RONDA 9.16 DEL DISTRAÍDO CONCURSO DE MICRORRELATOS DEL AZKENA

Gae_Bolg escribió:13.- Pitufando Fulgencios

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Gae_Bolg escribió:13.- Pitufando Fulgencios

Nadie lo vio llegar, sucedió de pronto sin que se sepa el motivo. En los registros civiles de aquella población mesetaria flipaban. De repente, los padres dejaron de inscribir Hugos, Martines, Mateos, Sofías y Lucías. Todo era Fulgencios y Fulgencias. La moda fue tan sorprendente como desconcertante, porque más que tendencia era unanimidad. Los expertos atribuyeron el origen del caso a un poderoso influencer local que fomentaba el caos en un relevante foro, pero no supieron explicar lo que sucedió después: al ir creciendo, todos los tocayos unificaban sus rasgos hasta ser idénticos entre sí, era imposible distinguirlos. Aquello parecía la aldea de los pitufos, pero en vez de ser azules, las Fulgencias acababan siendo idénticas a Ana Botella; los Fulgencios, indistinguibles de Aznar. Por supuesto, le llamaron para nombrarle alcalde. Él, para distinguirse de la plebe, se dejó una frondosa barba blanca. Lo que aún no consiguieron es que luciera una barretina roja.

Gae_Bolg escribió:12.- La vida de Nadie.

'Nadie' lo vio llegar a la hora que había planificado, por lo que su pulso no se alteró cuando sacó la pistola del bolsillo, con un gesto entre mecánico y natural, y disparó. Cogió el casquillo y salió andando, con la calma de no haber dejado ninguna huella ni ningún rastro.

Llegó a ese trabajo por casualidad, una cosa lleva a la otra, pero pronto en el gremio le conocieron como 'Nadie'. Él prefería ese mote al de otros, como 'Fantasma' o 'Sombra', porque en cierta manera 'Nadie' le quitaba gravedad al asunto y, bien pensado, hacía que el crimen nunca hubiera ocurrido. Por eso aprenderse de memoria el nombre de su víctima era la parte más importante del ritual, para después de haber apretado el gatillo, poder decirse así mismo “Nadie ha matado a …” como mantra en las noches en las que le resulta difícil conciliar el sueño.

Toro escribió:Buenos días festivos!!

Cuando hay cierre? Es para un amigo, a ver si aumentamos la familia

Gae_Bolg escribió:

Toro escribió:Buenos días festivos!!

Cuando hay cierre? Es para un amigo, a ver si aumentamos la familia

A la medianoche, que luego me convierto en calabaza.

Gae_Bolg escribió:Está esto muy parado para ser miércoles. Animaos.

Hank escribió:

Gae_Bolg escribió:Está esto muy parado para ser miércoles. Animaos.

es lo que tienen los festivos...

m señor escribió:

Hank escribió:

Gae_Bolg escribió:Está esto muy parado para ser miércoles. Animaos.

es lo que tienen los festivos...

Y las.fechas.....finales de diciembre siempre es difícil.

m

Zzzz escribió:El miercolero pata negra manda los relatos entre las 22 y las 24 horas.

Gae_Bolg escribió:1.- Estaba previsto, pero no consiguió ser visto

Nadie lo vio llegar, como estaba previsto.
¿Alguna idea de lo que estoy hablando?
Del primer paraguas invisible de la historia de la humanidad. Por eso no lo vio nadie, si no, ¿qué invisibilidad sería esa?
Estaba previsto porque su inventora se tiró cinco años amagando sin dar, pero esta vez sí. Se apostó el bigote, y una dama nunca juega con esas cosas.
El paraguas era una mierda, con unos estampados de mierda —que al ser invisible, nadie podía criticar— y nula utilidad, no guarecía de la lluvia.
Pero, he aquí la magia, no hacían falta estampados en una comunidad habitada por ciegos y daltónicos, ni tampoco su protección: allí no llovía nunca.
Era una buena solución. Nuncanadie había comprado un paraguas tradicional antes, era evidente que hacía falta una idea original. Y esta vez funcionó, se vendieron como churros.
Otro día os contaré lo de los churros.
Porras

Gae_Bolg escribió:2.-Nada y nadie, siempre

Nadie la vio llegar.
Esquiva,
por las noches viajaba
mientras de día aparentar dormía.

Nadie la escuchó jamás.
Sellados,
sus labios ahogaban el estrépito
que en su interior sangraba.

Ahora ya es nadie,
y tarde para siempre.

Nadie la vio llegar,
excepto él.

Aurora escribió:Toro: entrada de Greta vendida... asuntos de salud.

Si alguien anda por ahí y tiene tiempo, me gustaría una recomendación de series cortas de Amazon, Netflix o Disney. Me fío de vuestros gustos, me ha gustado lo que habéis recomendado siempre que no fuera largo.

Gracias.

Gae_Bolg escribió:3.- Reprogramación

Nadie lo vio llegar, pero estaba allí, se encontraba entre ellos. En el círculo de la reunión de alcohólicos anónimos había una silla vacía, pero todos tuvieron la sensación de que había alguien ahí. Una corriente helada les puso la carne de gallina mientras se miraban en silencio.
—¿Lo habéis notado? —dijo nervioso el tutor.
Instintivamente recordaron a Manuel, su compañero fallecido.
La silla se movió y escucharon un carraspeo. ¿Estaba sucediendo? ¿O era el fruto de años de intoxicar sus cerebros?
Lourdes se levantó y huyó despavorida. Corrió hacia el parking y tomó el coche a toda velocidad. Salió a la autopista. Otro coche la perseguía, lanzándole fogonazos de luz. El miedo la atenazó, sus manos temblaban. Cerró los ojos desesperada.
—Esto no está pasando —dijo repitiéndose su mantra.
Abrió los ojos. La tensión desapareció. Se encontraba en su cama. La botella refulgía con el brillo del sol que entraba por la ventana.

Gae_Bolg escribió:4.- Ogro

Nadie lo vio llegar, pero el cambio producido en Linda Mogrovejo fue grotesco. De ser la quinceañera más guapa, una beldad rubia con nariz de ratón, en pocas semanas pasó a ser el monstruo del instituto. Su cara se llenó de granos y su tez adquirió un tono verdoso. También ganó peso. Pero lo peor de todo fue la pérdida de cabello, largos mechones deshilándose en forma de guedejas podridas. Como Ifigenia castigada por un dios iracundo, aquello supuso un golpe duro para la narcisista. Su barbilla, antaño enhiesta, se escondía ahora bajo los pliegues de su papada. Además, se quedó sin amigas, con esa crueldad femenina que las mujeres reservan para las menos agraciadas. Nadie entendía, pobre ángel caído, qué maldición había caído sobre la Ogro (así la llamábamos todos). Sólo Pablo, presidente del club de rol, aceptaba de buen gusto su compañía, divertido a la vez que emborronaba su libro de magia.

Gae_Bolg escribió:5.- El castigo de género
 
Nadie lo vio llegar, Langreo se inundó de furgones llenos de hombres del bando vencedor en cuestión de segundos. Los callejones claudicaron ante la barbarie. Invadieron las calles del pueblo con la rapidez del pus infecto. Una a una comenzaron a sacar a las mujeres de sus casas a rastras con la disposición de ejecutar un castigo por no ejercer el papel considerado adecuado de mujer. Pretendían moldear una nueva sociedad a partir de la humillación. Les despojaron de sus cabellos y se les obligó a beber ricino en el centro de la plaza del pueblo. Un ritual comparable a la crueldad de Torquemada. Las rapadas, a pesar de las vejaciones, mantuvieron la cabeza en alto. Nunca serían las reproductoras, ni las esposas dóciles, ni las hijas abnegadas. Quisieron enterrar sus ideales junto con sus mechones arrancados, pero muy a su pesar, no lo consiguieron.

Zzzz escribió:Hankie se tiene que dar prisa, que le queda poco sitio.

Gae_Bolg escribió:6.- Liberadlos, vuelvo a estar aquí

Nadie la vio llegar a la sala. Cuando se dieron cuenta ya había acuchillado a tres guardias y un consejero. Con movimientos esquivos se zafó de los otros dos guardias y les rasgó el cuello. Se plantó delante de los miembros de la corte que estaban reunidos y les pidió por su propio bien que se quedasen petrificados. Ninguno osó a contradecirla. Con un movimiento raudo le birló el oro al tesorero y con otro destruyó el listado de rehenes que tenía el consejero de seguridad. Se acercó al rey y en su oído le susurró con suavidad, pero con el tono suficiente para que los demás se enterasen: "Liberad a mis rehenes y hacedle saber al pueblo que Chloe nunca se ha ido".

Gae_Bolg escribió:7.- El increíble hombre evanescente

Nadie lo vio llegar cuando se sentó. Tampoco le sorprendió, pues los últimos años había experimentado un paulatino proceso de evaporación. Primero empezó a resultar invisible para las mujeres; las atractivas, se entiende. Él seguía practicando un discreto escrutinio visual que antaño le había devuelto alguna agradable sonrisa cruzando miradas, pero ya no, ya no le veían; era transparente a todos los efectos. Laboralmente no tenía más visibilidad, nadie contaba con él para promoción alguna por mucho que se esforzase en hacerse notar; la edad, suponía. Pero esto era ya el colmo, media hora chistando a cada camarero que pasaba sin éxito. ¿Es que tampoco podía tomarse un puto cortado? Derrotado, se levantó y volvió a casa. Abrió la puerta y saludó; la callada por respuesta, allí cada uno estaba a lo suyo. Resignado, se recostó en el sillón a leer el periódico hasta que, hundiéndose cada vez más en él, definitivamente desapareció.

Gae_Bolg escribió:8.- Enzo

Nadie le vio llegar. Ataviado con un esplendoroso blazer rosado y pantalones de pinzas, se ocultó tras las azaleas y begonias del Jardín de los Despojos. El exquisito público aguardaba el inicio del ritual anual: la danza de los cuerpos desnudos. Enzo era tímido, recatado y pulcro, y se parapetó nervioso tras el mar de flores. Su plan era incorporarse al acto sin ser visto. Ansiaba rodearse de desconocidos en cueros, rozar caderas, pechos e incluso prominentes penes. Pero no fue capaz. Se acongojó y permaneció oculto. Sin embargo, estaba sobre excitado, expectante. A través de las flores observó pubis, falos de mil colores, enormes senos de purpúreas areolas, incluso traseros que hubieran podido competir en el perverso mundo de los culos. Todos danzaban al ritmo de la octava sinfonía de Dvořák, extraviados de sí mismos, como ausentes, aunque entregados al mejor de los rituales. Enzo no fue capaz de evitar el autoerotismo.

Gae_Bolg escribió:9.- Al oeste del Pecos

Nadie lo vio llegar. Entró en el saloon, silencioso como un espectro o una brisa de la pradera, y se acodó en la barra.
—¿Dónde coño te habías metido, Sam? —preguntó Billy el Tuerto.
—Viviendo con los apaches.
El pianista dejó de tocar. El silencio se podía cortar con un tomahawk.
—Nos hemos estado equivocando —continuó—, los indios tienen mucho que ofrecernos; conciencia ecológica, medicina alternativa, una alimentación saludable, basada en productos de temporada milla-cero, un uso de las drogas que va mucho más allá de lo meramente recreativo... No pienso seguir colaborando en un genocidio fruto de la ignorancia. Además, a partir de ahora, quiero que me llaméis Pequeño Puma.
—No es por meterme donde no me llaman —terció Cassius, el tahúr—, pero lo del nombrecito me parece un caso flagrante de apropiación cultural.
Lo dijo un poco por tocar los cojones, para echarse unas risas. Él era así.

Gae_Bolg escribió:10.- Cosa nostra

Nadie lo vio llegar. Abrió la gabardina y sacó la ametralladora. La primera ráfaga despedazó los cuerpos de dos guardaespaldas. La segunda fulminó al tercero y al conductor. Catalano no intentó huir, la vida criminal lo había adiestrado para la muerte. Un contrato implacable regía sus destinos. Todos ellos lo habían firmado con sangre.
—Siempre cuide de ti—dijo cuando sus ojos se cruzaron con los de su verdugo. —No serías nada sin mí.
Luca acercó el cañón a su frente y apretó el gatillo.
La cabeza explotó como si le hubieran metido dentro un cartucho de dinamita.

La barbulla cesó cuando el portero anunció la llegada del gran hombre. Los capitanes de las distintas ramas de la familia salieron a recibirlo. Hubo un chispazo de reconocimiento, y luego de sorpresa, cuando Luca salió de la limusina.
—¿Dónde está el jefe?—preguntó uno de ellos.
Luca esbozó una sonrisa pendenciera, desafiante.
—Lo tienes delante.

Gae_Bolg escribió:11.- Nata tiró el peta

Nadie la vio llegar.
- Hola, chavales, dijo con su característica voz grave
Hubo un revuelo, Nata tiró el peta, Arturo escondió las chinas. Jacobo escupió, por hacer algo.
- ¿No deberíais estar en clase? No tendréis un cigarrillo...
- No fumamos dijeron al unísono Nata y Arturo. Jacobo movió la cabeza de un lado a otro.
- Vamos, vamos, ¿y esta humareda? (de olfato andaba  regular)
- No tenemos clase, no vino el vamp..., Bermúdez, habló Arturo.
Ella se acomodó contra el muro y los miró uno a uno.
- Bermúdez nos deja... cuando falta... dijo Nata
-¿Os deja venir aquí a drogaros? (andaba regular de olfato, pero no era tonta)
- Jacobo abrió mucho los ojos y alzó las manos encogiendo los hombros, parecía un bobo intentando comunicar que él era inocente de cualquier cargo.
Ella se rió sin malicia, sacudió la cabeza a ambos lados y se fue para continuar limpiando.

Gae_Bolg escribió:12.- La vida de Nadie.

'Nadie' lo vio llegar a la hora que había planificado, por lo que su pulso no se alteró cuando sacó la pistola del bolsillo, con un gesto entre mecánico y natural, y disparó. Cogió el casquillo y salió andando, con la calma de no haber dejado ninguna huella ni ningún rastro.

Llegó a ese trabajo por casualidad, una cosa lleva a la otra, pero pronto en el gremio le conocieron como 'Nadie'. Él prefería ese mote al de otros, como 'Fantasma' o 'Sombra', porque en cierta manera 'Nadie' le quitaba gravedad al asunto y, bien pensado, hacía que el crimen nunca hubiera ocurrido. Por eso aprenderse de memoria el nombre de su víctima era la parte más importante del ritual, para después de haber apretado el gatillo, poder decirse así mismo “Nadie ha matado a …” como mantra en las noches en las que le resulta difícil conciliar el sueño.

Gae_Bolg escribió:13.- Pitufando Fulgencios

Nadie lo vio llegar, sucedió de pronto sin que se sepa el motivo. En los registros civiles de aquella población mesetaria flipaban. De repente, los padres dejaron de inscribir Hugos, Martines, Mateos, Sofías y Lucías. Todo era Fulgencios y Fulgencias. La moda fue tan sorprendente como desconcertante, porque más que tendencia era unanimidad. Los expertos atribuyeron el origen del caso a un poderoso influencer local que fomentaba el caos en un relevante foro, pero no supieron explicar lo que sucedió después: al ir creciendo, todos los tocayos unificaban sus rasgos hasta ser idénticos entre sí, era imposible distinguirlos. Aquello parecía la aldea de los pitufos, pero en vez de ser azules, las Fulgencias acababan siendo idénticas a Ana Botella; los Fulgencios, indistinguibles de Aznar. Por supuesto, le llamaron para nombrarle alcalde. Él, para distinguirse de la plebe, se dejó una frondosa barba blanca. Lo que aún no consiguieron es que luciera una barretina roja.

Gae_Bolg escribió:14.- Demasiado silencio

Nadie la vio llegar,  ni marchar, todos los hermanos nos quedamos con una colleja, la boca abierta y las manos en la masa.

Gae_Bolg escribió:15.- Job posting

Nadie le veía llegar. Nunca lo hacían a pesar de las señales que consciente y voluntariamente enviaba. Recordó el asombro de aquella mujer cuando sintió parar su corazón, la expresión de miedo del hombre en el aparcamiento cuando por fin le miró a la cara, o los gritos de los pasajeros en aquel avión.
Hace mucho que quiso renunciar y dedicarse a otras cosas, como derramar la lluvia sobre el mundo, cantar nuevas canciones, vigilar los bosques o, ¿cómo no? raptar doncellas - al fin y al cabo a un dios le está todo permitido. Pero no pudo ser, y con esta pinta no es fácil ni un recreo ocasional.
Maldito trabajo ¿quién le había mandado aceptar? Para colmo, en breve se acumulará mucho trabajo. Nadie lo ve, ni siquiera los que leen.

Zzzz escribió: