★ DAVID BOWIE - Discografía desquiciada ★ Blackstar (2016). FIN.

Casi se me pasa esto, grande Stoneheart tirando del carro!  

(creo... porque vaya lio   )

Desde sunday, tremebundo incio, este disco es un sí. Muy de acuerdo en que las versiones de este disco le redimen en ese aspecto. Y a mi una cancion que me gusta mucho de la segunda pero mas floja mitad es "Everyone says Hi", a reisgo de ser un poco moñas me parece fantástica, creo que es bowie volviendo sobre el tema de la paternidad, y que resulta igualmente emotiva desde ambos lados del espectro, diría que extrapolable a otras situaciones también...

Por cierto, recalcar una de las cosas que del repaso de Surfin/Stoneheart:

Surfinbitxo escribió:
Dicho así parece un batiburrillo, pero por ahí van los tiros. De matar a los ídolos no es precisamente Bowie el primero en hablar, pero es una idea bastante audaz viniendo de quien viene: otro paso más en su camino hacia el underground, verdadero o no, y, sobre todo, la demanda desesperada de un relevo generacional que, a día de hoy, no parece que vaya a llegar. O al menos, no de la forma que creíamos.

Conforme van cayendo los últimos mitos del rock a mi me queda esa sensación de que efectivamente, no hay por ninguna parte un relevo generacional a la altura de estas leyendas. Si, se sigue haciendo buena música, pero pienso en que la última adición a esa lista triste es un gigante de la talla Eddie Van Halen... y es que no, ni de coña hay nadie hoy que se acerque. Al menos en el mundo del rock/pop.

Y vaya, miras el goteo de los últimos años y piensas en que el nuevo Bowie no hará discos sino videos en youtube... y no se, a lo mejor es parte del proceso. Pero no sé.  

De todas formas, divago. Eso igual es tema para otro topic.

Everyone says Hi es una preciosidad. Moñas, pero preciosa.

Vampa escribió:Casi se me pasa esto, grande Stoneheart tirando del carro!  

(creo... porque vaya lio   )

Desde sunday, tremebundo incio, este disco es un sí. Muy de acuerdo en que las versiones de este disco le redimen en ese aspecto. Y a mi una cancion que me gusta mucho de la segunda pero mas floja mitad es "Everyone says Hi", a reisgo de ser un poco moñas me parece fantástica, creo que es bowie volviendo sobre el tema de la paternidad, y que resulta igualmente emotiva desde ambos lados del espectro, diría que extrapolable a otras situaciones también...

Por cierto, recalcar una de las cosas que del repaso de Surfin/Stoneheart:

Surfinbitxo escribió:
Dicho así parece un batiburrillo, pero por ahí van los tiros. De matar a los ídolos no es precisamente Bowie el primero en hablar, pero es una idea bastante audaz viniendo de quien viene: otro paso más en su camino hacia el underground, verdadero o no, y, sobre todo, la demanda desesperada de un relevo generacional que, a día de hoy, no parece que vaya a llegar. O al menos, no de la forma que creíamos.

Conforme van cayendo los últimos mitos del rock a mi me queda esa sensación de que efectivamente, no hay por ninguna parte un relevo generacional a la altura de estas leyendas. Si, se sigue haciendo buena música, pero pienso en que la última adición a esa lista triste es un gigante de la talla Eddie Van Halen... y es que no, ni de coña hay nadie hoy que se acerque. Al menos en el mundo del rock/pop.

Y vaya, miras el goteo de los últimos años y piensas en que el nuevo Bowie no hará discos sino videos en youtube... y no se, a lo mejor es parte del proceso. Pero no sé.  

De todas formas, divago.  Eso igual es tema para otro topic.

Gran tema si, ando muy motivado con este disco, del que pasé de puntillas en su día

A mí este disco me parece mayúsculo y me transmite sensación de desolación mezclada con belleza. Hay canciones como Sunday, Slip Away, Slow Burn, Afraid, I Would Be Your Slave o Heathen que creo que están a un nivel altísimo.

Y la tercera cumbre llega con Fall dog bombs the moon, sobre todo por esa melodía de guitarra que recoge todo el pop que él mismo influenció. Maravillosa melodía para una canción que habla directamente de Dick Cheney, vicepresidente en el gobierno Bush que utilizó varias empresas suyas para realizar trabajos en Irak durante la guerra y, vaya, enriquecerse como quien no quiere la cosa. La idea de la canción es algo así como "voy a buscarte alguien a quien odiar mientras me lleno los bolsillos" y Bowie más político que nunca en frases como:

¡Qué rápido, Starsailor!

Mañana leo, cambio el título y escucho el disco por primera vez en mi vida.

Bueno, una semana más o menos después de Heathen, para mantener algo de ritmo en el tópic y que no se convierta en tópic polluelo...

Pues tengo ganas de saber cómo se ve el disco hoy en día para alguien que lo escucha por primera vez, la verdad. Ya contarás.

a mi es un disco que no me convenció nada al principio pero que me ha ido ganando con el tiempo, voy a disfrutar poniéndolo con la reseña.

Hace siglos que no me lo pongo, buena oportunidad para hacerlo. ¡Muy buena reseña!

Su peor portada sin duda, que puto horror

De primeras el que menos me ha entusiasmado de los tres, pero igualmente un disco muy disfrutable. cojonuda esta etapa de madurez de Bowie.

Me han gustado especialmente Days, Fall Dog Bombs The Moon, Never Get Old y Reality.
La última mola mucho pero como dices le sobra minutaje

Starsailor escribió:[Monte do Gozo de Santiago donde por lo menos Lou Reed como sustituto estuvo a la altura

Me quiero morir...

Espérate que entre Xailor


Todo lo demás, genial. Tengo que recuperar el disco que hace tiempo que no lo escucho. Después del "chasco" de Heathen igual hasta le adelanta...

Grande Starsailor

New Killer Star me mola mucho

eskoriez escribió:Su peor portada sin duda, que puto horror

Para qué negarlo, no es de sus mejores, no muy de la época con filtros y digitalizaciones varias (recuerdo el libreto interior del Lions de los Crowes que es también un horror)

Lo de Lou Reed era coña. No estuve en ese festival pero he leído muchas veces a varios foreros hablar del "conciertazo" que se marcó Lou

Siguiendo con el chupachup, durante un tiempo corrió el rumor que este cuadro era una auto retrato inmortalizando el momento, pero no, por desgracia    

DumDumBoy escribió:Grande Starsailor

New Killer Star me mola mucho

Starsailor escribió:

eskoriez escribió:Su peor portada sin duda, que puto horror

Para qué negarlo, no es de sus mejores, no muy de la época con filtros y digitalizaciones varias (recuerdo el libreto interior del Lions de los Crowes que es también un horror)

Lo de Lou Reed era coña. No estuve en ese festival pero he leído muchas veces a varios foreros hablar del "conciertazo" que se marcó Lou

Siguiendo con el chupachup, durante un tiempo corrió el rumor que este cuadro era una auto retrato inmortalizando el momento, pero no, por desgracia    

Gran anécdota la de la piruleta, no la conocía

Sonando ahora mismo. Parece que hay consenso sobre New Killer Star.

Sí que es horrorosa la portada, sí. El "retrato" parece un emoji, o una de esas cosas de crear un avatar animado. La había visto unas cuantas veces y siempre había pensado que era un fanmade o algo así, no la portada oficial. Ah, y no sabía lo de Iman y la terraza. Sabiendo que la cosa funcionó, aún la quiero más. Me apunto la idea.

Otra gran reseña, Starsailor!

Unicamente me gustaría señalar dos puntos, una opinión personal y una imprecisión que urge corregir.

Subjetivamente, la portada no me parece tan mala. No es que me flipe, pero no creo que destaque demasiado sobre otras suyas en ese sentido.

Objetivamente, Bring Me The Disco King podría durar otros 8 minutos y seguiría siendo fantástica.

Bueno, y la anecdota de la piruleta me da yuyu y risa a partes iguales

Vampa escribió:Otra gran reseña, Starsailor!

Unicamente me gustaría señalar dos puntos, una opinión personal y una imprecisión que urge corregir.

Subjetivamente, la portada no me parece tan mala. No es que me flipe, pero no creo que destaque demasiado sobre otras suyas en ese sentido.

Objetivamente, Bring Me The Disco King podría durar otros 8 minutos y seguiría siendo fantástica.

En cuanto a la portada... Bueno, sí, es peor la del Hours.

Vampa escribió:Bueno, y la anecdota de la piruleta me da yuyu y risa a partes iguales

Yo puedo ver una operación a corazón abierto sin pestañear. Pero todo lo relacionado con los ojos me de muchísimo yuyu.

Otra enorme revisión.



Reality me gusta, pero seguramente sea el disco de Bowie que menos he escuchado.

sapir escribió:Otra enorme revisión.



Reality me gusta, pero seguramente sea el disco de Bowie que menos he escuchado.

Un par de veces, concretamente. Mola que aún me queden discos de Bowie por descubrir.

Una de las primeras impresiones que me dio Reality es que Mike Garson estaba un poco desaprovechado, pero lo compensa, en pequeñas dosis, en Bring me the disco king. Me reafirmo en que no le sobra absolutamente nada.

Oh, leídas las grandes crónicas de Starsailor y Stoneheart disfrazada de Surfin... Debería recuperar los discos. Sé que los he escuchado, pero no los recuerdo (sólo la versión de Cactus, porque soy una fan a muerte de Pixies).

Rhonda escribió:Oh, leídas las grandes crónicas de Starsailor y Stoneheart disfrazada de Surfin... Debería recuperar los discos. Sé que los he escuchado, pero no los recuerdo (sólo la versión de Cactus, porque soy una fan a muerte de Pixies).

Gracias.

De esta trilogía el único que no me dice mucho es Hours (lo siento, Watts).

No digo que no me guste Bring me the disco king, al contrario, sólo que creo que funcionaría mejor con menos minutaje.

Viendo el disco de Reality tour hay hasta seis canciones de este disco que formaban parte del repertorio normal de aquella gira. Plena confianza que tenía en él.

Lo de "Scary chupa chups" me ha matao...

Starsailor escribió:No digo que no me guste Bring me the disco king, al contrario, sólo que creo que funcionaría mejor con menos minutaje.

Viendo el disco de Reality tour hay hasta seis canciones de este disco que formaban parte del repertorio normal de aquella gira. Plena confianza que tenía en él.

Lo de "Scary chupa chups" me ha matao...

Se me acaban las ideas.

Cuando el Heathen leí que había reincorporado temas de la etapa berlinesa a los setlists habituales. Debía ser un momento álgido conciertilmente hablando. Lástima...

Starsailor escribió:No digo que no me guste Bring me the disco king, al contrario, sólo que creo que funcionaría mejor con menos minutaje.

Viendo el disco de Reality tour hay hasta seis canciones de este disco que formaban parte del repertorio normal de aquella gira. Plena confianza que tenía en él.

Lo de "Scary chupa chups" me ha matao...

A mi también me lo parece. La que me ha parecido bien floja es la versión o remix en el que colaboramedio APC

Starsailor escribió:

Reality (2003)

A lo largo del tópic se han visto los distintos cambios y etapas de Bowie. Desde la estrella glam rock al músico que busca la vanguardia o el que abraza la comercialidad, parecía que cada paso buscaba un cambio respecto a lo anterior. Incluso en discos como Outside o Earthling donde ese cambio se lograba a base de seguir las tendencias de la época.
Y llegan esos Hours, Heathen o Reality, discos que finalmente no tienen que demostrar nada ni seguir a nadie. Finalmente Bowie, después de tantos años, puede ser él.
Felizmente casado con Iman, ex fumador después de que se congelara en la terraza porque su mujer le enviara allí a darle al vicio (después de tantos años pegado a un cigarro), se podía decir que estaba…bien. Más que bien.

Sin embargo el recuerdo que tengo yo de esos años son los de un artista que sí, es conocido por todos, es una leyenda en vida, pero no tiene el reconocimiento que creo tendrá en pocos años. Es decir, publica unos discos que casi no interesan a nadie más que a sus seguidores de toda la vida, sale de gira y en ocasiones hasta le cuesta llenar el recinto. Aún no tiene el estatus que tiene hoy en día. Pero eso cambiará en poco tiempo.
Y antes de eso llega Reality, el disco del parón, el que parecía que iba a ser el último por las circunstancias. De nuevo con Visconti como productor, vuelve a recurrir a sospechosos habituales como Garson al piano o Earl Slick a la guitarra mientras él se lo pasa en grande con guitarras, sintetizadores, saxo y diferentes percusiones.
Toma el título por los momentos extraños que vivía el mundo (11-S, Irak,…) y la sensación de que todo podía saltar por los aires, de una realidad que más bien parecía irreal, una nebulosa moderna donde nadie parecía tener nada claro. Esa urgencia (oh, palabreja) de los tiempos influye también en una grabación rápida, sin aparentes pretensiones, y que llega tan sólo un año después de Heathen.
Así que no es que el disco tuviera un parto difícil o problemático. En absoluto. Es, como se decía antes, un disco la mar de disfrutable con unas canciones que, por decir algo, beben de Scary Monsters. En sonido, en intenciones, en la forma de interpretar las canciones,…es algo que también comparte con el anterior Heathen.
Y es injusto porque se ha quedado como uno de esos discos casi perdidos por los que nadie se interesa. No es una obra maestra, ya no tenía que cambiar nada, pero es un estupendo disco con momentos muy logrados.

Tal vez el problema, o al menos es lo que me pasa a mí, es que tiene un inicio más bien titubeante. Empieza más que bien con New Killer Star, canción rock marca de la casa que introduce el tono del disco y fue el single de presentación, pero la versión de Pablo Picasso de Jonathan Richman está bien sin más, perdiendo la gracia de la original con esa producción recargada. El inicio de Never get old tampoco hace presagiar nada bueno aunque por suerte es una de esas canciones que mejora a medida que avanza, sobre todo por esos coros de fondo mientras repite el definitorio título.

Pero ¡ah! Todo cambia a partir de The loneliest guy. Es una canción con una atmósfera nocturna, casi amenazante, lenta como una noche de niebla que te va envolviendo sin que te des cuenta. ¡Y qué frágil parece Bowie cantando!, por primera vez se le nota cansado, viejo, pero es algo totalmente intencionado y acorde con la letra de la canción. Pese al tono tristón y melancólico de la canción Bowie mira atrás y tras todos los logros siente que se acerca el final. Y claro, Garson le acompaña.

All the pages that have turned
All the errors left unlearned, oh
Well I'm the luckiest guy
Not the loneliest guy
In the world

Todo lo apuntado aquí se refuerza con la parte central del disco, la que merece la pena, la que está a su altura. La que mira a Scary Monters pero también a lo que vendrá en su siguiente disco.
Sigue la enérgica Looking for water, que tiene en la sencillez su mejor aliada, y She´ll drive the big car, segunda cumbre del disco con esa armónica que recuerda a A new career in a new town (¿no os pasa que cada vez que suena una armónica en una de sus canciones os viene a la cabeza esa canción?) y una producción perfecta, juntando esa especie de órgano de fondo, palmas, guitarra acústica, estilófono,…todo con total claridad y un cambio de tono a mitad de canción de nuevo con coros de fondo que es maravilloso.
Y Days, con ese inicio tan campestre y sencillo que me gusta pensar que es una especie de homenaje a Ray Davies ya desde el título de la canción. De nuevo el Bowie más frágil.

Hold me tight
Keep me cool
Going mad
Don't know what to do
Do I need a friend?
Well, I need one now

Y la tercera cumbre llega con Fall dog bombs the moon, sobre todo por esa melodía de guitarra que recoge todo el pop que él mismo influenció. Maravillosa melodía para una canción que habla directamente de Dick Cheney, vicepresidente en el gobierno Bush que utilizó varias empresas suyas para realizar trabajos en Irak durante la guerra y, vaya, enriquecerse como quien no quiere la cosa. La idea de la canción es algo así como "voy a buscarte alguien a quien odiar mientras me lleno los bolsillos" y Bowie más político que nunca en frases como:

I'm goddamn rich
An exploding man
When I talk in the night
There's oil on my hands
What a dog

HDP

La versión de Try some, buy some de George Harrison es más acertada que la de Richman, en parte porque esas melodías tan Beatle nunca fallan y por el contraste con la propia Reality. Tema titular que es un cañonazo, el hermano cabrón de Scary Monsters y una sorpresa a estas alturas.
Lástima que no suceda lo mismo con Bring me the disco King, cierre de disco donde juega con el jazz y el pop, de nuevo con esa atmósfera tan cinematográfica y densa que tanto le gusta y que empieza de forma magnífica para alargarse innecesariamente (como yo…) hasta los casi ocho minutos. Una canción que ya venía de los años de Black Tie White noise y que nunca se había decidido a grabar. Una lástima porque, en mi opinión, con algo más de concreción habría sido un cierre perfecto.

A pesar de todo queda un disco a reivindicar, aunque sólo sea por ese puñado de canciones en las que demuestra que sí, aún “lo tiene”. Sirvió también para que se embarcara en el Reality Tour, gira extensa donde repasaba todas sus épocas y en la que a él se le veía comodísimo, de buen humor, con una banda que le adoraba y que incluía de nuevo a Garson y a Gail Dorsey al bajo dejando buena muestra de ello en el disco y el video de la gira. Además volvía a tener una imagen magnética y sobria, nada que ver con el cyberpunk de Earthling que más parecía el Sr. Burns intentando ser joven de nuevo.

So...you wanna be like me, ah?...

Una gira que abarcó parte del año 2003 y del siguiente donde en cuestión de semanas todo se torció.
Todo empezó a ir mal cuando en mayo de 2.004 fallece un técnico de iluminación justo antes del comienzo del concierto, y continuó el 18 de junio con una de las anécdotas más absurdas y ridículas de su carrera.

Durante el concierto en el festival Norwegian Wood de Oslo y tras el tercer tema, Bowie da la espalda al público y parece tropezar, o al menos se mueve torpemente. Nadie sabe bien qué pasa. Y lo que pasa es que alguien del público había lanzado una piruleta que increíblemente se le engancha entre el párpado y el ojo. Bowie se gira, aún con la piruleta metida ahí (¡¡¡??) y empieza a insultar a quien la ha lanzado “¡Imbécil!, ¡cabrón!, sólo tengo un ojo sano y has fallado ¡te encontraré!¡no te escondas!"…alucinante. A pesar de todo siguió el concierto con una mala hostia considerable por parte de Bowie, quien tras tirar una púa al público dijo algo así como “igual me escondo tras la banda”. Sorprendentemente acabaron tocando 27 canciones.

The lollipop incident...

Pero claro, lo peor estaba por venir y fue tan sólo una semana más tarde, el 25 de junio, su último concierto. Mientras tocaban Reality Bowie se quedó quieto, sudando a mares, sin poder cantar mientras la banda le miraba sin saber qué pasaba y él casi no podía respirar. Pese a que odiaba cancelar conciertos aguantó poco más. Fin. Y él que tuvo que someterse a una angioplastia para operar una obstrucción grave de las arterias que le afectaba directamente al corazón. Cancelación de la gira (incluyendo actuaciones en Bilbao y en el festival Monte do Gozo de Santiago donde por lo menos Lou Reed como sustituto estuvo a la altura), desaparición de la vida pública durante unos cuantos años y, ahora sí, y enlazando con lo que decía al principio, subida a los altares.

Como le pasara a Dylan tras su accidente de moto de 1966, el misterio y el silencio de su vida alejado de la opinión pública hace crecer su leyenda, esperando un regreso que no llegaba. También, y esto es opinión mía, creo que la implantación definitiva y masiva de internet ayudó a elló. Al igual que pasó con otros grupos, discos o artistas a los que nunca se les hizo mucho caso, gracias a internet había acceso rápido y directo a todo aquello que decían había sido tan bueno. Y Bowie fue muy bueno, qué os voy a contar. Mucha gente descubrió que el autor de los hits pop de los 80 fue durante los 70 un tío que no daba paso en falso, que había influenciado a miles de grupos posteriores. Y supongo que él estaría en casa, tranquilo, pintando, y encantado con la situación…pero la idea de una últimas canciones se le pasaba ya por la cabeza, sólo que nadie esperaba que tardara diez años…

Mucho mejor la revisión que el disco, pero vamos, ni punto de comparación

Ah, pero esto... ¿sigue vivo?

El facha catalán escribió:

Starsailor escribió:

Reality (2003)

A lo largo del tópic se han visto los distintos cambios y etapas de Bowie. Desde la estrella glam rock al músico que busca la vanguardia o el que abraza la comercialidad, parecía que cada paso buscaba un cambio respecto a lo anterior. Incluso en discos como Outside o Earthling donde ese cambio se lograba a base de seguir las tendencias de la época.
Y llegan esos Hours, Heathen o Reality, discos que finalmente no tienen que demostrar nada ni seguir a nadie. Finalmente Bowie, después de tantos años, puede ser él.
Felizmente casado con Iman, ex fumador después de que se congelara en la terraza porque su mujer le enviara allí a darle al vicio (después de tantos años pegado a un cigarro), se podía decir que estaba…bien. Más que bien.

Sin embargo el recuerdo que tengo yo de esos años son los de un artista que sí, es conocido por todos, es una leyenda en vida, pero no tiene el reconocimiento que creo tendrá en pocos años. Es decir, publica unos discos que casi no interesan a nadie más que a sus seguidores de toda la vida, sale de gira y en ocasiones hasta le cuesta llenar el recinto. Aún no tiene el estatus que tiene hoy en día. Pero eso cambiará en poco tiempo.
Y antes de eso llega Reality, el disco del parón, el que parecía que iba a ser el último por las circunstancias. De nuevo con Visconti como productor, vuelve a recurrir a sospechosos habituales como Garson al piano o Earl Slick a la guitarra mientras él se lo pasa en grande con guitarras, sintetizadores, saxo y diferentes percusiones.
Toma el título por los momentos extraños que vivía el mundo (11-S, Irak,…) y la sensación de que todo podía saltar por los aires, de una realidad que más bien parecía irreal, una nebulosa moderna donde nadie parecía tener nada claro. Esa urgencia (oh, palabreja) de los tiempos influye también en una grabación rápida, sin aparentes pretensiones, y que llega tan sólo un año después de Heathen.
Así que no es que el disco tuviera un parto difícil o problemático. En absoluto. Es, como se decía antes, un disco la mar de disfrutable con unas canciones que, por decir algo, beben de Scary Monsters. En sonido, en intenciones, en la forma de interpretar las canciones,…es algo que también comparte con el anterior Heathen.
Y es injusto porque se ha quedado como uno de esos discos casi perdidos por los que nadie se interesa. No es una obra maestra, ya no tenía que cambiar nada, pero es un estupendo disco con momentos muy logrados.

Tal vez el problema, o al menos es lo que me pasa a mí, es que tiene un inicio más bien titubeante. Empieza más que bien con New Killer Star, canción rock marca de la casa que introduce el tono del disco y fue el single de presentación, pero la versión de Pablo Picasso de Jonathan Richman está bien sin más, perdiendo la gracia de la original con esa producción recargada. El inicio de Never get old tampoco hace presagiar nada bueno aunque por suerte es una de esas canciones que mejora a medida que avanza, sobre todo por esos coros de fondo mientras repite el definitorio título.

Pero ¡ah! Todo cambia a partir de The loneliest guy. Es una canción con una atmósfera nocturna, casi amenazante, lenta como una noche de niebla que te va envolviendo sin que te des cuenta. ¡Y qué frágil parece Bowie cantando!, por primera vez se le nota cansado, viejo, pero es algo totalmente intencionado y acorde con la letra de la canción. Pese al tono tristón y melancólico de la canción Bowie mira atrás y tras todos los logros siente que se acerca el final. Y claro, Garson le acompaña.

All the pages that have turned
All the errors left unlearned, oh
Well I'm the luckiest guy
Not the loneliest guy
In the world

Todo lo apuntado aquí se refuerza con la parte central del disco, la que merece la pena, la que está a su altura. La que mira a Scary Monters pero también a lo que vendrá en su siguiente disco.
Sigue la enérgica Looking for water, que tiene en la sencillez su mejor aliada, y She´ll drive the big car, segunda cumbre del disco con esa armónica que recuerda a A new career in a new town (¿no os pasa que cada vez que suena una armónica en una de sus canciones os viene a la cabeza esa canción?) y una producción perfecta, juntando esa especie de órgano de fondo, palmas, guitarra acústica, estilófono,…todo con total claridad y un cambio de tono a mitad de canción de nuevo con coros de fondo que es maravilloso.
Y Days, con ese inicio tan campestre y sencillo que me gusta pensar que es una especie de homenaje a Ray Davies ya desde el título de la canción. De nuevo el Bowie más frágil.

Hold me tight
Keep me cool
Going mad
Don't know what to do
Do I need a friend?
Well, I need one now

Y la tercera cumbre llega con Fall dog bombs the moon, sobre todo por esa melodía de guitarra que recoge todo el pop que él mismo influenció. Maravillosa melodía para una canción que habla directamente de Dick Cheney, vicepresidente en el gobierno Bush que utilizó varias empresas suyas para realizar trabajos en Irak durante la guerra y, vaya, enriquecerse como quien no quiere la cosa. La idea de la canción es algo así como "voy a buscarte alguien a quien odiar mientras me lleno los bolsillos" y Bowie más político que nunca en frases como:

I'm goddamn rich
An exploding man
When I talk in the night
There's oil on my hands
What a dog

HDP

La versión de Try some, buy some de George Harrison es más acertada que la de Richman, en parte porque esas melodías tan Beatle nunca fallan y por el contraste con la propia Reality. Tema titular que es un cañonazo, el hermano cabrón de Scary Monsters y una sorpresa a estas alturas.
Lástima que no suceda lo mismo con Bring me the disco King, cierre de disco donde juega con el jazz y el pop, de nuevo con esa atmósfera tan cinematográfica y densa que tanto le gusta y que empieza de forma magnífica para alargarse innecesariamente (como yo…) hasta los casi ocho minutos. Una canción que ya venía de los años de Black Tie White noise y que nunca se había decidido a grabar. Una lástima porque, en mi opinión, con algo más de concreción habría sido un cierre perfecto.

A pesar de todo queda un disco a reivindicar, aunque sólo sea por ese puñado de canciones en las que demuestra que sí, aún “lo tiene”. Sirvió también para que se embarcara en el Reality Tour, gira extensa donde repasaba todas sus épocas y en la que a él se le veía comodísimo, de buen humor, con una banda que le adoraba y que incluía de nuevo a Garson y a Gail Dorsey al bajo dejando buena muestra de ello en el disco y el video de la gira. Además volvía a tener una imagen magnética y sobria, nada que ver con el cyberpunk de Earthling que más parecía el Sr. Burns intentando ser joven de nuevo.

So...you wanna be like me, ah?...

Una gira que abarcó parte del año 2003 y del siguiente donde en cuestión de semanas todo se torció.
Todo empezó a ir mal cuando en mayo de 2.004 fallece un técnico de iluminación justo antes del comienzo del concierto, y continuó el 18 de junio con una de las anécdotas más absurdas y ridículas de su carrera.

Durante el concierto en el festival Norwegian Wood de Oslo y tras el tercer tema, Bowie da la espalda al público y parece tropezar, o al menos se mueve torpemente. Nadie sabe bien qué pasa. Y lo que pasa es que alguien del público había lanzado una piruleta que increíblemente se le engancha entre el párpado y el ojo. Bowie se gira, aún con la piruleta metida ahí (¡¡¡??) y empieza a insultar a quien la ha lanzado “¡Imbécil!, ¡cabrón!, sólo tengo un ojo sano y has fallado ¡te encontraré!¡no te escondas!"…alucinante. A pesar de todo siguió el concierto con una mala hostia considerable por parte de Bowie, quien tras tirar una púa al público dijo algo así como “igual me escondo tras la banda”. Sorprendentemente acabaron tocando 27 canciones.

The lollipop incident...

Pero claro, lo peor estaba por venir y fue tan sólo una semana más tarde, el 25 de junio, su último concierto. Mientras tocaban Reality Bowie se quedó quieto, sudando a mares, sin poder cantar mientras la banda le miraba sin saber qué pasaba y él casi no podía respirar. Pese a que odiaba cancelar conciertos aguantó poco más. Fin. Y él que tuvo que someterse a una angioplastia para operar una obstrucción grave de las arterias que le afectaba directamente al corazón. Cancelación de la gira (incluyendo actuaciones en Bilbao y en el festival Monte do Gozo de Santiago donde por lo menos Lou Reed como sustituto estuvo a la altura), desaparición de la vida pública durante unos cuantos años y, ahora sí, y enlazando con lo que decía al principio, subida a los altares.

Como le pasara a Dylan tras su accidente de moto de 1966, el misterio y el silencio de su vida alejado de la opinión pública hace crecer su leyenda, esperando un regreso que no llegaba. También, y esto es opinión mía, creo que la implantación definitiva y masiva de internet ayudó a elló. Al igual que pasó con otros grupos, discos o artistas a los que nunca se les hizo mucho caso, gracias a internet había acceso rápido y directo a todo aquello que decían había sido tan bueno. Y Bowie fue muy bueno, qué os voy a contar. Mucha gente descubrió que el autor de los hits pop de los 80 fue durante los 70 un tío que no daba paso en falso, que había influenciado a miles de grupos posteriores. Y supongo que él estaría en casa, tranquilo, pintando, y encantado con la situación…pero la idea de una últimas canciones se le pasaba ya por la cabeza, sólo que nadie esperaba que tardara diez años…

Mucho mejor la revisión que el disco, pero vamos, ni punto de comparación

No está mal hombre, un disco bastante convencional, sin experimentos ni cosas raras, fofo por momento pero con un nivel general bastante alto

@Felix the cat ¿Te ha llegado el privado? ¿Te apañas, más o menos, o lo posteo yo directamente?

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The Next Day (2013)

La historia de The next day, el album que se puso a la venta un 8 de marzo de 2013 y hace el n.º 24 de sus discos en estudio, comienza en realidad en 1977, en Berlín. Allí se escapó Bowie en compañía de Iggy Pop tras tres años viviendo por y para la cocaína que lo habían dejado en los huesos y en brazos de la paranoia. No parecía buena idea mudarse a una de las capitales europeas de la droga en compañía de un politoxicómano, pero así estaban las cosas entonces. En todo caso, se constataría una paulatina sustitución de la coca por el alcohol como combustible vital.
Una de las razones por las que Bowie eligió Berlín para reinventarse fue su admiración por el escritor Christopher Isherwood y sus historias de cabarets decadentes en la república de Weimar, en los albores del nazismo (magníficamente retratados en la serie Babylon Berlin). Bowie había conocido a Isherwood en 1976, tras un concierto en Los Angeles. La canción Where are we now? habla del club Dschungel, un local famoso de la noche berlinesa en los años 70. Es con este tema, puesto a la venta en iTunes sin promoción alguna, con el que rompió el 8 de enero (el día de su cumpleaños) un silencio musical de 10 años (desde Reality, en 2003). Ese mismo día se subió a su página web un video clip de la canción dirigido por un artista multimedia neoyorquino, Tony Ousler.


Cuando vas andando por ahí y te encuentras eso, sin venir a cuento...

En The next day tenemos a Bowie (una vez más) disfrazándose ...de Bowie. Reinventándose para encarnarse en el Bowie de otra época. La primera pista está en la portada: desfigura la del album Heroes, la pieza central de su trilogía berlinesa.
El disco es un album complejo, sombrío, multiestilítstico, exigente, con pocos temas pegadizos. Rasgos que comparten muchos albumes de Bowie, aunque en esta ocasión nuestro alienígena favorito nos ofrece una voz más gruesa que de costumbre para que empaste mejor con la música.

El primer corte es The next day, con una letra inspirada en libros de historia medieval inglesa que arranca con la despedida entre dos amantes (“escucha a las putas” le aconseja él a ella), para hablarnos de un hombre arrastrado y mutilado por el gentío. La violencia es el argumento de esta enérgica pieza, un elemento inseparable del mundo de la Edad Media. La música está dominada por un ritmo trotón que avanza hasta el estribillo, donde Bowie parece morder las palabras. Notable presencia de guitarras afiladas que añaden inquietud a la atmósfera de la pieza.
Dirty boys ofrece una melodía tambaleante envuelta en los chirridos del saxofón de un viejo colaborador, Steve Elson; una atmósfera que recuerda a la de Nightclubbing que Bowie co-escribió y produjo para Iggy Pop en la época de Berlín. O a la de muchas canciones de Tom Waits.

La siguiente es una pieza más relajada que constituyó el segundo single del disco, The stars (are out tonight), con la presencia, recurrente en este disco, de Gerry Leonard y David Torn a las guitarras y que ofrece pasajes que remiten a China girl o a Let’s dance. La letra aprovecha la obvia dualidad del término “estrella” para hablar sobre la celebridad de una forma bastante más sutil que en Fame, su hit de 1975. Estrellas que “te queman con sus sonrisas radiantes” y “te atrapan con sus hermosos ojos”, “derramando sus celos”, “arruinadas y avergonzadas o borrachas y asustadas” pero, insiste en este verso: “espero que vivan para siempre”.

Con Love is lost regresa la zozobra de la mano de unos fríos sintetizadores y del desesperanzado arranque de Bowie: “Es la hora más oscura, tienes veintidós años / la voz de la juventud, la hora del pavor”. Le está hablando a una muchacha en cuya vida todo es nuevo pero cuyo miedo “es tan viejo como el mundo”. Mientras, sintes y batería machacan una papilla de agridulce paladar.
Where are we now es la balada que se escogió como primer single del album para sacarlo en iTunes sin promoción alguna, el día en que Bowie cumplía 66 años. Se hizo acompañar por un videoclip a cargo del mencionado Tony Ouslen (productor de T.Rex, del Bad reputation de Thin Lizzy, y de albumes de Boomtown Rats, The Stranglers, The Moody Blues, Manic Street Preachers…) que ha envejecido bastante mal. Bowie da cuenta en primera persona de un tiempo ya pasado, con continuas referencias a distintos lugares de Berlín. Tal vez haya que darle la razón al diseñador gráfico del disco (nos ahorraremos el nombre) quien manifestó que la canción es "una comparación entre el Berlín después de la caída del muro y el Berlín actual". El envoltorio musical recuerda, aunque vagamente, al glam. La batería vuelve a mandar en la última estrofa del tema, donde salmodia: “mientras haya sol / mientras haya lluvia / mientras haya fuego / mientras estés tu / mientras esté yo”. Melancolía en vena, nunca mejor dicho.


Esa fina línea entre la obra maestra y la tomadura de pelo.

La canción fue defenestrada por Angela Barnett, la ex de Bowie (la Angie que se pasó media vida reclamando ser la misma de la famosa balada de los Rolling Stones porque se había acostado con Jagger) en el periódico dominical más vendido en el Reino Unido. “No puedo evitar preguntarme qué fue del innovador musical. No quiero ser cruel, pero no me abandona la sensación de que el sentimiento retro-introspectivo de la canción encierra un mensaje: no voy a estar aquí mucho más tiempo, hablemos del pasado”. Esta última frase pone los pelos de punta si pensamos que Bowie solo publicaría un album más, dos días antes de su fallecimiento. “No hay nada en el sonido que sea nuevo, tampoco. La temática cansa: es una mirada nostálgica a la última ocasión en que estuvo en el primer plano de la música pop. Y, lo que es peor, el disco hace mitología y envuelve en romanticismo un período de la carrera de David que recuerdo con disgusto. Lo que recuerdo de Berlín… son multitud de ocasiones de estar sentada en nightclubs con David fingiendo que era un extra en Cabaret mientras era testigo del ascenso de los nazis”.

Si no quería ser cruel, Angie consiguió disimularlo, pero nadie que no se muestre complaciente con su ex-marido le puede poner un pero a su análisis por más que provenga de una personalidad tan controvertida como la suya. Observemos que no está hablando de la calidad del material que Bowie presentaba, sino de su relevancia. No estamos aquí para debatir sobre la insensata demanda de transcendencia histórica que con frecuencia se le exige a los grandes creadores en cualquier punto de su carrera, pero tal parece que es el argumento de Angie Bowie.

La batería, uno de los instrumentos cruciales de este disco, vuelve a mandar en Valentine’s day, cuya temática se sale un poco por la tangente: un alumno de rostro aniñado se dedica a pegar tiros en una escuela. Se piensa que la canción hace referencia al tiroteo que tuvo lugar en la universidad de Northern Illionis (USA) el día de san Valentín de 2008. Podemos asegurar que esta pieza no pasará a la historia, entre otras cosas porque no ha dado señales de ello hasta ahora.

If you can see me es otra canción forjada por la fascinación de Bowie con la temática medieval. Musicalmente, se relaciona tanto con Earthling como con Blackstar. Nuevamente el tratamiento rítmico que impone la batería es crucial, con esos crujidos tan jazzísticos. Según Visconti, muchas de los temas de The next day fueron concebidos con Bowie al teclado. Al productor y multiinstrumentista neoyorquino le parecía que Dave Brubeck (famoso pianista y representante del “cool jazz” fallecido un año atrás) estaría orgulloso de esta canción.

Otro tanto se podría decir, y seguro que se ha dicho, de I’d rather be high, aunque servidor la situaría bastante por encima de la anterior. Esto dijo Tony Visconti sobre la canción: “trata de un soldado que regresa devastado de una guerra y que, en lugar de volver a transformarse en ser humano, lamenta: preferiría estar colocado. No quiero saber nada. Quiero borrar esos pensamientos de mi mente”. Estamos, pues, ante el antibelicismo en toda regla.

Boss of me es el tema más plano del disco. Fue compuesta en el verano de 2011 junto a su guitarrista Gerry Leonard tras una visita de Bowie a Woodstock donde aquel tenía una casa. Bowie usó un teclado Roland que Leonard pidió a un amigo. Se supone que el título del tema surgió por uno de los procesadores de efectos que tenía Leonard, un Boss ME-80. La letra habla de la inesperada relación amorosa con una muchacha de un pueblo pequeño, que se convierte en su jefa (“the boss of me”). Tal vez una broma a cuenta del origen somalí de Imán, su mujer desde hacía diez años.
Dancing out in space es un típico tema de relleno. Se puede interpretar ese bailar en el espacio como una especie de muerte dulce flotando en él, como un nadador que se ahoga. De hecho, el primer verso es “cortando el agua” y se menciona “el reino de los barcos”. Bowie nombra al decimonónico poeta simbolista belga Georges Rodenbach, quien fue objeto de atención y de reediciones de su obra en Inglaterra al comenzar el presente siglo. Llama especialmente la atención la forma de cantar, en octava doble y con una burlona alegría que en el estribillo incluye un toque de bajo doo-wop. Brota también en ellos un ritmo que recuerda a Lust for life.

How does the grass grow? es un título que reitera la temática bélica. Se trata de un cántico con el que los soldados se entrenaban en la lucha cuerpo a cuerpo. Mientras hundían las bayonetas en los muñecos repetían: “How does the grass grow? Blood, blood, blood” (¿cómo crece la hierba? ¡Sangre, sangre, sangre!).
La canción construye su estribillo a partir del sonido central del tema Apache que popularizaron The Shadows, con los acordes ligeramente modificados. La música es una amalgama de líneas de teclado dobladas, golpes de platillos, órganos rampantes, el gemido de un par de notas en un bajo sintetizado. La distorsión aplicada a la voz de Bowie y su forma nerviosa y sincopada de expeler el texto crean una tensión revestida de tristeza. Las referencias a chicas que visten “faldas de nylon y sandalias de Hungría” y a los chicos “montados en sus ciclomotores de Riga” ayudan a situar la historia en algún lugar del bloque oriental durante la era soviética. Los jóvenes de ambos sexos alimentan la tierra con su sangre, la esperanza se ha perdido. Solo el suelo que pisamos perdurará.

En (You will) set the world on fire hallamos un homenaje a la escena folk de los primeros años de los sesenta y a su influencia en el rock inglés. El título remite a una frase de Catalina de Siena, una mística del siglo XIV: “Si somos lo que debemos ser, prenderemos fuego al mundo entero”. La canción arranca en Greenwich Village a medianoche y por ella desfila la creme de la escena folk de la época: Seeger, Baez, Ochs, Vank Ronk y Booby (Dylan). La “chica negra y la guitarra / arden juntas de rabia” parece referirse a la cantautora Odetta, una influyente figura para los antes citados.

Bowie reclutó como guitarrista a su antiguo compinche Earl Slick con una simple llamada telefónica. Slick comentó lo difícil que se le hizo mantener en secreto el proyecto durante los siguientes meses. El guitarrista fue portada de un especial de aquellas navidades de Guitar Player, revista que le dedicó 14 páginas. Recuerda que Bowie le agradeció amablemente haber mantenido cerrado el pico. Asegurarse una buena pieza rock (para rendir tributo al folk neyorquino, ojo) es lo que pretendía Bowie con Slick y lo consiguió. El verso más simpático: “Kennedy habría matado por las líneas que has escrito”. El más halagador: “gritando como una banshee / tú estás en el barco, nena / nosotros en el agua”.


Visconti, Bowie, Slick.

Regresan las miserias de la guerra con You feel so lonely you could die, la penúltima pieza del disco. Una clásica balada rockera que finaliza con los golpes de batería con que comienza Five years. Esto no es solo un guiño a uno de sus trabajos más exitosos, sino que de algún modo pretende sumarse a él con una letra que encajaría facilmente en el mundo futurista de Ziggy, poblado por jóvenes indiferentes y demasiado indulgentes, cinco años antes del final de la humanidad. El título procede de Heartbreak hotel (I get so lonely, I could die) de Elvis, quien también vino al mundo un 8 de Enero. La canción evoluciona a ritmo de vals, algo muy poco frecuente en su discografía. Una balada que es una despedida a un ser despreciable al que ve como un futuro suicida cuya depresión parece haber sido forjada por la soledad de una ciudad. “Puedo verte cadáver, colgando de una viga… ¡Mira si me importa!, ¡hazlo pronto, por favor!” Su interlocutor, un traidor, un vendido, un espía es alguien de quien está seguro de que se siente tan solo que podría morir, como reza el título. Su imagen dejando trozos de papel en el parque remite a las primeras escenas de La gente de Smiley una famosa novela de espionaje de John Le Carré.

En el tema que cierra el disco, Heat, Bowie canta con voz prístina y oscura a la vez: "Y me digo a mí mismo / no sé quién soy". Citaremos una vez más a Visconti, quien fue escogido para ser el portavoz en lo que se refiere a promoción de este album: “la letra era tan desoladora que le pregunté (a Bowie) de qué estaba hablando. “Oh, no hablo de mi”, dijo. “En ninguna de estas canciones. Hago de observador”. Visconti olvida mencionar que Bowie nunca habla tanto sobre sí mismo como cuando lo hace sobre cualquier otra cosa.

Heat es una balada en la que alguien que aparentemente se halla encerrado en una prisión (sea real o sea su propia mente) busca una identidad propia. Cantando con voz profunda y resonante, que recuerda a Scott Walker, Bowie comienza así: “When we saw Mishima’s dog / trapped between the rocks / blocking de waterfall” (Cuando vimos al perro de Mishima / atrapado entre las rocas / bloqueando la cascada). Este escenario aparece en la novela Spring snow (Nieve de primavera) del escritor japonés. La devoción de Bowie por este complejo y atormentado artista le llevó a pintar un enorme retrato que tenía colgado en su apartamento de Berlín.

Quizá sea conveniente citar aquí un párrafo de Confesiones de una máscara y leerlo pensando no en Mishima, sino en Bowie: “Lo que la gente consideraba una pose de mi parte era en realidad una expresión de mi necesidad de afirmar mi verdadera naturaleza. Y era precisamente lo que la gente consideraba mi verdadero yo lo que era una mascarada.”

Como “David Bowie”, “Yukio Mishima” era un nombre artístico, el de Kimitake Hiraoka . En una cena con Arcade Fire en Nueva York, Bowie se explayó sobre su devoción sobre el trabajo de Mishima. Llegó a afirmar que había estado en Tokio durante los trágicos sucesos que concluyeron con el suicidio del escritor. Claro que, en realidad, en esa fecha había estado sentado al piano en Beckenham, Londres. Nada que objetar a quien confesó: “Cambio mucho de idea. No suelo estar muy de acuerdo con lo que digo. Soy un tremendo mentiroso”.


Ese señor del cuadro pintado por Bowie es Yukio Mishima.

El paisaje que pinta Heat es un paisaje maldito. Tras los versos sobre Mishima Bowie habla de canciones de polvo, el fin del mundo, la noche siempre cayendo y “el pavo real en la nieve”. Esto último parece estar tomado de una escena de Amacord, la autobiográfica película de Fellini.
La violencia que atraviesa The Next Day alcanza reposo en Heat, una especie de “alto el fuego”.

Tras décadas de marcar tendencia en el mundo de la música, The Next Day suena a Bowie mirando por primera vez hacia atrás; una colección de canciones que alude a sus distintos períodos y estilos, desde el glam de la era Ziggy Stardust hasta la experimentación en Berlín, pasando por el soul plástico de Young Americans y tocando incluso el drum & bass de los años 90. Pese a este enfoque nostálgico, The Next Day también encuentra a Bowie sonando realmente urgente, como si el tipo estuviese consciente de los rumores sobre su salud y quisiera recordarle al mundo que nadie hacía música más vital que él. Si ese era la intención, el objetivo quedó más que cumplido.

Las tres últimas palabras de las 42 que Bowie ofreció al escritor Rick Moody como su única declaración pública sobre esta obra fueron: trágico-nervio-mistificación. Tres elementos que sin dudan permean el universo de la misma.

Le he echado una mano a Felix the cat en el formateo del post y, con lo complicadas que son estas cosas por privados, pensaba que no salía.

Siendo Heat uno de mis momentos favoritos del disco, me dan ganas de leer (por fin ) a Mishima para llegar hasta el fondo de la letra. Por otra parte, me sorprende que Dancing out of space se considere un tema de relleno, pero es porque le tengo cariño. En general, dentro de lo retrospectivo del disco, prefiero los momentos en que mira al pasado reciente que a la época berlinesa.

Gracias y enhorabuena por el tocho!

Maravilloso, Félix. Solo una cosilla. Ronson no puede estar en este disco porque llevaba unos años muerto. A no ser que te entienda mal y hables en sentido figurado...


Pero, como digo, reseña maravillosa con mil detalles y referencias que desconocía. Muy grande

Por cierto, mi favorita del disco es Love is Lost, que, sí, es muy Earthling

watts escribió:Maravilloso, Félix. Solo una cosilla. Ronson no puede estar en este disco porque llevaba unos años muerto. A no ser que te entienda mal y hables en sentido figurado...


Pero, como digo, reseña maravillosa con mil detalles y referencias que desconocía. Muy grande

Eso se me pasó la primera vez y di por hecho que era en sentido figurado.

Magnífica revisión.

Y me tiro a la piscina y digo que sí, que por fin es el mejor disco suyo desde Scary Monsters.

Tal vez la única pega es que se puede hacer demasiado largo del tirón, pero es que esa primera mitad (prácticamente hasta Boss of me) es espectacular y no baja el nivel. Nivel que vuelve a subir al final con la espectral Heat (Scott Walker de nuevo revoloteando por aquí)

Y bueno, creo que ya lo comenté pero Where are we now? la pongo en una lista de sus diez mejores canciones. Me toca la fibra como pocas canciones hacen, qué cosa más triste y emocionante a la vez...

Genial reseña Félix!

Este disco me encanta me parece muy, muy bueno. Totalmete en lo que comentas de que tiene un poco de casi todos los Bowie que hubo previamente.

La portada que en su momento causó polémica a mi siempre me ha pareceido una genialidad y acertadísima!

DumDumBoy escribió:Genial reseña Félix!

Este disco me encanta me parece muy, muy bueno. Totalmete en lo que comentas de que tiene un poco de casi todos los Bowie que hubo previamente.

La portada que en su momento causó polémica a mi siempre me ha pareceido una genialidad y acertadísima!

Yo tengo sentimientos encontrados con la portada. Por un lado, la idea es magnífica. Por otro, visualmente...

La primera vez que la vi me pareció una tomadura de pelo...luego ya te acostumbras

Starsailor escribió:La primera vez que la vi me pareció una tomadura de pelo...luego ya te acostumbras

Sí, más o menos.

Stoneheart escribió:

DumDumBoy escribió:Genial reseña Félix!

Este disco me encanta me parece muy, muy bueno. Totalmete en lo que comentas de que tiene un poco de casi todos los Bowie que hubo previamente.

La portada que en su momento causó polémica a mi siempre me ha pareceido una genialidad y acertadísima!

Yo tengo sentimientos encontrados con la portada. Por un lado, la idea es magnífica. Por otro, visualmente...

jaja a mi visualmente me parece super potente y la idea me parece de quitarse el sombrero.

Creo que es una idea que no se puede resolver de otra manera, metes el blanco y una tipografía sobria y se acabó (bueno y el tachado del título original).

Desde luego no es una portada para recrearse y admirarla desde un plano plástico (aunque fea no es) es más bien un goce intelectual ¿no?.

Portadas mucho más eleboradas y siguiendo tendencias digitales del momento, como estas últimas que hemos visto,  han quedado desfasadísimas. Ésta aguantará lo que le echen

Gracias por los comentarios favorables, amigos. No puede dejar de señalar que si el trabajo luce algo es gracias a Stoneheart, alma mater de este hilo. Si Watts dice que yo dije... sobre Ronson, está claro que tengo que echar otra visual: tanta nota, tanto papelajo me puede haber hecho bailar los datos...
Confesaré que, como a otros por aquí, el curre sobre un disco en concreto me ha hecho apreciar mucho más ese album.
Yo tampoco había leído a Mishima, ni pienso de momento. Tanta intensidad me echa para atrás...

Felix the cat escribió:Gracias por los comentarios favorables, amigos. No puede dejar de señalar que si el trabajo luce algo es gracias a Stoneheart, alma mater de este hilo. Si Watts dice que yo dije... sobre Ronson, está claro que tengo que echar otra visual: tanta nota, tanto papelajo me puede haber hecho bailar los datos...
Confesaré que, como a otros por aquí, el curre sobre un disco en concreto me ha hecho apreciar mucho más ese album.
Yo tampoco había leído a Mishima, ni pienso de momento. Tanta intensidad me echa para atrás...

Yo leí El Rumor del Oleaje, y me pareció un libro muy bonito y fácil de leer. Hasta es cortita, creo recordar...

Pues sí, Watts, resucité al bueno de Ronson al comentar mi canción favorita del album. Los guitarras en este tema fueron Gerry Leonard y David Torn (lo fueron en la mayoría de los temas). Olvidé mencionar que el omnipresente productor, Tony Visconti, también ofició de arreglista de cuerdas además de tocar guitarra y bajo en algún momento.

Veremos, no me lo he vuelto a pinchar desde que salió

The Next Day tema suena a etapa Scary Monsters etapa y ya solo por eso es un señor TE-MA-ZO