados como piezas en el tablero de la desolación. El cielo se llenó de colores ocres, incluso de cenizas que cubrían cada recoveco de aquel precioso buque mercante bautizado con el nombre de Emprendedor.
Desmoronadas las esperanzas, Grigorescu optó por la irracionalidad. Se arrancó sus vestimentas hasta quedar completamente desnuda. Su hermoso a la vez que frágil cuerpo quedó expuesto, mostrado cual objeto seductoramente paralizador de mentes y del propio odio.
Y ya no cayeron más bombas. Las balas quedaron suspendidas en el gélido aire y las todavía almas vivas observaron perplejas el esplendor de la bella naturaleza. Se detuvo la agresión, la rabia incontenida, la frustración convertida en hostilidad.
Grigorescu lloraba feliz, constatando el poder de lo básico, de lo físico, de lo meramente animal. El mal desapareció; aunque nadie fue capaz de recuperar todas aquellas vidas perdidas.
Salvados (los que sobrevivieron) por la irracionalidad y por la belleza. Creo que no pillo la metáfora.
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05 > Petricor
Desde el puente, la sobrecargo Grigorescu apenas recordaba la última vez que vio Oslo soleada. Lo único que veía era niebla y nieve, lo cual le provocó una pequeña decepción tras llevar nueve años viviendo en los subsuelos. La escafandra se empañaba constantemente, por lo que decidió quitársela sin saber lo que le acarrearía como consecuencias. El petricor le invadió la pituitaria amarilla y evocó diversos recuerdos de aquella tierra en mejores circunstancias. Instó a sus dos secuaces a que se deshicieran de la escafandra y tras realizarlo Lucescu advirtió una anomalía:
- ¿Por qué el petricor en un ecosistema que ya es húmedo por sí mismo?
- Por algo que probablemente nos esté matando desde este mismo momento- respondió Grigorescu
- No importa, a mí me está mereciendo la pena- contestó Sarius con una sonrisa
El olor de la lluvia sobre el suelo seco en mi pueblo es de esas cosas que se te quedan grabadas cuando eres un txabal (por lo menos para mi). Si arriba comentaban que la Patria del hombre es su infancia, en mi caso el olor de la Patria es el petricor en mi pueblo.
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06 > La larga travesía
Desde el puente, la sobrecargo Grigorescu apenas recordaba cuando fue la última vez que disfruto de la larga travesía en barco.
Se supo a pensar en la primera vez que realizó una ruta mercante entre Rotterdam y Nueva York. Ella tenía apenas 20 años y se sentía como una aventurera que iba a conocer el nuevo mundo e iba a vivir una gran aventura a bordo, al igual que las novelas que tanto había leído. Ella era solamente una marinero, pero eso no le importaba.
De eso hacía ya demasiados años, ahora se le hacían eternos los días que pasaba en alta mar y ya había perdido la ilusión de visitar las ciudades en las cuales atracaban. Se puso a mirar el horizonte y le resultó tentadora la idea de dejarse llevar y saltar por la borda para olvidarse de esa monótona vida que había empezado a odiar.
Aunque empieces con mucha ilusión, al final cualquier trabajo acaba resultando tedioso e insoportable, y te dan ganas de romper con todo. Hay gente que mantiene la ilusión por su trabajo toda la vida, a mi me dan mucha envidia.
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07 > Entre Constanza y Sebastopol
Desde el puente, la sobrecargo Grigorescu apenas recordaba lo ocurrido. El sol acuchillaba las enarboladas aguas que acunaban el buque, ahora sí, con delicadeza.
El sabor acedo de un hilo de vómito en sus labios la obligaba a torcer el gesto en una mueca tan simpática como grotesca. El uniforme, empapado en agua salada, sudor y orines, atenazaba su cuerpo; trémulo de frío, tal vez de miedo.
Imágenes inconexas la asaltaban a oleadas —cómo si no— componiendo tan increíble singladura: el gigantesco barco, la cadena de ancla más monstruosa que se pueda imaginar levando un tapón que bien podía medir mil metros, el mortífero vórtice maltratando su nave: rotación y traslación, cuerpos volando por efecto de la fuerza centrífuga, ella enganchada en el timón como una marioneta, el tapón sumergiéndose por efecto de la succión…
Y recordó la leyenda, la que dice que el mar Negro es la bañera de la Tierra; aquella que tanto la hizo reír.
Me gusta mucho la descripción de la imagen y cómo la propia leyenda se venga de la incredulidad de la sobrecargo. Muy chulo.
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08 > Inteligencia emocional
Desde el puente, la sobrecargo Grigorescu apenas recordaba su vida anterior. Su trabajo se había convertido en su vida, aquella tripulación, en su familia. Observaba absorta el agua.
Desde la declaración de cuarentena en Austrozelanda, las órdenes fueron claras; ante cualquier síntoma de contagio biológico a bordo, notificación inmediata y protocolo de retorno e ingreso en las colonias de infectados para toda la tripulación, sin excepción.
Pese a los indicios, no dio el aviso. Se arriesgó de forma impulsiva, más que por ella, por intentar evitarles aquella mortal condena.
Ahora se mira en el río de una ciudad sentenciada por su culpa, el primer foco de contaminación continental por su imprudencia, y solo piensa en saltar.
Tampoco sería mucha pérdida. Ese modelo de cyborg, Grigorescu, quedó obsoleto hace cinco años. La obsesión por humanizar máquinas, implantes nemónicos y emotional learning debía tener consecuencias, sobre todo en labores que exigen disciplina y obediencia. Desde aquel momento las estamos padeciendo.[/quote]
Me recuerda a las noticias sobre la programación ética de los coches sin conductor, para que sean capaces de saber a quien tienen que atropellar o salvar en caso de accidente. En general soy optimista, pero tengo la impresión de que intentar dotar a las máquinas de “inteligencia emocional” acabará causando tragedias.
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09 > Las dictaduras sutiles
Desde el puente, la sobrecargo Grigorescu apenas recordaba la vieja Bucarest. Su familia se había exiliado cuando apenas era una niña, ahora observaba a las muchachas de su edad con la curiosidad de alguien a quien le ha sido otorgada la oportunidad de contemplarse a sí misma en un multiverso. Sentadas en los cafés las muchachas bromeaban mostrando una alegría genuina, inocente y despreocupada que despertó un sentimiento de ligera envidia en su interior. Miró entonces sus modernas gafas de sol, el chillón diseño de su camisa y sus extravagantes zapatillas mientras pensaba que ese mismo conjunto à la mode se le habría antojado ridículo apenas dos años antes. Al igual que las muchachas, cubrió su cabeza con el pañuelo previamente anudado en su cuello y se dirigió a la mesa libre del café, volvió hacia ellas su cara sonriendo y dijo: —Bună dimineața, aș vrea să mă ajuți...
A mi desde siempre, Rumania me suena a dictadura, con agentes secretos que vigilan en los bares, parques,escaleras... Supongo que será el recuerdo de Ceaucescu...
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10 > La gran orgía soviética (Bahía de Lützow-Holm, 1929)
Desde el puente, la sobrecargo Grigorescu apenas recordaba el peso de un hombre bajo su vientre. La noche era densa, pesada; la luz en la cabina del radiotelegrafista titilaba como una luciérnaga en celo. Cerraron la puerta a sus espaldas, juntaron sus bocas. Y entonces ocurrió.
Ese chasquido de dos lenguas empapadas en salitre resonó como un gong instando al fornicio, a cuyo llamado despertó la marinería en pleno.
En apenas cinco minutos el S.M. Eisenstein era una babilónica bacanal. El amor de los fogoneros estallaba en fornidos, tiznados empellones subiendo a las cocinas donde mil camareras relamían otros tantos pinches y de ahí al camarote del capitán, emparedado entre el piloto y la ingeniero jefe. Cien ojos de buey empañados por el sudor de una tripulación fundiendo el hielo bajo la quilla.
A la mañana siguiente, silencio. Uniformes arrugados y miradas de soslayo. En el puente, el oficial de telecomunicaciones toma la mano de la sobrecargo. Disimuladamente.
Ha vuelto Hank!!
Desde el puente, la sobrecargo Grigorescu apenas recordaba el camino que una vez recorrió con su abuelo Goyo, niño de la guerra, pero quería transmitir la historia a su hijo.
“El año 1250, se celebró aquí en Castromao la más grande convención celta que haya tenido lugar. Llegaron clanes de Stonehenge, de Er-Grah…
En el equinoccio de verano, alrededor de una hoguera, hubo poliamor entre miembros de la tribu Stankovix, comerciantes de esencias y resinas venidos de países eslavos, los druidas sajones del clan de Henrick y las Mc Gregor.
A los Hendrix les gustan los excesos. Y no te aseguro que tu matrimonio con Maruxita Oubiña-Stankovitz te proporcione tranquilidad.”
- ¿Y de dónde viene mi tez oscura y mi virtuosismo con la gaita?
- Eso te lo contaré en otro momento, cariño.[/quote]
Hace 800 años los festivales no los organizaba Last Tour pero las actividades eran similares a las de ahora. Seguro que también había solapes.
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02 > Historia de Amor
“Sería un mundo más fuerte, un mundo más fuerte y hermoso, en el que morir”
John Cale
Desde el puente, la sobrecargo Grigorescu apenas recordaba las breves lecciones que había recibido para sacarse el PER durante unas vacaciones en Málaga. Sin embargo, no era muy difícil manejar aquel mastodonte. Había visto hacerlo muchas veces al capitán, que ahora yacía en el suelo. Pilotó el crucero a través del Canal Grande y lo estrelló contra tierra firme, llevándose por delante la pasarela de Calatrava. Las víctimas mortales fueron numerosas, entre ellas la propia sobrecargo. Milagrosamente, ningún bien del patrimonio histórico sufrió daños relevantes.
Los investigadores estaban desconcertados, Sofía Grigorescu no tenía el perfil típico de terrorista suicida. Licenciada en Historia del Arte, trabajó de azafata de eventos hasta incorporarse a MSC Cruceros, donde llegó a sobrecargo.
Ante el riesgo de repetición del atentado, las autoridades decidieron prohibir el atraque de cruceros comerciales en Venecia.
Flotando en el palacio de Peggy sobre el pájaro de Brancusi, Sofía no pudo evitar una amplia sonrisa de satisfacción.
Forma expeditiva de acabar con el turismo masivo en Venecia (al menos con los cruceros). Piensa global, actúa local.
Por la cita, debería ser de Sala, pero no me cuadra el estilo...
::::::::::::::::::::::::::::::::::::
03 > Patria
Desde el puente, la sobrecargo Grigorescu apenas recordaba Rumanía de otro color que no fuera el gris. Los reflejos del río Bega cabrilleaban en gris bajo el puente Traian. Un país del color del hormigón. Sin embargo, a pesar de sus horas de vuelo, pese a haber conocido todos los destinos del mundo, la sobrecargo siempre regresaba a Timisoara. «La verdadera patria del hombre es la infancia», hacía suyas las palabras de Rilke.
Desde el puente, la niña Grigorescu se lamentaba del gris que la rodeaba. Un gris que amenazaba con ahogarla, con asfixiarla con su opresiva grisura. Hogares como colmenas, arquitectura comunista, gris Ceaucescu. Y aquella niña soñaba con un futuro de azafata, con colores cálidos, con volar. Volar y no regresar nunca.
Desde el puente, la sobrecargo Grigorescu contempla su reflejo infantil, ¿o tal vez sea al revés y es la niña quien advierte su proyección adulta? Lo mismo da. El caso es que se reconocen.
Me gusta la mezcla de recuerdos y expectativas de vida, que se funden al final. Bonito y evocador, pero sin caer en lo cursi.
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04 > Guerra y paz
Desde el puente, la sobrecargo Grigorescu apenas recordaba quién era. Caían las bombas sobre los tejados y morían los soldados como piezas en el tablero de la desolación. El cielo se llenó de colores ocres, incluso de cenizas que cubrían cada recoveco de aquel precioso buque mercante bautizado con el nombre de Emprendedor.
Desmoronadas las esperanzas, Grigorescu optó por la irracionalidad. Se arrancó sus vestimentas hasta quedar completamente desnuda. Su hermoso a la vez que frágil cuerpo quedó expuesto, mostrado cual objeto seductoramente paralizador de mentes y del propio odio.
Y ya no cayeron más bombas. Las balas quedaron suspendidas en el gélido aire y las todavía almas vivas observaron perplejas el esplendor de la bella naturaleza. Se detuvo la agresión, la rabia incontenida, la frustración convertida en hostilidad.
Grigorescu lloraba feliz, constatando el poder de lo básico, de lo físico, de lo meramente animal. El mal desapareció; aunque nadie fue capaz de recuperar todas aquellas vidas perdidas.
Salvados (los que sobrevivieron) por la irracionalidad y por la belleza. Creo que no pillo la metáfora.
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05 > Petricor
Desde el puente, la sobrecargo Grigorescu apenas recordaba la última vez que vio Oslo soleada. Lo único que veía era niebla y nieve, lo cual le provocó una pequeña decepción tras llevar nueve años viviendo en los subsuelos. La escafandra se empañaba constantemente, por lo que decidió quitársela sin saber lo que le acarrearía como consecuencias. El petricor le invadió la pituitaria amarilla y evocó diversos recuerdos de aquella tierra en mejores circunstancias. Instó a sus dos secuaces a que se deshicieran de la escafandra y tras realizarlo Lucescu advirtió una anomalía:
- ¿Por qué el petricor en un ecosistema que ya es húmedo por sí mismo?
- Por algo que probablemente nos esté matando desde este mismo momento- respondió Grigorescu
- No importa, a mí me está mereciendo la pena- contestó Sarius con una sonrisa
El olor de la lluvia sobre el suelo seco en mi pueblo es de esas cosas que se te quedan grabadas cuando eres un txabal (por lo menos para mi). Si arriba comentaban que la Patria del hombre es su infancia, en mi caso el olor de la Patria es el petricor en mi pueblo.
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06 > La larga travesía
Desde el puente, la sobrecargo Grigorescu apenas recordaba cuando fue la última vez que disfruto de la larga travesía en barco.
Se supo a pensar en la primera vez que realizó una ruta mercante entre Rotterdam y Nueva York. Ella tenía apenas 20 años y se sentía como una aventurera que iba a conocer el nuevo mundo e iba a vivir una gran aventura a bordo, al igual que las novelas que tanto había leído. Ella era solamente una marinero, pero eso no le importaba.
De eso hacía ya demasiados años, ahora se le hacían eternos los días que pasaba en alta mar y ya había perdido la ilusión de visitar las ciudades en las cuales atracaban. Se puso a mirar el horizonte y le resultó tentadora la idea de dejarse llevar y saltar por la borda para olvidarse de esa monótona vida que había empezado a odiar.
Aunque empieces con mucha ilusión, al final cualquier trabajo acaba resultando tedioso e insoportable, y te dan ganas de romper con todo. Hay gente que mantiene la ilusión por su trabajo toda la vida, a mi me dan mucha envidia.
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07 > Entre Constanza y Sebastopol
Desde el puente, la sobrecargo Grigorescu apenas recordaba lo ocurrido. El sol acuchillaba las enarboladas aguas que acunaban el buque, ahora sí, con delicadeza.
El sabor acedo de un hilo de vómito en sus labios la obligaba a torcer el gesto en una mueca tan simpática como grotesca. El uniforme, empapado en agua salada, sudor y orines, atenazaba su cuerpo; trémulo de frío, tal vez de miedo.
Imágenes inconexas la asaltaban a oleadas —cómo si no— componiendo tan increíble singladura: el gigantesco barco, la cadena de ancla más monstruosa que se pueda imaginar levando un tapón que bien podía medir mil metros, el mortífero vórtice maltratando su nave: rotación y traslación, cuerpos volando por efecto de la fuerza centrífuga, ella enganchada en el timón como una marioneta, el tapón sumergiéndose por efecto de la succión…
Y recordó la leyenda, la que dice que el mar Negro es la bañera de la Tierra; aquella que tanto la hizo reír.
Me gusta mucho la descripción de la imagen y cómo la propia leyenda se venga de la incredulidad de la sobrecargo. Muy chulo.
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08 > Inteligencia emocional
Desde el puente, la sobrecargo Grigorescu apenas recordaba su vida anterior. Su trabajo se había convertido en su vida, aquella tripulación, en su familia. Observaba absorta el agua.
Desde la declaración de cuarentena en Austrozelanda, las órdenes fueron claras; ante cualquier síntoma de contagio biológico a bordo, notificación inmediata y protocolo de retorno e ingreso en las colonias de infectados para toda la tripulación, sin excepción.
Pese a los indicios, no dio el aviso. Se arriesgó de forma impulsiva, más que por ella, por intentar evitarles aquella mortal condena.
Ahora se mira en el río de una ciudad sentenciada por su culpa, el primer foco de contaminación continental por su imprudencia, y solo piensa en saltar.
Tampoco sería mucha pérdida. Ese modelo de cyborg, Grigorescu, quedó obsoleto hace cinco años. La obsesión por humanizar máquinas, implantes nemónicos y emotional learning debía tener consecuencias, sobre todo en labores que exigen disciplina y obediencia. Desde aquel momento las estamos padeciendo.[/quote]
Me recuerda a las noticias sobre la programación ética de los coches sin conductor, para que sean capaces de saber a quien tienen que atropellar o salvar en caso de accidente. En general soy optimista, pero tengo la impresión de que intentar dotar a las máquinas de “inteligencia emocional” acabará causando tragedias.
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09 > Las dictaduras sutiles
Desde el puente, la sobrecargo Grigorescu apenas recordaba la vieja Bucarest. Su familia se había exiliado cuando apenas era una niña, ahora observaba a las muchachas de su edad con la curiosidad de alguien a quien le ha sido otorgada la oportunidad de contemplarse a sí misma en un multiverso. Sentadas en los cafés las muchachas bromeaban mostrando una alegría genuina, inocente y despreocupada que despertó un sentimiento de ligera envidia en su interior. Miró entonces sus modernas gafas de sol, el chillón diseño de su camisa y sus extravagantes zapatillas mientras pensaba que ese mismo conjunto à la mode se le habría antojado ridículo apenas dos años antes. Al igual que las muchachas, cubrió su cabeza con el pañuelo previamente anudado en su cuello y se dirigió a la mesa libre del café, volvió hacia ellas su cara sonriendo y dijo: —Bună dimineața, aș vrea să mă ajuți...
A mi desde siempre, Rumania me suena a dictadura, con agentes secretos que vigilan en los bares, parques,escaleras... Supongo que será el recuerdo de Ceaucescu...
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10 > La gran orgía soviética (Bahía de Lützow-Holm, 1929)
Desde el puente, la sobrecargo Grigorescu apenas recordaba el peso de un hombre bajo su vientre. La noche era densa, pesada; la luz en la cabina del radiotelegrafista titilaba como una luciérnaga en celo. Cerraron la puerta a sus espaldas, juntaron sus bocas. Y entonces ocurrió.
Ese chasquido de dos lenguas empapadas en salitre resonó como un gong instando al fornicio, a cuyo llamado despertó la marinería en pleno.
En apenas cinco minutos el S.M. Eisenstein era una babilónica bacanal. El amor de los fogoneros estallaba en fornidos, tiznados empellones subiendo a las cocinas donde mil camareras relamían otros tantos pinches y de ahí al camarote del capitán, emparedado entre el piloto y la ingeniero jefe. Cien ojos de buey empañados por el sudor de una tripulación fundiendo el hielo bajo la quilla.
A la mañana siguiente, silencio. Uniformes arrugados y miradas de soslayo. En el puente, el oficial de telecomunicaciones toma la mano de la sobrecargo. Disimuladamente.
Ha vuelto Hank!!
Última edición por Troy Mc Clure el 29.05.19 7:22, editado 1 vez
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Re: RONDA 44 > CONCURSO DE MICRORRELATOS > ENTREGA DE PREMIOS >
Autista escribió:
sapir- Mensajes : 135953
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Re: RONDA 44 > CONCURSO DE MICRORRELATOS > ENTREGA DE PREMIOS >
jajaja
he hecho cortapega con la tablet y veo que me he comido algunas palabras
la falta de práctica...
he hecho cortapega con la tablet y veo que me he comido algunas palabras
la falta de práctica...
Troy Mc Clure- Mensajes : 8195
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Re: RONDA 44 > CONCURSO DE MICRORRELATOS > ENTREGA DE PREMIOS >
No había visto nunca troy show. Ojalá más. (Y del resto)
fritz- Mensajes : 1269
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Re: RONDA 44 > CONCURSO DE MICRORRELATOS > ENTREGA DE PREMIOS >
Y aunque no viene a cuento, a los que os guste o necesitéis picar algo a estas horas, os recuerdo que los cacahuetes no son frutos secos. Ni tubérculos. Son legumbres subterráneas. Otra cosa es la sal o los aceites añadidos.
Venga.
Venga.
fritz- Mensajes : 1269
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Re: RONDA 44 > CONCURSO DE MICRORRELATOS > ENTREGA DE PREMIOS >
Que calidad Fritz.fritz escribió:Y aunque no viene a cuento, a los que os guste o necesitéis picar algo a estas horas, os recuerdo que los cacahuetes no son frutos secos. Ni tubérculos. Son legumbres subterráneas. Otra cosa es la sal o los aceites añadidos.
Venga.
Y pensar que sólo sabrías de Whiskas...
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Re: RONDA 44 > CONCURSO DE MICRORRELATOS > ENTREGA DE PREMIOS >
Gracias reg. Son 7 vidas, ya tu sabes.RegSound escribió:Que calidad Fritz.fritz escribió:Y aunque no viene a cuento, a los que os guste o necesitéis picar algo a estas horas, os recuerdo que los cacahuetes no son frutos secos. Ni tubérculos. Son legumbres subterráneas. Otra cosa es la sal o los aceites añadidos.
Venga.
Y pensar que sólo sabrías de Whiskas...
Dan también para comer chatka. Del de verdad.
fritz- Mensajes : 1269
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Re: RONDA 44 > CONCURSO DE MICRORRELATOS > ENTREGA DE PREMIOS >
Buen día, bicivoladores.
Da comienzo otra apasionante jornada de modorra y pasotismo.
No olviden despedirse de la sobrecargo Grigorescu antes de las doce de esta noche.
Saludos.
Gracias a los comentaristas.
También al gato. A nuestro gato Fritz.
Da comienzo otra apasionante jornada de modorra y pasotismo.
No olviden despedirse de la sobrecargo Grigorescu antes de las doce de esta noche.
Saludos.
Gracias a los comentaristas.
También al gato. A nuestro gato Fritz.
DON- Mensajes : 8834
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Re: RONDA 44 > CONCURSO DE MICRORRELATOS > ENTREGA DE PREMIOS >
11 > La Sobre (1960-1995)
Desde el puente, La Sobrecargo Grigorescu apenas recordaba los motivos para suicidarse pero caminaba decidida y sin mirar hacia los laterales del puente, ahora protegidos con barreras psicológicas de cristal. Si hubiera mirado, a un lado habría visto un bonito amanecer sobre Madrid y, hacia el otro, la extensión verde que da nombre a la Casa Campo.
Al día siguiente, Zuleima lloraba como una descosida: era todo mocos y lamentos. En mitad de aquella pena tan pegajosa sólo era capaz de decir, a berridos, "La Sobre... La Sobre", como en esos programas de la tele en los que el público le grita al concursante lo que tiene que hacer.
En el velatorio, la caja estaba cerrada y todas las flores tapaban el nombre que figuraba en la documentación de "La Sobre": Gica Grigorescu. El ambiente sólo se descargó cuando una de las chicas dijo, al hacer recuento de las presentes, que aquella noche en Madrid no se follaba.
Desde el puente, La Sobrecargo Grigorescu apenas recordaba los motivos para suicidarse pero caminaba decidida y sin mirar hacia los laterales del puente, ahora protegidos con barreras psicológicas de cristal. Si hubiera mirado, a un lado habría visto un bonito amanecer sobre Madrid y, hacia el otro, la extensión verde que da nombre a la Casa Campo.
Al día siguiente, Zuleima lloraba como una descosida: era todo mocos y lamentos. En mitad de aquella pena tan pegajosa sólo era capaz de decir, a berridos, "La Sobre... La Sobre", como en esos programas de la tele en los que el público le grita al concursante lo que tiene que hacer.
En el velatorio, la caja estaba cerrada y todas las flores tapaban el nombre que figuraba en la documentación de "La Sobre": Gica Grigorescu. El ambiente sólo se descargó cuando una de las chicas dijo, al hacer recuento de las presentes, que aquella noche en Madrid no se follaba.
DON- Mensajes : 8834
Fecha de inscripción : 11/11/2015
Re: RONDA 44 > CONCURSO DE MICRORRELATOS > ENTREGA DE PREMIOS >
Hay frase al final?
Nomeko7- Mensajes : 38225
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Re: RONDA 44 > CONCURSO DE MICRORRELATOS > ENTREGA DE PREMIOS >
Bueno... hasta ahora la frase al final era "...en Madrid no se follaba."Nomeko7 escribió:Hay frase al final?
fritz- Mensajes : 1269
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Re: RONDA 44 > CONCURSO DE MICRORRELATOS > ENTREGA DE PREMIOS >
Suena a distopía post VOX.fritz escribió:Bueno... hasta ahora la frase al final era "...en Madrid no se follaba."Nomeko7 escribió:Hay frase al final?
Desde el puente, la sobrecargo Grigorescu apenas recordaba que en Madrid no se follaba.
Nomeko7- Mensajes : 38225
Fecha de inscripción : 03/11/2011
Re: RONDA 44 > CONCURSO DE MICRORRELATOS > ENTREGA DE PREMIOS >
Nomeko7 escribió:Suena a distopía post VOX.fritz escribió:Bueno... hasta ahora la frase al final era "...en Madrid no se follaba."Nomeko7 escribió:Hay frase al final?
Desde el puente, la sobrecargo Grigorescu apenas recordaba que en Madrid no se follaba.
fritz- Mensajes : 1269
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Re: RONDA 44 > CONCURSO DE MICRORRELATOS > ENTREGA DE PREMIOS >
Hoy es mi cumple y ni una puta felicitación.
Rencor eterno. Odio, odio, odio. Y encono.
Rencor eterno. Odio, odio, odio. Y encono.
- Spoiler:
salakov- Mensajes : 52321
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: RONDA 44 > CONCURSO DE MICRORRELATOS > ENTREGA DE PREMIOS >
joder salaka! zorionak hombre! yo pensaba que estabas por encima de los fríos números...
felices 67!
felices 67!
Troy Mc Clure- Mensajes : 8195
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Re: RONDA 44 > CONCURSO DE MICRORRELATOS > ENTREGA DE PREMIOS >
salakov escribió:Hoy es mi cumple y ni una puta felicitación.
Rencor eterno. Odio, odio, odio. Y encono.
- Spoiler:
quien siembra vientos...
...luego tiene muchos.
Re: RONDA 44 > CONCURSO DE MICRORRELATOS > ENTREGA DE PREMIOS >
¡Zorionak maese!
Autista- Mensajes : 15023
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Re: RONDA 44 > CONCURSO DE MICRORRELATOS > ENTREGA DE PREMIOS >
Felicidades salaka!!!
Par un día que no miro los cumpleaños y hay uno importante
Par un día que no miro los cumpleaños y hay uno importante
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RegSound- Moderador
- Mensajes : 52126
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Re: RONDA 44 > CONCURSO DE MICRORRELATOS > ENTREGA DE PREMIOS >
Muchas felicidades Salakov!!
Criminal pentatónico- Mensajes : 7951
Fecha de inscripción : 09/09/2009
Re: RONDA 44 > CONCURSO DE MICRORRELATOS > ENTREGA DE PREMIOS >
Felicidades, Salakas.
Nomeko7- Mensajes : 38225
Fecha de inscripción : 03/11/2011
Re: RONDA 44 > CONCURSO DE MICRORRELATOS > ENTREGA DE PREMIOS >
¡Tarde ya! ¡Tarde todos!
He dicho que os odio.
He dicho que os odio.
salakov- Mensajes : 52321
Fecha de inscripción : 04/08/2015
Re: RONDA 44 > CONCURSO DE MICRORRELATOS > ENTREGA DE PREMIOS >
DON el formulario lo tendrás mañana a primera hora en tu bandeja.
Re: RONDA 44 > CONCURSO DE MICRORRELATOS > ENTREGA DE PREMIOS >
¡El vocativo, cabrones!
Nomeko7- Mensajes : 38225
Fecha de inscripción : 03/11/2011
Re: RONDA 44 > CONCURSO DE MICRORRELATOS > ENTREGA DE PREMIOS >
cuéntanos qué te han regalado sala
Algún libro de Adam Johnson? un poster de Cartarescu? unas bolas chinas?
Algún libro de Adam Johnson? un poster de Cartarescu? unas bolas chinas?
Troy Mc Clure- Mensajes : 8195
Fecha de inscripción : 13/04/2016
Re: RONDA 44 > CONCURSO DE MICRORRELATOS > ENTREGA DE PREMIOS >
uy, el vocadillo
Troy Mc Clure- Mensajes : 8195
Fecha de inscripción : 13/04/2016
Re: RONDA 44 > CONCURSO DE MICRORRELATOS > ENTREGA DE PREMIOS >
salakov escribió:Hoy es mi cumple y ni una puta felicitación.
Rencor eterno. Odio, odio, odio. Y encono.
- Spoiler:
Felicidades otra vez!!!!
Que ya te las di el sabado
Toro- Mensajes : 28497
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Re: RONDA 44 > CONCURSO DE MICRORRELATOS > ENTREGA DE PREMIOS >
Zorionak, salah!!!
Supongo que no cumples en el sistema decimal, pero bueno.
Supongo que no cumples en el sistema decimal, pero bueno.
fritz- Mensajes : 1269
Fecha de inscripción : 02/01/2019
Re: RONDA 44 > CONCURSO DE MICRORRELATOS > ENTREGA DE PREMIOS >
Por lo menos parece que aceptas el giro de la tierra en el período aceptado.fritz escribió:Zorionak, salah!!!
Supongo que no cumples en el sistema decimal, pero bueno.
Por cierto, ahora que lo pienso, los tierraplanistas cumplirán años diferentes. Con violencia.
fritz- Mensajes : 1269
Fecha de inscripción : 02/01/2019
Re: RONDA 44 > CONCURSO DE MICRORRELATOS > ENTREGA DE PREMIOS >
Última edición por fritz el 29.05.19 17:32, editado 1 vez
fritz- Mensajes : 1269
Fecha de inscripción : 02/01/2019
Re: RONDA 44 > CONCURSO DE MICRORRELATOS > ENTREGA DE PREMIOS >
Buena tarde, solenoides.
Zorionak, señor Salakov.
Y nada más que añadir.
Gracias por preparar la hoja de las trampas, Sr Borogis.
Zorionak, señor Salakov.
Y nada más que añadir.
Gracias por preparar la hoja de las trampas, Sr Borogis.
DON- Mensajes : 8834
Fecha de inscripción : 11/11/2015
Re: RONDA 44 > CONCURSO DE MICRORRELATOS > ENTREGA DE PREMIOS >
¡Felicidades Sala! Como homenaje queremos otorgarte el Poeta-Negro, así sin más.
quakto- Mensajes : 4976
Fecha de inscripción : 27/02/2014
Re: RONDA 44 > CONCURSO DE MICRORRELATOS > ENTREGA DE PREMIOS >
quakto escribió:¡Felicidades Sala! Como homenaje queremos otorgarte el Poeta-Negro, así sin más.
DON- Mensajes : 8834
Fecha de inscripción : 11/11/2015
Re: RONDA 44 > CONCURSO DE MICRORRELATOS > ENTREGA DE PREMIOS >
En serio a estas alturas 11 relatos?
Algún nombre molón para un doble nick?
Algún nombre molón para un doble nick?
Toro- Mensajes : 28497
Fecha de inscripción : 13/05/2010
Re: RONDA 44 > CONCURSO DE MICRORRELATOS > ENTREGA DE PREMIOS >
Toro escribió:En serio a estas alturas 11 relatos?
Algún nombre molón para un doble nick?
Se me ocurre seguir el ejemplo de los flamencos.
Me explico: el nombre de la comida que más te guste, en diminutivo, seguido del pueblo de nacimiento de tu abuela materna.
Por ejemplo, Txipironcito de Alfaro.
fritz- Mensajes : 1269
Fecha de inscripción : 02/01/2019
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